VINCENZO TORRICELLI
Al día siguiente..."Maria Luiza... Malu..."¡Diablos! Esta chica me confunde. No es como las otras que tengo, definitivamente no es como Rebeca. Tiene algo que me atrae además de su cuerpo escultural, sus labios carnosos y su larga melena negra. Pero eso no va conmigo, el sentimiento no es lo mío, no me gusta nadie, sólo quiero satisfacerme y para eso las tengo. Cuando creé mi casa de lujo pensaba en hombres que sólo quieren diversión, placer, calentura sin compromiso como yo. Al fin y al cabo, las mujeres están hechas para eso y no para dominar la vida de un hombre.Ninguna mujer me dominará, no lo permitiré, esta chica, Maria Luiza, quiso jugar conmigo ayer, pero intenté darle una lección: Conmigo no se juega....A pesar de todo, permaneció callada y sumisa ante mí. ¡Qué intrigante! Con Jairo se resistió mucho, pero conmigo no dudó aunque se dio cuenta de que no era bueno para ella. En fin... es su problema, me la dieron como pago, me pertenece y será mía hasta que me enferme.Por la mañana temprano me levanté e intenté prepararme para varias citas en restaurantes que tendría hoy. Maria Luíza seguía durmiendo, su expresión era la de alguien que sufre, su almohada estaba mojada, había llorado de madrugada.Me acerqué a ella, apartándole el pelo de la cara.- Maria Luiza despierta... - Dije cerca de su oído¿Por qué me preocupaba aquella expresión? ¿He hecho demasiado daño a esta chica? Después de todo, sólo tiene dieciocho años.¿Tanto le dolía?- Maria Luíza, despierta... - Dije.- ¡María Luíza! - Hablo un poco más alto y ella se despertó mirándome.- Si jefe... - Dijo somnolienta.- ¿Estás bien? ¿Sientes algo? - Pregunto mirándola- Un poco de dolor... - Dijo volviéndose con miedo- ¿Dolor? ¿donde? - Pregunto, pero ella permaneció en silencio sin poder responder- Entiendo... Le pediré al médico de la casa que venga a verte. - Le digo mirándola- No hace falta jefe... me pondré mejor. - Responde débilmente- Es una orden, ¡ya viene! Te quiero y te necesito al 100% para mi uso. No creas que lo hago porque me importas, porque sabes muy bien que solo eres una mercancía. - Hablo con firmeza- ¡Eso ya lo se! Ayer me lo dejaste muy claro jefe.... - Dijo seriamente sentándose, pero con un poco de dificultad haciendo expresiones de dolor.Fui al teléfono y le pedí a Rebeca que viniera a la habitación ... Al cabo de unos minutos llegó.- Buenos días jefecito, ¿qué necesita?- Llama al médico, dile que venga, Maria Luíza tiene problemas. - Digo todavía de espaldas- Sí, jefe, pero ¿qué le pasa? - Rebeca pregunta- Cosas de mujeres... 'Anda, llama al médico y luego prepárate, que vas a salir conmigo, ya que ella no puede'. - Digo sin paciencia- Con mucho gusto... - Dijo Rebeca marchándoseVolví a la cama y me senté a hablar:- Fuiste tú quien lo buscó y lo pidió. Espero que hayas aprendido la lección y, sobre todo, que hayas aprendido a escuchar y a creer todo lo que digo.- He aprendido jefe... ¡Claro que he aprendido! - Dijo sin mirarme- 'Cuando te desee, no te contengas, te dolerá menos. - Digo mirándola- Yo no me estaba conteniendo, eras tú a.... - Se interrumpió... - Lo siento.- Dime Maria Luiza, quiero oírlo. ¿Qué hice ayer? - pregunté, sabiendo ya lo que oiría- Lo hiciste a propósito, me lastimas porque te da placer. Al principio lo estaba disfrutando, pero luego.... - no termina de hablar y noto lágrimas en sus ojos.- "Lo hice para que veas que conmigo solo será sexo, placer, deseo, calentura y nunca será amor Maria Luíza. No esperes eso de mí y que sepas que nunca me preocuparía por ti. Sólo te quiero bien para satisfacerme y nada más. No creas que puedes jugar conmigo, aquí mando yo y no tú. Eres mía y hago contigo lo que quiero... y no lo que tú quieres que haga. ¿Lo has entendido? - Pregunto y ella responde sin mirarme- Correcto jefe.... Entendido. - Dijo sin dudar.Me quedé mirándola un rato, esos ojos oscuros, esa mirada misteriosa y por no hablar de su forma de ser inocente que nunca he visto por aquí. Cree que soy tonto. Sé que quiere irse de aquí y sólo quiere manipularme para que lo haga. Pero, no voy a caer en su juego. - No caeré. - Me grito a mí mismo mientras la observoLlegó el médico y salí de la habitación. Fui a la cocina y me tomé un café solo muy cargado como de costumbre. Rebeca llega echándome el brazo al cuello, pero se me acabó la paciencia y la aparté sin piedad.- Estoy listo jefecito... ¿Qué te pasa? ¿Estás de mal humor? ¿No te ha dado la mosquita muerta lo que querías? - Dijo Rebeca con sarcasmo llegando a mí.- 'No te hagas el listo y el descarado conmigo o te enseñaré quién manda'. 'Pues parece que se te ha olvidado. - Digo, sujetándole la mandíbula con fuerza y soltándola después.- No es que Vin... - Rebeca intenta hablar, pero la detengo- Cállate de una puta vez. Te he dicho que no digas más mi nombre en La Casa. ¿Estás sorda? - Le grito- Lo siento, jefa. Eso no pasará nunca más. - ella responde débilmente- Perfecto. Esperaré a que el doctor salga de la habitación y saldremos. - digo mirando a mi alrededor- Estás preocupada por ella, ¿verdad? - Rebeca pregunta- ¿Me estás interrogando? ¿Te has vuelto loca Rebeca? - Digo con firmeza.- No, jefe, lo siento - dice bajando la mirada- 'No es que sea asunto tuyo, pero me preocupa, porque ella es un instrumento de mi placer a partir de ahora. Y por eso tiene que estar en perfectas condiciones. - Digo, terminando mi café- Y yo, ¿ya no te satisfago? - dice dramáticamente- Nada de dramas Rebeca, tómate el café y espera a que termine en silencio. Sabes muy bien que lloriquear a primera hora de la mañana me irrita. - respondo fríamente- Si pequeño chef... - Dijo, apartándose y empezando a comerLo confieso Rebeca es mejor callada y en la cama, creo que llevo tanto tiempo con ella que piensa que es la única. Pero no, tengo otras mujeres en las dos casas de lujo que poseo. Pero aquí ahora tengo a Maria Luíza.... Pero, si me molesta, la despediré a otras casas de mis amigos y resolveré pronto este problema.Volví a subir a la habitación y llamé a la puerta antes de entrar, el doctor me abrió y entré.- Doctor, ¿qué le pasa?Me lo explicó todo, me dijo que había forzado demasiado la relación y que acabé haciéndole daño, como era virgen tendría que tomármelo con calma en la primera penetración. Pero fui con todo, le dije que tendría que estar dos o tres semanas sin tener relaciones, lo que me enfadó mucho. Sin embargo no podía volver a intentarlo, ya que acabaría haciéndole aún más daño y provocando algo peor, así que tuve que tragármelo. Le recetó un medicamento, una pomada para que se la pusiera dentro de la vagina y le dijo que si seguía lo que él le recomendaba estaría bien en quince días.- ¡Muy bien doctor! Cobra tu sueldo con Rebeca y ya puedes irte.... - Dije mirando a Maria Luiza que me miraba con esos ojos de queja.- Te dije que habías sido demasiado grosero... un bruto... un mono.... - dijo ella.- ¡Ten cuidado con lo que dices! No pongas a prueba mi paciencia porque te arrepentirás. ¿Te has vuelto loca? - pregunté acercándome y ella se apartó con miedo- No, pero es la verdad. Fuiste muy estúpido conmigo aún sabiendo que era mi primera vez. - ella estaba asustada, pero aun así me encaró- Te dije que no dijeras tu opinión sin que yo te lo permitiera.... Trata de hacer lo que dijo el doctor, no quiero esperar mucho para tenerte de nuevo. Y si está dañado, tendré que devolvértelo o dejarte en el salón para los clientes. ¿Es eso lo que quieres? - pregunto mirándola- ¿No soy una mercancía? ¿No eres mi dueña? Entonces haz lo que creas mejor. Tal vez ser propiedad de otros no sea peor que ser propiedad de un monstruo como tú. - me responde bruscamente, mirándome fijamente y su atrevimiento hace que me paralice.- "Quédate en la cama, enviaré a alguien para que te sirva y me espere por la noche. - le digo aún pensativoElla asintió y volvió la cara.Salí de la habitación, bajé las escaleras y me fui con Rebeca. Tenía muchas cosas que hacer hoy y eran urgentes. Pero, todo el tiempo recordaba la mirada de dolor de Maria Luiza, sus duras palabras, mi reacción, su atrevimiento que me ponía cachondo cada vez que lo recordaba. Pero, todo esto por alguna razón me molestaba y mucho.MalúVincenzo o Bernardo, ya no sé ni cómo llamarlo .... ¿Qué más daba? Después de la frialdad y rudeza con la que me trató, no me importó averiguar quién era en realidad. Aunque por lo poco que le he observado, parece un hombre amargado y estoy bastante segura de que nunca ha sido realmente querido por nadie. Por eso no sabe lo que es amar, se siente el dueño del mundo, como si pudiera hacer lo que quisiera con la mujer que quisiera... Seguro que toda esa exposición mediática y esos halagos de esas mujeres enfermas le hicieron sentirse el dueño del mundo... el jefe y el todopoderoso.- Oh Malu, te guste o no también debes tener tu porcentaje de culpa en todo esto. Porque siempre has estado fanática y loca por este hombre caliente... Ouch... me quema entera y siento todo palpitar solo de pensar en sus manos tocando mi cuerpo. Concentrate Malu... Concentrate... No pierdas la concentración... Ha sido espeso y miserable desde el principio contigo. Primero por tratarte como una mercancí
MalúVincenzo llegó justo cuando me disponía a tumbarme en la cama. Me agarró de la cintura, haciéndome estremecer, pero rápidamente encontré la manera y saqué fuerzas del más allá para tumbarme de inmediato, cubriéndome con la sábana. De esa forma alejé al menos por unos instantes esa tentación del infierno que ese hombre representa para mí. Ángel ya se había marchado, pues necesitaba prepararse para otra noche en esta prisión y yo me enfrentaba al peligro sin siquiera poder escapar. Bajo la mirada, dándome cuenta de que entonces él se aleja y se sienta en un sillón.- ¿Así está mejor María Luiza? - preguntó fríamente acercándose.- ¡Un poco jefe! - respondo secamente- ¿Tienes hambre? - pregunta levantándose y sentándose en el borde de la cama, yo me alejo un poco más.- No mucha. - respondo sin mirarle- Necesitas comer para ponerte fuerte, no quiero que te quedes sin fuerzas y te desmayes cuando estés en la cama conmigo mientras te poseo. - Habla con frialdad y eso me causa repug
VincenzoDos semanas después...Después de dos semanas ya estaba loco deseando tener a Maria Luiza en mi cama, en mis brazos y devorarla de todas las maneras posibles. No soportaba dormir en la misma cama que ella y no hacerla mía. No poseerla me estaba volviendo loco. Aquella chica me volvía loco de deseo, de lujuria y hasta el punto de cometer una locura sólo porque deseaba devorarla tan ardientemente. Este deseo por una chica tan inexperta no debería suceder, pero entiendo que sucede porque es el alimento fresco de la época.Hoy me levanté muy excitado, más que de costumbre y por eso decidí cumplir un fetiche con ella. Más que rápido hice algunas llamadas y preparé todo. Me preparé y me senté en el sillón a tomar café y esperar a que se despertara. La miré y sólo hablé conmigo mismo: Esta chica traviesa es seductora incluso durmiendo.A pesar de toda esta inocencia es un peligro para mi cordura, así que tengo que seguir actuando con ella como siempre hice con todas las que pasaro
VincenzoDespués de deleitarme con el maravilloso cuerpo de Maria Luiza, estaba agotado, aunque continuaría si ella no fuera tan débil e inexperta. Pero, eso con el tiempo estoy seguro que cambiará.Así que voy a resolver otras cuestiones y una de ellas es demostrar quién manda. Creo que cuando damos oportunidades a ciertas personas piensan que abrimos la guardia y que pueden hacer lo que quieran, pero yo soy Vincenzo Torricelli y no todos tienen esa misericordia de mi parte y si la tienen es única.Eso es lo que voy a hacer ahora mismo....Ahora mismo quiero darle una lección a Rebeca y ponerla en su sitio de una vez por todas. Si pensaba que podía cuestionarme estaba completamente equivocada. Yo hago lo que quiero, con quien quiero y a la hora que quiero.El hecho de que la deje estar a mi lado no le da derecho a cuestionar nada, para mí sigue siendo la misma zorra de hace años que recibí como moneda de cambio, la diferencia de que ella consiguió saldar su deuda conmigo.Y si querí
MALU Abrí los ojos lentamente y ya era de día... Vincenzo dormía de cara a mí, lo miré durante un rato sólo pensando: Cómo quería entender por qué se había convertido en este hombre grosero. No es que me importe, pero es cuanto menos curioso.Lo que me lleva a creer o suponer que tal vez algo le sucedió tan intenso y fuerte que lo convirtió en un ser tan perverso como ese. Y, si sucedió debió ser algo horrible, para convertirlo en lo que es hoy.¿Hay alguna razón para que sea así? ¿O es que la maldad y la perversidad no tienen explicación?Por ahora, no puedo responder a estas preguntas ...Porque no tengo forma de compararlo con nada. Sólo conozco un lado de él que odio más que nada, y para ser honesta no puedo imaginarlo siendo una buena persona... ya no.Cuando recuerdo que admiraba, adoraba su imagen en aquellas revistas, creyendo que era como un príncipe en su caballo blanco, me dan ganas de darme una paliza, de lo tonta que era.Hoy después de conocerlo, su imagen de guapo es
MaluAparcó el coche y algunos guardias de seguridad nos seguían desde lejos. Entramos en un edificio enorme, debía de tener unas treinta plantas.Cogimos el ascensor y subimos a la última planta. Entramos en una enorme sala de reuniones, había muchos hombres esperándole, todos acompañados de una mujer a su lado. Sólo mujeres bien vestidas con cuerpos envidiosos.- Buenos días señores, siento llegar tarde.... - dijo Vincenzo, sentándose en la silla del extremo de la mesa. Me paré a su lado y empezó la reunión con los hombres. Hablaron de muchas cosas, sinceramente no presté atención a nada. Solo podía hacer planes en mi cabeza y pensar que esta sería una gran oportunidad para escapar. Pronto me puse en acción para intentar escapar de este monstruo.- Jefe, necesito ir al baño... - Le dije al oído.- Un segundo señores... - Dijo mirándome de reojo sin paciencia.... - No puedo hacerlo ahora Maria Luiza, estoy en una reunión de trabajo. ¿No te has dado cuenta? - dice en voz baja pero fi
MalúVincenzo sigue arrastrándome escaleras arriba y antes de llegar arriba sólo oigo la voz de Rebeca que intenta decir algo, pero el ogro la detiene en el mismo momento. - ¿El pequeño Chef y yo? - Rebeca intenta hablar, pero él me detiene rápidamente mirándome con furia - Entonces Rebeca, entonces... - dijo gritandoEntró en la habitación tirándome toda dentro, caí al suelo y me levantó del brazo con fuerza haciendo que me golpeara con todo su cuerpo. Su mirada era puro odio y la mía aún más.- ¿Te has vuelto loca niña? ¿Cómo puedes hablarme así delante de esas mujeres? ¿Te gusta jugar con la muerte? - Gritó.- ¡No puedes acostarte conmigo y luego con ella! ¡No puedes! - Grité yo también.- Puedo hacer lo que quiera, aquí no mandas nada, al contrario... Me perteneces, eres de mi propiedad, mi objeto de placer y nada más. - Grita y yo voy a por él como una fiera salvaje - Te crees el macho, ¿verdad? ¿Crees que estás entre el bien y el mal? ¿Y que puedes disponer de la gente a tu a
MaluYa estaba anocheciendo, así que me duché, elegí un conjunto sexy, me maquillé y me alisé el pelo. Bajé las escaleras y ya habían llegado algunos hombres. Vincenzo estaba en su rincón reservado con Rebeca colgada de él.Me enfurecí al ver aquello y, sobre todo, al recordar su actitud brusca conmigo. Pero me mantuve altiva e intenté no mostrar mi enfado. No le tenía celos, me daba rabia que fuera tan tacaño que acabara con una y luego con la otra.Fui al bar y me tomé una copa. Un refresco, porque no estaba acostumbrada a beber. Pero, como decía mi querido cocinerito: A todo se acostumbra uno en la vida. Pronto todo sería diferente para mí.Sigo en el bar bebiendo y observando el movimiento cuando Ángel se me acerca abrazándome de lado con una sonrisa en la cara.- Amiga... Niña loca... ¿Qué has hecho? Ya sé lo del lío...- "Oh amigo hice lo peor de mi vida y ahora estoy perdida..." dije nerviosa. - Dije nervioso - Tranquilo... yo te ayudare con todo. Sigue los pasos del maestro a