—Yo.. no quise.. no fue mi intención..
—Basta de excusas. —mi cuerpo se estremece cuando golpea con el puño la puerta, mis ojos no se apartan de los suyos, sintiéndome atraída por él. —Así que tu nombre es Alira. —asiento con un si moviendo de cabeza de arriba abajo. —Es un nombre sensual y seductor.
No comprendía porque, pero sentía que lo había visto antes pero no recuerdo donde. No podía dejar de admirar su rostro, era como si fuese un ángel pero de esos ángeles que te incitan a caer en el pecado del deseo, su mirada, tenía algo que me atraía demasiado, como si esa belleza suya sólo fuera una fachada para ocultar lo que en realidad es el.
—Dime Alira,.. —mi cuerpo se congela cuando toma mi mano derecha. —¿De qué estas huyendo?. —muevo mis ojos de un lado a otro. —¿Me dicho, De quién estás huyendo?
—E-Es.. algo.. que no te.. concierne.
—¿Eso crees?. —alza una ceja.
Lo primero que noto en él es que cada vez que habla, siempre va acompañado del sarcasmo y es narcisista. Intento alejarme de él, tenía un aire que no me daba confianza y eso es más que suficiente para mí para que me alejé de el, al escuchar un gruñido salir de su garganta lo observo con asombro, su forma de verme, era como si fuera su presa y que estaba saboreando con solo verme antes de atacar, un bocadillo que ansiaba tener en su boca. Como si fuera un embrujo algo estúpido de creer, yo quería que se hiciera realidad.
—¿Me tienes miedo Alira?.
—Si. —se escapa de mis labios.
Su rostro no era de asombro como yo no lo esperaba. —Me alegra saberlo, porque así debe ser.
¿Qué clase de respuesta era esa?.
No sé, a que estaba jugando. Cada vez que daba un paso hacia atrás, él daba uno hacia al frente acortando la distancia entre nosotros, sin saber sigo retrocediendo hasta que mis pies se deslizan y lo primero que hago es sujetarme de su sudadera haciendo que ambos cayéramos tendidos en el suelo.
Al abrir mis ojos me llevo una enorme sorpresa cuando siento unos tibios labios sobre los míos, ambos estábamos estupefactos, incrédulos de que habíamos terminado en una situación como está.
Mi cara ardía de la vergüenza y más al sentir su mirada sobre la mía y su cuerpo sobre el mío, olía tan delicioso que me hizo disfrutar de su fragancia que debe costar una fortuna para mí, pero lo más inedito de todo esto es que disfrute el momento en que nuestros labios se sintieron.
—Bastián,.. has visto a la chica..
Ambos permanecemos inmóviles cuando vimos a la señora que me atendió en la puerta observando nuestro accidental beso.
El rubio se levanta de inmediato molesto, en cambio yo parpadeo sin comprender como me había besado con otro chico cuando no tenía ni dos horas desde que descubrí el engaño de mi novio.
—Alira..
Cuando escucho la voz de Harvey mi mente reacciona, frunciendo el ceño me levanto del suelo acomodando mi ropa, adolorida salgo de la habitación pero Harvey me toma del brazo.
—¿Podemos hablar de lo que pasó?.
—Con lo que logré escuchar es mas que suficiente para mi. —solté tajante. Cuando mis ojos ven a Ana, cabreada le arrebato mi mochila de sus manos. —Ahora entiendo perfectamente tus palabras, y tienes razón, como no le di lo que deseaba, lo busco en la más ofrecida de la universidad, tenías mucha razón, hombres son hombres.
Ella ni siquiera me respondió en cambio desvío su mirada de la mía.
—Déjame que al menos te lleve a casa. —cuando me toma de la mano lo empujo molesta. —Ali.. es tarde déjame llevarte.
Mi dolor por su traición incrementa cuando me llama Ali. —Prefiero irme caminando en medio de la noche, que irme con un idiota y traidor como tú Harvey.
—Soy tu novio y debo llevarte a casa.
—¡¿Qué?!. —me río sarcástica. —¡Acaso no entiendes!. Por si no te ha quedado claro, tu y yo no somos nada. —dije furiosa por su cinismo al decir que era mi novio.
Con rabia limpio mis lágrimas al ver que personas que ni siquiera conocíamos estaban espectando nuestra escena. Ni siquiera sabia como, pero había logrado atravesar el bosque hasta salir de la propiedad de los Corwin.
Abrazándome a mi misma por el frío aire que cala mi cuerpo, camino por la carretera en medio de la noche aún sabiendo que podría sucederme lo mismo de la vez pasada que estuve sola, pero supongo que en estos momentos solo quería estar sola sin que nadie me molestara.
¿Cómo pudieron hacerme esto?. Ambos me traicionaron y de la peor forma, el decía amarme cuando solo eran palabras vacías para que yo me las creyera y así tenerme en su cama como las demás lo hicieron incluyendo a mi ex amiga.
—No deberías caminar sola, es peligroso para una chica como tú andar en lugares como un bosque donde un maniático podría esconderse y acecharte.
Casi me da un infarto cuando veo a mi lado izquierdo al chico rubio. —¡Dios!.. ¡¿Acaso me quieres matar de un infarto?!.
—No creo que eso sea posible. —Ladea una sonrisa. —Eres más resistente de lo creí.
—¿Disculpa?. —cuestiono confundida.
Sigo caminando, ignorando que estaba siguiendome pero de la nada me toma de ambos brazos y nuevamente me obliga a verlo a los ojos.
—Ya lo decidí, tú serás mía.
—¿Qué?. —repito confundida. —Estas loco. Tu no puedes decidir eso y mucho menos por mí.
—¿Por qué no?.
—Ni siquiera me conoces y yo tampoco a ti, además, por si no lo has notado, acabo de terminar con mi novio, así que pierdes tu tiempo conmigo.
Molesta por su extraño comportamiento lo empujo y más al ver que un autobús se aproximaba. Logrando tomar el autobús, camino dentro el mientras observo que el rubio sostenía una mirada tenebrosa al verme, sus labios se mueven haciendo que tragara grueso al entender claramente sus palabras.
“Eres mía".
¿Pero demonios ocurre con ese sujeto?. Definitivamente este día no pudo ser peor para mí. Al llegar a casa mi madre me recibe y cuando menciona la invitación de cenar con nosotras para Harvey, acongojada subí a mi habitación para llorar en silencio, sabía que mamá pediría una explicación pero al saber que necesitaba mi espacio no me preguntaría nada por ahora.
Extrañamente me sentía mal por haber terminado mi relación con Harvey pero lo más extraño es que solo lloré por unas dos horas, luego de eso, ya no sentí nada, en cambio, solo revivía las ultimas palabras de Bastián en mi mente.
“Eres mía".
—¿Pero que le pasa a ese tipo?. —musito confundida. —Enserio que está loco.
Al despertar gracias a la alarma, me levanté sin ánimos de ir a la universidad pero como era mi segundo día y mi primer año, debía ir, si o si, o si no mamá me obligaría a ir de todas formas, así que decidí fingir que no había pasado nada para que no supiera que mi relación con Harvey se había acabado, algo que jamás se me cruzó por la mente que pasaría y menos comenzando el año.
—¿Ya te sientes mejor?. —Mi madre me observa fijamente.
—Si, lo estoy. —respondo tomando un poco de jugo y huevo frito. —Me tengo que ir.
—¿No vas a esperar a Harvey?.
—No.. —me detengo bajo el marco de la entrada del comedor. —Le dije que no era necesario, me puedo ir en el autobús o en taxi.
Veo la hora, apresurada, me despido de ella al ver que era tarde y lo menos que quería era faltar a la primera clase del dia, no, en mi segundo día.
Hace un año cuando al fin había tomado el valor para declararle mi sentimientos a Harvey, me sentí plena y feliz ya que el también sentía lo mismo por mi, creí que todo sería perfecto pero ahora que me veo caminar algunas calles para llegar al campus, me doy cuenta que nada es para siempre, ni siquiera una relación como la mía.
Al ver a la entrada del campus, ahí estaba Ana, esperando a alguien, probablemente a Harvey o eso es lo que creí. Cuando ella me mira por un momento luego se hace aún lado para que siguiera mi camino, pero opté por no hacerlo y me entretuve en la pequeña cafetería que se encontraba fuera del campus.—¡Hey por aquí!.. —abro mis ojos de la sorpresa al ver a Lucas dentro de la pequeña cafetería.—¿Qué haces aquí?. —pregunto confundida pues según tengo entendido que los del equipo de fútbol tienen otro sitio de reunión a esta hora. —¿No deberías estar con él equipo?.—Decidi tomarme mi espacio personal. —es una sorpresa para mi su respuesta. —Ya sabes, mi sucia consciencia… y yo, no sabes de lo mucho que hablamos. No puedo evitar reírme. —Oye,.. ¿En verdad terminaste con Harvey?. Sujeto con firmeza mi mochila mientras mi sonrisa desaparece. —Lo siento, pero no es de algo del que quiera hablar. —lo veo a los ojos. —En especial contigo que eres
Estaba asustada, completamente lo estaba, no sabía a dónde planeaba llevarme o mejor dicho, que planeaba hacerme, lo único que puedo hacer es observar como conduce en silencio con una expresión calculadora y fría.—¿A dónde me llevas?. —hago mi pregunta en murmullo.—Tranquila. —me mira con una sonrisa traviesa. —Solo te llevo a un lugar donde podamos hablar con más privacidad. —por unos segundos me mira haciéndome tragar en seco.No lo podía evitar, era tan atractivo que me hacía pensar en cosas que jamás creí que pasarían por mi mente con facilidad, algo que no es común en mi, ¿Qué diablos pasa conmigo?. ¿Acaso yo lo deseo?. Como puedo pensar en cosas como esas y más cuando acabo de terminar una relación apenas hace unas horas atrás. Es un sujeto realmente extraño, su mirada, su gestos, su forma de hablar tan dominante, me tenían embelesada completamente.—Muy bien señorita. —abre la puerta del auto y me ofrece su mano. Dudosa lo acepto. —Por aquí.Su
—Bien. —Vuelve a sonreír por un segundo. —Yo decidiré cuando será el momento ideal, por ahora solo disfrutaré de tu hermosa belleza cortejandote. —acaricia mi rostro pero mi cuerpo lo rechaza al principio al ni confiar en él. —Eres una hermosa Gorrión que no puedo enjaular en mi casa, me encanta verte feliz siendo libre, es por eso que te doy esta opción.Ni siquiera sabia como reaccionar ante todo esto, no tuve la oportunidad de pensar y procesar lo que estaba pasando en cuestión de minutos, y lo peor es que cuando quería llevarle la contraria un dolor se instala en mi pecho que ardía con fervor al no saber como librarme de este sujeto que estaba enfermo.—¡No!. —solté molesta. —¡Yo no voy a hacer tu juguete o lo que sea!. —No hagas que esto sea por las malas Alira.Le doy mi mejor derechazo y salí corriendo. No sabía como había tomado el valor para contradecirlo y golpearlo, y tal vez la razón sea la traición de Harvey y Ana. No me importó arriesgar mi
Nuevamente me encontraban en la mansión Corwin, contemplo la enorme casa mientras respiro hondo al no saber lo que pasaría conmigo de ahora en adelante, molesta observo y sigo cada movimiento de Bastián.—¿Vas a entrar o te quedaras de pie mientras piensas como escapar?.—Yo no pienso escapar…—Eso no es lo que dice cada latido de tu corazón. —se acerca a mi y me repara de pies a cabeza. —Pero para tus desgracias desde ahora los alrededor siempre estarán vigilados.Me da la espalda y dejándome atrás con mi equipaje entra a la casa sin siquiera tomarse la molestia de ayudarme.“Madito idiota".Al entrar la señora me vuelve a recibir y como siempre con mucha amabilidad.—Cariño, que alegría que hayas vuelto. —ella me abraza como si me conociera desde antes. —Pero que descortés de mi hijo dejarte con ese equipaje, ¡¡Tomas, ayúdale a la señorita con su equipaje. —dijo llamando a su sirviente. Cuando sus ojos se posan sobre mi nuevamente, ella me
Inhalo profundamente antes de continuar caminando hasta llegar a mi casillero, iba un poco tarde pero no importa, puedo presentar una excusa mañana por mi falta de hoy, no quería arruinar mi día así que decidí restarle importancia a mis problemas.Cuando giro sobre mis talones mi cuerpo se paraliza al ver que Bastián venía hacia donde me encontraba y traía una mochila sujeta con una mano. ¿Qué hace aquí?.—Puede que te haya dejado nuevamente en tu casa mi gorrión, pero eso no significa que no estaré pendiente de ti. —susurra al detenerse a un costado mío. —Nos veremos después.Como si fuera una escena sacada de una película cuando lo busque con mi vista al ver hacia atrás el ya no estaba a mis espaldas. ¿Acaso mi mente lo estaba imaginando o Bastián?.. no, eso sería imposible, el no aparenta ser un estudiante.. espera, ahora que lo recuerdo el está vez no traía barba.No podía quedarme con la curiosidad así que a grandes pasos caminé hasta la ofic
—Ana me lo dijo todo. —dice con resentimiento. —Todo este tiempo era por el que ibas a ver a tu padre. Por eso le sugeriste a Ana que fueran a la mansión Corwin. No podía creer que Ana haya dicho tantas mentiras, pero es de esperarse que busque la forma de poner en mi contra a Harvey más al ver que Harvey sigue molesto por lo que pasó, ahora ella busca la forma de hacerme sentir como la villana. —Bastián, necesito que te vayas. —le doy la espalda a Harvey para verlo a él. —No me iré de aquí. —Porque es tan arrogante. —Si el quiere una pelea, se la daré. —Por favor. —suavizo mi voz. —Quiero hablar a solas, con Harvey. —¿Acaso piensas que te dejaré a solas con él?. —noto el enfado en su voz. —Te lo advertí Alira.—Y lo sé. —suspiro en rendición. —Pero si queremos que esto funcione, debes confiar en mi Bastián.No muy convencido acepta irse pero como si estuviera marcando su territorio me besa castamente frente a él y yo se lo per
Cabreado, Harvey toma de su chaqueta a Lucas. —No te metas en esto Lucas. ¿o estás conmigo o con él?. —masculla.—Yo no voy ser parte de esto. —se suelta de su agarre. —Y no te voy a apoyar amigo, sabes que siempre estoy de tu lado pero esta vez, no.—Está claro entonces de que bando estas. —los amigo de Harvey sacan de la cajuela de sus autos bates de béisbol. —Vamos a darle una lección amigos.Estaba incrédula de lo que estaba viendo, este no es el Harvey que yo conocí y del que me enamoré, y lo peor es que esta por cometer un atropello contra ellos incluso contra Lucas. Me levanto con intenciones de intervenir pero Jessica me toma del brazo y me dice que observemos pero es la peor estupidez que me pudo decir.—Ali, solo mira. —señala a Bastián. Lo observo. —Ves, el está calmado, no tiene miedo.—Eso no significa que nos quedemos de brazos cruzados Viendo como esos chicos se convierten en unos asesinos —espeto nerviosa. —Tengo que ir.—Alira no.
Me suelto de su agarre y lo fulmino con la mirada, ni entiendo cuales su empeño en que todos sepan que soy suya. En todo el camino mi madre iba plácidamente conversando con él pero lo que más me deja sorprendida es el cinismo de Bastián. Cuando llegamos a casa mi madre baja del auto de Bastián y cuando lo hago yo tiro con rabia la puerta de su auto.—Nos vemos mañana. —dice con una sonrisa que me enfurece.—Claro. —suelto con sarcasmo.—Alira, —me quedo inmóvil sobre mi lugar. —Mi madre me pidió darte esto.Giro sobre mis talones , frunzo el ceño al ver la pulsera. —¿Por qué?.—No lo sé. —se encoge de hombros. —Supongo que te acepta.—Ja, ja.Al verlo marcharse hago una mueca de fastidio porque es un tipo insoportable y difícil de lidiar con el, me desespera y eso me enfurece pero, de alguna forma siento que no lo odio, al contrario, me agrada, con su comportamiento arrogante, egolatra y sarcástico, me agrada en cierta forma. Tal vez no sea