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CAPÍTULO 3 –Pensando en el angel

—Yo.. no quise.. no fue mi intención..

—Basta de excusas. —mi cuerpo se estremece cuando golpea con el puño la puerta, mis ojos no se apartan de los suyos, sintiéndome atraída por él. —Así que tu nombre es Alira. —asiento con un si moviendo de cabeza de arriba abajo. —Es un nombre sensual y seductor.

No comprendía porque, pero sentía que lo había visto antes pero no recuerdo donde. No podía dejar de admirar su rostro, era como si fuese un ángel pero de esos ángeles que te incitan a caer en el pecado del deseo, su mirada, tenía algo que me atraía demasiado, como si esa belleza suya sólo fuera una fachada para ocultar lo que en realidad es el.

—Dime Alira,.. —mi cuerpo se congela cuando toma mi mano derecha. —¿De qué estas huyendo?. —muevo mis ojos de un lado a otro. —¿Me dicho, De quién estás huyendo?

—E-Es.. algo.. que no te.. concierne.

—¿Eso crees?. —alza una ceja.

Lo primero que noto en él es que cada vez que habla, siempre va acompañado del sarcasmo y es narcisista. Intento alejarme de él, tenía un aire que no me daba confianza y eso es más que suficiente para mí para que me alejé de el, al escuchar un gruñido salir de su garganta lo observo con asombro, su forma de verme, era como si fuera su presa y que estaba saboreando con solo verme antes de atacar, un bocadillo que ansiaba tener en su boca. Como si fuera un embrujo algo estúpido de creer, yo quería que se hiciera realidad.

—¿Me tienes miedo Alira?.

—Si. —se escapa de mis labios.

Su rostro no era de asombro como yo no lo esperaba. —Me alegra saberlo, porque así debe ser.

¿Qué clase de respuesta era esa?.

No sé, a que estaba jugando. Cada vez que daba un paso hacia atrás, él daba uno hacia al frente acortando la distancia entre nosotros, sin saber sigo retrocediendo hasta que mis pies se deslizan y lo primero que hago es sujetarme de su sudadera haciendo que ambos cayéramos tendidos en el suelo.

Al abrir mis ojos me llevo una enorme sorpresa cuando siento unos tibios labios sobre los míos, ambos estábamos estupefactos, incrédulos de que habíamos terminado en una situación como está.

Mi cara ardía de la vergüenza y más al sentir su mirada sobre la mía y su cuerpo sobre el mío, olía tan delicioso que me hizo disfrutar de su fragancia que debe costar una fortuna para mí, pero lo más inedito de todo esto es que disfrute el momento en que nuestros labios se sintieron.

—Bastián,.. has visto a la chica..

Ambos permanecemos inmóviles cuando vimos a la señora que me atendió en la puerta observando nuestro accidental beso.

El rubio se levanta de inmediato molesto, en cambio yo parpadeo sin comprender como me había besado con otro chico cuando no tenía ni dos horas desde que descubrí el engaño de mi novio.

—Alira..

Cuando escucho la voz de Harvey mi mente reacciona, frunciendo el ceño me levanto del suelo acomodando mi ropa, adolorida salgo de la habitación pero Harvey me toma del brazo.

—¿Podemos hablar de lo que pasó?.

—Con lo que logré escuchar es mas que suficiente para mi. —solté tajante. Cuando mis ojos ven a Ana, cabreada le arrebato mi mochila de sus manos. —Ahora entiendo perfectamente tus palabras, y tienes razón, como no le di lo que deseaba, lo busco en la más ofrecida de la universidad, tenías mucha razón, hombres son hombres.

Ella ni siquiera me respondió en cambio desvío su mirada de la mía.

—Déjame que al menos te lleve a casa. —cuando me toma de la mano lo empujo molesta. —Ali.. es tarde déjame llevarte.

Mi dolor por su traición incrementa cuando me llama Ali. —Prefiero irme caminando en medio de la noche, que irme con un idiota y traidor como tú Harvey.

—Soy tu novio y debo llevarte a casa.

—¡¿Qué?!. —me río sarcástica. —¡Acaso no entiendes!. Por si no te ha quedado claro, tu y yo no somos nada. —dije furiosa por su cinismo al decir que era mi novio.

Con rabia limpio mis lágrimas al ver que personas que ni siquiera conocíamos estaban espectando nuestra escena. Ni siquiera sabia como, pero había logrado atravesar el bosque hasta salir de la propiedad de los Corwin.

Abrazándome a mi misma por el frío aire que cala mi cuerpo, camino por la carretera en medio de la noche aún sabiendo que podría sucederme lo mismo de la vez pasada que estuve sola, pero supongo que en estos momentos solo quería estar sola sin que nadie me molestara.

¿Cómo pudieron hacerme esto?. Ambos me traicionaron y de la peor forma, el decía amarme cuando solo eran palabras vacías para que yo me las creyera y así tenerme en su cama como las demás lo hicieron incluyendo a mi ex amiga.

—No deberías caminar sola, es peligroso para una chica como tú andar en lugares como un bosque donde un maniático podría esconderse y acecharte.

Casi me da un infarto cuando veo a mi lado izquierdo al chico rubio. —¡Dios!.. ¡¿Acaso me quieres matar de un infarto?!.

—No creo que eso sea posible. —Ladea una sonrisa. —Eres más resistente de lo creí.

—¿Disculpa?. —cuestiono confundida.

Sigo caminando, ignorando que estaba siguiendome pero de la nada me toma de ambos brazos y nuevamente me obliga a verlo a los ojos.

—Ya lo decidí, tú serás mía.

—¿Qué?. —repito confundida. —Estas loco. Tu no puedes decidir eso y mucho menos por mí.

—¿Por qué no?.

—Ni siquiera me conoces y yo tampoco a ti, además, por si no lo has notado, acabo de terminar con mi novio, así que pierdes tu tiempo conmigo.

Molesta por su extraño comportamiento lo empujo y más al ver que un autobús se aproximaba. Logrando tomar el autobús, camino dentro el mientras observo que el rubio sostenía una mirada tenebrosa al verme, sus labios se mueven haciendo que tragara grueso al entender claramente sus palabras.

“Eres mía".

¿Pero demonios ocurre con ese sujeto?. Definitivamente este día no pudo ser peor para mí. Al llegar a casa mi madre me recibe y cuando menciona la invitación de cenar con nosotras para Harvey, acongojada subí a mi habitación para llorar en silencio, sabía que mamá pediría una explicación pero al saber que necesitaba mi espacio no me preguntaría nada por ahora.

Extrañamente me sentía mal por haber terminado mi relación con Harvey pero lo más extraño es que solo lloré por unas dos horas, luego de eso, ya no sentí nada, en cambio, solo revivía las ultimas palabras de Bastián en mi mente.

“Eres mía".

—¿Pero que le pasa a ese tipo?. —musito confundida. —Enserio que está loco.

Al despertar gracias a la alarma, me levanté sin ánimos de ir a la universidad pero como era mi segundo día y mi primer año, debía ir, si o si, o si no mamá me obligaría a ir de todas formas, así que decidí fingir que no había pasado nada para que no supiera que mi relación con Harvey se había acabado, algo que jamás se me cruzó por la mente que pasaría y menos comenzando el año.

—¿Ya te sientes mejor?. —Mi madre me observa fijamente.

—Si, lo estoy. —respondo tomando un poco de jugo y huevo frito. —Me tengo que ir.

—¿No vas a esperar a Harvey?.

—No.. —me detengo bajo el marco de la entrada del comedor. —Le dije que no era necesario, me puedo ir en el autobús o en taxi.

Veo la hora, apresurada, me despido de ella al ver que era tarde y lo menos que quería era faltar a la primera clase del dia, no, en mi segundo día.

Hace un año cuando al fin había tomado el valor para declararle mi sentimientos a Harvey, me sentí plena y feliz ya que el también sentía lo mismo por mi, creí que todo sería perfecto pero ahora que me veo caminar algunas calles para llegar al campus, me doy cuenta que nada es para siempre, ni siquiera una relación como la mía.

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