Pov Narrador Aitor en su mente aullaba de dolor, su verdadera compañera los odiaba, él podía verlo. Jamás les dedicó una mirada, pero porque lo haría, ni Aitor ni Hardick podían sentir el vínculo. No podían compartir las emociones de ella justo ahora. Ese vínculo estaba temporalmente roto, Hardick solo podía apretar los puños de frustración y rabia. Se odiaba así mismo, lágrimas silenciosas escapan de sus ojos, si él hubiese sabido esto, si él hubiese sabido que su madre lo liberaría al día siguiente, jamás hubiera marcado a esa mujer. Pero ahora no podía hacer nada más, solo esperar a que llegara su turno y aceptaría cualquier castigo que ella esté dispuesta a darle. Amaya observaba con satisfacción, como sus más grandes enemigos se retorcían del dolor mientras le suplicaban a ella que pararan. —Por... por favor... se lo... suplicamos mi... mi Reina... pare esto. —No, ¿por qué lo haría?, ¿ustedes acaso tuvieron piedad de mi Delta y de mi Alfa en el bosque?, ¿ustedes a
Pov Narrador Melissa temblaba, de sus ojos salían lágrimas. Estaba muerta del miedo, alzó su mirada para verla a ella. Y fue como algo del destino, pero logró verse a ella misma parada al otro extremo y en su posición, estaba Amaya. Entonces lo comprendió, ella se estaba vengado por todo lo que le hizo en el pasado. —No te preocupes Melissa, tu hijo vivirá, una vez dije que no lo iba a tocar y no lo haré. —¿Dónde está él? —Con una buena familia. Melissa fue arrastrada al borde de aquel camino, sintiendo como el calor golpeó sus pies y su cara. —Tu Melissa atravesarás este camino, si logras sobrevivir al final de todo, puedes regresar con tu hijo. Melissa pensó que esto sería fácil, solo correría a través de él y sería libre, eso era, con ese pensamiento en mente se dio ánimos así misma. Un pensamiento que pronto se le esfumaría, como todos en este lugar nada iba a ser tan fácil. —Pero... Melissa alzó su vista asustada, su cuerpo comenzó a temblar al darse cuent
Pov NarradorDahlia comenzó a caminar hacia el centro. A su alrededor, creó un círculo de luz en la tierra, con símbolos y letras en ella.Volteó a ver a Rowina que sin tener control de su cuerpo, comenzó a avanzar, aquella mano invisible la mantenía quieta, sin permitirle mover ni un solo músculo.Al llegar frente a Dahlia, sus ojos se abrieron de horror al sentir aquella poderosa necesidad de escupir todo lo que tenía guardado.Cadenas blancas comenzaron a enrollarse en sus piernas, se clavaban en la piel entrando y saliendo por otro lado a su antojo.Por sus piernas comenzó a escurrir sangre, ella intentaba gritar, pero no podía. Quiso repetir en su mente, algún hechizo que la sacara de esto, pero no podía.Su mirada fue hasta Amaya, que solo la observaba en silencio.Tarde se dio cuenta del error que cometió, entregó a su hija a las manos de aquel hombre, ahora eso iba a costarles a ambas, sus vidas.Detrás de ella, aún se podía apreciar como aquellos lobos negros, simplemente jug
Pov Narrador Todo a su alrededor era un completo baño de sangre. Brus no sobrevivió, su cuerpo yacía inerte sobre la mesa. Melissa quedó tirada en el suelo, inconsciente, sus dedos estaban rotos, su piel quemada y cortada. En su cuello se veían las marcas de manos que le cortaron el aire muchas veces. De su interior salía mucha sangre. De esta misma forma, fue desgarrada Amaya. Ella posiblemente viviría, pero no traería al mundo a otro cachorro. Sharon se encontraba en el suelo llorando, viendo el cuerpo sin vida de su madre. Los ojos de la mujer miraban a su hija y esto era lo que a Sharon la hacía llorar más. Amaya hizo una señal y en segundos dos hombres colocaron de pie a Sharon. Ella volvió a dirigir su mirada fría hacia Hardick. —Hoy Hardick, tú vas a sentir el mismo dolor que yo sentí aquella noche que la marcaste. Amaya se giró y con su palma abierta, golpeó el pecho de Sharon justo encima de su corazón. Gritos agudos de agonía salían de ella. Hardick cay
Pov Hardick Abrí mis ojos lentamente, sentía mi cuerpo pesado y ni hablar del enorme dolor que sentía en mis huesos. Me incorporé lentamente para poderme sentar, recostando mi cabeza al respaldar. Las puertas de mi habitación son abiertas de golpe y en eso entra mi madre con un semblante de preocupación y alivio. —Hardick gracias a la Diosa ya despertaste. —¿Cuánto tiempo pasó? —Dos semanas cariño, pensé que no despertarías, pero Dahlia vino a verte y dijo que estarías bien. Me quedé en silencio mientras sentía como me palpitaba la cabeza. —¿Dijo algo más?— quería escuchar cualquier cosa que me dijera de Amaya, solo la más mínima. —Nada Hardick. —Amaya... —No se sabe nada de ella Hardick, ella desapareció ese día entre la neblina. Una fuerte punzada de dolor me invadió, me levanté rápido de la cama, un mareo rondó mi cabeza, pero aun así seguí avanzando. Mi madre intentó detenerme, pero con cada intentó mi frustración crecía. —Madre quítate del medio. Terminé gritándo
Pov Amaya —¿Qué quieres decir? —Cuando tú naciste, lo hiciste en Luna llena, ese día que fui a verte en la cunita que te colocaron, la luz de la Luna entraba por la ventana, parecía estar cantando para ti. Las palabras de Selene regresaron a mí de pronto; "talvez siempre fuiste tú, desde tu nacimiento parece ser que siempre estabas destinada a llegar a mi mundo" ¡No puede ser, eso no puede ser! —En ese mismo momento, algo en mi mente susurró un nombre, tu nombre, talvez eres humana querida, pero no podemos negar que por nuestra sangre corre sangre de lobo. —No sabes lo que dices abuela, fui emparejada a un Alfa miserable y todo lo demás fue... —Doloroso, lo sé Amaya, pero las adversidades de la vida, nos hacen fuertes, forjan nuestro espíritu, somos quienes somos gracias a las circunstancias de la vida. Solo respiré hondo soltando un gran suspiro, jamás pensé que esto pudiera pasar, ni en la más mínima de las probabilidades. —Amaya, debes soltar ese odio que llevas d
Pov Hardick Llegué con mi madre al hospital, tan pronto como nos dieron la noticia de Cailín. Vimos a Liam dar vueltas y vueltas en el pasillo mientras veía hacia aquella puerta que conducía a la sala de partos. Alexia era quien la estaba asistiendo, así que estoy seguro de que el cachorro estará bien, su don de senadora es excelente. —Liam por favor cálmate. —Luna Aleya, perdón, pero no puedo, ¿qué pasa si algo sale mal o si de pronto surge alguna complicación? Yo solo me reí de él mientras me apoyaba en la pared. Mi madre lo tomó de las manos y lo obligó a sentarse. —Liam cálmate, estoy segura de que todo saldrá bien, la Diosa bendijo tu unión y, por lo tanto, también dio su bendición a ese pequeño. —Bien está bien, solo... bueno... —Vamos Liam, no te conocí así. —Tú cállate Hardick, cuando estés pasando por lo mismo que yo, tal vez me entenderás. Solo me seguí riendo mientras alzaba los hombros en señal de que no me importa. Mientras tanto, en mi corazón s
Pov Amaya —Lucas, por amor a tu Diosa, sal de ese cuarto o juro que te sacó arrastras. —No, Amaya, ella va a rechazarnos lo sé. Solo pongo mis ojos en blanco al escucharlo, ¿acaso de verdad ese es mi Beta? —Talvez terminen igual que Cailín y Liam la misma noche que se reconocieron. —¡Jamás!, me niego a marcarla de esa forma. Solo pude suspirar hondo, no sé de qué otra forma hacerlo entrar en razón. De pronto sentí un fuerte trote venir y sonreí con malicia al saber quién era. Me hice a un lado de la puerta y en solo segundos, Nerón la rompió. Escuché como Lucas peleaba con Nerón solo para ver como salía arrastrado de una pierna, por aquellas muelitas babosas. —Eso es trampa Amaya. —Yo no lo llamé, no sé de qué hablas. Me comencé a mirar las uñas ignorando la cara de amargado de mi Beta. Al subirnos al auto me aseguré de que todo estuviera en orden. Otras dos camionetas nos siguen, todas llenas de regalos. —¿Cuánto nos tomará llegar allá? —Unas cinco hor