Leandro se sentó en el sofá del ático y miró por la ventana con los ojos vidriosos. La ciudad se extendía ante él, pero su mente estaba en otro lugar.Recordaba a Mila, su exprometida que había fallecido hace unos años. Leandro se sentía aún aturdido por la tristeza mientras lágrimas corrían por sus mejillas. Recordaba cuando Mila lo sorprendió con una cena romántica en el mismo ático en su aniversario de cinco años juntos. Sonrió al recordar los detalles de la noche: las velas, la música, la comida deliciosa y el regalo especial que le había dado. Pero también lloraba por la pérdida de su amor. Recordaba los momentos felices que habían compartido juntos, las risas, los abrazos y las conversaciones profundas. Leandro se quedó allí sentado, sintiendo la tristeza y el vacío que dejó Mila en su vida. Aferrado a la sudadera que conservaba un poco de su perfume.(...)Milenka estaba en la cocina haciendo galletas cuando decidió que quería compartir un poco con Leandro. Así que, tomó un
—Erika, ¿qué sucede? —preguntó su madre al notar su expresión preocupada. —Papá y mamá, tengo que contarles algo —mencionó Erika con voz maliciosa mientras se sentaban junto a sus padres.—Leandro nos ha estado engañando a todos con su matrimonio con Milenka. No se casó por amor, ni porque ella estuviera esperando dos hijos. Lo hizo para zafarse del matrimonio conmigo. Me engañó a mí y a todos los demás de esa manera. Los padres de Erika se miraron el uno al otro, sorprendidos por la revelación de su hija. —¿Cómo puedes estar segura? —inquirió su padre, tratando de encontrar una explicación lógica.Erika tomó una profunda respiración antes de continuar: —Hace algún tiempo contraté a un investigador para que discretamente se hiciera cargo y me lo dijera. Leandro cuando bebe a raudales se vuelve una persona diferente y confiada, es de esa manera que me enteré de la verdad. Leandro Montavani solo se casó para no contraer matrimonio conmigo, luego toda esa historia de que será padre,
Milenka se dejó caer sobre el sofá después de recibir las flores y los chocolates enviados de parte de Leandro. Se desinfló en el asiento, era obvio que deseaba que lo perdonara, por eso le envío aquello, no tenía otra explicación.(...)De improviso a su cabeza vino esa noche en el bar, después de pensar durante un largo rato, llegó a la conclusión de que el único sospechoso era ese tipo del bar a quién le contó sobre su relación con Milenka y los detalles. Pero al mismo tiempo era ilógico pensar que fue ese desconocido. Se estaba devorando la cabeza de tanto pensar sin parar y no llegar a ningún lado. Es que no tenía remota idea de nada. Bufó. ¿seguía valiendo la pena pensar en eso o tenía que dejar todo ese asunto de lado? Leandro se levantó de la silla y decidió que necesitaba un descanso. Salió a caminar por las calles de la ciudad, tratando de alejar su mente de los pensamientos negativos. Decidió que no podía dejar el asunto de lado, tenía que seguir investigando para encon
Leandro llegó a la compañía con una expresión de enojo en su rostro. Inmediatamente, comenzó a dar órdenes sin parar al personal. —Quiero que terminen el informe para mañana. Asegúrense de que la reunión con el equipo de ventas esté lista para el viernes. Necesito que me preparen un informe detallado sobre los gastos del último trimestre.Los empleados se sintieron alterados por la cantidad de tareas que se les estaban asignando y no sabían cómo hacer frente a la situación. Algunos trataban de hacer varias cosas al mismo tiempo, mientras que otros simplemente se quedaban paralizados sin saber qué hacer.Finalmente, la secretaria de Leandro se acercó a él y le informó sobre el problema con el fotógrafo para la sesión de fotos. Fue entonces cuando Leandro explotó. Todo en la oficina era un caos. —¡Maldita sea! Todos a sus lugares, es increíble que no sepan hacer ni un sola cosa bien —gruñó como un felino, realmente molesto. Pero una vez en la oficina, se detuvo por un momento y refle
Mariola se puso pálida como un papel. —¿Te ha contado Leandro sobre el asunto o lo has descubierto por tu cuenta? —curioseó aún con la mirada desorbitada sobre la joven. —¿Cómo podría enterarme si no es por Leandro? Era imposible saberlo por mi cuenta, ni siquiera en la casa se puede ver ni un solo detalle que me diga algo de la relación que tuvieron. Lamento haber sido tan aventada, solo tengo curiosidad. —Descuida, eventualmente lo debías saber. Solo que me ha tomado desprevenida. Creía que aún Leandro no te lo contaba. Respecto al caso de Mila, sí, lamentablemente fue un suicido. Se quitó la vida el día de su boda. Fue verdaderamente un acontecimiento terrible para todos y una completa pesadilla para nuestro hijo. Milenka se sintió fatal, podía tener en mente la escena fatídica y eso la descompensaba.—Ha de ser algo malo para Leandro. Sé cómo se ha puesto por ello, aún le sigue afectando... —declaró en voz baja y algunas lágrimas saltaron sobre su rostro. Entonces Mariola acar
Leandro llevó a Milenka al hospital con urgencia después de encontrarla desmayada en el baño, muy asustada porque estaba embarazada y temía que algo malo le pasara. Ella despertó exaltada de camino al hospital. A pesar de los esfuerzos de Mariola, la madre de Leandro, por calmarla, Milenka seguía muy angustiada y preocupada por su embarazo. Mariola intentó tranquilizar a Milenka, asegurándole que todo saldría bien y que los médicos harían todo lo posible para proteger a su bebé. Pero Milenka seguía temblando y llorando, aferrándose a ella con fuerza.—Los médicos harán todo lo posible para proteger a tu bebé, cariño. Tienes que ser fuerte —dijo Mariola con voz suave y tranquilizadora.Leandro la miró a través del espejo retrovisor, con cariño. —Estaré contigo todo el tiempo. No te preocupes.Después de la espera en la sala de emergencias...—La buena noticia es que tanto Milenka como su bebé están estables y fuera de peligro —informó el médico.Mariola suspiró aliviada.—Gracias a
El europeo se puso un poco nervioso, pero aparentó estar bien deslizando una sonrisa serena, pero solo estaba forzando el gesto. La rubia de enormes ojos azules no le quitaba la mirada de encima, y el italiano sabía que no se daría por vencida hasta conseguir una explicación. Pero no se lo diría. Ni siquiera estaba obligado a contarle, así que no hablaría al respecto al tema. —¿Podrías dejar los cuestionamientos o el interrogatorio de lado esta noche? quiero pasar un rato agradable contigo intentar llevarnos mejor y ser amigables. Pero... ¿Lo primero que haces es traer a colación tantas preguntas como se te ocurran? Sara se quedó boquiabierta porque no esperaba esa contestación. Ni siquiera había necesidad para que se pusiera enfadado por eso. Ella solo tenía curiosidad y él era un hombre bastante misterioso, que parecía ocultar muchas cosas. —Vaya, consideras una interrogación tan solo dos preguntas, encima tengo el derecho de saberlo porque se trata de mí. ¿Por qué tienes que ser
Leandro se despertó temprano esa mañana y decidió sorprender a Milenka con el desayuno en la cama. Preparó un delicioso café con leche, tostadas con mantequilla y mermelada, y huevos revueltos con tocino. Luego, con cuidado, llevó la bandeja al dormitorio de Milenka.—Buenos días —saludó Leandro, sonriendo mientras entraba en la habitación.Milneka se despertó y lo miró con ternura. Leandro colocó la bandeja sobre sus piernas y se sentó a su lado.—¿Cómo has dormido? —quiso saber Leandro, acariciando suavemente su cabello.—Bien, gracias por el desayuno —emitió, tomando un sorbo de café.Leandro notó que algo preocupaba a Milenka y decidió preguntarle.—¿Hay algo que te preocupa? —inquirió Leandro, notando su expresión preocupada.Milenka suspiró y le contó sus temores sobre el futuro. Temía que cuando los padres de ambos descubrieran la mentira que habían creado, ella quedara como una mentirosa y perdiera su confianza.—Eso sucede, Leandro. No quiero volver a quedar mal delante de mis