VICTORIARespiro hondo, sintiendo el peso de la puerta ceder bajo mi mano. Al abrir, el aire cambia, se vuelve más denso, como si cada molécula portara la carga de un secreto no dicho. Zarco está ahí, su figura recortada contra la luz del pasillo, y algo en su postura me alerta.—¿Qué haces aquí? — le pregunto, aunque una parte de mí ya conoce la respuesta.Sin embargo les digo que me alegra tanto verlo.—Te lo dije, Victoria, esta tarde teníamos que hablar—responde Zarco, su voz es un trueno bajo, cargado de una tensión que no presagia nada bueno.Observo su rostro, buscando indicios de lo que viene, pero es como leer un libro en un idioma olvidado.—¿Qué hiciste con Alan? —Su pregunta me golpea, inesperada, y por un momento, me siento perdida en un mar de recuerdos. —Fuimos a visitar el albergue— le digo—el lugar donde los niños son abandonados. Mi voz suena distante, como si hablara de alguien más, no de nosotros, no de lo que hicimos.Zarco me mira, intentando descifrar mis pala
VICTORIATengo el corazon en la boca cuando Zarco se me acerca y me lleva contra la encimera, mirandome fijamente, con una intensidad que me devora y me hace pesar saliva.—Dime la verdad—pide secándome la garganta—porque no puedo sacarte de mis pensamientos, y tengo momento en que…—En que ¿Qué? —le miro la boca y quiero besarlo pero me contengo.—Te hago el amor.Me deja sin respiración porque pese a estar en el estado en el que se encontraba, lo recuerda. Me mira y las piernas me fallan, no se que hacer, que pensar y el miedo a su desprecio me lleva apartarme, tomando distancia y respirando con las manos en la cintura.—Creo que son imaginaciones tuyas, nada de eso paso entre los dos.Le doy la espalda porque no soy capaz de mirarlo directamente. Y siento, su simbra cubrirme, su cuerpo cerca del mío y su calor envolverme.—Victoria, me pareció que todo es tan real—acaricia mis brazos y su tacto me quema—se me vienen a la cabeza imágenes tocando tu piel, tu cuerpo desnudo sobre el m
ZARCOMe quedo helado al ver a Morgana entrar a la casa con esa mirada de furia. Una de las cosas que odio es la violencia, las agresiones fiiscas y la reacción que tiene mi lobo interior, que esta furioso me salpica a mi tambien.No puedo evitar preguntarle,—¿Morgana, por qué le hiciste eso a Victoria?Ella me responde con una voz temblorosa pero llena de ira,—No puedes seguir hablando con ella como si nada! ¿Acaso has olvidado que estoy esperando un hijo tuyo?Siento una mezcla de frustración y preocupación.—Lo sé, Morgana, lo sé que estás embarazada— le digo intentando mantener la calma—Pero eso no te da derecho a actuar así. Victoria no tiene la culpa de nuestras complicaciones.Morgana me mira con desdén,—Ella no es nada comparado con lo que tenemos, ¡y tú deberías saberlo mejor que nadie!La tensión entre nosotros es palpable. A pesar de mi enojo por su comportamiento, no puedo evitar sentirme dividido. La situación es complicada y mis emociones están a flor de piel. Victor
ZARCOMe encuentro en la encrucijada de mis emociones, con Morgana frente a mí, su presencia es tan abrumadora como la noticia de su embarazo. Ella espera una respuesta, una promesa, pero mi mente está en un torbellino.—Yo—con voz temblorosa— Morgana, sé que estás embarazada y eso es algo que... que me llena de tantas emociones. Pero hay cosas que necesitamos resolver antes de...—¿Antes de qué, Zarco? —se impacienta y yo mas— ¿Antes de aceptar que nos amamos y que vamos a tener un hijo juntos? No hay nada más que resolver.La mención de amor y descendencia debería ser suficiente para tomar una decisión, pero entonces, la imagen de Victoria aparece en mi mente, complicando todo.Siento una opresión fuerte en el pecho que no puedo obviar por mas que quieras.—No es tan simple—le digo confundido— Victoria... ella es la luna de la manada y hay... hay cosas entre nosotros que...—No me importa Victoria. Tú y yo vamos a ser padres. ¿No es eso más importante que cualquier manada o cualquie
VICTORIA—Estoy en el aula, el aire está cargado de tensión. Zarco está frente a mí, su presencia imponente casi me hace retroceder.—Vete—le dice a Alan con una voz que no admite réplica. Pero Alan se planta firme, su mirada desafiante se cruza con la de Zarco. —No me iré a menos que Victoria me lo pida—responde, y todos los ojos se vuelven hacia mí.Siento el peso de la decisión en mi pecho; Zarco es el hombre que amo, pero Alan es mi mejor amigo. Mis ojos se desvían hacia la espada colgada en la pared, un símbolo de lucha y honor, y luego de vuelta a ellos.—Por favor, no hagan esto—susurro, pero mi voz se pierde en el vacío entre sus dos voluntades enfrentadas.Alan da un paso hacia Zarco, su expresión es seria. "—Cuida de ella, Zarco— dice con un tono que es casi un ruego—No somos amigos, pero ella significa mucho para mí" Esas palabras me dejan sin aliento, revelando la profundidad de sus sentimientos.Cuando Alan se gira para irse, su hombro choca con el de Zarco. Hay un mom
MORGANALa luz del amanecer apenas se filtra por las cortinas cuando siento la mano de mi padre sacudiéndome con brusquedad. Aún entre sueños, mi queja se ahoga en la garganta al ver su rostro endurecido por la impaciencia.—¡Morgana, despierta ya! —gruñe él, y no puedo evitar el resentimiento que brota dentro de mí—Es hora de que enfrentes tus responsabilidades.Mi madre, sentada al borde de mi cama, me mira con una mezcla de preocupación y expectativa.—Hija, no puedes seguir evadiendo esto. Debes casarte con Zarco inmediatamente. Necesitamos el dinero de ese hombre.Trago saliva, sintiendo cómo la presión de sus demandas me asfixia.—Lo estoy intentando—respondo con voz temblorosa—pero no es fácil, lo vieron ayer, no puedo hacer nada mas o presionarlo porque el no funciona asi.Mi padre se inclina hacia mí, su aliento pesado con la frustración.—No tienes opción, Morgana. Piénsalo bien, porque si se descubre la verdad, ¿qué harás?La pregunta de mi madre es como un puñal.—¿Es cier
VICTORIACon una mezcla de súplica y determinación—Director por favor—le pido con una mezcla de súplica y determinación—No puede ser verdad. Este trabajo es mi vida, mi pasión. Los alumnos... ellos me necesitan tanto como yo a ellos.Por mas que le digo el director mantiene una expresión seria y profesional, casi diría yo que no le importa nada.— Comprendo lo que significa para ti, Victoria. Pero después de lo que ha pasado, no puedo simplemente hacer la vista gorda. La escuela tiene una reputación que mantener.Me llevo una mano a los ojos, secándome las lágrimas que amenazan con caer.—No, espere que…—No puedo tener a una profesora que tiene ese tipo de comportamiento con dos hombres.Abro los ojos porque no se a lo que se refiere.—Pero eso que dicen de mí, esas insinuaciones sobre Zarco y Alan... es algo malintencionados. No deberían afectar mi carrera.—No es solo una cuestión de rumores—dice con vos firme— El incidente en sí ya ha causado suficiente revuelo. Y sí, hay preocup
ZARCOMe encuentro en mi oficina, rodeado de documentos que exigen mi atención. Los contratos, las cláusulas, las palabras impresas se mezclan en un torbellino. Pero mi mente no está aquí. Victoria, con su cabello y ojos de tormenta, aparece como un fantasma. La veo sonreír, siento su piel bajo mis dedos.Sin embargo, Morgana también está presente. Misteriosa, peligrosa. Como una sombra en la penumbra. ¿Cómo puedo amar a dos mujeres tan diferentes? ¿Cómo puedo ser padre de un hijo que aún no existe? Las contradicciones me atormentan, como un nudo en el estómago.Solo amas a una y después de darás cuenta de eso…Mi lobo no se calla, atormentándome.El que sea mi mate, no quiere decir que la ame.Estamos destinados idiota y nos toco la mejor del mundo.Me levanto de mi escritorio, camino hacia el mueble del licor y vierto un vaso de whisky. El líquido ámbar quema mi garganta, pero no apaga el fuego en mi interior. Quizás la respuesta está en la misericordia. En aceptar que el futuro es