M*****A TENTACIÓN. CAPÍTULO 83. Perdón Podía parecer una completa casualidad, pero Elijah estalló en risas, acercándose a una de las mesitas de noche junto a la cama y sacando una cajita. —Quería esperar a un momento especial para darte esto… o quizás lo estaba alargando porque tenía miedo de que me dijeras que no, o que creyeras que lo estaba haciendo solo por el bebé —dijo poniéndola en sus manos—. Pero jamás habrá un momento mejor porque yo te amo, ahora, siempre, con desesperación… te amo, Lynett. Y por nada del mundo voy a dejar de luchar por nosotros, por nuestra familia. Lynett sostuvo la cajita y se mordió el labio inferior, dándose cuenta de que era demasiado pesada. —Creo que esto se va a hacer una tradición en la familia ¿no es cierto? —preguntó refiriéndose a que lo que tenía en las manos no era un simple anillo de compromiso. —No, tu padre la empezó y yo estoy dispuesto a continuarla contigo —sonrió Elijah—. Así qué… Lynett desenvolvió el pequeño papel de regalo para
EL COMIENZO DE UNA NUEVA HISTORIA.Era preciosa, era la niña más preciosa del mundo para él y no había que mirar dos veces al rostro de Elijah para saber que estaba completa y absolutamente enamorado de su hija. Aquellos primeros dos meses no habían sido cansados para ellos porque tenían una familia enorme que siempre estaba dispuesta a ayudar, así que Lynett y él podían disfrutar de la nena y a la vez tener unos ratitos románticos, porque Elijah no estaba dispuesto a dejarla olvidar que estaba desesperado por casarse con ella.—¿Y si hacemos un mega evento? —preguntó Sebastian uno de esos días en que se habían reunido en la casa grande para cenar todos juntos.—¿Quieres una boda doble? —intentó molestarlo Asher, que sabía que ya llevaba un par de años dándole vueltas al asunto de su noviazgo sin decidirse.—¿Y por qué no? —replicó Sebastian—. Nos tomamos una semana de vacaciones. Elijah termina de echarle al cuello a Lynett, bautizamos a Eleanor, y yo dejo que mi novia por fin tenga
LA TRAMPA PERFECTA.SINOPSISMichelle Dalton está escapando de su propia boda, de un compromiso que su padre quiere imponerle contra su voluntad, cuando la casualidad la hace toparse con aquel hombre herido en plena carretera.Su buen corazón la hace ayudarlo de inmediato… y su instinto de supervivencia la hace aprovecharse la situación cuando se entera de que él no recuerda absolutamente nada.La desesperación lleva a la gente a hacer cosas impensables, y Michelle no podía negar que estaba desesperada. Así que aquella era la casualidad perfecta, la oportunidad perfecta… la trampa perfecta.No podían casarla si ya estaba casada, ¿no? ¿Y qué tenía de malo ayudar a un pobrecito, pobrecito… hombre… sexi… peligroso… desconocido que no recordaba ni quién era?CAPÍTULO 1. Un decreto al universo.—¡Micheeeeeeeelle!El grito de su padre la hizo lanzar los tacones por la ventana porque no tenía otros zapatos, y lanzarse ella detrás mientras intentaba recogerse el vestido de novia para correr m
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 2. Un par de deseos cruzados“¡Dispárale! ¡Anda, dispárale y vamos!”“¿Para qué? ¿No ves que ya se está muriendo?”“¡Tenemos que hacer el trabajo completo!”“Y el trabajo está hecho, deja de molestar. Ahora súbete al maldito auto, que hay un casino esperándome en Las Vegas”“¿Le quito la cartera…?”“¡Pues claro que se la quitas, imbécil, esto tiene que parecer un robo!”Las palabras eran lejanas y dolorosas mientras la sangre salía de la herida en su cabeza y el hombre sentía que cada uno de sus órganos se había roto por dentro. Sin embargo en cuanto su vista se oscureciera, olvidaría cada una de ellas y solo rogaría por no morir al costado de aquella carretera.Quizás era un alma buena que se merecía que aquellas súplicas fueran atendidas, o quizás aquellos dos deseos se habían cruzado, porque algunas horas después una camioneta derrapaba muy cerca de él y escuchaba lejana y asustada la voz de una mujer.Si no hubiera sido porque tenía la adrenalina a top
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 3. Una señal de Diosito—Sebastian… ¡te llamas Sebastián, príncipe! ¿No te acuerdas? —exclamó Michelle adelantándose con preocupación, porque no podía ni imaginar lo terrible que debía ser despertar en la cama de un hospital sin conocer a nadie, sin recordar nada, ni siquiera su propio nombre.Sin embargo aquel gesto desesperado fue malinterpretado por el doctor, que de inmediato pidió que la sacaran y la tranquilizaran.—Por favor, señora, todo estará bien —le dijo una enfermera con voz afable—. Estas heridas en la cabeza dejan secuelas muy complicadas, y sé que es difícil que alguien a quien usted ama no la recuerde, pero… hay posibilidades de que se recupere… tal vez…—¿Tal vez? —la increpó Michelle azorada.—Bueno… —La enfermera se rascó el cuello con gesto nervioso, pero no podía mentirle—. La verdad es que algunos pacientes con este tipo de traumatismo no se recuperan.Michelle se llevó las dos manos a la cabeza y se sentó donde la enfermera le indic
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 4. Una esposa loca —¿A ver, usted me ve cara de idiota? —rezongó Michelle chasqueando los dedos delante del valuador de la casa de empeño al que le había tirado la puerta a las cinco de la madrugada—. ¡De loca sí, pero de idiota no! ¿Está claro? Este pedrusco tiene más de cuatro quilates, es un diamante limpio y pertenece a una de las colecciones más exclusivas de Tiffany. —¡Pues sí, pero ¿tiene su documentación?! —la increpó el hombre y Michelle ondeó frente a él aquel papelito que había tenido muy buen cuidado de poner a su nombre y guardar cuando el adefesio se lo había comprado. —Por supuesto que lo tengo, así que no juegue conmigo. Eso vale un dineral, y no estoy pidiendo mucho a cambio —sentenció ella. El valuador respiró profundo porque solo le tomó un instante revisar los documentos y darse cuenta de que eran auténticos. Y era verdad que ella no estaba pidiendo mucho a cambio, pero lo que necesitaba él no lo tenía. —Ven conmigo, creo que hay al
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 5. ¿Qué vas a hacer?—¡Yo contigo no voy ni a la esquina! —exclamó Sebastian achicando los ojos con una expresión de desafío que acentuaba cada línea feroz de su mandíbula, y Michelle se contoneó frente a él.—La cuestión es, príncipe, que sin mí no vas a saber ni siquiera dónde está la esquina, así que no es como que tengas muchas opciones. ¿No es cierto?—¡Deja de llamarme príncipe! —reclamó él.—Cierto, ya te estás convirtiendo en el ogro del cuento —siseó ella con una sonrisa descarada—. Ya me habían avisado que los hombres se ponían dominantes y tercos después del matrimonio, pero esto es pasarse mucho… Shrek.Sebastian le abrió los ojos porque entendía perfectamente la referencia —aunque tampoco sabía cómo—; pero antes de que pudiera lanzar la primera protesta, Michelle le dio la espalda y salió a buscar al médico.—Doctor, tenemos que hablar. ¡Sebastian está muy inquieto y terco, pero tiene que irse conmigo porque no tiene a nadie más, pero no me re
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 6. Una mujer tradicionalSebastian miró a todos lados y exhaló un suspiro de resignación. Aquella mujer estaba loca, pero todo parecía indicar que era su loca y además, ¿cuáles eran las alternativas? ¿Sentarse en un banco del parque más cercano y esperar a que por un milagro le volviera la memoria?Le hizo un gesto de asentimiento a Michelle y no pudo evitar notar que el rostro de la muchacha se iluminaba con una sonrisa, como si la hiciera la mujer más feliz del mundo, ¡loca!, pero feliz.Ella le abrió la puerta del copiloto con deferencia y lo ayudó a subir mientras Sebastian miraba alrededor. No tenía ni idea de quién había sido, pero aquella camioneta fea no se sentía como muy… él.—¿Exactamente qué fue lo que trataron de robarnos? —preguntó de repente y ella trató de aguantarse la risa.—¡La Cheyenne, apá! ¡Se llevaron la Cheyenne! —exclamó Michelle pisando el acelerador y solo unos pocos minutos después se metía en el tráfico, mientras Sebastian se l