DAMIÁN
Ví como Eva subió furiosa a su habitación. Negué con mi cabeza y sonreí, en definitiva ya no era la niña dulce que conocí años atrás, aunque siempre la consideré valiente y con decisión. Al parecer todos estos años fueron sus cualidades que más fortaleció.
Me giré para regresar a la oficina de Dominic, pero en el camino me encontré con uno de sus guardaespaldas, Aidan creo que era su nombre. Me dió una mala mirada y pasó de largo.
—No entiendo qué le pasa a Eva —habló Dominic—, siempre ha sido una mujer con los pies sobre la tierra. Lamento todo esto.
—No es tu culpa, pero me alegra tenerte de vuelta tal v
EVA—Aidan en este momento no —Me alejé de él. De verdad no me sentía del humor. Decidí nadar un rato, ya que lo sucedido con mi padre y Damián me habían puesto muy acalorada.—Tu padre tiene razón, no debiste actuar sola, ese tipo pudo lastimarte.—No soy una niña Aidan, puedo defenderme sola. Lo que me enoja es que Damian intervenga en cosas que él ha desconocido durante años, estoy segura de que ni siquiera sabe sobre el trébol negro. Estos años ha estado encerrado en cuatro paredes y no tiene idea de lo que hemos tenido que afrontar para lograr que la Familia Nolan sea una de las más poderosas.—¿Pasó algo entre ustedes? —preguntó—¿Algo como qué?—¿Novios, amantes?&nb
Aidan manejó por casi una hora, llegamos a un lugar bastante alejado de la ciudad. Había bastantes autos y motocicletas, en cada uno de ellos grupos de personas fumando y llenándose de alcohol.Aidan me tomó por la cintura y empezó a caminar, no me importaba su gesto ya que eso significaba que era su novia y nadie más podía ofrecerme una bebida y mucho menos intentar sobrepasarse conmigo.Eran códigos en este tipo de eventos. —¿Estás seguro que está aquí?—Muy seguro. Ahora vamos hacia donde será la meta, en cualquier momento el imbécil va aparecer con tu motocicleta.Caminamos entre los autos hasta llegar a la meta, muchos ya se encontraban con
—¿Qué estás haciendo? —cuestionó Aidan cuando ingresé a la habitación.—No es lo que querías, me dijiste que quería ser mi novio.—Pero me interese que lo sepan tus padres, no ese imbécil.En ese momento me di cuenta de que estaba perdiendo la cordura por la presencia de Damián, cada vez cometía locuras y no pensaba lo que decía o hacía.—Lo lamento Aidan, no quería pero es que Damián me provoca.—Nunca te había visto comportarte de esa manera, lo que me hace pensar que pasó algo entre ustedes, algo tan importante y que ambos no han olvidado.
Mi habitación estaba en completa oscuridad y solo podía sentir sus labios en mi cuello. Mi razón y la cordura estaban nublados por una nube de lujuria.No entendía cómo es que permitía que él tocara y ultrajara mi cuerpo. Por mucho tiempo sentí asco de que un hombre me tocara, cada vez que alguien lo hacía me sentía usada, que después de terminar el acto sexual me dirían las mismas palabras que usó Damián.Fue difícil dejar que otro hombre tocara mi cuerpo, tenía relaciones pero siempre con temor y después vino Aidan, quien me brindó confianza y la seguridad que necesitaba.Y ahora este tipo tocaba mi cuerpo y en lugar de que me sintiera incómoda yo lo disfrutaba.
Estacioné mi motocicleta y caminé hacia una de las bodegas.—Sabía que vendrías, eres una mujer muy inteligente.—¿Cómo es que tienes mi número de teléfono? —fue mi primera pregunta.—Viniste hasta acá y tu pregunta es esa.—No estoy para juego ¿Qué es lo que quieres?—Solo quiero negociar, tenemos siete de sus mejores autos; autos que ya estaban destinados a uno de los jeques del oriente, si no cumplen con su trato se verán en graves problemas.—¿Cómo es que sabes todo ese tipo de información? —se su
Estaba pasmada. Me negaba a aceptar que Damian fuera el trébol negro, el hombre que nos había robado, quien me había besado en varias ocaciones, quien me vio desnuda.El tipo que estaba junto con Damián le hizo gestos y ambos giraron sus miradas hacia mi. Ordené a mis pies para que caminaran, pero al parecer mi cerebro no estaba conectando con ellos.Los dos se pusieron de pie y caminaron en mi dirección.—Hola Esher —saludó Damián.—Hola.—Él es mi amigo Agustin —señaló al tipo que estaba a su lado.—Mucho gusto señorita —exte
—Te dije que podría con esto. —Después de unas horas, Aidan llegó a la casa con los siete autos que nos pertenecían.—¡Eres increíble! —Me lancé hacia él, lo abracé y lo besé.—Solo seguí tus ordenes, aquí tu eres la mujer increíble, lograste esto sola.No podía creer que esto había funcionado, le ganamos la guerra al trébol negro, lo que que un par de senos y una actitud seductora.—¿Dejaste mi pequeño recuerdo?—Claro que sí, será lo único que encuentre cuando lleguen a la bodega, los muy idiotas dejaron solo
DamiánMe encontraba en un hotel esperando por Agustín mi amigo, era mi socio y compañero en diversos proyectos. Lo conocí en la universidad y conté muchos de mis planes.—¡Eres un imbécil! —gritó al entrar a la habitación.—¡Tranquilo! ¿Qué te pasa?—¡Te dije que tu obsesión por esa mujer nos iba a llevar a la destrucción!Agustín se quitó la sudadera negra que llevaba puesta y sin verlo venir, lanzó un puño hacia mi cara.—¿Por qué haces esto?—Debe