Pov Amaya Otro día comienza y con él, los pequeños rayos de sol que se colan por las cortinas entre abiertas. La primera imagen que recibo al abrir los ojos, es el fuerte pecho de Hardick. Paso mis uñas por él de forma suave y su brazo me aprieta más hacia él por mi cintura. Esta ha sido la imagen que me ha recibido todas las mañanas durante los últimos tres meses, aunque al principio me resistí él se negó rotundamente a dejarme dormir en mi habitación. Pobre Liam que debe soportarnos a ambos porque me niego a ir a su manada y el se niega a irse a la suya. Desearía con todas las fuerzas que esto no terminara pero hasta lo nuestro tiene su final. Uno que pesa cada día sobre nosotros y con los acontecimientos de las últimas semanas es peor. —¡Buenos días mi cachorra!. No entiendo cuál es la manía de decirme así pero solo dice que es por su lobo. Un pervertido que anoche me dejó las piernas temblando después de una larga sesión de tortura deliciosa y exitante. Toma mis l
Pov Narrador En el basto paisaje de una zona fría y remota se encontraba un castillo con picos altos, detrás de él, montañas desérticas que eran cubiertas por nieve. En las profundidades de aquel desolado castillo Darius miraba atentamente la pintura de su compañera. Su sonrisa encantadora y ese brillo en sus ojos. La gran puerta se abre y una anciana bruja entra. —Mi señor— hace una reverencia y se queda allí esperando a que su amo le permita si quiera moverse. —Dime madame Rowina donde está ella?. —Ya está por llegar mi señor. —¡Perfecto!. La sonrisa del rey se ensanchó al pensar en su siguiente jugada. Una mirada malévola ahora se veía en sus ojos. —Pronto mi amada, pronto estarás de vuelta conmigo, pero primero haré pagar a todo el reino de los lobos. En eso la puerta se abre y una joven entra guiada por dos brujas más. —Mi señor mi hija ya está aquí. Él voltea a verla y una carcajada impregna todo el lugar mientras que a los presentes se les eriza la piel
Pov Amaya Camino de un lado a otro en la habitación mientras escucho a Lucas, no han podido descifrar las runas, parecen que son un idioma antiguo. —Amaya todo lo que se ha podido descifrar son milésimas de partes, menciona piedra de la realidad y en otro lado habla sobre intercambio de almas, más abajo dice luna de noche que creo de refiere a luna nueva, también algo sobre poder lunar. —Nada parece tener sentido, solo me llama la atención el intercambio de almas. —Sin saber exactamente que dice todo lo demás no podemos darle un sentido a nada. Me quedo pensando, ¡debe haber más!, ese pequeño pueblo debería tener información. Miro la puerta con atención y espero que no suene nada del otro lado. —Lucas debemos volver a aquel pueblo deshabitado, podría haber una pista allí. —Amaya porque hablas así?. —Por qué si Hardick me escucha será un problema ir. Lo oí suspirar y la línea se quedó en silencio. —Pero no entraras en esa cueva. —¡No lo juro! solo al pueblo. —Bien yo
Pov Amaya Avanzamos en silencio hasta la casita en ruinas más cercana. Al fondo hay varias chicas encadenadas llorando. Solo dos son lobas. Los hombres siguen mirando nuestra camioneta y hablan entre ellos en susurros. Aunque mis sentidos hayan mejorado no puedo oír que hablan. Lo veo hacer un gesto hacia él bosque y de pronto de entre las casas salen más hombres dirigiéndose hacia allí. —"Amaya debemos movernos o nos encontrarán". —"No podemos dejar esas chicas allí Lucas, quien sabe que harán con ellas". Miramos de nuevo al frente viendo opciones. Vemos al que parece ser lider caminar hasta las mujeres, toma a una que parece tener talvez 17 años y se mete a la casa. Aprieto mis puños de rabia, esto es lo que hacían los hombres de Patrick y Robert. Saco mis puñales y Lucas saca sus garras. Entramos en una pequeña casa cerca de ellos esperando el momento adecuado. Sigo observando la pequeña casa por dónde aquel salvaje se fue con la más joven. De pronto él sale mirand
Pov Amaya Llegamos a la entrada donde un hombre gordo y algo viejo nos recibe. Nos rodea a todas mirándonos de arriba a abajo. Se para frente a la chica desnuda mientras aprieta sus senos y mete su mano en su feminidad. —Lexu te atreviste a tocarla?. El que nos trajo solo encoje los hombros sin responder mientras me mira como un león esperando tomar su presa. Su aspecto es desaliñado, tiene una barba corta que se extiende hasta su cuello, su cabello grasoso cae hasta sus hombros y sus dientes son amarillosos. Parece tener un alto rango aquí por su complexión robusta, además de que parece no importarle la autoridad de este viejo cochino. —Que hay de este?. —¡Un Beta!, podríamos utilizarlo para algo Alfa o simplemente matarlo. —Hay que divertirnos con él, que vaya a las arenas de pelea. Somos arrastradas adentro y veo como llevan a Lucas en otra dirección. Una vez adentro nos llevan a una habitación con regaderas en el techo. ¡Si, en definitiva esto ya lo he visto
Pov Amaya Algunos se retiran de mí otros parecen que ya van a engullirme en sus fauces. —¡Esto es un problema!. —Claro que no lo es, ese Alfa jamás dará con nuestra manada. —Cómo estás tan seguro?. —Porque pude esconderme bien de ese miserable y de los Reyes. Sus miradas ahora con más confianza se centran en mi. El Alfa de esta manada me toma del mentón con fuerza. Me mira de todos los ángulos y me suelta. —Será delicioso probar el juguete del Alfa Hardick Ashford. Escuché a los demás reír dándome miradas de lujuria. La mujer vuelve a arrastrarme a la arena junto a las demás. Al poco tiempo dan inicio a las peleas. Los primero que luchan son dos deltas. Es una pelea a muerte. Luego de varias rondas llaman al peleador principal. Aquel desagradable hombre que quiere ponerme de rodillas ante él. Si logra hacerlo le morderé tan fuerte su pene que se quedara sin uno. Su mirada de encuentra con la mía y me reclama como su premio. Todo estalla en vítores cuando la
Poco Amaya Me encuentro del otro lado del asiento, intentando por todos los medios calmarme, retuerzo mis manos con desespero mientras mi centro palpitante se niega a calmarse. Mi frustración está llegando a niveles altos y yo siento que en cualquier momento exploto del estrés. Quiero llorar y ni eso me sale. Él solo está del otro lado, con su rostro serio e inexpresivo cruzado de brazos mirando el paisaje. Creo que definitivamente voy a llorar. M4ldito hombre sin corazón, ¿y yo qué? ¿acaso estoy en celo? pero soy una humana eso no es posible. Suspiro soltando un aire tembloroso por los labios, miro hacia afuera y estoy tan frustrada, que no me he dado de cuenta, que no nos dirigíamos de regreso. Al rato entramos por un camino muy bonito y verde. Montañas a lo lejos con sus picos llenos de nieve y hermosos riachuelos. Al frente, los muros blancos de una manada se alzan, un portón plateado con la hermosa Luna blanca en él y dos lobos blancos aullando. ¡Esta es su manada!
Pov Hardick Sigo trabajando en su feminidad con movimientos rápidos y constantes, está tan deliciosamente mojada que deseo hundirme en ella con apuro. Pero no, yo tengo otros planes aunque su olor me está volviendo maldit4mente loco. Meto uno de mis dedos en ella y un gemido desesperado sale de sus labios mandando corrientazos por mi cuerpo. Mi duro miembro empuja por salir del pantalón y clavarse en ella pero necesito torturarla un poco. —¡Hardick por favor más rápido!. Meto otro dedo dentro de ella y tal como lo pidió lo deslizó adentro y afuera rápido. Su cuerpo se calentaba aún más, ella estaba rodeada de todo el éxtasis del placer y el deseo. Aprieto su pezón con fuerza y muerdo sutilmente su cuello. Sus jadeos con mi nombre salen enviándome oleadas de placer queriéndola someter como más me gusta. Justo cuando siento que está por correrse me retiro haciéndola jadear mientras voltea de forma suplicante. Me alejo un poco de ella pero me toma del brazo y sonrió al