POV de AlejandroCarmen había suavizado su actitud después de nuestra conversación en la terraza, pero yo sabía que la preocupación aún persistía en algún rincón de su corazón. Podía sentirla cada vez que nuestras miradas se encontraban, esa ligera sombra de duda que no había estado allí antes. Después de cenar, nos fuimos a la cama, pero mientras Carmen dormía profundamente a mi lado, yo permanecía despierto, dándole vueltas a todo lo que había ocurrido. No podía ignorar lo que me había dicho sobre mi pasado, cómo, según ella, seguía apareciendo en momentos inoportunos.**Sabía que tenía que hacer algo más para asegurarle que mi lealtad estaba con ella, que no había nada en mi vida anterior que pudiera amenazar lo que estábamos construyendo juntos.**La mañana siguiente me desperté antes que ella. Mientras la observaba dormir plácidamente, decidí que ese día tenía que ser diferente. No podíamos seguir permitiendo que dudas y fantasmas del pasado se interpusieran en nuestro presente.
POV de CarmenLa luz del sol se filtraba suavemente a través de las ventanas mientras despertaba, sintiendo el calor de la mañana contra mi piel. Alejandro seguía dormido a mi lado, su respiración rítmica ofreciendo una rara sensación de paz. Pero no podía quitarme de la cabeza la sensación de que algo estaba cambiando dentro de mí. Últimamente, me había sentido extraña, como si me faltara algo esencial. Y entonces, como un susurro suave en el viento, lo escuché de nuevo.Mi loba.Era tenue, apenas perceptible, pero inconfundible. Era la misma voz que una vez había sido parte de mí, la que había anhelado escuchar desde que me di cuenta de que no podía transformarme como los demás. Durante años, mi loba había estado en silencio, distante. Pero ahora, estaba llamando mi nombre.“Carmen…”Me senté, con el corazón acelerado. El susurro no era claro, pero fue suficiente para hacer que un escalofrío recorriera mi espalda. Mi loba estaba intentando comunicarse conmigo otra vez, intentando ll
POV de CarmenEl aire fresco del bosque aún parecía aferrarse a mi piel cuando regresamos a la villa, pero mi mente estaba lejos de estar en paz. A pesar de que había sentido a mi loba más cerca que nunca, el vacío que dejó cuando se desvaneció volvió a llenarme de frustración. Alejandro caminaba a mi lado en silencio, sosteniendo mi mano con firmeza, como si quisiera transmitirme su fuerza a través del contacto.Pero nada parecía suficiente.Una parte de mí quería gritar, quería llorar y rendirse, pero la otra parte, más silenciosa, más resiliente, me empujaba a seguir adelante. Aún podía escuchar el eco del susurro de mi loba, esa voz que había estado tan apagada durante años y que finalmente había empezado a despertarse. No podía rendirme ahora. No después de todo lo que había luchado.Cuando llegamos a la villa, me dejé caer en una de las sillas del salón principal. Alejandro me observaba con esa mezcla de preocupación y calma que siempre había tenido. Sabía que quería ayudarme, q
POV de AlejandroEl día comenzó con una suave brisa del sur que me llenó los pulmones al salir de la villa. Me detuve por un momento en el umbral, observando el horizonte teñido por los colores suaves del amanecer. El sol aún no había salido por completo, pero las primeras luces ya iluminaban el paisaje que se extendía frente a mí. Sabía que ese día sería crucial para mí, para Carmen, para todo lo que habíamos vivido hasta ahora.Los últimos días habían sido una montaña rusa de emociones. Había estado tan preocupado por Carmen, por su conexión rota con su loba, que no había podido pensar en otra cosa. Pero ahora que habíamos dado ese primer paso hacia la reconciliación, hacia la sanación, sentía una calma extraña, como si las piezas finalmente empezaran a encajar en su lugar.Caminé hacia el jardín, donde el rocío aún cubría las flores y las hojas de los árboles. Las flores... eso me dio una idea. Recordé que Carmen siempre había tenido una debilidad por las flores silvestres, las mis
POV de CarmenDespués de aquel momento mágico en el salón, con las flores llenando el aire de un aroma dulce y reconfortante, sentí que algo dentro de mí comenzaba a sanar. Alejandro había hecho lo imposible para recordarme lo importante que soy para él, y eso me había tocado el corazón de una manera que no esperaba. Pero, a pesar de todo, aún quedaba una parte de mí que seguía inquieta, especialmente con respecto a mi loba, a esa conexión rota que aún no lograba restaurar del todo.Era como si algo estuviera bloqueado dentro de mí, como si hubiera un muro invisible que me impedía escucharla con claridad. Sabía que ella estaba allí, que nunca me había dejado, pero su voz era apenas un susurro lejano, uno que no lograba entender del todo. Eso me angustiaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.Después de que Alejandro me llevara de vuelta a mi habitación, me acosté en la cama, mirando al techo, tratando de calmar mis pensamientos. El día siguiente estaba lleno de promesas: íbamos a
POV de AlejandroLas primeras luces del amanecer apenas empezaban a teñir el cielo cuando regresamos a la villa. Carmen caminaba a mi lado, en silencio, pero había una calma en ella que no había visto en mucho tiempo. Sabía que este era un gran paso para ella, haber reconectado, aunque fuera de manera tenue, con su loba. La había visto luchar durante tanto tiempo, intentando encontrar ese vínculo roto, y verla finalmente dar ese primer paso me llenaba de orgullo y alivio.No pude evitar mirarla de reojo mientras caminábamos. Su rostro, iluminado por la suave luz de la mañana, mostraba una mezcla de serenidad y agotamiento. El agotamiento no me sorprendía; el proceso de reconectar con su loba debía haber sido emocional y mentalmente agotador. Aun así, había una fuerza en ella que no podía ignorar, una determinación que siempre me había admirado de Carmen. Me se
Había una ligera tensión en el aire mientras Carmen y yo caminábamos de vuelta a la villa tras nuestro breve encuentro con Lolly. Podía sentir el silencio de Carmen a mi lado, y aunque su mano seguía firmemente aferrada a la mía, había un cambio sutil en su energía. El sendero que llevaba a la villa era tranquilo, rodeado de árboles que susurraban con la suave brisa, pero mis pensamientos estaban inquietos. Conocía a Carmen lo suficientemente bien como para entender que algo en esa reunión con Lolly la había alterado.Cuando entramos en la villa, el calor familiar del lugar nos dio la bienvenida, pero el silencio de Carmen persistió. Dejé mi bolso cerca de la puerta y la miré. Caminó delante de mí, sus dedos rozando ligeramente el respaldo de la vieja silla de cuero en la esquina, su mirada perdida en la distancia.—Carmen —comencé suavemente, mi voz apenas un susurro. No quería presionarla, pero no podía ignorar el repentino cambio en su estado de ánimo—. Por favor, háblame.Se detuv
POV de CarmenLa cena había comenzado como cualquier otra. El salón estaba iluminado con candelabros dorados, y los invitados se movían por la estancia con copas de vino en las manos, hablando en murmullos suaves. La luz tenue bañaba las paredes y creaba sombras danzantes, mientras una orquesta tocaba una melodía suave al fondo. Alejandro y yo habíamos sido invitados como parte de una celebración por el éxito en uno de sus recientes proyectos de negocios, y aunque en la superficie todo parecía tranquilo, algo en el aire no se sentía del todo bien.Alejandro, sentado a mi lado, no dejaba de moverse incómodo. Lo observé de reojo mientras fingía estar interesada en una conversación con una mujer de la mesa, pero mi atención estaba fija en él. Sus nudillos se veían tensos mientras agarraba el cuchillo con más fuerza de lo necesario, y sus mandíbulas estaban rígidas. Algo no estaba bien.—Alejandro, ¿estás bien? —le susurré, tocando suavemente su brazo bajo la mesa.Me miró, y aunque inten