El aire congelado golpea la cara de Selene cuando da unos pasos hacia el salón. Está tiritando, incluso su mandíbula empieza a temblar sin control alguno. No tiene ni la más remota idea de lo que le sucede, pero no se siente bien. Nada aquí se siente bien.Hay unas puertas dobles abiertas, unas cortinas meciéndose al compás con el viento, antorchas y velas aromáticas, creando un ambiente romántico desde todo punto de vista, menos para la de ella. Puede oír unos murmullos desde el fondo, en una habitación, luego risas de ella, de Inés. Se queda quieta unos segundos y respira profundamente antes de seguir. No importa lo que haya allí dentro, debe verlo, enfrentarlo. A medida que avanza, la voz de Inés se hace más clara, sin embargo, no oye otra cosa más que gruñidos de la persona que la acompaña, luego unos ruidos extraños, jadeos, gemidos. Llega hasta la puerta que está solamente cubierta de cortinas y con la mano temblorosa aparta solo un poco para ver. Es una habitación, eso ya l
—¡Ya es suficiente! —grita Clarisse al ver a Connor totalmente fuera de control y golpeando a Jackson por milésima vez por haber descuidado la seguridad cerca de la ceremonia—. Esto no es culpa de él, lo que tenía que pasar pasó. Punto. Debes controlarte, hermano, en este estado no vas a conseguir nada.—Sólo… —la voz de Connor es solo un chillido debido a lo agotado que se encuentra—… sólo quiero encontrarla. ¡Maldita sea!Han pasado más de 48 hs desde que Saya salió corriendo desde ese sitio y hasta ahora ninguno ha podido dar con ella. Incluso ha caído una tormenta a la mañana siguiente y ni aun así el alfa descansó de su búsqueda, ni permitió que nadie lo hiciera. Él está exhausto, igual que todos, aunque el peso de la pérdida de su compañera, junto con el dolor que está sintiendo en el pecho, están haciendo mayores estragos con él. —Ya te lo dije… —jadea Jackson mirando la gran herida que tiene a su costado al intentar hacer frente con Sorem hace un momento—. Todo estaba cubiert
Carrie espera el momento justo en el que Augusto y sus secuaces se alejan lo suficiente para salir corriendo del escondite. Necesita llegar a Selene antes de que Augusto lo haga. En dos ocasiones, en estos dos días, estuvo rondando muy cerca de ella, y aunque no puede verla debido a la burbuja, es posible que perciba que alguien estaba cerca y se dé cuenta de que algo está pasando. Luego de correr durante varios minutos sin parar, por fin llega a Selene. Se asegura de que nadie la haya seguido antes de observarla más de cerca. Selene está en posición fetal, con el rostro fruncido por el dolor y gimiendo levemente. —Lo siento, pero esta noche tendré que romper tu burbuja —susurra Carrie cerca de ella. Su ceño se frunce, no es lo que quiere hacer, pero debe hacerlo. Ella necesita cuidados mientras sigue dormida y se pronostica otra tormenta y más frío. También oyó a Augusto diciendo lo que le haría si llegaba a encontrarla y simplemente no va a permitir que la lastime. Si el alfa Co
Un silencio aterrador se extiende por todo el bosque por unos eternos segundos, uno que a Carrie le corta la respiración, anticipando el gran desastre. Hasta que se produce un primer movimiento. Un enorme lobo naranja con orejas blancas, gruñe poderosamente en el momento en que salta y se posiciona a unos centímetros de Selene. Carrie emite un pequeño jadeo, por el susto, pero ya es tarde, cuando lleva su mano a la boca, Sorem puede ver exactamente dónde está escondida y se lo hace saber mostrando sus poderosos y aterradores colmillos. Antes de que la gran bestia naranja pueda reaccionar, un lobo negro y de aspecto desagradable, pero igualmente grande, se abalanza contra él y ambos empiezan a rodar entre las malezas. En ese momento, un par de lobas hembras rodean a Selene para protegerla mientras se desata una batalla campal a solamente unos metros de ella. Varios lobos, todos renegados, intentan acercarse a Selene, pero ninguno tiene verdadero éxito frente al beta y las guardiana
El alfa observa a Selene y sabe que algo no anda bien con ella, su cabello tiene el mismo movimiento espiral que una vez cuando estaba muy enojada en su habitación, de su cuerpo emerge un aura blanquecina. Algo va a pasar y el jadeo corto de Alexia a su derecha se lo confirma. Su gamma puede sentir cada una de sus emociones. De pronto Selene abre los ojos y aunque no llega a decir nada, Connor percibe que ella intenta prevenirlo, por lo que habla con todos sus miembros allí presentes por el enlace.«¡Todos. Abajo. Ahora!» Justo después de eso, una extraña, pero poderosa explosión, deja sucumbidos a todos; un ruido infernal, una luz cegadora y un fuerte temblor se expande a varios metros de diámetro. El alfa levanta un poco la vista, todavía aturdido y con un dolor de cabeza punzante por el impacto, y puede ver a Saya, aplastando con su enorme cuerpo peludo a Augusto. Los lugares claramente habían sido invertidos. La lluvia cae más intensamente, pero aun así, todo se ve claramente
«Nuestro compañero está muy herido», dice Saya en la mente de Selene, ella lo observa por medio de los ojos de su loba. «No sobrevivirá, no podrá hacerlo solo, nos necesita»El alfa está tumbado en el suelo lodoso, totalmente inconsciente. La lluvia cae muy intensamente y el frío cala hasta los huesos, incluso para ellos que tienen la temperatura corporal bastante elevada. Saya está a unos pasos de su compañero, debatiéndose en ayudarlo o simplemente alejarse y olvidar su existencia, tal como se lo merece. Pero algo en su corazón no le permite hacerlo. Tal vez su madre influyó demasiado en su crianza y ahora no es capaz de abandonarlo a su muerte cuando sabe perfectamente que puede ayudarlo, no solo a él, sino a todos los miembros de Redwood Wolves que ahora están gravemente heridos en el lugar donde se libró la batalla hace unos minutos. Miembros, que aunque quiera o no, son de su manada ahora, al menos hasta que Connor y ella se rechacen mutuamente y se desligue de ellos para siemp
Dos días. Dos días enteros han pasado desde el enfrentamiento con los renegados. El alfa Connor permanece hospitalizado en estado delicado. En este tiempo no ha despertado ni una sola vez, aunque la doctora ha informado que sus heridas están sanando muy bien y que es probable que despierte en las siguientes horas.La tensión en la manada se puede cortar con un cuchillo. Los murmullos en la cabeza de Selene aumentaron desde esa mañana que regresó junto con su compañero herido, con la diferencia que ahora les hace saber a todos con la mirada que sabe lo que están hablando o pensando. La mayoría retrocede o muestra su cuello cuando ella está pasando. Es obvio que el respeto hacia ella ha aumentado, especialmente ahora que los libró de Augusto para siempre. Selene camina de manera calmada desde la mansión hasta el hospital. Todas las miradas están puestas sobre ella, como siempre. Sin embargo, de manera despreocupada, los ignora y le da un mordisco a su manzana para aplacar el hambre de
Selene observa a su esposo desde cierta distancia, sin atreverse a entrar. Decir que no le duele verlo así, sería mentir descaradamente, porque lo hace, pero más le duelen las mentiras, no solo las de él, sino las de todos en esta manada. Todos ellos le mintieron, la traicionaron y la trataron como si no valiese nada, desde el mismo día en que llegó. —Él está mejor, Luna, su ritmo car… —dice la doctora a su costado, pero Selene la interrumpe bruscamente. —Bien, estaré con los niños ahora. Infórmame si hay algún cambio.Selene tenía pensado permitir salir a su loba esta mañana y acercarse a su cama para ayudarlo a sanar más rápido, pero luego de lo que pasó con Inés y Carla en la puerta, ya no tiene ninguna gana de hacerlo. Se aleja de la habitación dejando a la doctora descolocada. En la sala de pediatría, hay seis niños internados, tres más de la última vez, todos con síntomas similares y sin poder encontrar alguna solución para ellos. La doctora pediatra está chequeando a uno de