Pov Amaya Estoy parada frente a la ventana mirando el paisaje de afuera. Mis pensamientos están vagando en algún lado sin poder detenerme específicamente en algo Llevo mis manos al pecho, algo allí adentro arde pero está vez no quema. Tomo un gran suspiro antes de soltarlo. Me siento sumamente confundida. Unos golpes suenan en la puerta y es lo único que me saca de mi estancada situación. Al abrirla están tres jóvenes parados allí, parecen ser un poco más mayores que yo.—Que tal Amaya como estas hoy?—Aidan que acaso no puedes ser más cortés? terminarás asustándola.—Lo siento mucho Amaya juro que no fue mi intención. Veo como los tres pelean frente a mi y sonrio porque se ven divertidos.—Supongo que a ustedes también debo darles rangos no es así?.—Si...— Sueltan los tres al tiempo haciéndome reír.—Bueno vinimos a buscarte para que conozcas la manada, yo me llamo Aidan, él es Robin y aquel de allá es Milo.—Un gusto chicos. Los tres chicos salen más adelante y por primera vez
Pov Amaya Las semanas pasan mientras yo me encuentro entrenando con los chicos. Se supone que debo darle sus rangos pero no me siento segura. Mi vínculo con ellos se ha fortalecido, pero definitivamente creo que ya se quienes serán mis deltas y sin pensarlo dos veces lo anuncio.—Aidan y Robin ustedes serán mis deltas, a partir de ahora, confío en ustedes para que ayuden a aquellos a alcanzar la maxima capacidad que tienen. Sentí como si hubiese entrado en un pequeño trance mientras lo decía. Ví que me sonrieron y se posaron en una rodilla.—Gracias mi Reina, prometemos serle fiel hasta el final y prometemos guiar a aquellos guerreros a alcanzar su máximo potencial. Un nuevo lazo se creo entre nosotros sintiendo como el vínculo de mis nuevos deltas se enlazaba con firmeza en la manada. Lucas y Milo los felicitaron, sonreí al verlos y me alejé. No podía compartir exactamente su alegría. Algo dentro de mi seguía roto. Llegué al jardin mirando la manada y sus habitantes, ahora ello
Pov Amaya Estaba frente al campo de entrenamiento observando como entrenaban hombres y lobos a la vez. No había recibido noticias ni de Robin ni de Aidan en las últimas tres semanas. Decidí dirigirme al aquelarre dónde varios brujos perfeccionaban su magia. Si iba a comenzar una guerra con dos manadas debía proteger de alguna forma a mis lobos.—Amaya que podemos hacer hoy por tí.?—Necesito que busquen la manera de hacer que mis lobos estén protegidos contra cualquier tipo de veneno...—Además, necesito algo que los cubra allá afuera, algo que los haga imperceptibles para cualquiera hasta que sea necessario.—Por supuesto Amaya trabajaremos en eso.—Gracias Mariel, por favor no me fallen en esto—, me dirigí a todos y salí. Debo ir con los herreros, son humanos algunos y esto me da ventaja para lo que pienso hacer. Al llegar veo a todos trabajando y golpeando metal. Puede que la mayoría sean lobos pero también se especializan en armas.—Buenas tardes caballeros, quiero su atención
Pov Amaya Ví como los demás empezaban a tener miedo, se podía sentir en el aire. Ya tenía lo que quería así que sabía que debía hacer ahora. Me dispongo a salir pero me detengo al escuchar a uno hablar.—Así que ahora la perra del Alfa Patrick se convirtió en una Reina!. Volteo a verlo mientras el se ríe con la cabeza agacha. Se levanta y por fín me da la cara. Es el guardía que cuidaba las celdas y el mismo que dejaba que Orim entrara para lastimarme.—Crees que detendrás lo que hacemos?, no no Amaya, el Alfa Robert tiene protección de la manada real, jamas podrías tocarlo.—Voy a volver esa manada cenizas y pues.... tu ya no estarás para verlo— le sonrió y avanzo para alejarme.—Sabes lo que es divertido de todo esto Amaya? los gritos de esas chicas al ser arrebatas por cada uno de nosotros..—Los gritos de dolor al ser desgarradas mientras nos hundimos en ella como animales, pero esas niñas, esas fueron las mejores... sus gritos eran tan exitante mientras sus apretados coños no
En el corazón del bosque, una manada se encontraba perfectamente oculta. Rodeada por una neblina espesa cubriéndola de la visión de aquellos curiosos. La manada Bosque Oscuro era gobernada por una Reina. Dando alojo a aquellos lobos que habían perdido su humanidad y también a aquellos que escapan de sus manadas. Una Reina humana que fue otorgada de dones por la Diosa de la Luna. Con un poder en su interior capaz de destruir todo a su paso que permanecía dormido y que ella aún no conocía. Ella miraba a través de la ventana el sol que daba sus últimos rayos. Su mirada ya no mostraba emociones y su corazón ya no era cálido. Lo cruel que había sido su vida la había llevado a crear capaz de hielo en su interior. Los pasos resonaban a través del pasillo. Su beta Lucas se acercaba a pasos seguros. —Mi Reina ya todo está listo. Los detonadores se posicionaron discretamente en partes específicas del muro. Tenemos infiltrados que colocaron también tres de estos en la casa de la manada.
—No noooo! eres una perra. Maldigo el día en que te conocí. Siempre serás el peor error de mi vida. —No Patrick!. Te equivocas! el peor error de tu vida fue haberme condenado a un mundo miserable siendo inocente. Tu peor error fue haberme creído débil y patética por ser humana. Tu peor error Patrick! fue haberte cruzado en mi camino. Eso fue lo último que Patrick escucho antes que sus gritos ahogaran todo lo demás. A lo lejos Kael y sus hermanos miraban la escena y no sentían nada. Ellos eran los únicos que estaban en absolución por Amaya, por ser los únicos que la ayudaron a salir de aquel infierno miserable que pasó. Cuando Amaya terminó con Patrick se limpio la sangre y se volvió a su Beta. —Investiga a donde salen los túneles. —Solo hay dos Reina Amaya. Uno sale cerca del risco alado del río y el otro sale a las afueras de la manada por el oeste. Kael hablo, pero su mirada apenas tocó la de ella cayó de rodillas y sus hermanos más atrás. —Levántense! ahora son libres
Pov Amaya **** 5 AÑOS ANTES**** Me encuentro frente al espejo arreglándome para ir al trabajo. Desde que me mudé a la ciudad esta ha sido mi rutina diaria. Mi mayor prioridad? mi familia y los estudios que pienso continuar. Mi celular suena y al tomarlo veo que es Cris, es la única amiga que tengo. No suelo ser tan sociable. —Hola Cris. —Amaya el sábado hay una fiesta en el edificio quieres venir? —Ya tengo planes. Una nueva cita con mi trabajo. —Por Dios Amaya eres joven apenas tienes 19 años y ni un novio tienes. Debes salir mujer. —Cris debo irme ya al trabajo. —Si si, bueno, si cambias de opinión me avisas. Cuelgo y suspiro. Realmente no tengo tiempo para nada que no sea mi trabajo. Ese día en el restaurant todos estaban agitados. corrían de un lado a otro. Decidí dejar mis cosas y unirme al desastre que están armando. —Bien chicos presten atención— habla la gerente. —Hoy tendremos invitados especiales. Alquilaron todo el el espacio de arriba para ello
Pov Amaya Mi respiración era entrecortada y los latidos de mi corazón prometían romperme el pecho. Él está cubriendo mi cuerpo mientras me enjaulaba contra la pared. —Señor Prescott le ruego que por favor me suelte. No soy ese tipo de damas de compañía. —Quien dijo que lo eras Amaya— Toma mi cabello y lo huele. —Por favor solo suelteme. —Lo haré pero antes quiero algo de tí. Lo miro ante eso pues que ni se crea que me voy a quitar la ropa o algo peor. Él toma mi mentón fuerte antes de estrellar sus labios con los míos. Abro mucho mis ojos mientras el explora con su lengua cada rincón de mi boca. Terminando por morderme el labio de una forma suave. Él se retira pero me mantiene enjaulada con su cuerpo. Siento su respiración cerca de mi cuello mientras de forma descarada pasa su lengua por el. Mi cuerpo por alguna razón no reacciona o al menos no de forma correcta. El muy traidor está sintiendo electricidad con su toque. Cierro los ojos al sentir que muerde el lób