Estaba asustada, completamente lo estaba, no sabía a dónde planeaba llevarme o mejor dicho, que planeaba hacerme, lo único que puedo hacer es observar como conduce en silencio con una expresión calculadora y fría.
—¿A dónde me llevas?. —hago mi pregunta en murmullo.
—Tranquila. —me mira con una sonrisa traviesa. —Solo te llevo a un lugar donde podamos hablar con más privacidad. —por unos segundos me mira haciéndome tragar en seco.
No lo podía evitar, era tan atractivo que me hacía pensar en cosas que jamás creí que pasarían por mi mente con facilidad, algo que no es común en mi, ¿Qué diablos pasa conmigo?. ¿Acaso yo lo deseo?. Como puedo pensar en cosas como esas y más cuando acabo de terminar una relación apenas hace unas horas atrás. Es un sujeto realmente extraño, su mirada, su gestos, su forma de hablar tan dominante, me tenían embelesada completamente.
—Muy bien señorita. —abre la puerta del auto y me ofrece su mano. Dudosa lo acepto. —Por aquí.
Su atrevimiento me deja descolocada pero sentía que me gustaba esa actitud suya, toma mi mano y entrelaza su brazo con el mío, al ver que nos encontramos en la entrada de aquel lugar donde me atacaron, detengo mis pasos atemorizada.
—No debes temer. —susurra al hablar. —Mientras estés a mi lado, nada te va pasar.
Era como si sus palabras fueran magia y la cura para mi miedo, mis pies se movieron por sí solos confiando en sus palabras, me parece algo confuso ya que cuando Harvey decía exactamente las mismas palabras no sentía la misma confianza.
Tenía miedo si, estaba yendo al mismo lugar en donde fui atacada y lo que más me preocupa es que Bastián pareciera conocerlo pero como, eso es imposible, este lugar está en las entrañas del bosque y no cualquiera puede llegar a él. llegando al lugar por el que mucho tiempo hui, trago en seco al no estar equivocada con mis pensamientos de que estábamos en el mismo lugar al que tanto temía volver.
—Alira. —mis ojos buscan los suyos cuando dice mi nombre. —¿No te parece una hermosa vista?.
Vuelve su vista hacia al frente viendo como la luna comienza aparecer frente a nosotros mientras el sol se oculta detrás de unas montañas, admirando la belleza del atardecer me quedé inerte a su lado, y si, en realidad tenía razón, era una vista muy hermosa y algo romántica.
—¿Qué hacemos aquí?. —pregunto sin rodeos.
Sus ojos azules me ven fijamente y por primera vez noto que hay algo diferente en su mirada, no podía describirlo, pero su mirada provocó que mi cuerpo se congelara y dejara de sentirme insegura, asustada de lo que pasa conmigo misma intento alejarme de él pero mi cuerpo no me obedece.
—¿Q-Que me hiciste?.
—Hace seis años. —sé acerca a mi nuevamente tomándome del brazo para que no escapara. —Te prometí que volvería por ti.
—¿Qué?. —mi corazón se acelera por su comportamiento, jamás lo había visto en mi vida. —¿Quien eres?.
—Mi nombre es Bastián Corwin, un hombre que busca a su mujer desde hace mucho tiempo y ahora, —suavemente desliza sus manos desde mis brazos hasta llegar a mis hombros y llegar a mis mejillas. —Frente a luna llena, te reclamo como mi mujer y compañera, Alira Archer Stones.
—¿Qué?... ¡Estas loco!.. ¿Cómo que buscas a tu mujer?.
—¿Necesitas que te responda?. —suelta con obviedad.
—Si.
—Lo único que necesitas saber es que te quiero a mi lado. —sus palabras comenzaron a asustarme.
—Me asustas.
—¿Por qué?, porque te digo que te quiero para mi, porque eres la mujer ideal para permanecer a mi lado. —me toma de la cintura y de mi muñeca. —Mi dulce gorrión, —me hace verlo a los ojos. —No sabes cuanto tiempo esperé por este momento. —su pulgar delinea mis labios. —¿Aceptas que eres mía?. Solo debes responder un si. —susurra. —Solo debes decir.. si.
Mi cuerpo dejó de moverse a mi voluntad desde que nuestras miradas se cruzaron, cuando lo observo fijamente noto como sus ojos brillaban.
—Si. —se escapa de mis labios asustándome de lo que estaba diciendo. —Si.. yo, soy tuya.
Sonríe victorioso antes de unir nuestros labios en un beso apasionante dejándome tan aturdida que no supe reaccionar ya que mis labios seguían a los suyos, hace aún lado mi cabello desnudando mi hombro derecho, mi cuerpo se estremece cuando siento algo filoso rozar mi piel, cuando siento la perforación mis lágrimas brotan de mis ojos pero aún así mi cuerpo no se movía a mi voluntad.
Cuando siento que el dolor pasa, un Suspiro sale de mi boca, siento que lame sutilmente mi hombro para volverlo a cubrir, al sentir que mi cuerpo volvió a estar bajo mi voluntad, me alejo de golpe de él por lo que me había hecho.
—¡¿Qué me hiciste?!. —grito con temor. —¡¡Tu me mordiste!!.
—No te hice nada. —sé encoge de hombros. —Nada de lo tu no desearas que yo hiciera. —su ironía me desquicia. —Además no se porque tanto miedo si solo te di un pequeño obsequio.
Mi mano izquierda se desliza por mi hombro buscando alguna herida, pero no había nada así que supuse que fue una ilusión de mi mente por estar en este lugar, debo estar volviéndome loca peroo lo que no era una ilusión es que Bastián era un completo psicópata y no sabía cual era sus verdaderas intenciones tenia conmigo.
—Eres.. especial. —toma un mechón de mi cabello aspirando su aroma. —Y lo mejor es que eres solo mía ahora.
—Yo no soy tuya.
Su expresión me abruma haciéndome sentir que estaba en peligro. —Lo eres y te lo advierto. —su expresión es más fría que antes. —No te permitiré que quieras llevarme la contraria. —toma mi mentón con rudeza. —Si eso llega a pasar, todo lo que amas, lo voy a destruir.
Esas palabras retumba en mi cabeza como eco paralizando mi cuerpo por un instante pero, desde anoche había decidido que no volvería hacer el juguete de nadie y quería mantener en pie mi promesa conmigo misma.
—Tu no puedes decirme que debo hacer, solo eres un simple extraño que acusare con la policía.
—No quieras propasarte de lista mi gorrión. —intento golpearlo pero me detiene. —Conozco perfectamente tu forma de ser así que ahórrate la molestia de fingir que eres una chica problemática y ruda, porque no lo eres, así que por tu bien, será mejor que seas dulce y cariñosa conmigo.
Se aleja de mi.
—¿Y si no lo hago, Que?. —dije deteniendo sus pasos. —¿Acaso planeas tenerme esclavizada en tu casa aislada de los demás?. —suelto sarcástica.
El me observa sobre su hombro. —Dejaré las cosas claras. —gira sobre sus talones. —Tu no sabes de lo que soy capaz de hacer cuando me enfadan. —al ver como sus ojos cambian de color mis labios se sellan. —Seré generoso contigo. —parpadea y sus ojos eran azules nuevamente. —Tu puedes continuar con tu vida como hasta ahora, ir a la universidad, vivir con tu madre.
—No me digas que debo agradecértelo. —dije con ironía.
—No necesitas hacerlo, —ladea una sonrisa. —Pero eso tiene un precio.
—¿Así, y cual es el precio?. —ni siquiera parecía molestarle mi sarcasmo. Creí que se molestaría más cuando le sigo su absurdo juego.
Da, dos pasos al frente pero esta vez no retrocedo. —Tu pureza.
Mi cuerpo tembló cuando soltó esas palabras en mi oído, mis piernas flaquearon al punto de hacerme caer sentada sobre el suelo, inclinando mi cabeza hacia arriba lo observo asustada de lo que me estaba pidiendo.
—¡Estas loco!. Tu no puedes...
—Entonces te llevaré conmigo y lo tomaré por la fuerza. ¿Quieres eso?. —cuestiona con severidad.
—No… —musito asustada al ver su verdadera cara.
—Bien. —Vuelve a sonreír por un segundo. —Yo decidiré cuando será el momento ideal, por ahora solo disfrutaré de tu hermosa belleza cortejandote. —acaricia mi rostro pero mi cuerpo lo rechaza al principio al ni confiar en él. —Eres una hermosa Gorrión que no puedo enjaular en mi casa, me encanta verte feliz siendo libre, es por eso que te doy esta opción.Ni siquiera sabia como reaccionar ante todo esto, no tuve la oportunidad de pensar y procesar lo que estaba pasando en cuestión de minutos, y lo peor es que cuando quería llevarle la contraria un dolor se instala en mi pecho que ardía con fervor al no saber como librarme de este sujeto que estaba enfermo.—¡No!. —solté molesta. —¡Yo no voy a hacer tu juguete o lo que sea!. —No hagas que esto sea por las malas Alira.Le doy mi mejor derechazo y salí corriendo. No sabía como había tomado el valor para contradecirlo y golpearlo, y tal vez la razón sea la traición de Harvey y Ana. No me importó arriesgar mi
Nuevamente me encontraban en la mansión Corwin, contemplo la enorme casa mientras respiro hondo al no saber lo que pasaría conmigo de ahora en adelante, molesta observo y sigo cada movimiento de Bastián.—¿Vas a entrar o te quedaras de pie mientras piensas como escapar?.—Yo no pienso escapar…—Eso no es lo que dice cada latido de tu corazón. —se acerca a mi y me repara de pies a cabeza. —Pero para tus desgracias desde ahora los alrededor siempre estarán vigilados.Me da la espalda y dejándome atrás con mi equipaje entra a la casa sin siquiera tomarse la molestia de ayudarme.“Madito idiota".Al entrar la señora me vuelve a recibir y como siempre con mucha amabilidad.—Cariño, que alegría que hayas vuelto. —ella me abraza como si me conociera desde antes. —Pero que descortés de mi hijo dejarte con ese equipaje, ¡¡Tomas, ayúdale a la señorita con su equipaje. —dijo llamando a su sirviente. Cuando sus ojos se posan sobre mi nuevamente, ella me
Inhalo profundamente antes de continuar caminando hasta llegar a mi casillero, iba un poco tarde pero no importa, puedo presentar una excusa mañana por mi falta de hoy, no quería arruinar mi día así que decidí restarle importancia a mis problemas.Cuando giro sobre mis talones mi cuerpo se paraliza al ver que Bastián venía hacia donde me encontraba y traía una mochila sujeta con una mano. ¿Qué hace aquí?.—Puede que te haya dejado nuevamente en tu casa mi gorrión, pero eso no significa que no estaré pendiente de ti. —susurra al detenerse a un costado mío. —Nos veremos después.Como si fuera una escena sacada de una película cuando lo busque con mi vista al ver hacia atrás el ya no estaba a mis espaldas. ¿Acaso mi mente lo estaba imaginando o Bastián?.. no, eso sería imposible, el no aparenta ser un estudiante.. espera, ahora que lo recuerdo el está vez no traía barba.No podía quedarme con la curiosidad así que a grandes pasos caminé hasta la ofic
—Ana me lo dijo todo. —dice con resentimiento. —Todo este tiempo era por el que ibas a ver a tu padre. Por eso le sugeriste a Ana que fueran a la mansión Corwin. No podía creer que Ana haya dicho tantas mentiras, pero es de esperarse que busque la forma de poner en mi contra a Harvey más al ver que Harvey sigue molesto por lo que pasó, ahora ella busca la forma de hacerme sentir como la villana. —Bastián, necesito que te vayas. —le doy la espalda a Harvey para verlo a él. —No me iré de aquí. —Porque es tan arrogante. —Si el quiere una pelea, se la daré. —Por favor. —suavizo mi voz. —Quiero hablar a solas, con Harvey. —¿Acaso piensas que te dejaré a solas con él?. —noto el enfado en su voz. —Te lo advertí Alira.—Y lo sé. —suspiro en rendición. —Pero si queremos que esto funcione, debes confiar en mi Bastián.No muy convencido acepta irse pero como si estuviera marcando su territorio me besa castamente frente a él y yo se lo per
Cabreado, Harvey toma de su chaqueta a Lucas. —No te metas en esto Lucas. ¿o estás conmigo o con él?. —masculla.—Yo no voy ser parte de esto. —se suelta de su agarre. —Y no te voy a apoyar amigo, sabes que siempre estoy de tu lado pero esta vez, no.—Está claro entonces de que bando estas. —los amigo de Harvey sacan de la cajuela de sus autos bates de béisbol. —Vamos a darle una lección amigos.Estaba incrédula de lo que estaba viendo, este no es el Harvey que yo conocí y del que me enamoré, y lo peor es que esta por cometer un atropello contra ellos incluso contra Lucas. Me levanto con intenciones de intervenir pero Jessica me toma del brazo y me dice que observemos pero es la peor estupidez que me pudo decir.—Ali, solo mira. —señala a Bastián. Lo observo. —Ves, el está calmado, no tiene miedo.—Eso no significa que nos quedemos de brazos cruzados Viendo como esos chicos se convierten en unos asesinos —espeto nerviosa. —Tengo que ir.—Alira no.
Me suelto de su agarre y lo fulmino con la mirada, ni entiendo cuales su empeño en que todos sepan que soy suya. En todo el camino mi madre iba plácidamente conversando con él pero lo que más me deja sorprendida es el cinismo de Bastián. Cuando llegamos a casa mi madre baja del auto de Bastián y cuando lo hago yo tiro con rabia la puerta de su auto.—Nos vemos mañana. —dice con una sonrisa que me enfurece.—Claro. —suelto con sarcasmo.—Alira, —me quedo inmóvil sobre mi lugar. —Mi madre me pidió darte esto.Giro sobre mis talones , frunzo el ceño al ver la pulsera. —¿Por qué?.—No lo sé. —se encoge de hombros. —Supongo que te acepta.—Ja, ja.Al verlo marcharse hago una mueca de fastidio porque es un tipo insoportable y difícil de lidiar con el, me desespera y eso me enfurece pero, de alguna forma siento que no lo odio, al contrario, me agrada, con su comportamiento arrogante, egolatra y sarcástico, me agrada en cierta forma. Tal vez no sea
—Esto es algo..—Si!. —suelto mientras proceso la información. —¿Por qué ocultaron esto?.—Tal vez para olvidar que eso sucedió.—Pero y que tal si esto se vuelve a repetir. —comencé a preocuparme.—No lo creo. —se ríe. —Si fuera así alguien comentaría algo del eclipse pasado, ¿no crees?.—Supongo que tienes razón. —murmuro con angustia. —¿Pero que cosa mató a esas personas?.—¿Crees que fue un lobo?.Mis ojos la ven de inmediato. —¿Crees que fue.. un lobo?.—Mira, aquí dice que un animal los asesinó pero no especifica que animal fue. —Jessica se emociona al creer que si fue un lobo. —Ali, ¡ya tenemos algo!.Ella tenía una sonrisa tan enorme por el descubrimiento que habíamos tenido, pero yo ahora comencé a preocuparme, ¿porqué nadie nos comentó de esto?. Ni siquiera mi mamá me ha comentado sobre ese acontecimiento de la Rosa Lunar.—Jessica. —la tomo de los hombros. —No podemos comentar de esto con nadie.
Fijamente observo la expresión de Bastián, desde que entré al auto, parecía molesto conmigo, ni siquiera me ha dicho una sola palabra y eso es extraño en él. —¿Me dirás que te molesta de mi?. —Dímelo tú. —soltó tajante. —Hay algo que deba saber que aún no me has dicho. —Clases, clases, y tareas. Pareció molestarle más mi respuesta. Observo detenidamente su rostro, cada facción de su rostro era hermosa no lo podía negar, sin evitarlo mi corazón se acelera al ver lo atractivo que es, incluso más que Harvey. “¡Dios!. ¿Qué me pasa?. —No te preocupes. —habla— También me encanta ver tu rostro. Es encantador. Con mi cara roja de la vergüenza, desvío mi vista hacia la ventana, se dio cuenta de lo que pensé, ¿Acaso hable en voz alta?. Ahora si ha de creer que siento algo por él y todo por no disimular un poco que lo veía de una forma diferente. —¿Qué te molesta de mí?. —¿Perdón?. —mascullo. —¿Acaso no soy suficiente para