Pov Narrador Aquel hombre desató la mordaza con gentileza de la boca de la anciana. —¿Qué fue lo que hizo mi nieta?, ella jamás se metería en cosas turbias. —¡Oh créame!, ¡lo hizo!, ¿sabe qué ella ahora es una Reina en el mundo de los lobos? sé que sonará loco, pero una vez que lleguemos allá, lo verá. Ella no podía creer en nada absurdo como eso. —Amaya es una buena chica. —Talvez, pero se atravesó en nuestro camino. Llegaron al aeropuerto donde alguien los esperaba. —Anciano Volko ya están aquí. Voltea a verlos con satisfacción en sus rostros y ríe con fuerza. —¿Dejaste el señuelo? —Por supuesto, cuando a Amaya le llegue el informe de que su "familia" fue brutalmente masacrada, perderá los estribos y ahí... ahí caerá. Ambos hombres ríen mientras los demás son subidos al avión a la fuerza. —Bien hecho Brus, todo va de maravilla y ahora es que se pondrá mejor. Regresaron confiados a sus manadas, dejando en un almacén con ubicación desconocida a aquellas personas que c
Pov Amaya Observo como todos se arrodillan ante mí. Miro mis manos y mis brazos, dónde ahora hay runas danzando de forma sutil en mi piel. Se iluminan creando una sincronía perfecta con los latidos de mi corazón. Podía sentir cada partícula de mi ser vibrar con vida, este es un poder nuevo que jamás sabía que tenía. Pude sentir aquellas cadenas en mi interior romperse hace un momento y liberar algo poderoso que rápido se extendió dentro de mí, cubriendo cada centímetro de mi ser. Se sentía bien, majestuosamente bien, aquel fuego dentro de mí corría con gentileza calentando mi interior, no quemaba, al contrario, me llenaba de vida. Una vez más, alcé mi mirada recorriendo los presentes que solo se mantenían en el suelo inclinados. Vi a Lucas y su aura cambió, pude sentir a Arador más fuerte y su pelaje más brillante. Ahora tenía una media luna blanca en su pecho justo debajo de su cuello. Al ver a mis Alfas vi aquellas hermosas líneas que nos ataban, como hilos, muchos h
Pov Amaya Caminé hasta el lago y solo me quedé observando el agua. Un tumulto de pensamientos venía a mi mente sin cesar. Cerré los ojos respirando intentando calmarme. No sé cuánto tiempo pasó, no sé cuánto tiempo estuve allí parada reordenando mis pensamientos. Aquel odio ardiente amenazaba con salir y destruirlo todo, quemar todo este mundo desde sus cimientos. Me arrebataron mi inocencia, me arrebataron mi vida, me arrebataron a Aidan, asesinaron a mis Alfas por una falsa mujer, masacraron a mi familia por gusto. Abrí mis ojos de golpe al recordar las palabras de Lucas. —¿Ellos lo sabían? —Siempre lo supieron Amaya, desde un principio, pero no podían interferir, su trabajo era guiarte y enseñarte, el resto dependía de ti. Solo suspiré sin decir nada más, ¿preguntas?, ya no hay preguntas, yo misma les di unas respuestas a cada una de ellas. Y aunque no sé si sean las correctas, para mí lo son, por lo tanto, no necesito indagar más. Miro de nuevo mis manos dónd
Pov Amaya Observo mi reflejo y aún no me acostumbro a esta imagen. Mi cabello mojado se pega a mi piel bajando por mi espalda y mis brazos. Aquellos mechones rojos ahora se fusionaron por completo con el resto del cabello. Un rojo hermoso y profundo ahora es el que adorna mi imagen. Mis ojos del mismo color, pero con pequeños destellos negros son los que ahora me miran fijamente. Toco el espejo para saber que esto no es un sueño irreal y descubro que no lo es, esa soy yo. Salgo y tomo una toalla, seco cada parte de mí con mucho cuidado y lentitud. Talvez solo esté retrasando lo inevitable, talvez muy en el fondo, aún sigo sintiendo la esperanza de que él abra los ojos, que se quite esa venda. ¡Pero eso no va a pasar! Termino de vestirme y antes de salir cierro los ojos tomando un gran suspiro, a partir de hoy la Amaya que todos conocieron morirá, dando paso a una nueva mujer fría y despiadada. Salgo de mi habitación y me dirijo abajo. Al salir, Lucas me extiende la
Pov Narrador Cuando Hardick y Sharon unieron su sangre en aquella copa, el cielo se agitó, truenos rompieron aquel silencio y una tormenta comenzó a arremeter fuerte. En la mitad de la nada, el auto que llevaba a Aleya y a Alexia, chocó de frente con aquella tormenta que parecía estar furiosa. Truenos ensordecedores resonaban en todo el cielo mientras la lluvia caía ahora sumada con granizo. —Diosa por favor protégenos. Gedeon manejaba rápido, tenía sus sentidos agudizados porque la noche era tan oscura que los faros de su auto apenas iluminaban el camino. La celebración estaba por lo alto en la manada real. A pesar del tiempo afuera, todo parecía no importar en aquella ocasión. Sharon iba y venía entre los invitados, mientras que Hardick se mantenía alejado en un rincón solo observando. —¡Felicidades! Voltea al escuchar esas palabras para ver a Liam. Toma la copa que lleva en sus manos y la toma de un solo trago. —Gracias Liam, ¿cómo sigue Cailín? —Bien, pero ya
Pov Aleya Después de un viaje muy accidentado y caótico, por fin se vislumbra las torres de la manada real. Alexia iba dormida mientras que yo no había dormido en toda la noche. Esa tormenta fue muy inesperada, Gedeon al final tuvo que detener el auto porque ya no podíamos avanzar. Ahora observo como el cielo se pinta con los colores de un nuevo amanecer. Los pequeños rayos de sol se filtran a través de las nubes que aún permanecen en el cielo, creando suaves cortinas de luz, dando una ilusión hermosa y nostálgica. Suspiro sosteniendo el collar mientras aquella sensación extraña se filtra por mis poros. Es de esas extrañas sensaciones que te advierten de que algo muy malo está por venir. Entramos a la manada y no necesitamos ningún pase para entrar. Nos dirigimos directamente hacia la entrada del castillo. Después de rodear la hermosa fuente, Gedeon estaciona el auto y alguien viene a llevárselo. Me quedo mirando la entrada que está custodiada por dos guardias y más
Pov Aleya Ella solo lloraba intentando zafarse de su agarre, yo no estaba segura si intervenir o no, después de todo, era su compañera y ahora estaban unidos. —Hardick. —No, madre, no te metas en esto— volvió su mirada hacia Sharon mientras agitaba la botella. —Sigo esperando una respuesta. —Juro que no lo sé. Un rugido furioso resonó en toda la habitación, las paredes vibraron y los vidrios de las ventanas estallaron, haciendo que volarán en todas las direcciones. —¿Cómo te atreves? —Pues me atrevo porque eres mío Hardick. Miré como esta vez, ella cambiaba su postura a una desafiante. —Tú la amabas a ella, me tirabas a un lado, me fuiste infiel causándome un gran dolor mientras te revolcabas con esa perra, así que te lo di para que la odiaras, para que dejaras de mirarla. Vi como Hardick sacó sus garras, entre alexia y yo, tratamos de apartarlo antes que fuera a hacer una locura. —Hardick por favor, cálmate. Miré con pánico sus ojos dorados y sus filosas garras afuera
Pov Amaya Voy despertando poco a poco, pensé que sentiría cada parte de mi cuerpo doler o incluso mi cabeza, pero nada, no siento nada de dolor.Me levanto y voy al baño, hago mi rutina matutina y decido bajar.Al salir por las puertas lo primero que veo, son montañas muy altas. Una pequeña capa de nieve cubre todo alrededor.Me agacho para tocarla por primera vez y a los segundos se derrite en mi mano.—Buenos días Amaya. Me levanto y volteo a ver a Lucas que inclina ligeramente la cabeza. —¿Dónde estamos? —Querías que cambiáramos la posición de la manada y eso hicimos, estamos cerca de la cadena montañosa de Nevada. Camino a su lado por un rato viendo a todos ir y venir. Parecen tranquilos, pero en sus corazones albergan temor aunque no parece ser por mi. No sé cuanto tiempo estuve dormida, lo que sí sé, es que hoy será luna llena y ya tengo planes para eso. —¿Dónde están mis Alfas? —Están en el bosque, cazando. —Que se prepare cada guerrero y lobo para esta noche,