MaluAparcó el coche y algunos guardias de seguridad nos seguían desde lejos. Entramos en un edificio enorme, debía de tener unas treinta plantas.Cogimos el ascensor y subimos a la última planta. Entramos en una enorme sala de reuniones, había muchos hombres esperándole, todos acompañados de una mujer a su lado. Sólo mujeres bien vestidas con cuerpos envidiosos.- Buenos días señores, siento llegar tarde.... - dijo Vincenzo, sentándose en la silla del extremo de la mesa. Me paré a su lado y empezó la reunión con los hombres. Hablaron de muchas cosas, sinceramente no presté atención a nada. Solo podía hacer planes en mi cabeza y pensar que esta sería una gran oportunidad para escapar. Pronto me puse en acción para intentar escapar de este monstruo.- Jefe, necesito ir al baño... - Le dije al oído.- Un segundo señores... - Dijo mirándome de reojo sin paciencia.... - No puedo hacerlo ahora Maria Luiza, estoy en una reunión de trabajo. ¿No te has dado cuenta? - dice en voz baja pero fi
MalúVincenzo sigue arrastrándome escaleras arriba y antes de llegar arriba sólo oigo la voz de Rebeca que intenta decir algo, pero el ogro la detiene en el mismo momento. - ¿El pequeño Chef y yo? - Rebeca intenta hablar, pero él me detiene rápidamente mirándome con furia - Entonces Rebeca, entonces... - dijo gritandoEntró en la habitación tirándome toda dentro, caí al suelo y me levantó del brazo con fuerza haciendo que me golpeara con todo su cuerpo. Su mirada era puro odio y la mía aún más.- ¿Te has vuelto loca niña? ¿Cómo puedes hablarme así delante de esas mujeres? ¿Te gusta jugar con la muerte? - Gritó.- ¡No puedes acostarte conmigo y luego con ella! ¡No puedes! - Grité yo también.- Puedo hacer lo que quiera, aquí no mandas nada, al contrario... Me perteneces, eres de mi propiedad, mi objeto de placer y nada más. - Grita y yo voy a por él como una fiera salvaje - Te crees el macho, ¿verdad? ¿Crees que estás entre el bien y el mal? ¿Y que puedes disponer de la gente a tu a
MaluYa estaba anocheciendo, así que me duché, elegí un conjunto sexy, me maquillé y me alisé el pelo. Bajé las escaleras y ya habían llegado algunos hombres. Vincenzo estaba en su rincón reservado con Rebeca colgada de él.Me enfurecí al ver aquello y, sobre todo, al recordar su actitud brusca conmigo. Pero me mantuve altiva e intenté no mostrar mi enfado. No le tenía celos, me daba rabia que fuera tan tacaño que acabara con una y luego con la otra.Fui al bar y me tomé una copa. Un refresco, porque no estaba acostumbrada a beber. Pero, como decía mi querido cocinerito: A todo se acostumbra uno en la vida. Pronto todo sería diferente para mí.Sigo en el bar bebiendo y observando el movimiento cuando Ángel se me acerca abrazándome de lado con una sonrisa en la cara.- Amiga... Niña loca... ¿Qué has hecho? Ya sé lo del lío...- "Oh amigo hice lo peor de mi vida y ahora estoy perdida..." dije nerviosa. - Dije nervioso - Tranquilo... yo te ayudare con todo. Sigue los pasos del maestro a
MaluNo paro de verlo y realmente este Marcus es muy guapo. Pelo castaño, barba, cuerpo definido, cara de chulo como todos los de aquí, pero era guapo y perfecto para destruir a Vincenzo.Miré a Angel y ella asintió, señalando al hombre que había visto y deducido que era el hijo de Frederick.... Así que era él, ahora solo tengo que encontrar la forma de llamar su atención.Salieron del reservado y se dirigieron a una de las mesas que había en la pista de baile. Me levanté, me armé de valor y fui hacia ellos. Vincenzo me miró fijamente, pero no me importó. Al acercarme me hice la distraída y choqué con Marcus.- Hola... lo siento señor... realmente soy un torpe. ¿Le he mojado? - Digo en voz baja, mirándolo de arriba abajo.- Hola... Todo está bien princesa. No lo mojaste, pero aunque lo hubieras hecho, una mujer tan hermosa como tú tendría una eternidad de perdón. - Dijo sonriendo, deteniendo sus ojos en mí y mirándome fijamente como si me fuera a tragar.- 'Estaba distraída, lo siento
MalúEntré en el dormitorio, cerré la puerta y me tiré en la cama satisfecha de todo lo que había pasado. ¿Habré conseguido que se ponga celoso de mí? Creo que sí. O mejor dicho, estoy segura. Porque echaba fuego por los ojos.Estaba flipando de felicidad cuando oigo unos golpes seguidos de gritos y patadas en la puerta. Salto de la cama con el corazón tan acelerado que está a punto de salírseme por la boca. - MARIA LUIZAAAAA... ¡ABRE LA PUERTA! ¡YA! - grita con rabia - ¡NO PIENSO ABRIRLA! ¡NI EN SUEÑOS! ¡DÉJAME EN PAZ Y VETE A BUSCAR A TUS MUCHAS MUJERES! - le grito, pero lleno de miedo por lo que pueda pasar - ABRE ESTA MIERDA O TIRARÉ ESTA PUTA PUERTA ABAJO Y TE ENSEÑARÉ LO QUE PUEDO HACER CON MUJERES PETULANTES COMO TÚ. ÁBRELA... - grita y me estremezco al sentir como la puerta de madera maciza tiembla solo con sus puñetazos, era como si la puerta fuera de papel tanto que temblaba. Pero mantuve mi pose y le devolví el grito.- ¡HE DICHO QUE NO VOY A ABRIRLA Y SERÁ MEJOR QUE TE
MalúDeja de darme bofetadas y me sienta con las piernas abiertas. Nuestras miradas se cruzan y nuestros cuerpos se unen como imanes de puro fuego, deseo y pasión. Me sujeta firmemente la nuca, me sacude la cabeza y me habla con firmeza.- No dejes que ningún hombre vuelva a tocarte. Eres mía c@cete.... sólo mía en este car@lho... me fuiste entregada y serás mía para siempre. ¿Entiendes porr@? - Dijo enfadado mirándome fijamente y yo tampoco aparté la mirada ni un instante- "Pero fuiste tú quien me dijo que..." dije, pero él me interrumpió con un violento beso, mordiendo y devorando mis labios. Sus brazos me rodearon, estrechándome contra él, y yo permanecí inmóvil, sin saber qué hacer. Él siempre decía que nunca besaba ni mostraba afecto a sus mujeres, pero me besó y eso me confundió aún más.- Eres mía, entiendes, ¡sólo mía! - me dijo entre beso y beso.- 'Me dejas sin aliento y me asustas, jefe...' dije con dificultad.Al oír eso, me soltó rápidamente, me miró unos instantes y se
MaluAl día siguiente me desperté, miré hacia la cama y él ya no estaba. Me levanté, fui al baño a asearme, ducharme y vestirme. Bajé al salón y las chicas estaban tomando café.- Buenos días chicas...- dije sonriendo y me senté al lado de Ángel.- Buenos días compañera. Se te ve feliz eh... - preguntó Ángel mientras bebía su café. - "Lo estoy... ¿has visto? Ayer se volvió loco cuando me vio con Marcus. - Dije en voz baja, sirviéndome una rebanada de pastel de maíz y un poco de café. - Te dije que lo haría. Está loco por ti, Malu. Ojalá pudiera verlo, un hombre tan delicioso... Lo agarraría y no lo soltaría nunca. - Angel dice traviesamente- Es un tramposo lo admito, pero me atrapa de una manera que no puedo resistirme. - Digo en voz baja mirando como Rebeca se acerca- Vaya, ya me lo imagino, debe ser un dios griego en la cama. ¿Verdad que sí? - Pregunta Ángel y yo me pongo un poco incómoda - Para ya Ángel - Digo seriamente - ¿Qué es lo que pasa? ¿Estás celoso? Te advertí que no
MaluEstaba tan distraída pensando en todo lo que me está pasando y como mi vida ha cambiado en este tiempo a peor. Fui entregada al mismísimo diablo para pagar por una duda que no era mía, me hace pensar lo injusto que es todo y en especial la vida. ¿Cómo alguien como yo que nunca ha hecho daño a nadie puede tener un destino tan cruel?Todo es muy incierto, sobre todo mi futuro. Pero, como siempre he tenido mucha fe en Dios estoy segura de que todo en mi vida tiene su mano. Puede que ahora no entienda muchas cosas, pero con el tiempo estoy seguro de que todo será diferente. En fin, el caso es que me perdí recordando mi desgraciado destino y ni siquiera me di cuenta de que había pasado el tiempo. Eran casi las cinco de la tarde y aún no estaba preparada.Vincenzo ya hacía más de tres horas que se había ido a hacer quién sabe qué.Por otro lado, es bueno llegar pronto, si llega y no estoy preparada tendré problemas. Y ahora mismo es mejor no provocarle, al menos con eso.Solo espero