Pov NarradorDahlia comenzó a caminar hacia el centro. A su alrededor, creó un círculo de luz en la tierra, con símbolos y letras en ella.Volteó a ver a Rowina que sin tener control de su cuerpo, comenzó a avanzar, aquella mano invisible la mantenía quieta, sin permitirle mover ni un solo músculo.Al llegar frente a Dahlia, sus ojos se abrieron de horror al sentir aquella poderosa necesidad de escupir todo lo que tenía guardado.Cadenas blancas comenzaron a enrollarse en sus piernas, se clavaban en la piel entrando y saliendo por otro lado a su antojo.Por sus piernas comenzó a escurrir sangre, ella intentaba gritar, pero no podía. Quiso repetir en su mente, algún hechizo que la sacara de esto, pero no podía.Su mirada fue hasta Amaya, que solo la observaba en silencio.Tarde se dio cuenta del error que cometió, entregó a su hija a las manos de aquel hombre, ahora eso iba a costarles a ambas, sus vidas.Detrás de ella, aún se podía apreciar como aquellos lobos negros, simplemente jug
Pov Narrador Todo a su alrededor era un completo baño de sangre. Brus no sobrevivió, su cuerpo yacía inerte sobre la mesa. Melissa quedó tirada en el suelo, inconsciente, sus dedos estaban rotos, su piel quemada y cortada. En su cuello se veían las marcas de manos que le cortaron el aire muchas veces. De su interior salía mucha sangre. De esta misma forma, fue desgarrada Amaya. Ella posiblemente viviría, pero no traería al mundo a otro cachorro. Sharon se encontraba en el suelo llorando, viendo el cuerpo sin vida de su madre. Los ojos de la mujer miraban a su hija y esto era lo que a Sharon la hacía llorar más. Amaya hizo una señal y en segundos dos hombres colocaron de pie a Sharon. Ella volvió a dirigir su mirada fría hacia Hardick. —Hoy Hardick, tú vas a sentir el mismo dolor que yo sentí aquella noche que la marcaste. Amaya se giró y con su palma abierta, golpeó el pecho de Sharon justo encima de su corazón. Gritos agudos de agonía salían de ella. Hardick cay
Pov Hardick Abrí mis ojos lentamente, sentía mi cuerpo pesado y ni hablar del enorme dolor que sentía en mis huesos. Me incorporé lentamente para poderme sentar, recostando mi cabeza al respaldar. Las puertas de mi habitación son abiertas de golpe y en eso entra mi madre con un semblante de preocupación y alivio. —Hardick gracias a la Diosa ya despertaste. —¿Cuánto tiempo pasó? —Dos semanas cariño, pensé que no despertarías, pero Dahlia vino a verte y dijo que estarías bien. Me quedé en silencio mientras sentía como me palpitaba la cabeza. —¿Dijo algo más?— quería escuchar cualquier cosa que me dijera de Amaya, solo la más mínima. —Nada Hardick. —Amaya... —No se sabe nada de ella Hardick, ella desapareció ese día entre la neblina. Una fuerte punzada de dolor me invadió, me levanté rápido de la cama, un mareo rondó mi cabeza, pero aun así seguí avanzando. Mi madre intentó detenerme, pero con cada intentó mi frustración crecía. —Madre quítate del medio. Terminé gritándo
Pov Amaya —¿Qué quieres decir? —Cuando tú naciste, lo hiciste en Luna llena, ese día que fui a verte en la cunita que te colocaron, la luz de la Luna entraba por la ventana, parecía estar cantando para ti. Las palabras de Selene regresaron a mí de pronto; "talvez siempre fuiste tú, desde tu nacimiento parece ser que siempre estabas destinada a llegar a mi mundo" ¡No puede ser, eso no puede ser! —En ese mismo momento, algo en mi mente susurró un nombre, tu nombre, talvez eres humana querida, pero no podemos negar que por nuestra sangre corre sangre de lobo. —No sabes lo que dices abuela, fui emparejada a un Alfa miserable y todo lo demás fue... —Doloroso, lo sé Amaya, pero las adversidades de la vida, nos hacen fuertes, forjan nuestro espíritu, somos quienes somos gracias a las circunstancias de la vida. Solo respiré hondo soltando un gran suspiro, jamás pensé que esto pudiera pasar, ni en la más mínima de las probabilidades. —Amaya, debes soltar ese odio que llevas d
Pov Hardick Llegué con mi madre al hospital, tan pronto como nos dieron la noticia de Cailín. Vimos a Liam dar vueltas y vueltas en el pasillo mientras veía hacia aquella puerta que conducía a la sala de partos. Alexia era quien la estaba asistiendo, así que estoy seguro de que el cachorro estará bien, su don de senadora es excelente. —Liam por favor cálmate. —Luna Aleya, perdón, pero no puedo, ¿qué pasa si algo sale mal o si de pronto surge alguna complicación? Yo solo me reí de él mientras me apoyaba en la pared. Mi madre lo tomó de las manos y lo obligó a sentarse. —Liam cálmate, estoy segura de que todo saldrá bien, la Diosa bendijo tu unión y, por lo tanto, también dio su bendición a ese pequeño. —Bien está bien, solo... bueno... —Vamos Liam, no te conocí así. —Tú cállate Hardick, cuando estés pasando por lo mismo que yo, tal vez me entenderás. Solo me seguí riendo mientras alzaba los hombros en señal de que no me importa. Mientras tanto, en mi corazón s
Pov Amaya —Lucas, por amor a tu Diosa, sal de ese cuarto o juro que te sacó arrastras. —No, Amaya, ella va a rechazarnos lo sé. Solo pongo mis ojos en blanco al escucharlo, ¿acaso de verdad ese es mi Beta? —Talvez terminen igual que Cailín y Liam la misma noche que se reconocieron. —¡Jamás!, me niego a marcarla de esa forma. Solo pude suspirar hondo, no sé de qué otra forma hacerlo entrar en razón. De pronto sentí un fuerte trote venir y sonreí con malicia al saber quién era. Me hice a un lado de la puerta y en solo segundos, Nerón la rompió. Escuché como Lucas peleaba con Nerón solo para ver como salía arrastrado de una pierna, por aquellas muelitas babosas. —Eso es trampa Amaya. —Yo no lo llamé, no sé de qué hablas. Me comencé a mirar las uñas ignorando la cara de amargado de mi Beta. Al subirnos al auto me aseguré de que todo estuviera en orden. Otras dos camionetas nos siguen, todas llenas de regalos. —¿Cuánto nos tomará llegar allá? —Unas cinco hor
Pov Hardick Estaba ansioso, caminaba en mi oficina de un lado a otro. Ella acaba de cruzar las puertas de mi manada. Me sentía nervioso y al mismo tiempo feliz. Solo quería verla, al menos verla, Aitor se paseaba en su pequeña jaula de un lado a otro eufórico y entusiasmado. —Hardick, Gedeon será quien la reciba, te pido que mantengas a Aitor calmado y no vaya a hacer una locura. —Él está bien madre, está tranquilo, pero feliz. Esa misma alegría salía de mí sin poderlo ocultar, mi madre me sonrió y se acercó a mí para darme un abrazo. —Hijo ten en cuenta que talvez ella no se tome a buena forma el verte. —Lo sé madre, pero anhelo verla, solo verla es todo. Me quedé en el estudio tratando de concentrarme en los papeles que tenía al frente. No era fácil hacerlo cuando tenía otras cosas en mente. De pronto me quedé paralizado, la tinta siguió manchando la hoja mientras yo solo seguía allí sin moverme. Su olor a chocolate y miel golpeó fuerte mis sentidos.
Pov Narrador Gedeon tuvo que dispararle un potente dardo a Hardick para neutralizarlo por completo. Su piel volvió a la normalidad y parecía respirar con calma. En sus brazos y su pecho, su piel sangraba por las quemaduras que Amaya le causó. Ella aún se mantenía protegida bajo su propio fuego, temblando, mirando a Hardick en el suelo como si solo estuviese dormido. —Por favor llévalo con cuidado. Su madre corría tras de él mientras Gedeon y Nathael, lo llevaban a un cuarto bastante aislado. En aquel pequeño cuarto, las paredes tenían varias marcas de garras, de las paredes, varias cadenas colgaban. Solo una pequeña ventana, muy angosta se encontraba en el lateral, permitiendo que pasara la luz. Hardick fue encadenado desde su cuello hasta sus extremidades, la capacidad de moverse era limitada. Aleya lloraba al ver a su hijo una vez más en este lugar. Las cadenas de plata quemaban su piel, pero era lo único que podía mantener a su lobo a raya. Amaya fué llevada una vez mas