Pov Amaya Regresamos a la manada después de una semana de la ceremonia. Miranda se quedó para apoyar a Cailín y a Liam. Realmente lo necesitaban. Yo me quedé apoyando al Alfa Sebas en lo que más podía. Voy caminando a su oficina llevando unos informes que nos llegaron de manadas aliadas. Toco la puerta esperando su permiso. Luego de un rato se abre, parece que el Alfa y su beta estaban discutiendo algo importante.—Disculpe Alfa que los interrumpa, un mensajero llegó con varios informes de nuestras manadas aliadas. Se lo paso y él los lee, a medida que abre uno tras otro su rostro refleja más seriedad. Algo no anda bien y eso se puede sentir en el aire.—Aya necesito que me hagas un favor.—Por supuesto Alfa.—Necesito que lleves estos informes rápidamente a la manada real, esto podría dar pistas de quién es él causante de todo esto....—Te asignaré a algunos hombres de confianza, pero debes partir ya.—Bien, me preparo y apenas esté lista vengo a avisarle. Salgo rápido a mi hab
Pov Amaya Llevo una semana encerrada en esta habitación. Cleo, la misma chica de siempre es quien viene a atenderme. No me mira ni me dirige la palabra, solo trae comida y se va. Tengo que idear como escapar de aquí. "Recuerda quién eres, recuerda quien eres". Trato de repetir esto una y otra vez como una mantra. Necesito saber que pasa allá afuera. Debo conseguir una oportunidad para escapar. Estúpida manada, como es que con tantos ataques siga en pie. De pronto la puerta se abre y entra Patrick.—Pequeña es bueno verte enérgica, ven que saldremos un rato.—No pienso ir contigo a ningún lado.Camina hacia mi mientras me toma del cuello.—Siempre sumisa ante tu Alfa.—Tú ya no eres mi Alfa. Su agarre se aprieta en mi cuello mientras se acerca a mi oído y muerde lentamente el lóbulo. Si cree que esto me hace sentir algo, lo hace, asco y repulsión.—Crees que vas a escapar de mí? crees que está vez alguien te ayudará? no Amaya está vez estarás bajo mi propia supervisión. Se al
Pov Amaya Despierto y no se a que hora. Miro la luz de la ventana sin pensar en nada. Algo en mí se rompió y no se que es pero ya no logro sentir nada. Mi mente está completamente en blanco. Me levanto y me dirijo al baño dónde solo me quedo parada bajo el agua viendo como cae sobre mi piel. De nuevo hay morados y rocetones rojos. Mi espalda está cubierta de heridas por el latigo y tengo pequeñas cortadas en las piernas. No sé que tanto me harían pues no pude sentir nada.Ya nada importa. Regreso a la cama y me acuesto. La puerta se abre y sé que es Cleo. Modo automático me levanto, como y regreso a la cama. Ya no sé cuántos días han pasado, los días parecen ser iguales cada día. Por las noches entra Patrick a divertirse conmigo. No lo detengo, no forcejeo, no siento lo que me hace. Esta es mi propia prisión ahora. Ya jamás saldré. En medio de la noche un susurro entra por mi ventana "recuerda quien eres Amaya" abro lentamente los ojos mirando a la luna que ya casi está llena.
Pov Amaya Caminamos entre la niebla y siento que estamos dando vueltas. Miro alrededor y siento que todo es igual. Observo su hermoso pelaje, algo en él me hace sentir calma, aunque si lo comparo con el otro definitivamente son opuestos. Doy un largo suspiro porque ahora puse mi vida en las garras de un lobo que me está llevando en su lomo a quien sabe dónde. Pronto llegamos a un claro, parece ser lo único que por alguna razón no está cubierto de niebla. Pero si se ve muy desolado. Él me baja y me quedo viendo al rededor. Suspiro resignada y volteo a verlo.—Aquí es donde vas a matarme verdad?— él me sigue observando, —supongo que es un no, me ayudaras con mi venganza?. Esta vez él retrocede y da un aullido estruendoso que hace eco en todo el lugar. Abro de nuevo los ojos pero me sorprende ver que entre la niebla empiezan a salir lobos. Lobos tan negro como la noche y con un rojo fuego en sus ojos. Uno de ellos me ayudó en la cascada pero al resto no los conozco. Todos está
Pov Narrador Los árboles dejaron de soplar la suave brisa que arrastraban susurros. La noche oscura pareció detenerse. La Niebla que cubría aquel valle parecía elevarse. En el claro una joven se elevaba desde el suelo rozando la altura de los arboles mientras las nubes dejaban paso a la majestuosa Luna en todo su esplendor Esta recibió a Amaya y la abrazo con auras blancas y rojas que empezaron a vagar por todo el valle. Entrelazándose con el poder de aquellos lobos uniendolos por sangre y magia, dando paso a un vínculo único entre ambos imposible de alterar. Una Reina y sus Alfas que ahora serían sus guías en un camino lleno de espinas y conflictos. Serían sus protectores y guardianes porque una vez que ella despertara empezaría la caza por el poder que implicaba tenerla. El poder empezó a sentirse en cada rincón del reino sobre natural. Alertando a todos aquellos que la profecía olvidada estaba cobrando vida. En el claro, Amaya seguía suspendida en el aire de forma pacífica
Pov Amaya Estoy parada frente a la ventana mirando el paisaje de afuera. Mis pensamientos están vagando en algún lado sin poder detenerme específicamente en algo Llevo mis manos al pecho, algo allí adentro arde pero está vez no quema. Tomo un gran suspiro antes de soltarlo. Me siento sumamente confundida. Unos golpes suenan en la puerta y es lo único que me saca de mi estancada situación. Al abrirla están tres jóvenes parados allí, parecen ser un poco más mayores que yo. —Que tal Amaya como estas hoy? —Aidan que acaso no puedes ser más cortés? terminarás asustándola. —Lo siento mucho Amaya juro que no fue mi intención. Veo como los tres pelean frente a mi y sonrio porque se ven divertidos. —Supongo que a ustedes también debo darles rangos no es así?. —Si...— Sueltan los tres al tiempo haciéndome reír. —Bueno vinimos a buscarte para que conozcas la manada, yo me llamo Aidan, él es Robin y aquel de allá es Milo. —Un gusto chicos. Los tres chicos salen más adelante
Pov Amaya Las semanas pasan mientras yo me encuentro entrenando con los chicos. Se supone que debo darle sus rangos pero no me siento segura. Mi vínculo con ellos se ha fortalecido, pero definitivamente creo que ya se quienes serán mis deltas y sin pensarlo dos veces lo anuncio.—Aidan y Robin ustedes serán mis deltas, a partir de ahora, confío en ustedes para que ayuden a aquellos a alcanzar la maxima capacidad que tienen. Sentí como si hubiese entrado en un pequeño trance mientras lo decía. Ví que me sonrieron y se posaron en una rodilla.—Gracias mi Reina, prometemos serle fiel hasta el final y prometemos guiar a aquellos guerreros a alcanzar su máximo potencial. Un nuevo lazo se creo entre nosotros sintiendo como el vínculo de mis nuevos deltas se enlazaba con firmeza en la manada. Lucas y Milo los felicitaron, sonreí al verlos y me alejé. No podía compartir exactamente su alegría. Algo dentro de mi seguía roto. Llegué al jardin mirando la manada y sus habitantes, ahora ello
Pov Amaya Estaba frente al campo de entrenamiento observando como entrenaban hombres y lobos a la vez. No había recibido noticias ni de Robin ni de Aidan en las últimas tres semanas. Decidí dirigirme al aquelarre dónde varios brujos perfeccionaban su magia. Si iba a comenzar una guerra con dos manadas debía proteger de alguna forma a mis lobos.—Amaya que podemos hacer hoy por tí.?—Necesito que busquen la manera de hacer que mis lobos estén protegidos contra cualquier tipo de veneno...—Además, necesito algo que los cubra allá afuera, algo que los haga imperceptibles para cualquiera hasta que sea necessario.—Por supuesto Amaya trabajaremos en eso.—Gracias Mariel, por favor no me fallen en esto—, me dirigí a todos y salí. Debo ir con los herreros, son humanos algunos y esto me da ventaja para lo que pienso hacer. Al llegar veo a todos trabajando y golpeando metal. Puede que la mayoría sean lobos pero también se especializan en armas.—Buenas tardes caballeros, quiero su atención