POV de AlejandroEl día comenzó con una suave brisa del sur que me llenó los pulmones al salir de la villa. Me detuve por un momento en el umbral, observando el horizonte teñido por los colores suaves del amanecer. El sol aún no había salido por completo, pero las primeras luces ya iluminaban el paisaje que se extendía frente a mí. Sabía que ese día sería crucial para mí, para Carmen, para todo lo que habíamos vivido hasta ahora.Los últimos días habían sido una montaña rusa de emociones. Había estado tan preocupado por Carmen, por su conexión rota con su loba, que no había podido pensar en otra cosa. Pero ahora que habíamos dado ese primer paso hacia la reconciliación, hacia la sanación, sentía una calma extraña, como si las piezas finalmente empezaran a encajar en su lugar.Caminé hacia el jardín, donde el rocío aún cubría las flores y las hojas de los árboles. Las flores... eso me dio una idea. Recordé que Carmen siempre había tenido una debilidad por las flores silvestres, las mis
POV de CarmenDespués de aquel momento mágico en el salón, con las flores llenando el aire de un aroma dulce y reconfortante, sentí que algo dentro de mí comenzaba a sanar. Alejandro había hecho lo imposible para recordarme lo importante que soy para él, y eso me había tocado el corazón de una manera que no esperaba. Pero, a pesar de todo, aún quedaba una parte de mí que seguía inquieta, especialmente con respecto a mi loba, a esa conexión rota que aún no lograba restaurar del todo.Era como si algo estuviera bloqueado dentro de mí, como si hubiera un muro invisible que me impedía escucharla con claridad. Sabía que ella estaba allí, que nunca me había dejado, pero su voz era apenas un susurro lejano, uno que no lograba entender del todo. Eso me angustiaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.Después de que Alejandro me llevara de vuelta a mi habitación, me acosté en la cama, mirando al techo, tratando de calmar mis pensamientos. El día siguiente estaba lleno de promesas: íbamos a
POV de AlejandroLas primeras luces del amanecer apenas empezaban a teñir el cielo cuando regresamos a la villa. Carmen caminaba a mi lado, en silencio, pero había una calma en ella que no había visto en mucho tiempo. Sabía que este era un gran paso para ella, haber reconectado, aunque fuera de manera tenue, con su loba. La había visto luchar durante tanto tiempo, intentando encontrar ese vínculo roto, y verla finalmente dar ese primer paso me llenaba de orgullo y alivio.No pude evitar mirarla de reojo mientras caminábamos. Su rostro, iluminado por la suave luz de la mañana, mostraba una mezcla de serenidad y agotamiento. El agotamiento no me sorprendía; el proceso de reconectar con su loba debía haber sido emocional y mentalmente agotador. Aun así, había una fuerza en ella que no podía ignorar, una determinación que siempre me había admirado de Carmen. Me se
Había una ligera tensión en el aire mientras Carmen y yo caminábamos de vuelta a la villa tras nuestro breve encuentro con Lolly. Podía sentir el silencio de Carmen a mi lado, y aunque su mano seguía firmemente aferrada a la mía, había un cambio sutil en su energía. El sendero que llevaba a la villa era tranquilo, rodeado de árboles que susurraban con la suave brisa, pero mis pensamientos estaban inquietos. Conocía a Carmen lo suficientemente bien como para entender que algo en esa reunión con Lolly la había alterado.Cuando entramos en la villa, el calor familiar del lugar nos dio la bienvenida, pero el silencio de Carmen persistió. Dejé mi bolso cerca de la puerta y la miré. Caminó delante de mí, sus dedos rozando ligeramente el respaldo de la vieja silla de cuero en la esquina, su mirada perdida en la distancia.—Carmen —comencé suavemente, mi voz apenas un susurro. No quería presionarla, pero no podía ignorar el repentino cambio en su estado de ánimo—. Por favor, háblame.Se detuv
POV de CarmenLa cena había comenzado como cualquier otra. El salón estaba iluminado con candelabros dorados, y los invitados se movían por la estancia con copas de vino en las manos, hablando en murmullos suaves. La luz tenue bañaba las paredes y creaba sombras danzantes, mientras una orquesta tocaba una melodía suave al fondo. Alejandro y yo habíamos sido invitados como parte de una celebración por el éxito en uno de sus recientes proyectos de negocios, y aunque en la superficie todo parecía tranquilo, algo en el aire no se sentía del todo bien.Alejandro, sentado a mi lado, no dejaba de moverse incómodo. Lo observé de reojo mientras fingía estar interesada en una conversación con una mujer de la mesa, pero mi atención estaba fija en él. Sus nudillos se veían tensos mientras agarraba el cuchillo con más fuerza de lo necesario, y sus mandíbulas estaban rígidas. Algo no estaba bien.—Alejandro, ¿estás bien? —le susurré, tocando suavemente su brazo bajo la mesa.Me miró, y aunque inten
POV de CarmenLa noche había sido un caos. No podía sacarme de la cabeza el momento en que vi a Alejandro transformarse ante los ojos horrorizados de todos los presentes. Aunque habíamos logrado salir de allí con él volviendo a su forma humana, todavía sentía el peso de lo que había ocurrido. El aire en la habitación estaba cargado de una tensión que parecía imposible de disipar. Me senté en la cama, abrazando mis rodillas, recordando cada detalle de la cena.Mis pensamientos volvían una y otra vez a esa imagen de Alejandro en su forma de lycan, completamente descontrolado, mientras las personas a nuestro alrededor gritaban y huían. Aunque no lo culpaba, porque sabía lo difícil que era para él controlar a su bestia, no podía evitar sentirme inquieta. Era como si algo se hubiera roto esa noche, algo que no sabía cómo arreglar.Había una parte de mí que entendía completamente lo que había sucedido. Sabía que la furia de su lycan estaba vinculada a su naturaleza, a esa parte indomable qu
POV de CarmenLa mañana después de la cena fue pesada, como si un velo oscuro hubiera descendido sobre nosotros. Me levanté temprano, aunque apenas había dormido. Todo lo que ocurrió la noche anterior no dejaba de repetirse en mi cabeza, desde los gritos de los invitados, hasta la desesperación en los ojos de Alejandro cuando perdió el control frente a todos.Me sentía extraña, atrapada entre la necesidad de entender qué estaba ocurriendo con él y el miedo que no podía negar. Alejandro siempre había sido mi refugio, pero esa noche había sido diferente. La imagen de su transformación seguía viva en mi mente. Verlo convertirse en su forma de lycan delante de tanta gente me había dejado marcada.Estaba sola en nuestra habitación, en el palacio que compartíamos, mirando por la ventana mientras el sol apenas iluminaba el horizonte. La casa estaba inquietantemente silenciosa, pero no era la tranquilidad lo que me incomodaba. Sabía que Alejandro estaba tan afectado como yo. Incluso más. Pero
POV de AlejandroEl viaje hacia el sur se sintió como si durara una eternidad, las carreteras serpenteaban entre la niebla de la mañana, cada curva era un paso más cerca de la villa y de Carmen. Había estado lejos por lo que parecían años, aunque sólo habían sido unas semanas. Cada milla me recordaba lo que había dejado atrás, las promesas hechas y las promesas rotas. Le había prometido a Carmen que nunca más la pondría en peligro, y, sin embargo, sabía que, simplemente existiendo en su vida, era un riesgo.Cuando finalmente llegué, la villa se mantenía en silencio, encaramada en la colina, con vistas a los valles que se bañaban en la suave luz del amanecer. La había abandonado apresuradamente, perseguido por el recuerdo de la cena en la que había perdido el control frente a Carmen y todos los demás, transformándome sin advertencia. Toda esa noche fue un caos de miedo y confusión. Me habían visto, el verdadero yo, y Carmen también lo había visto. Su rostro pasó por mi mente: sus ojos