VincenzoLlegué a la mansión lo más rápido que pude, paré el coche y mi cuerpo temblaba, la cabeza me palpitaba, apoyé la cabeza en el volante y respiré hondo, repitiéndome que tenía que ser fuerte, que no podía tener una crisis ahora, no ahora, Malú me necesita... Abrí la guantera y saqué unos tranquilizantes, me tragué unos tres incluso sin agua y saqué también mi pistola... Salí del coche y miré a mi alrededor, no había nadie, me puse la pistola a la espalda metida en el pantalón.... Pasé la verja, que estaba entreabierta, y me dirigí hacia la mansión, entré y no había nada, no había nadie... Subí despacio las escaleras y recorrí el pasillo, todo estaba muy oscuro, solo la luz de la luna iluminaba el lugar... Me dirigí a una de las habitaciones y cuando entré Malú estaba en un rincón atada a una silla, amordazada y con los ojos vendados, me dirigí hacia ella despacio para no hacer ruido.- Mi amor, soy yo...- susurré agachándome frente a ella y quitándole la venda.- ¡Mi vida! - Di
MalúCuando salía con las manos en alto, oí tres disparos... se me desorbitaron los ojos, me volví e Isabela estaba paralizada... Caí al suelo al instante sin fuerzas.- No!", dije en voz baja, dejando que las lágrimas corrieran por mi cara.De repente oí el ruido de unos coches que llegaban rápidamente... unos hombres vestidos de negro y armados bajaron de los coches y entraron corriendo en la mansión, corriendo hasta Isabela y agarrándola y quitándole la pistola de las manos. Pero ella también estaba como yo, inmóvil, y se la llevaron fuera. Otro hombre vino hacia mí preguntándome si estaba bien, si estaba herida, pero no pude responder, su voz era lejana, me cogió en brazos y me llevó fuera...Todo lo que quería ahora eran fuerzas para correr hacia donde estaba Vincenzo y ver si estaba bien, si estaba herido, si había pasado lo peor. Pero no las tenía, no tenía fuerzas, mi cuerpo no respondía a mi mente.Cuando salí vi a Lorenzo, que se acercó corriendo al hombre que me llevaba y m
MalúCuando me desperté, estaba tumbada en una camilla en una enfermería, y no había nadie... en ese momento me vino a la cabeza, la vez que me enteré de que Lohan había muerto, me llevaron a un sitio así y me durmieron, pero cuando me desperté Vincenzo me dijo que había muerto de verdad... Quería levantarme y correr para saber qué había pasado, pero no podía, aún estaba adormilada... Tenía mucho miedo, miedo de lo que me iban a decir, el corazón se me estrujaba y las lágrimas me rodaban por las mejillas....¿Por qué no hay nadie aquí para ayudarme?¿Dónde están todos?Necesito levantarme, necesito saber que ha pasado, necesito ver a Vincenzo, no puedo soportar que le haya pasado algo.**********LorenzoHabían pasado casi tres horas y nadie había venido a decirme cómo estaba Vincenzo. No podía esperar más noticias, estaba a punto de entrar en urgencias y buscarlo para saber si estaba bien... mis padres estaban juntos rezando en la capilla del hospital, pero yo no podía concentrarme e
MalúEstaba muy ansiosa y nerviosa. Lo único que quería era ver a mi Vincenzo. Abrazarle, cuidarle... me necesita, quiero estar a su lado, quiero decirle cuánto le quiero, hablarle del miedo que sentí al perderle y también preguntarle qué pasó en aquel lugar. Qué pasó con Marcus, y sobre todo, decirle que podría estar embarazada, todo indica que sí, que lo estoy.Pero la demora me estaba matando, no podía esperar más.Me paseaba de un lado a otro en la sala de espera, estaba angustiada.Por fin entró una enfermera y nos dijo que podíamos verle. Ya estaba en su habitación, pero no conseguimos que hablara mucho porque aún no se había recuperado del todo de la operación...Nos llevó a la habitación, y yo ya estaba llorando incluso antes de entrar a verle. Cuando entramos, le vi tumbado en la cama, lleno de aparatos, pero estaba consciente. Cuando me vio, esbozó esa hermosa sonrisa que sólo él tiene. Y en medio de mis lágrimas, yo también le sonreí y me acerqué a su cama.- Mi vida... -di
LorenzoDespués de hablar con Daniela, llamé a Malú y le pedí que nos viéramos en un pub cerca del hospital donde estaba Vincenzo, tenía que contarle lo que Rebeca me había dicho sobre Luan.Me dijo que sí, así que me levanté, me preparé y me fui al pub.Llegué y Malú ya estaba allí, ya que estaba cerca del hospital.- Me has asustado, Enzo, ¿de qué querías hablar que era tan importante? - me preguntó.- Malu, es sobre Luan... -le dije.- ¿Qué pasa con él?- Era un bandido, un asesino, Malu. Estaba con Marcus para matar a Vincenzo... - Disparé.- ¿Qué? ¿Qué quieres decir, Enzo? ¿Quién te dijo eso?- Bueno, fue Rebekah, ella fue la que me contó todo esa noche y luego envió a esos tipos a ir allí conmigo.- Ahora estoy recordando que Isabella me dijo algo así aquel día Enzo... - dijo.- Así es, fue el peor sinvergüenza de todos, te engañó a ti, nos engañó a todos.- No puede ser... ese mentiroso. ¡Odio a Enzo! Confié ciegamente en él.- Malu, no te culpes, sois amigos desde que te casas
Mi nombre es Maria Luiza Torricelli, hoy a mis veintitrés años tengo una vida que daría envidia a cualquier mujer. Siempre soñé con tener una vida como la de esas personas a las que siempre admiré y me encantaba ver en las portadas de las revistas. ¿Sabes esa familia perfecta delante de los fotógrafos? Pues eso es lo que yo soñaba. Hoy la tengo, pero sólo Dios sabe lo que tuve que pasar para tener esta vida de lujo y riqueza. Pero, ¿crees que lo cambiaría todo y volvería atrás en el tiempo si pudiera?¿Sabes por qué? Porque antes era feliz... Y como dice el refrán: era feliz sin saberlo. Pero hoy siempre digo y repito: es mejor llorar sobre sábanas de lino que morir dentro de una choza de tablas.Hasta los dieciocho años viví en la comunidad de Lins de Vasconcelos, en Río de Janeiro. ¿Me gustaba vivir allí? Puedo responderte ahora mismo que disfruté mucho de aquel lugar, pero hoy lo odio más que a nada en esta tierra.¿Sabes por qué? Sencillo... Porque vivir en una comunidad requier
MALURebeca se le acercó toda sonriente y ofrecida, se paró delante de él y rápidamente le dio una palmada en el culo. Luego la abrazó y le dio un beso rápido sin quitarnos los ojos de encima. Me molestó, pero no supe por qué hasta que me di cuenta de que iba a ser peor de lo que pensaba.- "Ahí están las chicas, jefe... -dijo mirándonos con desdén. - Hum... ¡Magnífico! A ver qué tenemos hoy... Y espero que sean mujeres que merezcan la pena y no como la última hornada. - Dijo mirándonos- ¡Están buenísimas, jefecito! ¡Te lo garantizo! - Dijo Rebeca dándole una palmada en el hombro.- "Eso espero, sino ya sabes lo que le va a pasar a tu familia. ¿No es verdad Rebeca? - habla el hombre y noto que la cara de Rebeca cambia en el mismo momento. Lo que antes era altivez dio paso a una mirada de miedo que confieso me hizo feliz. Era bueno saber que la maldita mujer tenía el culo pegado y también sabía lo que era sentir miedo igual que nosotros. Salí de mis pensamientos con la insoportable
MalúSeguí sentada en el sillón sintiéndome como una pieza de exhibición a la que observaban constantemente. Me aterrorizaba y a la vez me decepcionaba saber que el chico al que tanto deseaba era en realidad un mafioso. Y lo que es peor, un mercader... pero de mujeres. Me mira atentamente, se quita las gafas y las deja en la mesa de al lado, se bebe el vodka y le da otra calada al puro, apagándolo poco después. No sabía qué hacer... No sabía si llorar, gritar o intentar matarlo. Pero, ¿qué podía hacer una chica regordeta como yo con un hombre musculoso e innegablemente delicioso como él? ¡Absolutamente nada!- ¡Deja de pensar asi Malu! ¡No pierdas la concentración! Este tipo no es el Vincenzo Torricelli que siempre te gustaba mirar y soñar cuando hojeabas esas revistas de famosos. Este tipo es el jefe... o capo, como suelen llamarle los ilatianos. Parpadea y todo el mundo está a sus pies. Ordena y pronto está hecho. Manda... Y luego se sacia... Oh como me gustaría ser saciada, devora