Mi nombre es Maria Luiza Torricelli, hoy a mis veintitrés años tengo una vida que daría envidia a cualquier mujer. Siempre soñé con tener una vida como la de esas personas a las que siempre admiré y me encantaba ver en las portadas de las revistas. ¿Sabes esa familia perfecta delante de los fotógrafos? Pues eso es lo que yo soñaba. Hoy la tengo, pero sólo Dios sabe lo que tuve que pasar para tener esta vida de lujo y riqueza. Pero, ¿crees que lo cambiaría todo y volvería atrás en el tiempo si pudiera?¿Sabes por qué? Porque antes era feliz... Y como dice el refrán: era feliz sin saberlo. Pero hoy siempre digo y repito: es mejor llorar sobre sábanas de lino que morir dentro de una choza de tablas.Hasta los dieciocho años viví en la comunidad de Lins de Vasconcelos, en Río de Janeiro. ¿Me gustaba vivir allí? Puedo responderte ahora mismo que disfruté mucho de aquel lugar, pero hoy lo odio más que a nada en esta tierra.¿Sabes por qué? Sencillo... Porque vivir en una comunidad requier
MALURebeca se le acercó toda sonriente y ofrecida, se paró delante de él y rápidamente le dio una palmada en el culo. Luego la abrazó y le dio un beso rápido sin quitarnos los ojos de encima. Me molestó, pero no supe por qué hasta que me di cuenta de que iba a ser peor de lo que pensaba.- "Ahí están las chicas, jefe... -dijo mirándonos con desdén. - Hum... ¡Magnífico! A ver qué tenemos hoy... Y espero que sean mujeres que merezcan la pena y no como la última hornada. - Dijo mirándonos- ¡Están buenísimas, jefecito! ¡Te lo garantizo! - Dijo Rebeca dándole una palmada en el hombro.- "Eso espero, sino ya sabes lo que le va a pasar a tu familia. ¿No es verdad Rebeca? - habla el hombre y noto que la cara de Rebeca cambia en el mismo momento. Lo que antes era altivez dio paso a una mirada de miedo que confieso me hizo feliz. Era bueno saber que la maldita mujer tenía el culo pegado y también sabía lo que era sentir miedo igual que nosotros. Salí de mis pensamientos con la insoportable
MalúSeguí sentada en el sillón sintiéndome como una pieza de exhibición a la que observaban constantemente. Me aterrorizaba y a la vez me decepcionaba saber que el chico al que tanto deseaba era en realidad un mafioso. Y lo que es peor, un mercader... pero de mujeres. Me mira atentamente, se quita las gafas y las deja en la mesa de al lado, se bebe el vodka y le da otra calada al puro, apagándolo poco después. No sabía qué hacer... No sabía si llorar, gritar o intentar matarlo. Pero, ¿qué podía hacer una chica regordeta como yo con un hombre musculoso e innegablemente delicioso como él? ¡Absolutamente nada!- ¡Deja de pensar asi Malu! ¡No pierdas la concentración! Este tipo no es el Vincenzo Torricelli que siempre te gustaba mirar y soñar cuando hojeabas esas revistas de famosos. Este tipo es el jefe... o capo, como suelen llamarle los ilatianos. Parpadea y todo el mundo está a sus pies. Ordena y pronto está hecho. Manda... Y luego se sacia... Oh como me gustaría ser saciada, devora
MaluMe giré para mirarle y me estaba mirando fijamente. Se dirigió al balcón de la habitación y yo le seguí. Se quitó la chaqueta negra tirándola en un sofá del balcón y se quedó sólo con un chaleco negro que me volvió loca mojándome las bragas con sólo mirarlo.- Así es como deberías vestirte cada noche.... ¿Has entendido Maria Luiza? - Dijo con su voz ronca y sexy que me hizo delirar- Si jefe... - Dije tratando de mantener el control - Pronto te acostumbras... Con el tiempo nos acostumbramos a todo... a todo en realidad... ¿No estás de acuerdo Maria Luiza? - Me pregunta, pero yo guardo silencio y sigo evitando mirarle a la cara. Sé que aunque sea un mentiroso cualquiera, cuando lo miro sigo viendo al Vincenzo Torricelli de las portadas de las revistas y los carteles publicitarios del que me enamoré como una estúpida enseguida. Y eso me desanimó un poco. Y en ese momento era lo que menos quería. Sólo tenía un objetivo, seducirlo, ganarme su confianza y por fin salir de este infie
VINCENZO TORRICELLI Al día siguiente..."Maria Luiza... Malu..."¡Diablos! Esta chica me confunde. No es como las otras que tengo, definitivamente no es como Rebeca. Tiene algo que me atrae además de su cuerpo escultural, sus labios carnosos y su larga melena negra. Pero eso no va conmigo, el sentimiento no es lo mío, no me gusta nadie, sólo quiero satisfacerme y para eso las tengo. Cuando creé mi casa de lujo pensaba en hombres que sólo quieren diversión, placer, calentura sin compromiso como yo. Al fin y al cabo, las mujeres están hechas para eso y no para dominar la vida de un hombre. Ninguna mujer me dominará, no lo permitiré, esta chica, Maria Luiza, quiso jugar conmigo ayer, pero intenté darle una lección: Conmigo no se juega.... A pesar de todo, permaneció callada y sumisa ante mí. ¡Qué intrigante! Con Jairo se resistió mucho, pero conmigo no dudó aunque se dio cuenta de que no era bueno para ella. En fin... es su problema, me la dieron como pago, me pertenece y será mía has
MalúVincenzo o Bernardo, ya no sé ni cómo llamarlo .... ¿Qué más daba? Después de la frialdad y rudeza con la que me trató, no me importó averiguar quién era en realidad. Aunque por lo poco que le he observado, parece un hombre amargado y estoy bastante segura de que nunca ha sido realmente querido por nadie. Por eso no sabe lo que es amar, se siente el dueño del mundo, como si pudiera hacer lo que quisiera con la mujer que quisiera... Seguro que toda esa exposición mediática y esos halagos de esas mujeres enfermas le hicieron sentirse el dueño del mundo... el jefe y el todopoderoso.- Oh Malu, te guste o no también debes tener tu porcentaje de culpa en todo esto. Porque siempre has estado fanática y loca por este hombre caliente... Ouch... me quema entera y siento todo palpitar solo de pensar en sus manos tocando mi cuerpo. Concentrate Malu... Concentrate... No pierdas la concentración... Ha sido espeso y miserable desde el principio contigo. Primero por tratarte como una mercancí
MalúVincenzo llegó justo cuando me disponía a tumbarme en la cama. Me agarró de la cintura, haciéndome estremecer, pero rápidamente encontré la manera y saqué fuerzas del más allá para tumbarme de inmediato, cubriéndome con la sábana. De esa forma alejé al menos por unos instantes esa tentación del infierno que ese hombre representa para mí. Ángel ya se había marchado, pues necesitaba prepararse para otra noche en esta prisión y yo me enfrentaba al peligro sin siquiera poder escapar. Bajo la mirada, dándome cuenta de que entonces él se aleja y se sienta en un sillón.- ¿Así está mejor María Luiza? - preguntó fríamente acercándose.- ¡Un poco jefe! - respondo secamente- ¿Tienes hambre? - pregunta levantándose y sentándose en el borde de la cama, yo me alejo un poco más.- No mucha. - respondo sin mirarle- Necesitas comer para ponerte fuerte, no quiero que te quedes sin fuerzas y te desmayes cuando estés en la cama conmigo mientras te poseo. - Habla con frialdad y eso me causa repug
VincenzoDos semanas después...Después de dos semanas ya estaba loco deseando tener a Maria Luiza en mi cama, en mis brazos y devorarla de todas las maneras posibles. No soportaba dormir en la misma cama que ella y no hacerla mía. No poseerla me estaba volviendo loco. Aquella chica me volvía loco de deseo, de lujuria y hasta el punto de cometer una locura sólo porque deseaba devorarla tan ardientemente. Este deseo por una chica tan inexperta no debería suceder, pero entiendo que sucede porque es el alimento fresco de la época.Hoy me levanté muy excitado, más que de costumbre y por eso decidí cumplir un fetiche con ella. Más que rápido hice algunas llamadas y preparé todo. Me preparé y me senté en el sillón a tomar café y esperar a que se despertara. La miré y sólo hablé conmigo mismo: Esta chica traviesa es seductora incluso durmiendo.A pesar de toda esta inocencia es un peligro para mi cordura, así que tengo que seguir actuando con ella como siempre hice con todas las que pasaro