Pov Amaya Llegamos a la entrada donde un hombre gordo y algo viejo nos recibe. Nos rodea a todas mirándonos de arriba a abajo. Se para frente a la chica desnuda mientras aprieta sus senos y mete su mano en su feminidad. —Lexu te atreviste a tocarla?. El que nos trajo solo encoje los hombros sin responder mientras me mira como un león esperando tomar su presa. Su aspecto es desaliñado, tiene una barba corta que se extiende hasta su cuello, su cabello grasoso cae hasta sus hombros y sus dientes son amarillosos. Parece tener un alto rango aquí por su complexión robusta, además de que parece no importarle la autoridad de este viejo cochino. —Que hay de este?. —¡Un Beta!, podríamos utilizarlo para algo Alfa o simplemente matarlo. —Hay que divertirnos con él, que vaya a las arenas de pelea. Somos arrastradas adentro y veo como llevan a Lucas en otra dirección. Una vez adentro nos llevan a una habitación con regaderas en el techo. ¡Si, en definitiva esto ya lo he visto
Pov Amaya Algunos se retiran de mí otros parecen que ya van a engullirme en sus fauces. —¡Esto es un problema!. —Claro que no lo es, ese Alfa jamás dará con nuestra manada. —Cómo estás tan seguro?. —Porque pude esconderme bien de ese miserable y de los Reyes. Sus miradas ahora con más confianza se centran en mi. El Alfa de esta manada me toma del mentón con fuerza. Me mira de todos los ángulos y me suelta. —Será delicioso probar el juguete del Alfa Hardick Ashford. Escuché a los demás reír dándome miradas de lujuria. La mujer vuelve a arrastrarme a la arena junto a las demás. Al poco tiempo dan inicio a las peleas. Los primero que luchan son dos deltas. Es una pelea a muerte. Luego de varias rondas llaman al peleador principal. Aquel desagradable hombre que quiere ponerme de rodillas ante él. Si logra hacerlo le morderé tan fuerte su pene que se quedara sin uno. Su mirada de encuentra con la mía y me reclama como su premio. Todo estalla en vítores cuando la
Poco Amaya Me encuentro del otro lado del asiento, intentando por todos los medios calmarme, retuerzo mis manos con desespero mientras mi centro palpitante se niega a calmarse. Mi frustración está llegando a niveles altos y yo siento que en cualquier momento exploto del estrés. Quiero llorar y ni eso me sale. Él solo está del otro lado, con su rostro serio e inexpresivo cruzado de brazos mirando el paisaje. Creo que definitivamente voy a llorar. M4ldito hombre sin corazón, ¿y yo qué? ¿acaso estoy en celo? pero soy una humana eso no es posible. Suspiro soltando un aire tembloroso por los labios, miro hacia afuera y estoy tan frustrada, que no me he dado de cuenta, que no nos dirigíamos de regreso. Al rato entramos por un camino muy bonito y verde. Montañas a lo lejos con sus picos llenos de nieve y hermosos riachuelos. Al frente, los muros blancos de una manada se alzan, un portón plateado con la hermosa Luna blanca en él y dos lobos blancos aullando. ¡Esta es su manada!
Pov Hardick Sigo trabajando en su feminidad con movimientos rápidos y constantes, está tan deliciosamente mojada que deseo hundirme en ella con apuro. Pero no, yo tengo otros planes aunque su olor me está volviendo maldit4mente loco. Meto uno de mis dedos en ella y un gemido desesperado sale de sus labios mandando corrientazos por mi cuerpo. Mi duro miembro empuja por salir del pantalón y clavarse en ella pero necesito torturarla un poco. —¡Hardick por favor más rápido!. Meto otro dedo dentro de ella y tal como lo pidió lo deslizó adentro y afuera rápido. Su cuerpo se calentaba aún más, ella estaba rodeada de todo el éxtasis del placer y el deseo. Aprieto su pezón con fuerza y muerdo sutilmente su cuello. Sus jadeos con mi nombre salen enviándome oleadas de placer queriéndola someter como más me gusta. Justo cuando siento que está por correrse me retiro haciéndola jadear mientras voltea de forma suplicante. Me alejo un poco de ella pero me toma del brazo y sonrió al
Pov Hardick Me dirijo a mi habitación y al entrar escucho el agua correr en el baño, sonrio un poco al ver lo fácil que ya se adaptó. Me retiro mis prendas y decido ir a acompañarla, entro y decido meterme bajo el agua con ella, me deja acariciarla mientras paso mis manos por su hermoso cuerpo. Algunas cicatrices aún marcan su piel pero después me aseguraré de quitárselas. Dejo suaves besos en su cuello sintiendo como su cuerpo se estremece entre mis manos. —Oye báñate y deja tus manos quietas. Suelto una pequeña risita y muerdo el lóbulo de su oreja con delicadeza. Tomo uno de sus endurecidos pezones rozandolos y pellizcando sintiendo como su delicioso aroma llega a mis sentidos. Bajo mi otra mano a su pequeño botón de placer donde toco y su cuerpo se estremece por el simple roce. Su cuerpo se pega al mío caliente de deseo, el agua fría corre por nuestros cuerpos imposible de apagar la llama de nuestros deseo. —Mi hembra— susurro en su oído sintiendo todo su cuerp
Pov Hardick Sigo deborando sus hermosos senos donde sus aureolas rosadas están ahora rojas por mi ataque. Nuestros roces se hicieron más rápidos, mientras sus gemidos salen apresurados y fuertes. Ella se tensa y por un momento y sin preambulos se empuja en mí con un fuerte sentón, cierra los ojos con fuerza dejando salir su dulce liberación que sale deliciosa llenándome de ella y apretándome con cada espasmo. Al salir de la bruma de su orgasmo coloca sus manos en mi pecho empujando hacia abajo con mis empujes hacia arriba. Sus hermosos pechos rebotan y llevo mis manos hacia ellos masajeandolos, me siento aún con ella cabalgandome y tomo uno de sus pezones en mi boca chupándolos con rudeza haciendo que ella se estremezca y enrede sus dedos en mi cabello. Gime mi nombre dando unos ricos sentones para despues besarme con pasión mientras aprieto mi agarre en sus caderas que ahora se mueven de forma lenta y circular. Esta mujer está volviéndome loco con ese movimiento, me rec
Pov de Hardick A la mañana siguiente me despierto sintiendo un peso extra encima. Al abrir los ojos la veo a ella sentada sobre mí a horcadas. —Buenos dias— me dice con una brillante sonrisa, paso mis manos por sus piernas subiendo por su costado y tomando sus hermosos senos en mis manos. —No no nada de eso, debemos pararnos, tu mamá ya vino un par de veces a tocar la puerta. Me dice pero allí está de nuevo ese hermoso rubor que antes nunca había tenido. La atraigo hacia mí y la beso, un beso largo, profundo y gentil. Por alguna razón quería grabar su dulce sabor en mi boca y como se sentían sus labios mientras los devoraba. Un toque suave en la puerta me hizo gruñir entonces recibí el enlace de mi madre. —"Cariño ya estás despierto que bueno, un mensajero de Liam está aquí dijo que era urgente". —"Voy madre". Retomo sus labios y antes de alejarme lo muerdo dejando una pequeña marca rojiza en ellos. La levanto en mis brazos mientras ella se ríe y nos bañamos, aunqu
Pov Hardick —Hola— fue todo lo que dijo y yo solo me quedé hipnotizado viéndola. Algo en ella me llamaba, podía sentirlo, Aitor gruñía en aprobación y pensé que saldría disparado a marcarla pero no. —Hola— fue todo lo que dije. El vínculo estaba claro y fuerte entre nosotros y ahora que nos reconocíamos sentí la necesidad de desnudarla y hacerla mía. Entonces su rostro apareció en mi mente despejando aquella sensación que nubló mi juicio. Quise retirarme pero ella agarro mi mano sintiendo de nuevo aquellas chispas. —Los dejamos solos— escuché a Cailín pero no la miré, solo observaba dónde nuestra piel se tocaba. La puerta de cerro y ella volvió a mirarme. —Estás decepcionado de mí verdad?. —No... no es... es solo que.. Lo siento— ella se acerca y me abraza y de forma tonta solo envolví mis brazos a su alrededor. —Es bueno por fín tenerte conmigo, siempre anhelé sentir el calor de mi mate y ya por fín estás aquí. Mi cuerpo empezó a calentarse mientras decía aquellas pal