Sara abrió los ojos con lentitud, sintiéndose débil y cansada. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en una cama, con paños húmedos sobre su frente.Entonces, notó a Tiziano a su lado, quien había estado cuidando de ella. —¿Qué pasó? —quiso saber con voz débil.Tiziano parecía preocupado, no sabía cómo responder. Finalmente, se lo dijo. —Te desmayaste de forma repentina. Ahora lo más importante es bajar tu fiebre.Sara asintió y cerró los ojos, sintiendo su mano cálida apretar la suya con ternura.También se sentía confundida y preocupada por lo que había sucedido. No recordaba haberse sentido mal antes de desmayarse. Tiziano intentó tranquilizarla, asegurándole que todo estaría bien y que él estaría allí para cuidarla. Mientras tanto, continuaba poniendo paños húmedos en su frente para bajar la fiebre.Después de un rato, Sara comenzó a sentirse mejor. La fiebre comenzó a bajar y ella se sintió más clara y alerta. Le agradeció a Tiziano por estar allí para ella, y él l
Milenka se quedó en shock al escuchar la conversación de Leandro con Erika. No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo podía haber estado tan equivocada acerca de Leandro? Estaba hablando con Erika sobre cómo podía evitar que ella le hiciera daño.—Ya déjalo, por favor. Ella no tiene nada que ver en esto, lo que tienes es contra mí, no en contra de Milenka. —¿La amas? Leandro era consciente de que sí admitía sentir algo por Milenka, sería peligroso, porque sabría Erika que ella es su debilidad y por ende, podría hacerle algo, es por eso que no quería decirle nada. No podría comentarle sobre ello. —No, no la amo. Ya sabes que lo que tenemos es solo por un contrato. ¿Por qué preguntas algo que ya sabes muy bien? Mientras Milenka se quedaba paralizada, escuchando la conversación, se daba cuenta de que su corazón latía con fuerza y su respiración se hacía más rápida. No quería escuchar más, pero no podía dejar de hacerlo. Se sentía como si estuviera atrapada en una pesadilla.—Vale, s
Milenka despertó con un nudo en el estómago. No sabía exactamente por qué se sentía mal pero una sensación de tristeza la invadió desde el momento en que abrió los ojos. Había pasado varios días sin ver a Leandro y la distancia que ambos se habían impuesto estaba empezando a pesarle.A pesar de que sabía que la decisión de mantenerse alejados era lo mejor para ambos no podía evitar sentirse un poco abandonada por Leandro. Él era su esposo contractual y aunque al principio el matrimonio solo había sido por conveniencia Milenka se había dado cuenta de que estaba desarrollando sentimientos profundos por él.Pero ahora que Leandro estaba evadiéndola no sabía si esos sentimientos eran correspondidos o si habían sido solo una ilusión de su parte. Milenka decidió llamar a Leandro para hablar con él y aclarar las cosas. Pero cuando Leandro contestó ella se quedó sin palabras.—Hola —expresó Leandro al otro lado de la línea.Tragó el nudo en su garganta y finalmente lo hizo. —Leandro... —respo
Milenka se revolcó en la cama, incapaz de encontrar una posición cómoda. Había pasado horas tratando de descansar, pero algo no estaba bien. La noche estaba demasiado quieta, y la oscuridad parecía aplastante. Cerró los ojos e intentó dejar su mente en blanco, pero la imagen de Leandro aparecía una y otra vez. ¿Por qué tuvo que involucrar el corazón en primer lugar sabiendo que saldría lastimada? No había nada que lo justificara, tal vez solo estaba siendo un poco paranoica, pero el nudo en su estómago no desapareció. ¿Sería posible que Leandro sintiera lo mismo que ella? Milenka se preguntó, tratando de ignorar la esperanza que se había apoderado de ella. Al final, cedió a la realidad y lloró en silencio, preguntándose si lo mejor era dejarlo ir y seguir adelante.Ni siquiera tenía que estar sufriendo por algo así, cuando ella era consciente que eso pasaría entre ellos, no habría una relación de verdad, todo era parte de un contrato que tenía fecha de caducidad. Al final, esa histo
—Supongo que no será la primera vez que te pase, también he tenido problemas para conciliar el sueño, quizás debas evaluar más tu descanso, puede que no estés durmiendo las horas necesarias o no te alimentes saludable, mira todo el panorama antes de preocuparte en demasía, lo importante es que tú estás bien cariño, ¿Por casualidad se lo has comentado a Tiziano? —No estoy bien, mamá. Ciertamente solo es una pesadilla, pero me pone mal y no dejo de pensar en ello todo el día —bufó —. A Tiziano todavía no se lo comento, no vaya a ser que me señale o me diga que perdí la cabeza. —Hablemos de otro tema. ¿Tiziano es más amable contigo? —¿Qué quieres decirme? Porque en primer lugar nunca tuvo ni una pizca de amabilidad conmigo, si bien es cierto que evidencio avances en su manera de tratarme, esto no deja de ser un matrimonio ridículo. ¿Mi padre y tú están bien con todas las propiedades y el dinero que recibieron? De todo corazón espero que lo disfruten. —¿Estás siendo sarcástica ahora m
—¿Por qué tienes esa cara mujer? —Jarek, lo siento mucho pero en este momento no estoy de humor, te dejé la comida en el horno, me iré a la cama —pasó por su lado y él la detuvo por el antebrazo evitando que se marchara del todo. Se quedó mirando el agarre y en el intento por sacudirse solo consiguió que él atenazara con más fuerza. —Aleska, te pediré que ya dejes de pensar en todo ese asunto, no tiene caso es un sin sentido, ¿cuándo lo vas a comprender? creí que fui lo suficientemente claro contigo, pero veo que no es así.—Jarek, si me enamoré de ti, es porque fuiste un hombre de buen corazón. Ya no estoy segura de mis palabras, has pensado todo este tiempo en conseguir algo a través de nuestra hija. O tal vez debería decir de mi hija. Ella parece estar recordando cosas y me dijo que no ha podido dormir a gusto, tiene pesadillas... todo se relaciona con el pasado, te lo dije, mencioné que esto podría pasar, eso es justamente lo que ocurre. Él hombre sacudió la cabeza. —¿Debería
Leandro estaba sentado en su oficina, rodeado de papeles y contratos, pero su mente estaba en otro lugar. Pensaba en Milenka, su esposa por contrato, y los problemas que habían surgido entre ellos. Trataba de centrarse en su trabajo, pero la confusión que sentía no le permitía hacerlo.Trató de convencerse todo ese tiempo que se había casado con Milenka para salvarse de un matrimonio terrible, pero ahora no sabía si sus sentimientos eran reales o solo una ilusión. Se preguntaba si estaba enamorándose de ella, o si solo era algo pasajero. Justo en ese momento, la asistente se asomó por la puerta y le avisó de la llegada de su padre, lo que faltaba, Leandro se preparó para recibir a su progenitor, sabía que tenía que ser cuidadoso con él. Sinceramente prefería que no apareciera por allí, pero él no podía impedirle que fuera. Mientras esperaba a que llegara, seguía perdido en sus pensamientos. Se preguntaba cómo resolver los problemas con Milenka, cómo hacerle saber sus sentimientos.
Y esa noche, algo en el aire cambió.—Oye, ¿te importaría si hablamos un momento? —preguntó Leandro, deteniéndose en el pasillo.Ella se le quedó mirando con los ojos de par en par, sin saber qué era lo que debía conversar con ella. Mentía sí decía no estar nerviosa, porque en realidad era un manojo de nervios. —Claro, ¿de qué quieres hablar? —susurró Milenka, tratando de no demostrar lo nerviosa que estaba.—Ya no puedo ocultarlo, es imposible... últimamente he estado pensando mucho en nosotros —confesó Leandro.—No, por favor. Ya sé perfectamente cuál es mi lugar aquí, no pretendo cambiar los planes o el propósito desde el principio... es comprensible que todo esto de nuestra relación se limite a lo contractual nada más. Me iré a dormir. —Aguarda —atrapó con dulzura su antebrazo —. Me gusta pasar tiempo contigo y creo que eres una persona maravillosa. No quiero que todo esto sea solo un acuerdo. ¿Entiendes? Sé muy bien lo que te dije el otro día y solo pensé que estaba haciendo lo