Pov Aleya Ella solo lloraba intentando zafarse de su agarre, yo no estaba segura si intervenir o no, después de todo, era su compañera y ahora estaban unidos. —Hardick. —No, madre, no te metas en esto— volvió su mirada hacia Sharon mientras agitaba la botella. —Sigo esperando una respuesta. —Juro que no lo sé. Un rugido furioso resonó en toda la habitación, las paredes vibraron y los vidrios de las ventanas estallaron, haciendo que volarán en todas las direcciones. —¿Cómo te atreves? —Pues me atrevo porque eres mío Hardick. Miré como esta vez, ella cambiaba su postura a una desafiante. —Tú la amabas a ella, me tirabas a un lado, me fuiste infiel causándome un gran dolor mientras te revolcabas con esa perra, así que te lo di para que la odiaras, para que dejaras de mirarla. Vi como Hardick sacó sus garras, entre alexia y yo, tratamos de apartarlo antes que fuera a hacer una locura. —Hardick por favor, cálmate. Miré con pánico sus ojos dorados y sus filosas garras afuera
Pov Amaya Voy despertando poco a poco, pensé que sentiría cada parte de mi cuerpo doler o incluso mi cabeza, pero nada, no siento nada de dolor.Me levanto y voy al baño, hago mi rutina matutina y decido bajar.Al salir por las puertas lo primero que veo, son montañas muy altas. Una pequeña capa de nieve cubre todo alrededor.Me agacho para tocarla por primera vez y a los segundos se derrite en mi mano.—Buenos días Amaya. Me levanto y volteo a ver a Lucas que inclina ligeramente la cabeza. —¿Dónde estamos? —Querías que cambiáramos la posición de la manada y eso hicimos, estamos cerca de la cadena montañosa de Nevada. Camino a su lado por un rato viendo a todos ir y venir. Parecen tranquilos, pero en sus corazones albergan temor aunque no parece ser por mi. No sé cuanto tiempo estuve dormida, lo que sí sé, es que hoy será luna llena y ya tengo planes para eso. —¿Dónde están mis Alfas? —Están en el bosque, cazando. —Que se prepare cada guerrero y lobo para esta noche,
Pov Narrador Amaya solo observaba paciente la destrucción de aquella manada. Sus altos mandos se quedaron justo detrás de ella, los tres, solo permanecieron en silencio esperando recibir cualquier orden. Cuando Amaya avistó a sus Alfas venir con sus guerreros, la neblina de nuevo apareció, estos se introdujeron en ella, retomando sus posiciones. Esto no acabaría tan solo con una manada, Amaya seguiría derramando sangre hasta que la Luna dejase de brillar en lo alto. La neblina esta vez, apareció alrededor de otra manada, una grande con más de diez mil lobos. Aquella neblina la rodeó por completo, Amaya invocó de nuevo aquellas bolas de fuego que se encendían como linternas, alumbrando toda aquella manada alrededor. Una vez que el caos se desató y el fuego empezó a arder en las murallas, Amaya cubrió a sus lobos con llamas. Pues esas Llamas, que de tan solo tocarlas, te quemaban de inmediato, causando un gran dolor. Nadie podrá hacerles daño a los suyos. Sus Alfas d
Pov Narrador En la manada real, todos se encontraban en el salón del consejo. La llegada de nuevos Alfas y de muchas manadas hacía que el hablar, fuera más difícil. Todos buscaban ayuda del consejo, pues estos tenían en su poder, a la supuesta elegida. —Esto es un desastre, yo mismo me dirigí a varias de esas manadas, todo era sangre y cenizas, solo polvo. —Por favor cálmense, ya buscaremos una solución. —¿Solución Rey Liam?, ¿cuál?, las manadas con sobrevivientes todas dijeron lo mismo, lo primero que vieron fueron a esos lobos y lo último que siempre veían eran esos ojos rojos. Todo estalló en un gran alboroto, otros por miedo y otros por enojo. Hardick se quedó en silencio escuchando esto, a unos cuantos metros de él, estaba Sharon, ahora tenía uno de sus brazos vendados, donde Hardick claramente le dejo una herida bastante profunda. —Por favor que entre el brujo y les muestre a todos lo que pasó. Un brujo entró y comenzó a decir palabras que no se entendían. En
Pov Amaya Habían pasado días desde que la Luna llena se alzó al cielo tan grande e imponente. La primera, después de aquel baño de sangre que desaté, que no se tornó roja. Las manadas que quedaron, ahora vivían con temor de ser juzgadas y diezmadas, como lo hice con muchas. Pero eso solo iba a depender de ellos. Hoy es un día diferente, hoy mi poder está más fuerte, un cosquilleo en la piel me hace saber que está conectado con mis emociones. Miro a través de la ventana las montañas que se alzan a nuestro alrededor, deseando que llegue la noche con rapidez. —Amaya, ya todo está listo, ¿algo más que desees? —No, Lucas, creo que hoy no deseo nada más, confío en que hiciste todo bien. —¡Óyeme, ¿acaso me crees tan inútil?! Volteo a verlo solo para ver, que anda poniendo una cara de indignado. —No quiero errores hoy, eso es todo Lucas, hoy no acepto errores. Lo veo suspirar antes de acercarse a mí y tomar mis manos. —Amaya, de verdad, desearía que la otra Amaya reg
Pov Narrador Desde la última Luna llena, todos suspiraron de tranquilidad al ver que esta no se convirtió en sangre. Creyeron vagamente que su juicio había acabado y que estaban libres. Los ancianos estaban más que felices creyendo que se habían salvado gracias a las oraciones de su elegida. Todos creían que eran sus emisarios los que comenzaron aquella masacre por su propia cuenta. Hardick, por otro lado, intentó muchas veces acertar al mismo tiempo sobre la manada que sería atacada, pero el resultado era el mismo. Siempre llegaba tarde. Su madre solo pudo ver, como su hijo era consumido con los días por la culpa y el dolor. Intentaron muchas veces dar con Amaya, pero nada resultó, ella simplemente se había esfumado en el aire. Alexia y Liam, eran los únicos que poco podían hacer para detener a Hardick y evitar que acabara con Sharon. Aitor se estaba saliendo de control y esto solo los hacía sospechar más de aquella falsa elegida. Un compañero trae estabilidad a
Pov Narrador Todos se quedaron paralizados y en silencio observando, las torres del castillo caían, mientras era consumido por las llamas. Se escuchaban los gritos a los lejos y el pelear de lobos. Una neblina mezclada con la nube de polvo se acercaba cada vez más a ellos. Dentro de esta, podían sentir algo poderoso, algo que les hizo sentir un profundo miedo mientras el sudor bajaba por sus espaldas. Liam cubrió a Cailín de lo que fuera que hubiera allí. Hardick hizo lo mismo con su madre y hermana. Justo al frente, se encontraban los ancianos del consejo con sus familias. A su lado derecho estaban los Alfas, otros que pagarían muy caro lo que hicieron. Del lado izquierdo estaba Sharon junto con su madre, la bruja movía sus labios, convocando hechizos y sombras, pero no parecía funcionar. Melissa apretaba fuertemente a su hijo, tratando de esconderse entre las demás personas, Brus respiraba alterado, tratando de mezclarse con los ancianos. Todo de pronto se qued
Pov Narrador Amaya simplemente observó como aquellos Alfas estaban bañados en su propia sangre. Otros ya no podían seguir el ritmo y simplemente se quedaban tirados en el suelo esperando su muerte, siendo ahogados en su propio dolor, sangre y agonía. Todos miraban con horror aquella escena, mientras que Amaya permanecía con su rostro sereno e imperturbable, viendo aquella imagen tan sangrienta. Una escena irónica para quien la viera, un Beta enfrentándose a varios Alfas, pero, ¿acaso, Lucas era un Beta común? Volvió su mirada al frente y sin gritar ni usar su comando de autoridad, solo dio una simple orden. —Tráiganlo. De pronto, Brus se vio arrastrado por dos fuertes guerreros, este luchaba y buscaba transformarse, pero no lo logró, algo parecía bloquear a su lobo. Su mirada hostil regresó a aquella mujer al frente, una que sin duda lo haría pasar un infierno. —Brus, mírate nada más, recuerdo que, la primera vez que nos vimos, tú estabas muy orgulloso de quién eras