—Bien. —Vuelve a sonreír por un segundo. —Yo decidiré cuando será el momento ideal, por ahora solo disfrutaré de tu hermosa belleza cortejandote. —acaricia mi rostro pero mi cuerpo lo rechaza al principio al ni confiar en él. —Eres una hermosa Gorrión que no puedo enjaular en mi casa, me encanta verte feliz siendo libre, es por eso que te doy esta opción.
Ni siquiera sabia como reaccionar ante todo esto, no tuve la oportunidad de pensar y procesar lo que estaba pasando en cuestión de minutos, y lo peor es que cuando quería llevarle la contraria un dolor se instala en mi pecho que ardía con fervor al no saber como librarme de este sujeto que estaba enfermo.
—¡No!. —solté molesta. —¡Yo no voy a hacer tu juguete o lo que sea!.
—No hagas que esto sea por las malas Alira.
Le doy mi mejor derechazo y salí corriendo. No sabía como había tomado el valor para contradecirlo y golpearlo, y tal vez la razón sea la traición de Harvey y Ana. No me importó arriesgar mi vida pero si quería salvarme de morir en las manos de ese psicópata solo corrí con todas mis fuerzas esperando que no me siguiera y no creía que lo hiciera.
Cuando al fin logró ver mi hogar sonrío con alegría y más al ver a mamá afuera mientras sacaba algunas compras de la minivan.
—Alira.. —habla al verme. —¿Por qué vienes tan sudorosa?. —ella observa mi rostro cubierto de sudor y se ríe.
—Yo.. —no podía decirle lo que pasó. —Es que se hizo tarde al salir y me vine corriendo desde la universidad.
—¿Cómo?. —dijo con asombro. —Hija pero si la universidad está..
—Luego seguimos, si. —corte la conversación con ella para poder entrar a la casa y sentirme segura.
—O..Ok. —dice confundida por mi comportamiento extraño. —¡No olvides bajar para que me ayudes a preparar la meza!. —grita cuando subí las escaleras.
Con la respiración agitada sonrío con satisfacción y felicidad, por primera vez en mi vida fui la chica que siempre deseaba ser.
—No voy dejar que nadie me vuelva a ver la cara.
El solo imaginar a Harvey y Ana besándose mi enojo crecía. No dejaría que alguien más me usara para su conveniencia. Meditando observo que la noche caer lentamente mientras pensaba en lo absurdo de que fue pensar que el era un chico dulce, amable. ¡Dios!, porque todo esto pasa a mi.
Al bajar para ayudarle a mamá, todo pareció normal como antes, y eso fue algo bueno para mi ya que Bastián me dejaría en paz, bueno, eso es lo que mi mente me hace creer. Después de cenar con mamá, ella subió para descansar así que yo me encargué de limpiar el desastre de la cocina y recoger la meza.
Con algo de música pude hacerlo sin sentir el tiempo, luego de una hora había terminado así que apague las luces de la cocina, la sala y por último la del pasillo de la entrada de la casa, apago la luz del pasillo y subo las escaleras pero me detengo cuando la puerta principal fue abierta de golpe logrando sacarme un susto.
—¡Dios!. —digo riéndome conmigo misma al pensar que había sido él pero no, solo había sido el fuerte viento que logró abrir la puerta que había olvidado cerrar con seguro. —Supongo que fue mucho por hoy. —murmuro al colocar el seguro.
Exhausta y sin ánimos de cambiarme de ropa, me dejo caer sobre mi cómoda cama esperando lograr dormir aunque sea un poco porque es lo único que mi cuerpo exigía, descansar.
Asustada me levanto de golpe al escuchar un grito que provenía de la habitación de mamá, deprisa salgo de mi habitación hasta llegar a la suya y cuando abro la puerta de golpe mi cuerpo se congela al ver a Bastián a punto de matar a mi madre.
—¡No!.. —grité golpeándolo para que la soltara. —¡Suéltala!. —grité al verla pálida.
—Te lo dije Alira. —dice sin dejar de ver como mi madre muere en sus manos. —Nadie contradice mis órdenes. —murmura furioso. —Y el que lo hace, pagará con sangre su error.
—H-Huye… —musita mi mamá cada vez más débil. —Ali…
—Mamá.. no..
—Despídete de tu madre.
El terror se apodera de mi cuerpo cuando veo que mi madre está apunto de morir ahorcada en sus manos.
—¡No!.. —grito aterrorizada sin saber que más hacer. —¡No,.. por favor.. —me aferro a su vestimenta llorando. —No la mates, no,… haré lo que quieras pero por favor.. no mi mamá..
—¿Volverás a llevarme la contraria. —dijo con frialdad a lo que yo respondí con mi cabeza con un si. —¡Dilo!. —grita con furia haciendo que diera un brinco del susto.
—S-Si…
De la nada lo escucho murmurar algo y cuando lo veo observo como mi madre se queda inconsciente y el la deja sobre la cama sin ninguna pizca de delicadeza.
—Andando. —dijo saliendo de la habitación.
—¿Qué?. —dije confundida.
—No me hagas repetirlo. —murmura entre dientes.
—¿Pero .. no se supone que yo llevaría la misma rutina.. de antes?.
—Eso era antes, —espeta molesto. —Pero tu misma rechazaste una oferta única que jamás hago. Trae todas tus cosas, te espero en el auto, tienes quince minutos.
Al verlo bajar las escaleras sin decir nada más, corrí hacia mí habitación y me senté al borde de mi cama llorando en silencio, jamás creí que fuera capaz de intentar matar a mi madre por no haberle obedecido y ahora, debía tomar mis cosas y marcharme con el para que ella estuviera a salvo de este psicópata que apenas conozco.
Sollozando comencé a empacar todo lo necesario y entre lo principal, la foto que más amo de mi mamá y mía cuando celebramos mi cumpleaños número quince. Al cerrar la puerta camino por el pasillo y me detengo frente a la puerta de su habitación, con sigilo entró y la observo dormir.
Con dolor me acerco a ella y dejo un beso en su frente en despedida ya que al amanecer ella me buscará y no podrá encontrarme.
—Te amo mamá.
Me despido de ella.
Al bajar, le doy una última mirada a mi casa mientras Bastian mete mis maletas al maletero de su auto. Cuando entró a su auto con rabia, lo observo por lo que me estaba obligando hacer.
—Sabes que ella llamara a la policía cuando despierte. —suelto rabiosa.
—No lo hará. —replica. —Pará ella y para los demás, tú mi hermosa Gorrión, estas muerta.
Como siempre usa la ironía al hablar.
—¿Qué?. —mi voz se quiebra. —¡¿Qué le hiciste a mi madre?!.
—Alteré sus recuerdos y cuando ella despierte, será como otro día más lamentando la muerte de su única hija Hace tres años. —respondió con simpleza.
Empuñando mis manos contengo mis ganas de lanzarme sobre el para golpearlo, el parecía disfrutar de mi ira, de mi sufrimiento y eso me hace odiarlo con tanta fuerza al punto de desear su muerte.
—Te odio. —suelto mirándolo fijamente. —Te odio y desearía que estuvieras muerto.
—Entonces te daré más motivos para odiarme. Porque no saldrás de la casa, ni siquiera para ir a la universidad.
Su sonrisa siniestra era de temer.
—¿Es una broma?. —cuestiono molesta. —¿Verdad?.
—No.
Nuevamente me encontraban en la mansión Corwin, contemplo la enorme casa mientras respiro hondo al no saber lo que pasaría conmigo de ahora en adelante, molesta observo y sigo cada movimiento de Bastián.—¿Vas a entrar o te quedaras de pie mientras piensas como escapar?.—Yo no pienso escapar…—Eso no es lo que dice cada latido de tu corazón. —se acerca a mi y me repara de pies a cabeza. —Pero para tus desgracias desde ahora los alrededor siempre estarán vigilados.Me da la espalda y dejándome atrás con mi equipaje entra a la casa sin siquiera tomarse la molestia de ayudarme.“Madito idiota".Al entrar la señora me vuelve a recibir y como siempre con mucha amabilidad.—Cariño, que alegría que hayas vuelto. —ella me abraza como si me conociera desde antes. —Pero que descortés de mi hijo dejarte con ese equipaje, ¡¡Tomas, ayúdale a la señorita con su equipaje. —dijo llamando a su sirviente. Cuando sus ojos se posan sobre mi nuevamente, ella me
Inhalo profundamente antes de continuar caminando hasta llegar a mi casillero, iba un poco tarde pero no importa, puedo presentar una excusa mañana por mi falta de hoy, no quería arruinar mi día así que decidí restarle importancia a mis problemas.Cuando giro sobre mis talones mi cuerpo se paraliza al ver que Bastián venía hacia donde me encontraba y traía una mochila sujeta con una mano. ¿Qué hace aquí?.—Puede que te haya dejado nuevamente en tu casa mi gorrión, pero eso no significa que no estaré pendiente de ti. —susurra al detenerse a un costado mío. —Nos veremos después.Como si fuera una escena sacada de una película cuando lo busque con mi vista al ver hacia atrás el ya no estaba a mis espaldas. ¿Acaso mi mente lo estaba imaginando o Bastián?.. no, eso sería imposible, el no aparenta ser un estudiante.. espera, ahora que lo recuerdo el está vez no traía barba.No podía quedarme con la curiosidad así que a grandes pasos caminé hasta la ofic
—Ana me lo dijo todo. —dice con resentimiento. —Todo este tiempo era por el que ibas a ver a tu padre. Por eso le sugeriste a Ana que fueran a la mansión Corwin. No podía creer que Ana haya dicho tantas mentiras, pero es de esperarse que busque la forma de poner en mi contra a Harvey más al ver que Harvey sigue molesto por lo que pasó, ahora ella busca la forma de hacerme sentir como la villana. —Bastián, necesito que te vayas. —le doy la espalda a Harvey para verlo a él. —No me iré de aquí. —Porque es tan arrogante. —Si el quiere una pelea, se la daré. —Por favor. —suavizo mi voz. —Quiero hablar a solas, con Harvey. —¿Acaso piensas que te dejaré a solas con él?. —noto el enfado en su voz. —Te lo advertí Alira.—Y lo sé. —suspiro en rendición. —Pero si queremos que esto funcione, debes confiar en mi Bastián.No muy convencido acepta irse pero como si estuviera marcando su territorio me besa castamente frente a él y yo se lo per
Cabreado, Harvey toma de su chaqueta a Lucas. —No te metas en esto Lucas. ¿o estás conmigo o con él?. —masculla.—Yo no voy ser parte de esto. —se suelta de su agarre. —Y no te voy a apoyar amigo, sabes que siempre estoy de tu lado pero esta vez, no.—Está claro entonces de que bando estas. —los amigo de Harvey sacan de la cajuela de sus autos bates de béisbol. —Vamos a darle una lección amigos.Estaba incrédula de lo que estaba viendo, este no es el Harvey que yo conocí y del que me enamoré, y lo peor es que esta por cometer un atropello contra ellos incluso contra Lucas. Me levanto con intenciones de intervenir pero Jessica me toma del brazo y me dice que observemos pero es la peor estupidez que me pudo decir.—Ali, solo mira. —señala a Bastián. Lo observo. —Ves, el está calmado, no tiene miedo.—Eso no significa que nos quedemos de brazos cruzados Viendo como esos chicos se convierten en unos asesinos —espeto nerviosa. —Tengo que ir.—Alira no.
Me suelto de su agarre y lo fulmino con la mirada, ni entiendo cuales su empeño en que todos sepan que soy suya. En todo el camino mi madre iba plácidamente conversando con él pero lo que más me deja sorprendida es el cinismo de Bastián. Cuando llegamos a casa mi madre baja del auto de Bastián y cuando lo hago yo tiro con rabia la puerta de su auto.—Nos vemos mañana. —dice con una sonrisa que me enfurece.—Claro. —suelto con sarcasmo.—Alira, —me quedo inmóvil sobre mi lugar. —Mi madre me pidió darte esto.Giro sobre mis talones , frunzo el ceño al ver la pulsera. —¿Por qué?.—No lo sé. —se encoge de hombros. —Supongo que te acepta.—Ja, ja.Al verlo marcharse hago una mueca de fastidio porque es un tipo insoportable y difícil de lidiar con el, me desespera y eso me enfurece pero, de alguna forma siento que no lo odio, al contrario, me agrada, con su comportamiento arrogante, egolatra y sarcástico, me agrada en cierta forma. Tal vez no sea
—Esto es algo..—Si!. —suelto mientras proceso la información. —¿Por qué ocultaron esto?.—Tal vez para olvidar que eso sucedió.—Pero y que tal si esto se vuelve a repetir. —comencé a preocuparme.—No lo creo. —se ríe. —Si fuera así alguien comentaría algo del eclipse pasado, ¿no crees?.—Supongo que tienes razón. —murmuro con angustia. —¿Pero que cosa mató a esas personas?.—¿Crees que fue un lobo?.Mis ojos la ven de inmediato. —¿Crees que fue.. un lobo?.—Mira, aquí dice que un animal los asesinó pero no especifica que animal fue. —Jessica se emociona al creer que si fue un lobo. —Ali, ¡ya tenemos algo!.Ella tenía una sonrisa tan enorme por el descubrimiento que habíamos tenido, pero yo ahora comencé a preocuparme, ¿porqué nadie nos comentó de esto?. Ni siquiera mi mamá me ha comentado sobre ese acontecimiento de la Rosa Lunar.—Jessica. —la tomo de los hombros. —No podemos comentar de esto con nadie.
Fijamente observo la expresión de Bastián, desde que entré al auto, parecía molesto conmigo, ni siquiera me ha dicho una sola palabra y eso es extraño en él. —¿Me dirás que te molesta de mi?. —Dímelo tú. —soltó tajante. —Hay algo que deba saber que aún no me has dicho. —Clases, clases, y tareas. Pareció molestarle más mi respuesta. Observo detenidamente su rostro, cada facción de su rostro era hermosa no lo podía negar, sin evitarlo mi corazón se acelera al ver lo atractivo que es, incluso más que Harvey. “¡Dios!. ¿Qué me pasa?. —No te preocupes. —habla— También me encanta ver tu rostro. Es encantador. Con mi cara roja de la vergüenza, desvío mi vista hacia la ventana, se dio cuenta de lo que pensé, ¿Acaso hable en voz alta?. Ahora si ha de creer que siento algo por él y todo por no disimular un poco que lo veía de una forma diferente. —¿Qué te molesta de mí?. —¿Perdón?. —mascullo. —¿Acaso no soy suficiente para
Giro sobre mis talones para largarme de este lugar. ¡como es capaz de traerme aquí solo para tomarme el pelo.—¿A dónde vas?. —pregunta al ver que tomo mis cosas.—Me voy de aquí. —mascullo molesta. —De tantas cosas que podías decirme sobre tu familia, me hablas del tema de que eres un hombre lobo solitario. —dije sarcástica. —En verdad que contigo, no se puede hablar.Cuando mis manos toman la manija de la puerta, sus manos me hacen dar un brinco sobre mi lugar y mas cuando atraviesa de golpe la puerta de madera fina. Caigo sentada sobre el suelo, incrédula de que haya sido capaz de hacer eso, pudo quebrarse el brazo, pero no, estaba intacto, como si hubiera atravesado una hoja de papel. Al sacarlo y quitar los escombros de su piel, lo baja como si nada hubiese pasado.—¿Qué?...—Jamás bromeo. —dijo tajante. —Te lo dije la segunda vez que nos conocimos.—¡¿Cómo diablos hiciste eso?!. —Es lo que sale de mi boca. —¡Eres un..—Lobo, si.