Nuevamente me encontraban en la mansión Corwin, contemplo la enorme casa mientras respiro hondo al no saber lo que pasaría conmigo de ahora en adelante, molesta observo y sigo cada movimiento de Bastián.
—¿Vas a entrar o te quedaras de pie mientras piensas como escapar?.
—Yo no pienso escapar…
—Eso no es lo que dice cada latido de tu corazón. —se acerca a mi y me repara de pies a cabeza. —Pero para tus desgracias desde ahora los alrededor siempre estarán vigilados.
Me da la espalda y dejándome atrás con mi equipaje entra a la casa sin siquiera tomarse la molestia de ayudarme.
“Madito idiota".
Al entrar la señora me vuelve a recibir y como siempre con mucha amabilidad.
—Cariño, que alegría que hayas vuelto. —ella me abraza como si me conociera desde antes. —Pero que descortés de mi hijo dejarte con ese equipaje, ¡¡Tomas, ayúdale a la señorita con su equipaje. —dijo llamando a su sirviente. Cuando sus ojos se posan sobre mi nuevamente, ella me
Inhalo profundamente antes de continuar caminando hasta llegar a mi casillero, iba un poco tarde pero no importa, puedo presentar una excusa mañana por mi falta de hoy, no quería arruinar mi día así que decidí restarle importancia a mis problemas.Cuando giro sobre mis talones mi cuerpo se paraliza al ver que Bastián venía hacia donde me encontraba y traía una mochila sujeta con una mano. ¿Qué hace aquí?.—Puede que te haya dejado nuevamente en tu casa mi gorrión, pero eso no significa que no estaré pendiente de ti. —susurra al detenerse a un costado mío. —Nos veremos después.Como si fuera una escena sacada de una película cuando lo busque con mi vista al ver hacia atrás el ya no estaba a mis espaldas. ¿Acaso mi mente lo estaba imaginando o Bastián?.. no, eso sería imposible, el no aparenta ser un estudiante.. espera, ahora que lo recuerdo el está vez no traía barba.No podía quedarme con la curiosidad así que a grandes pasos caminé hasta la ofic
—Ana me lo dijo todo. —dice con resentimiento. —Todo este tiempo era por el que ibas a ver a tu padre. Por eso le sugeriste a Ana que fueran a la mansión Corwin. No podía creer que Ana haya dicho tantas mentiras, pero es de esperarse que busque la forma de poner en mi contra a Harvey más al ver que Harvey sigue molesto por lo que pasó, ahora ella busca la forma de hacerme sentir como la villana. —Bastián, necesito que te vayas. —le doy la espalda a Harvey para verlo a él. —No me iré de aquí. —Porque es tan arrogante. —Si el quiere una pelea, se la daré. —Por favor. —suavizo mi voz. —Quiero hablar a solas, con Harvey. —¿Acaso piensas que te dejaré a solas con él?. —noto el enfado en su voz. —Te lo advertí Alira.—Y lo sé. —suspiro en rendición. —Pero si queremos que esto funcione, debes confiar en mi Bastián.No muy convencido acepta irse pero como si estuviera marcando su territorio me besa castamente frente a él y yo se lo per
Cabreado, Harvey toma de su chaqueta a Lucas. —No te metas en esto Lucas. ¿o estás conmigo o con él?. —masculla.—Yo no voy ser parte de esto. —se suelta de su agarre. —Y no te voy a apoyar amigo, sabes que siempre estoy de tu lado pero esta vez, no.—Está claro entonces de que bando estas. —los amigo de Harvey sacan de la cajuela de sus autos bates de béisbol. —Vamos a darle una lección amigos.Estaba incrédula de lo que estaba viendo, este no es el Harvey que yo conocí y del que me enamoré, y lo peor es que esta por cometer un atropello contra ellos incluso contra Lucas. Me levanto con intenciones de intervenir pero Jessica me toma del brazo y me dice que observemos pero es la peor estupidez que me pudo decir.—Ali, solo mira. —señala a Bastián. Lo observo. —Ves, el está calmado, no tiene miedo.—Eso no significa que nos quedemos de brazos cruzados Viendo como esos chicos se convierten en unos asesinos —espeto nerviosa. —Tengo que ir.—Alira no.
Me suelto de su agarre y lo fulmino con la mirada, ni entiendo cuales su empeño en que todos sepan que soy suya. En todo el camino mi madre iba plácidamente conversando con él pero lo que más me deja sorprendida es el cinismo de Bastián. Cuando llegamos a casa mi madre baja del auto de Bastián y cuando lo hago yo tiro con rabia la puerta de su auto.—Nos vemos mañana. —dice con una sonrisa que me enfurece.—Claro. —suelto con sarcasmo.—Alira, —me quedo inmóvil sobre mi lugar. —Mi madre me pidió darte esto.Giro sobre mis talones , frunzo el ceño al ver la pulsera. —¿Por qué?.—No lo sé. —se encoge de hombros. —Supongo que te acepta.—Ja, ja.Al verlo marcharse hago una mueca de fastidio porque es un tipo insoportable y difícil de lidiar con el, me desespera y eso me enfurece pero, de alguna forma siento que no lo odio, al contrario, me agrada, con su comportamiento arrogante, egolatra y sarcástico, me agrada en cierta forma. Tal vez no sea
—Esto es algo..—Si!. —suelto mientras proceso la información. —¿Por qué ocultaron esto?.—Tal vez para olvidar que eso sucedió.—Pero y que tal si esto se vuelve a repetir. —comencé a preocuparme.—No lo creo. —se ríe. —Si fuera así alguien comentaría algo del eclipse pasado, ¿no crees?.—Supongo que tienes razón. —murmuro con angustia. —¿Pero que cosa mató a esas personas?.—¿Crees que fue un lobo?.Mis ojos la ven de inmediato. —¿Crees que fue.. un lobo?.—Mira, aquí dice que un animal los asesinó pero no especifica que animal fue. —Jessica se emociona al creer que si fue un lobo. —Ali, ¡ya tenemos algo!.Ella tenía una sonrisa tan enorme por el descubrimiento que habíamos tenido, pero yo ahora comencé a preocuparme, ¿porqué nadie nos comentó de esto?. Ni siquiera mi mamá me ha comentado sobre ese acontecimiento de la Rosa Lunar.—Jessica. —la tomo de los hombros. —No podemos comentar de esto con nadie.
Fijamente observo la expresión de Bastián, desde que entré al auto, parecía molesto conmigo, ni siquiera me ha dicho una sola palabra y eso es extraño en él. —¿Me dirás que te molesta de mi?. —Dímelo tú. —soltó tajante. —Hay algo que deba saber que aún no me has dicho. —Clases, clases, y tareas. Pareció molestarle más mi respuesta. Observo detenidamente su rostro, cada facción de su rostro era hermosa no lo podía negar, sin evitarlo mi corazón se acelera al ver lo atractivo que es, incluso más que Harvey. “¡Dios!. ¿Qué me pasa?. —No te preocupes. —habla— También me encanta ver tu rostro. Es encantador. Con mi cara roja de la vergüenza, desvío mi vista hacia la ventana, se dio cuenta de lo que pensé, ¿Acaso hable en voz alta?. Ahora si ha de creer que siento algo por él y todo por no disimular un poco que lo veía de una forma diferente. —¿Qué te molesta de mí?. —¿Perdón?. —mascullo. —¿Acaso no soy suficiente para
Giro sobre mis talones para largarme de este lugar. ¡como es capaz de traerme aquí solo para tomarme el pelo.—¿A dónde vas?. —pregunta al ver que tomo mis cosas.—Me voy de aquí. —mascullo molesta. —De tantas cosas que podías decirme sobre tu familia, me hablas del tema de que eres un hombre lobo solitario. —dije sarcástica. —En verdad que contigo, no se puede hablar.Cuando mis manos toman la manija de la puerta, sus manos me hacen dar un brinco sobre mi lugar y mas cuando atraviesa de golpe la puerta de madera fina. Caigo sentada sobre el suelo, incrédula de que haya sido capaz de hacer eso, pudo quebrarse el brazo, pero no, estaba intacto, como si hubiera atravesado una hoja de papel. Al sacarlo y quitar los escombros de su piel, lo baja como si nada hubiese pasado.—¿Qué?...—Jamás bromeo. —dijo tajante. —Te lo dije la segunda vez que nos conocimos.—¡¿Cómo diablos hiciste eso?!. —Es lo que sale de mi boca. —¡Eres un..—Lobo, si.
<BASTIÁN >¿Cuáles eran mis motivos de volver?. La respuesta es simple, Marcar mi territorio de forasteros que quieran adueñarse de lo que me pertenecepor decadas.Por más de un siglo busqué a la mujer que permanecería conmigo hasta mi último aliento, siempre lo hice, jamás me detuve en buscarla, hasta que en 1910, la encontré.Mi desesperación por encontrar a una chica hermosa, que destilara sensualidad a donde sea que fuera me impulsó a buscarla sin descanso. Todas las mujeres de un Corwin, eran tan hermosas y perfectas que eran la envidia de todo lobo al verlas en nuestra familia.Por un siglo viví mi vida con libertad absoluta, pero con el tiempo sentí la ausencia de mi compañera. Sin esperarlo, la encontré, cuando mis ojos la vieron, no aceptaron lo que el destino me dio por Luna. Una mujer de 27 años poco agraciada es lo que me había tocado después de tanto tiempo buscandola. Me llenó de tanta rabia que ella fuera la mujer destinada para mí qu