Pov Hardick —Hola— fue todo lo que dijo y yo solo me quedé hipnotizado viéndola. Algo en ella me llamaba, podía sentirlo, Aitor gruñía en aprobación y pensé que saldría disparado a marcarla pero no. —Hola— fue todo lo que dije. El vínculo estaba claro y fuerte entre nosotros y ahora que nos reconocíamos sentí la necesidad de desnudarla y hacerla mía. Entonces su rostro apareció en mi mente despejando aquella sensación que nubló mi juicio. Quise retirarme pero ella agarro mi mano sintiendo de nuevo aquellas chispas. —Los dejamos solos— escuché a Cailín pero no la miré, solo observaba dónde nuestra piel se tocaba. La puerta de cerro y ella volvió a mirarme. —Estás decepcionado de mí verdad?. —No... no es... es solo que.. Lo siento— ella se acerca y me abraza y de forma tonta solo envolví mis brazos a su alrededor. —Es bueno por fín tenerte conmigo, siempre anhelé sentir el calor de mi mate y ya por fín estás aquí. Mi cuerpo empezó a calentarse mientras decía aquellas pal
Pov Narrador Frente a la sala del consejo que ahora se encontraba abarrotada de gente, se encontraba la elegida y detrás de ella, la bruja y aquellos dos lobos. —Díganos por favor su nombre señorita. Ella con su postura impetuosa y su barbilla en alto respondió con mucho orgullo —Sharon señores del consejo. —Señorita Sharon, está consciente de que sus emisarios están haciendo estragos en el Reino?, andan matando a inocentes. —Soy conciente de ello pero... ya no puedo controlarlos. Su mirada viaja hacia Hardick que solo la observa de forma analítica. Ella siente miedo y dudas, pues él se ha negado a marcarla y a aparearla, nunca va más allá de besos y eso la pone nerviosa. —Cuál es el problema?. Todos la miran de manera expectante, el consejo por otro lado la mira como si ella fuera su Diosa, como si ella fuera más importante que los demás. —El problema gran consejo es la falsa elegida. El salón entero estalla en jadeos mientras murmuran los unos a otros. Liam y Cailí
Pov Amaya Me encuentro en el pabellón sentada en el suelo revisando unos documentos, Ónix anda detrás de mí con su cuerpo envolviendo el mío. Su gran cabeza recostada en una de mis piernas mientras trabajo en mi manada. Los demás andan echados por todo alrededor, no tan lejos pero lo suficientemente cerca como para sentir sus calores envolverme en este día frío. Alzo la mirada de los documentos y observo el cielo gris, pequeñas gotas de lluvia caen con suavidad sobre el cesped creando una pequeña capa de humedad. La brisa sopla con la suficiente sutileza acariciando mis mejillas y mi piel expuesta. El día parece llevar lamentos tristes con aquella pequeña llovizna suave mientras que la brisa delicada parece querer llevárselos. Un largo suspiro sale de mí al recordar que aquella hermosa burbuja por fín explotó, que él ahora debe estar tocando su piel como una vez lo hizo conmigo, que ahora es ella la dueña de su vida, seguramente en un día como este deben estar enrollados
Pov Amaya —Me estás asustando Mariel, ¿acaso no puedes ver con claridad las cosas? quienes son aquellos que amo que pueden morir, ¡DIMELO!. —¡No lo se!, ¡juro que no lo se!, pero son muy importantes para tí eso es todo lo que puedo ver. Aprieto los puños de rabia y frustración, pero no, no perderé a nadie; de eso me encargaré. Mandaré a redoblar la fuerza de la manada en las murallas, redoblare la seguridad de mi familia, nadie tocará a los que amo mientras viva. —Deberías pedirle a tu Diosa que te muestre más, ella... ella me metió en todo esto y me dices QUE NO PUEDES VER MAS?. La presencia de Lucas, Milo y mis Alfas anuncian que están afuera. —Ella hablara contigo cuando estés lista... —Sabes que, no me digas nada más, nadie de los míos morirá y si lo hacen juro por tu Diosa que los haré pagar. —JURO QUE SI TOCAN A LOS MIOS HARE ARDER ESTE MISERABLE MUNDO DESDE SUS CIMIENTOS HASTA VOLVERLO CENIZAS. Algo en mi interior se agitó, sentí aquel fuego abrazador recorrerme des
Pov Amaya Todos salieron de la sala dejándonos solos, sus pasos hacia mí eran lentos y medidos, sus ojos jamás abandonaron los míos. No me sentí segura por primera vez en su presencia, no conocía las intenciones, hace un rato lo ví muy feliz con su mate sentada en su regazo y ahora está aquí para que exactamente. Di unos pasos hacia atrás cuando sentí que la distancia sobrepasaba el límite que yo misma impuse. —¿Me tienes miedo Amaya? —Deberia. Su mirada se mantuvo igual, intensa y calculadora. No se porqué pero algo en él no parece exactamente bien. Es como si algo oscuro lo rodeara, como si algo en él gritara peligro, talvez sea por su compañera que se siente exactamente igual. De pronto el aire batió mi cabello y cerré los ojos al sentir el impacto contra el pilar, pero no fue violento ya que su mano amortiguó el golpe por completo. Estaba temblando bajo su toque mientras el olía cada parte de mi cuello, sus manos se deslizaban a través de mí ropa. Un gruñido ba
Pov Amaya Me encuentro parada en los límites de los campos de entrenamiento, observo a los chicos que poco a poco se van incorporando. Samson parece estar bien y sigue siendo el lider como siempre, me da tristeza de ver qué solo quedaron ellos cinco. Desde aquella tarde que llegué y tuve aquel encuentro con Hardick no nos hemos acercado más. Pero no significa que no me observe, sus ojos sobre mí siempre son peligroso y depredadores. Unas risas suenan en el otro extremo y al mirar, entra nada más y nada menos que Melissa, mi objetivo en todo este desastre. —Amaya debes tener cuidado con ella. —Lo se Samson se que el consejo está protegiéndolos por ayudar a esa loca pero eso a mí no me importa, cuando todo este desastre pase ellos seran mios. Como si sintiera mi mirada sobre ella, voltea a verme y la sonrisa se le congela en el rostro antes de perderla y con ella el color. —Melissa. Aquella voz me hace voltear solo para ver a Sharon correr hacia ella muy alegre, en el bord
Pov Hardick. Sentado en la cama de mi habitación, con los codos apollados en las rodillas, medito en todo lo que acaba de pasar con Amaya. Paso mi mano por mi cabello despeinandolo dejando que aquellas finas líneas oscuras se deslicen por mi frente. Cuanto anhelaba su tacto, su piel, su olor su sabor, estar dentro de ella. Pero la estaba lastimando y esto es lo que de alguna forma me hace sentir frustrado y con impotencia. Cierro los ojos al ver aquel miedo y tristeza en sus ojos en el momento en que solo me fuí y la dejé ahí sola, ¡que imbécil!, ¡que gran idiota fuí!. Pero la cabeza me dolía demasiado, esto es cada vez más frecuente desde que mi compañera apareció. Me quedo viendo fijamente la puerta, se que ella debió sentir mi traición, pero, ¿acaso me importa? No realmente no me importa, necesito encontrar a Amaya, Diosa necesito explicarle porque la dejé sola allá después de lo que pasó. Me levanto para dirigirme a la puerta y justo esta se abre de golpe. De f
Pov narrador Esto los estaba rompiendo a ambos en pedazos, pero solo ella lo demostraba, sus ojos deslizaban lágrimas silenciosas cargadas de dolor, su corazón sangraba ante aquel puñal clavado por la misma persona que juró elegirla ante todo. Ella en él solo pude ver frialdad y desprecio, pero aún no podía creer en sus palabras, se estaba aferrando a la esperanza de que esto fuera una ilusión o de que sus oídos escucharon mal. —Hardick esto... esto es una broma verdad, por favor dime qué escuché mal. Su voz se quebró al final cerrando sus ojos dejando que más lágrimas salieran. —No tengo porque hacerlo, ¿dime qué gano con eso? El silencio se instaló en ellos por segundos, Hardick quería acercarse a ella y abrazarla, quería consolar ese dolor que claramente estaba viendo. Le estaba doliendo de una forma que solo él entendía verla sufrir por su propia culpa, apretó sus puños a los lados sintiendo que algo en él mismo se estaba rompiendo. —¿Acaso todo esto fue una mentir