En Isla Paraíso, Rafael: Salí de la Clínica con el chófer directamente a la mansión para ducharme y vestirme. Después, me fui directo al aeropuerto en donde me esperaba la tripulación para ir hasta la Isla. Este, ha sido el viaje más largo y angustioso de mi vida. Al aterrizar en la Isla, en el mismo aeropuerto alquilé una camioneta y me dirigí hasta la mansión de Sofía, en donde pude observar el cerco policial desde unos metros antes de la entrada. Al llegar a esta, fui retenido por la comisión policial que custodiaba la casa. Me identifiqué con ellos, al consultar el funcionario mi vínculo con la familia, expresé claramente que era el novio de Sofía. Supuse, que Estefanía ya había hecho mención sobre mí. Este, de inmediato, se comunicó con su superior y me dieron acceso a la mansión. —¡Estefanía! ¿Qué ha pasado? ¿Qué sabes de Sofía? —pregunté angustiado, observando un montón de personas dentro de la casa, instalados frente a unas laptops. Ella caminó hacia mí, junto a un hombre
El Narrador: En Ciudad la Rosa, en la mansión Medina Los delincuentes contratados por Mirelys y su madre, unos sometieron al vigilante, que estaba ubicado en la parte delantera de la mansión, quien en el forcejeo con estos, salió herido. Otros, entraron por la puerta trasera y doblegaron al jardinero. Este, se encontraba realizando sus labores por el jardín, cuando observó la presencia de dos personas ajenas a la familia, quienes entraron por el portón del servicio. Al reclamar a estos la entrada sin autorización, fue golpeado salvajemente. Luego, continuaron su camino hacia el interior de la mansión, reprimiendo a las mujeres del servicio doméstico a quienes encerraron en el baño. Entretanto, en la parte alta de la casa, en su habitación se encontraba Yoly del Mar, chateando por su celular con sus amigas. Una vez, que las mujeres fueron encerradas en el baño, estos, con el camino libre, subieron las escaleras buscando a su víctima, quien no se había dado cuenta de nada. Ellos ab
En Isla paraíso, Rafael: Habiendo transcurrido más de cuarenta y ocho horas de la desaparición de Sofía, el equipo de investigación internacional que contraté, pidió reunirse conmigo. Para esto, los reuní en la mansión con Benjamín, Estefanía y las gemelas. Ellos proyectaron el vídeo que consiguieron del local ubicado en el frente del centro comercial por donde Sofía estacionó su camioneta. Obviamente, los dos hombres que se le acercaron cuando salió del centro comercial, tenían pasamontañas puestos. —Señor, de conformidad con las cámaras ubicadas en el local que está frente al centro comercial, estos fueron quienes se la llevaron —me refirió, el jefe del grupo comando. —Obviamente, no se puede apreciar el rostro de los delincuentes porque los tienen tapados. No obstante, la cámara captó la camioneta que utilizaron para el secuestro —me explicó el otro miembro del grupo y quien aclaró que era robada. —También se evidenció que Sofía estaba herida —exclamé enojado y preocupado po
El Narrador: En la mansión Zambrano Al salir de la Clínica, donde estaba recluida Camila, Mirelys fue directamente a su mansión. En esta, le estaba esperando su madre, para discutir con esta sobre la decisión dada al delincuente de mantener drogada a Yoly. —¿Qué tienes en el cerebro? —Cuestionó su madre con rabia, apenas esta entró a la sala de la mansión. —¿Por qué lo dices? —inquirió ella. —¿Voy a mantener el vicio de los delincuentes esos? No te imaginas la cantidad de dinero que me han pedido para mantener a tu rival drogada —añadió esta. »¿Hija, creo que aún no has entendido, la grave crisis financiera que estamos pasando? No contamos con dinero suficiente para lo que deseas, así que llama al malandro ese y convence a estos, que cambiaste de opinión. »No podemos darnos el lujo, que se enteren de que no tenemos dinero para pagar todo eso —exigió su madre, llevándose las manos a su cabeza, alisando sus cabellos hacia atrás. —No voy a cambiar de plan, venderé algunas de mis j
Rafael: Una vez, que concluyó esta videollamada, el jefe del grupo comando que contraté, me llamó por el número privado. Este, me explicó que en estos momentos todo parece indicar que fue por celos o rivalidades entre ellas, por mí, lo que llevó a esta desaparición. —¡Si así presumo! —Confirmé— por el problema que hubo en el baño del hotel, lo cual fue explicado por Estefanía, la madre de Sofía, cuando le tocó declarar. —¡Rafael, no hay declaraciones en el expediente, de la madre de Sofía, ni tuyas! Esto no consta en las actuaciones. Al parecer, alguien ha estado manipulando el expediente. O las desapareció o las discriminó sin razón alguna —señaló este. —¿Si quieres, llevó mañana a Estefanía conmigo? Para que nos tomen declaración nuevamente a las dos —cuestioné preocupado— Para mí, en esto está la mano negligente del inepto y corrupto Comisario, que inicialmente tenía el caso. —¡Probablemente! Y si es preferible que vengan los dos a declarar —Recomendó él— Además, quería infor
Rafael: Asombrado, anonadado, inconscientemente me llevé la mano derecha a mi marca de nacimiento, la cual conozco perfectamente porque ha estado conmigo desde que nací. Tía Anastasia, se levantó de la orilla de la piscina, como impulsada por un resorte. Estefanía entrecerró sus ojos y me miró con desconfianza. Sheyli hizo lo mismo. Los trillizos me observaban felices, admirados y caminaron en la piscina hacia donde me encontraba. Me quedé inmóvil y vino a mi memoria como un rayo de luz aquella noche con Sofía… «¡Si era ella! La misma mujer de aquella noche, con su larga cabellera rubia y su cuerpo puro y virginal. Era mi Sofía, la que durante días, semanas, meses perturbó mis sueños y mi quietud». Al acercarse ellos a mí, me acuclillé para ponerme a su altura y pasé mi mano por la marca que tienen entre sus tetillas. Reconociéndola perfectamente idéntica a la mía, los abracé uno por uno, desbordando mi corazón, de una emoción indescriptible. Era algo que no podía describir. Estab
Rafael: —¿Por qué no indagaste cuando viste por primera vez a Sofía, después de esto? —Me preguntó Estefanía— ¿Por qué no te llamó la atención el parecido físico entre los trillizos y tú? —me acorraló ella, enojada. —Al principio, si me llamó la atención el parecido de los niños conmigo, así como el nombre de tu hija, pero por unas palabras de Sofía, descarté que fuera ella, aquella joven —confesé. —¿Qué palabras? —me interpeló ella. »Sofía, mencionó el día de la inauguración de la sucursal “que nunca fue asidua visitante de discotecas”. De ahí, que rechacé definitivamente que pudiera ser ella, porque según sus palabras, no era visitante de las mismas —comenté. —Ese día Sofía fue a la disco porque Shayla y yo la convencimos. Ella estaba enojada porque sus padres no habían asistido a su acto de grado —replicó Sheyli. —¡Eso es cierto, su padre y yo no pudimos asistir! Debido a un acto oficial de la Naviera —corroboró Estefanía. —Por otro lado, esta Sofía era distinta a la otra. Es
En la Hacienda, el Narrador: Aun en el despacho de la hacienda, aclarando totalmente esta situación, Rafael, solicitó a Estefanía y a Sheyli, no comentar nada de esto a los trillizos, pues anhelaba dar esta noticia a sus hijos con Sofía. Las dos, estuvieron de acuerdo aclarando que esto era algo que solo le compete a Sofía, como su madre. Ella, deberá explicar todo a sus hijos. De esta manera, no se producirá en ellos algún trauma o consecuencia que en el futuro los pudiera afectar. Fue así, como salieron hacia la piscina no sin antes, abrazar cada una a Rafael, en señal de aceptación del vínculo de este con los niños de Sofía. Él, aprovechó este momento para aclarar sus sentimientos hacia ella y lo que habían decidido el día de su rapto. Sheyli, aún asombrada por esta coincidencia, evaluó a Rafael. Él, era un hombre extraordinario, muy caballero, como quien dice, un buen partido, billonario, productor, profesional, guapo, superatractivo, en fin, el sueño ideal de cualquier mujer.