En Rumania.—Ya hemos descargado todo el armamento, y lo hemos subido a los camiones. Los hombres están exhaustos, y quieren descansar por una noche. — decía Niklaus a su padre.Nicanor asintió.—Está bien, vayamos al pueblo por comida y provisiones, y llévalos a alguna taberna. Se han ganado un merecido descanso después de la ardua lucha que hemos estado haciendo, logramos aniquilar a muchas manadas pequeñas desde Budapest hasta aquí, y necesitamos un buen descanso. Nos quedaremos tres días en el pueblo. — respondió el líder Salvatore.Niklaus sonrió. Aquella era una oportunidad perfecta para conseguir más información sobre los enemigos y sobre Génesis Levana; había escuchado a un par de mujeres hablar de los hermosos albinos que habían pasado por allí, y estaba seguro de que no podían ser nadie mas que Giles y Génesis Levana.—Gracias padre, los hombres te estarán agradecidos. — respondió Niklaus.Dejando a los hombres en la taberna, el hermano mayor de Niccolo caminó hacia el merca
“Yo…quiero regresar a Italia, quiero retomar el proyecto Artemisa, ser una grandiosa y temida empresaria y que el único campo de batalla en el que tenga que pelear, sea en una lujosa oficina con olor a Pumpkin Spice y que tenga decoraciones en Halloween y en Navidad. Quiero ir a beber mi café favorito mientras trabajo en mi laptop, y luego pasear por los centros comerciales para ver el bolso nuevo que se ha vuelto tendencia en las redes sociales…quiero tener a tu lado largas caminatas en los parques mirando como las hojas amarillentas y rojizas caen desde lo alto de las copas de árboles, y también quiero subir cada mes a un avión para ir a conocer un lugar nuevo junto a ti…tomarnos fotos, presumir de mi despreocupada vida en mis redes, y decirle al mundo entero que me he enamorado del hombre más maravilloso del mundo…y luego, cuando me canse de eso, quiero irnos a vivir junto a una cabaña grande y elegante en Suiza, que este rodeada de hermosas montañas y prados llenos de flores en la
Corazón.Génesis miraba el atardecer, sintiéndose acongojada. Sus amados gemelos dormían tranquilos sobre su cama, y no habían querido apartarse de ella ni un solo instante. Artem le había prometido salvarla, y sabía que el haría hasta lo impensable por ella…pero no quería causar mas dolor del que ya había causado.Acariciando el cabello rojizo de Freki, Génesis mantenía su mirada fija en las nubes rojizas y naranjas. Todo lo que estaba pasando, la estaba agobiando.—Veo que están aquí de nuevo… ¿Quieres que los lleve a su habitación? — cuestionó Benazir entrando con el almuerzo de la loba blanca.Génesis negó.—Ellos se quedarán conmigo…se sienten a salvo aquí. — respondió. — Tu, ¿Crees que vamos a lograrlo?, es decir, ¿Saldremos todos con vida?, Giles ha desaparecido, al igual que lo hicieron Ayla y las brujas de Muniellos…aun me cuesta creer que Missandei, quien prácticamente me crio, quiera asesinarme…cuando era una niña ignorante sobre lo ocurrido a mi familia y a mi hermano, y a
Aquellos que moran en las penumbras de la noche, los maldecidos despreciados por dios que reinan sobre las bestias nocturnas…llegarán entre la niebla a robar aquello que derramo cristo en su costado, el maná prohibido de los hijos de dios que viven en la luz…alejaos de la niebla que reine la gran noche o eternamente a las filas del maligno se unirán para confinarse en las tinieblas eternamente. Aquel parque lucía solitario. La noche había caído sobre Brasov, y solo algunos pocos hombres transitaban por las calles en busca de un placer momentáneo, y la monja vampiresa, caminaba hacia las afueras del pueblo buscando alimentarse. Jenica Petre observaba las puertas cerradas de aquel convento alejado de la plaza principal, y podía escuchar a las hermanas elevando sus oraciones nocturnas en la vigia que cada noche se hacía.Los recuerdos de su vida como una humana, llegaban a ella con una nostalgia que seguramente le provocaría un dolor de corazón, si aquel que yacía muerto en su pecho, a
Un hijo es lo más bello y sagrado para su madre, aquel ser por el cual daríamos la vida entera sin esperar nada a cambio. Un hijo es el más amado ser, aquella sublime criatura a la que sin condición alguna, amaremos desde antes de conocer tan siquiera su rostro. Un hijo es el corazón de su madre, que late fuera de su cuerpo…Aquel cielo era precioso; tan azul como nunca antes lo había visto, y tan similar a los cielos de un paraiso. Las blancas nubes se movían pasmosas, como siendo empujadas por una tenue y agradable brisa que las acariciaba con amor y el canto de las aves era todo lo que se escuchaba en aquel ensueño silencioso en donde estaba sentada sobre el césped suave que le hacía cosquillas en las piernas, y entonces, la risa alegre de un niño, comenzó a llenar el viento haciendo que Génesis dejara sus lágrimas caer libremente. Lágrimas, de alegría. —Ya te escuché, ¿Por qué no vienes conmigo? — dijo la hermosa loba blanca sonriendo mientras las lágrimas caían desde sus ojos vi
—Lowell…veo, que cambiaste de bando nuevamente. ¿Artem decidió confiar en ti para capturarme?, ¿O fuiste tu quien intencionadamente se ofreció para hacerlo? Es difícil confiar en alguien que ya traicionó una vez a su Alfa, y que acaba de traicionar a su hermano gemelo. — dijo Ayla Kale con burla, viéndose rodeada por Lowell Kingsley y varios vampiros.Lowell miró con desprecio a aquella mujer; Ayla Kale era una mujer realmente patética, que había actuado de manera estúpida y emocional debido a sus sentimientos por Artem. Mostrando una sonrisa fría y cruel, Lowell tomó a la loba morena con violencia por el brazo.—¿De que estas hablando?, tú nos diste a mi hermano y a mi uno de tus malditos brebajes para controlarnos y provocar nuestra traición a Artem Kingsley…por esa razón es que lo traicionamos en primer lugar, tu querías ganar la manada para tu padre… — musitó Lowell en voz baja, sabiendo bien que aquello era una mentira.Ayla Kale abrió los ojos sorprendida de las palabras del Bet
El frio comenzaba a asolar en aquellas tierras, y los Cárpatos parecían fieles a sus leyendas.Dragos Albescu observaba caer las hojas secas de los altos abedules que coronaban los caminos hasta su mausoleo. Ninguna alma se atrevía a explorar en lo profundo de aquellos bosques, por miedo a las bestias salvajes y a las viejas leyendas que desde siglos atrás se pasaban de boca en boca, y generación tras generación. Los humanos le temían a la noche, pues en sus penumbras se ocultaban aquellos “horrores”, que resultaban incomprensibles para ellos…y su absurda y frágil existencia, para él, no tenía razón de ser. Observando los cielos grises que alcanzaban a divisarse entre el mar de árboles y pinos, mantuvo sus ojos dorados perdidos en la nada, sumergido en los pensamientos de su propia inmortalidad. Ya no recordaba quien había sido alguna vez, antes de ser convertido en lo que era; los siglos habían pasado uno tras otro sin detenerse, haciéndolo olvidar los recuerdos de su vida humana,
—Padre nuestro, que estas en los cielos… —El viejo reloj en la pared, marcaba las cuatro y media de la mañana, y las monjas de aquel antiguo convento, comenzaban su día a día atendiendo a los pequeños huérfanos. Las cocinas comenzaban a soltar los olores de sus deliciosas comidas, y Jenica Petre, por primera vez en muchos años, se sentía como en casa…en aquel mundo que ahora la rechazaba.—Hermana Jenica, por favor, acompáñenos en nuestras oraciones matutinas. — ofrecía la madre superiora.Jenica se abrazó a sí misma. Amaba orar, amaba elevar oraciones hacia el Dios del cielo, sin embargo, sabía que ya no era ni seria nunca más escuchada. Desde que recibió aquella ponzoña del cuarto príncipe, ella se había convertido en una maldecida más…en un rechazado más en el amor de dios.—Yo…madre, quizás, lo mejor para todos sea que me vaya, pues mi amo y señor regresará pronto a buscarme, y el…temo lo que pueda llegar a hacerles a ustedes y a los niños. El cuarto de los príncipes es, quizás,