Leandro llevó a Milenka al hospital con urgencia después de encontrarla desmayada en el baño, muy asustada porque estaba embarazada y temía que algo malo le pasara. Ella despertó exaltada de camino al hospital. A pesar de los esfuerzos de Mariola, la madre de Leandro, por calmarla, Milenka seguía muy angustiada y preocupada por su embarazo. Mariola intentó tranquilizar a Milenka, asegurándole que todo saldría bien y que los médicos harían todo lo posible para proteger a su bebé. Pero Milenka seguía temblando y llorando, aferrándose a ella con fuerza.—Los médicos harán todo lo posible para proteger a tu bebé, cariño. Tienes que ser fuerte —dijo Mariola con voz suave y tranquilizadora.Leandro la miró a través del espejo retrovisor, con cariño. —Estaré contigo todo el tiempo. No te preocupes.Después de la espera en la sala de emergencias...—La buena noticia es que tanto Milenka como su bebé están estables y fuera de peligro —informó el médico.Mariola suspiró aliviada.—Gracias a
El europeo se puso un poco nervioso, pero aparentó estar bien deslizando una sonrisa serena, pero solo estaba forzando el gesto. La rubia de enormes ojos azules no le quitaba la mirada de encima, y el italiano sabía que no se daría por vencida hasta conseguir una explicación. Pero no se lo diría. Ni siquiera estaba obligado a contarle, así que no hablaría al respecto al tema. —¿Podrías dejar los cuestionamientos o el interrogatorio de lado esta noche? quiero pasar un rato agradable contigo intentar llevarnos mejor y ser amigables. Pero... ¿Lo primero que haces es traer a colación tantas preguntas como se te ocurran? Sara se quedó boquiabierta porque no esperaba esa contestación. Ni siquiera había necesidad para que se pusiera enfadado por eso. Ella solo tenía curiosidad y él era un hombre bastante misterioso, que parecía ocultar muchas cosas. —Vaya, consideras una interrogación tan solo dos preguntas, encima tengo el derecho de saberlo porque se trata de mí. ¿Por qué tienes que ser
Leandro se despertó temprano esa mañana y decidió sorprender a Milenka con el desayuno en la cama. Preparó un delicioso café con leche, tostadas con mantequilla y mermelada, y huevos revueltos con tocino. Luego, con cuidado, llevó la bandeja al dormitorio de Milenka.—Buenos días —saludó Leandro, sonriendo mientras entraba en la habitación.Milneka se despertó y lo miró con ternura. Leandro colocó la bandeja sobre sus piernas y se sentó a su lado.—¿Cómo has dormido? —quiso saber Leandro, acariciando suavemente su cabello.—Bien, gracias por el desayuno —emitió, tomando un sorbo de café.Leandro notó que algo preocupaba a Milenka y decidió preguntarle.—¿Hay algo que te preocupa? —inquirió Leandro, notando su expresión preocupada.Milenka suspiró y le contó sus temores sobre el futuro. Temía que cuando los padres de ambos descubrieran la mentira que habían creado, ella quedara como una mentirosa y perdiera su confianza.—Eso sucede, Leandro. No quiero volver a quedar mal delante de mis
Erika otra vez apareció en la oficina de Leandro todavía insistiendo sobre el tema de revelar la información a los medios de comunicación si no comenzaba a buscar una forma de terminar esa relación que tenía con la mujer; quería que se apartara de su lado y le volviera a dar una oportunidad a ella Entonces, Leandro la miró con burla, ella definitivamente se había vuelto loca, si creía que iba a hacerle caso. —¿Qué quieres? —Ya te lo dije, no pensé que tú, un hombre tan inteligente, tendría que repetirle las cosas para que entienda lo que deseo, deja a milenka y yo seré buena contigo, pero si no lo haces no te prometo que pueda dejar todo el asunto de lado. —¿Tanto afán tienes por revelar la información a la prensa que todavía no no has ido con la misma para decirlo todo? —reclamó golpeando el escritorio con fuerza y ella resopló sentándose frente a él otra vez, haciéndose la que tenía el control de toda la situación y podría hacer lo que le viniera en ganar. —Milenka claramente se
Milenka caminaba por las calles de Nueva York de noche, rodeada por los brillantes neones que iluminaban la ciudad. Los edificios altos se alzaban hacia el cielo, como si quisieran tocar las estrellas. La urbe parecía un lugar mágico, lleno de vida y energía.Pero Milenka no podía evitar sentirse triste mientras observaba todo lo que la rodeaba. A pesar de la belleza que tenía delante, su mente estaba llena de pensamientos negativos. Se sentía sola en medio de la multitud, como si nadie pudiera entenderla.—¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? No comprendo —se dijo a sí misma, sin importar que hubieran personas mirándola con extrañeza. Eso me daba igual. Mientras caminaba por las calles, podía escuchar el ruido de los coches y las conversaciones de las personas que pasaban a su lado. Pero todo parecía tan lejano, como si estuviera en una burbuja.A pesar de la belleza de la ciudad nocturna, Milenka seguía sintiéndose triste y desconectada del mundo a su alrededor. Era como si na
—El día es especialmente soleado. ¿Por qué no sales? Puedes usar la piscina, iré en un momento. —No quiero, me quedaré en el sofá sin hacer nada. Es lo mejor que puedo hacer y no tengo por qué cambiarlo... tampoco tienes derecho a decirme que haga esto y lo otro... iré a la cocina —se levantó con la intenciónde irse, pero se lo impidió con rapidez y se le quedó mirando a los ojos, cortó el contacto visual que ya le dedicaba. —Oye, tu madre me dijo que te llamó, pero no tomaste sus llamadas. Aleska quiere hablar contigo. ¿Por qué no le hablas? No quiero que crea que soy yo quien te prohíbe la comunicación. —Me da igual, sueltame. —Creí que no volveríamos estar mal, pero me equivoqué, otra vez estás irritable conmigo. ¿Ahora qué hice mal? No me digas que se trata del otro día, por eso estás así. Se soltó de su agarre. —Hay tanto en mi cabeza, de repente no sé cómo manejarlo, tampoco creo que tengas una respuesta a mis preguntas. Y se fue dejándolo confuso. ¿A qué se refería con es
Sara abrió los ojos con lentitud, sintiéndose débil y cansada. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en una cama, con paños húmedos sobre su frente.Entonces, notó a Tiziano a su lado, quien había estado cuidando de ella. —¿Qué pasó? —quiso saber con voz débil.Tiziano parecía preocupado, no sabía cómo responder. Finalmente, se lo dijo. —Te desmayaste de forma repentina. Ahora lo más importante es bajar tu fiebre.Sara asintió y cerró los ojos, sintiendo su mano cálida apretar la suya con ternura.También se sentía confundida y preocupada por lo que había sucedido. No recordaba haberse sentido mal antes de desmayarse. Tiziano intentó tranquilizarla, asegurándole que todo estaría bien y que él estaría allí para cuidarla. Mientras tanto, continuaba poniendo paños húmedos en su frente para bajar la fiebre.Después de un rato, Sara comenzó a sentirse mejor. La fiebre comenzó a bajar y ella se sintió más clara y alerta. Le agradeció a Tiziano por estar allí para ella, y él l
Milenka se quedó en shock al escuchar la conversación de Leandro con Erika. No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo podía haber estado tan equivocada acerca de Leandro? Estaba hablando con Erika sobre cómo podía evitar que ella le hiciera daño.—Ya déjalo, por favor. Ella no tiene nada que ver en esto, lo que tienes es contra mí, no en contra de Milenka. —¿La amas? Leandro era consciente de que sí admitía sentir algo por Milenka, sería peligroso, porque sabría Erika que ella es su debilidad y por ende, podría hacerle algo, es por eso que no quería decirle nada. No podría comentarle sobre ello. —No, no la amo. Ya sabes que lo que tenemos es solo por un contrato. ¿Por qué preguntas algo que ya sabes muy bien? Mientras Milenka se quedaba paralizada, escuchando la conversación, se daba cuenta de que su corazón latía con fuerza y su respiración se hacía más rápida. No quería escuchar más, pero no podía dejar de hacerlo. Se sentía como si estuviera atrapada en una pesadilla.—Vale, s