Víktor:—Me ha sorprendido tu llamada, querido. ¿Ocurre algo?—Sí, madre. Es que no tengo idea de qué regalarle a Rose por su cumpleaños, y pensé que podrías ayudarme.—¡Oh! Creí que por como me había comportado con ella no querrías…En fin…. ¿Qué cosas le gustan?—Las rosas rojas.—Hmm. Regálale una docena de ella, entonces.—¿Y qué más?- insisto.—No lo sé, cariño. Realmente no conozco tanto a la chica como para darte un buen consejo.—Comprendo. ¿Qué crees de bombones? ¿ O alguna joya?—Quizás…sin embargo, no todas las mujeres preferimos las mismas cosas.—De acuerdo, gracias madre.—No hay problema, cariño.Cuelgo, y dirijo una mirada inquisitiva al prisionero.—No. No es ella.Libero un suspiro de alivio, miro a Kilie y asiento. Ella marca el número, y pone la llamada en alta voz.—¿El cumpleaños de Rose, querida? ¿ En qué te puedo ayudar?—Me preguntaba, no sé…¿ Qué podríamos regalarle?—¿Hmm? ¿Cuándo es?—El día veinticinco.—Oh, es difícil…ella no me da vibras de
Rose:Desperté y mi habitación estaba llena de ramos de rosas. No era difícil adivinar quién había ordenado que las trajeran.Desde hacía días, él se estaba comportando como el novio meloso y romántico que se cree que es.Esto es tan irónico.Cuando debió intentar enamorarme, no lo hizo, y ahora…ya es demasiado tarde.Víktor:Viene, metida en un vestido floreado y de tirantes, no lo puedo evitar, mi mente comienza a fantasear de inmediato con bajar esos tirantes con mis dientes, quitarle el vestido y …—¿No tiene nada importante que hacer hoy? No sé. ¿Algún traidor que despachar o algún crimen que planificar?Su voz suena fría, dura…y me mira con tanto desprecio que me arde el estómago.Estos días que llevamos viviendo juntos, lejos de acercarnos, han provocado que me odie más de lo que ya lo hacía. Oculto mi malestar con una sonrisa.—De hecho, he vaciado toda la agenda de hoy para…—No.- gruñe. – ni se te ocurra. Es mi cumpleaños y no me lo vas a joder. Ya está bueno de tus estupid
Rose:La fiesta está prendida.Son los diez de la noche, y en vez de frenar, esto parece que va cogiendo impulso.Después de ir al salón a que me hicieran la manicura, pedicura, y de paso el cabello, dormí alrededor de cinco horas, y las chicas pasaron a buscarme.Fuimos al Inferno, y nos pudimos perdidas de borrachas.Por suerte el Don estaba en el Trece, si no, nos hubiera amargado la noche.De ahí vinimos a casa de Zaneth, y en lo que Kyle y Kilie bailotean como un par de poseídos, manteniendo entre ellos a un sujeto que parece no saber cuál de los dos le gusta más, yo converso con Zaneth.—Oye…¿y los strippers?- le pregunto.Ella eleva una ceja.—Los tuve que cancelar. Mika me montó un numerito de celos esta mañana. Sabe que no podría resistirme a manosear un par de un hombres musculosos y sudorosos…Comprimo los labios para no reírme. Zaneth suspira.—Ahhh, estos Ivanovs…aquí entre nosotras, no me extrañaría que el tuyo derribe la puerta de un momento a otro. —No lo creo. Le de
Rose:Tira de mis cabellos, forzándome a elevar el mentón y separo los labios, respirando a través de ellos.—¿Te lo ibas a follar?- masculla ente dientes, mirándome directamente a los ojos.—¿A quién?—No te hagas la tonta, Rose. ¡Al jodido masajista!—¿Y qué? Soy una mujer soltera, libre…puedo follarme a quien quiera, dónde quiera, cuando quiera y…Libera un gruñido, fundiendo sus labios con los míos y mordiéndome con desesperación.—¡¿Es que quieres volverme loco?!—No Víktor.- empujo su pecho, y lo aparto.- solo quiero que...—Ni lo sueñes. No te dejaré en paz, Rose. No quiero, no puedo. ¡No!Me abraza, apretando mis caderas, lamiendo mi cuello, y besando la piel de detrás de mi oreja.Me encojo al momento, porque me pone la piel de gallina.—¡¿Podrías no ser tan jodedora solo por cinco minutos, y besarme de una maldita vez?!Kilie:El colchón a mi lado se hunde, y me siento de golpe sobre las sábanas.—¿Qué sucede?Marcos mantiene su vista fija en el suelo, retorciendo sus manos,
Zaneth:Sus besos me despiertan y sus manos aprietan mis senos con fuerza.Sé que ha de estar desnudo, y duro como un fierro candente, deseoso de mí, y yo…que desde la primera vez que lo tuve dentro me hice adicta a como folla, separo las piernas, para que me la de.—Buenos días Señor gangster.- susurro, en lo que mi marido me llena, y yo libero un gemido un gemido en su boca.—¡Carajo, Zaneth! ¡El próximo cumpleaños que vayan a celebrarlo en otro lugar!- masculla, metiéndose mi pezón en la boca, chupándome, lamiéndome, y mordisqueándome a su antojo.—Hmm, veo que me echó de menos, Señor gangster.—¡Como un jodido demente!***Reposo sobre el hombro de mi marido, jugando a acariciar su piel con mis dedos, en lo que él me cuenta que los niños se portaron horrible en casa de sus abuelos.—Ya sabes cómo es mi padre, ellos piden caramelos y él les baja la luna. Sobre todo a Magda.Arrugo el entrecejo.Mucha gente que no sabe lo que sucedió en realidad, y que cree que Anika murió en un ac
Cinco años después: Rose: El mordisquea mi cuello, y yo intento apartarlo, muerta de risa. —¿No crees que ya ha sido suficiente? ¿Hmm, florecita descarada?- farfulla, lloviendo besos sobre mis párpados. —Oh, no. Por el contrario. – enredó mis dedos en su dorada cabellera, mirándolo directamente a los ojos.- has probado mi teoría, amor. Eres un amante excelente. Nos besamos, y nuestra hija corre, viniendo hacia nosotros, trayéndome flores en sus manitas. —Oh, gracias Baby.- susurro. —Bar- ba- ba.- farfulla ella, arrugando su entrecejo. No le gusta su sobrenombre “ Baby'’, por el contrario se empeña en hacer que todos la llamen Bárbara. Víktor, sonríe, tomándola en brazos. —Digna hija del Don.- murmura, besando las mejillas de la niña, quien libera un chillido de alegría. – nunca permitas que te llames bebé, es denigrante y ... —¿Qué tonterías dices, pecchi? Valiant se acerca, viene de la mano con su mujer, y tras ellos camina Mischa. Víktor comienza a discutir con su hermano
Doha, Qatar:Omër:—Lo que quiero decir, hijo mío, es que no comprendo tu negativa a tomar otras esposas.Contemplo a mi madre en silencio, con ceño fruncido.—Muy simple. Sabes de sobra lo paranoica que es Nuur. Tú misma tuviste que despedir a todas las sirvientas de la mansión, porque la condenada mujer creía que yo la traicionaba primero con una, luego con otra…—Eso no es lo mismo. – me interrumpe ella.- en esas ocasiones, Nuur solo defendía sus derechos, no eres ningún santo hijo, y viendo que nunca…o sea, ustedes no…—Sabes perfectamente que me casé con ella, por respeto a la memoria de Jamal. Nunca he sentido la más mínimo atracción por esa mujer.—Es por eso, que te pido que consideres la posibilidad de tomar otras esposas. Si no quieres tomar todas las que te permite la ley, podrías conformarte con solo una más.—No.—Hijo...—He dicho que no, madre. Por mucho que quieras ocultarlo e ignorarlo, Nuur no es una mujer mentalmente estable. Sus celos son enfermizos, me vigila, lla
El Cairo, Egipto:Christian:—¿Y qué le respondiste?—Obvio que le dije que no.Ella me lanza una mirada de reproche, entonando sus ojos almendrados, y mirándome con mala cara.Me acerco despacio, rodeando su cintura, olisqueando su cuello, para llenarme de eses aroma exótico que parece siempre impregnar su piel.—¿ Qué querías que le dijera, hmm? ¿ Qué tengo una relación enteramente sexual, prohibida y pervertida con mi jefa?Ella gime, y yo, deslizó mi mano, con rapidez hacia abajo, subiendo el dobladillo de su falda, haciendo el elástico del panty a un lado, e introduciendo dos dedos en su caliente, húmedo y apretado coño.—¿ Querías que le dijera a mi madre, que en vez de aprovechar los recursos que ha conseguido, me la paso montando a una leona del desierto?Ella tensa si espalda, estirando el cuello, en lo que lamo su piel.—¿Que te meto los dedos en el coño y en el culo? ¿ Que te digo cochinadas, porque te excita?Solloza, agarrada del cuello de mi camisa, escondiendo su rostro