Le pedí a Javier que se fuera, que estaría en contacto con él sobre la salud de Eva y que por supuesto dejaría que viera a los niños antes de irme.
En este lugar me iba a sentir demasiado sola, además de traerme muy malos recuerdos, lo mejor era regresar a mi país, llevar a mis niños a un lugar alejado de toda esta violencia.
Regresé a la sala de espera en donde se encontraba Dominic —¿Cómo está Damián? —pregunté.
—Mis hombres se lo llevaron a un lugar seguro y tranquilo, su madre murió en el ataque.
—¿Diara? ¿Qué hacía ella allá?
&mda
DominicTuve que salir dé prisa del hospital, Fede me había llamado porque al parecer Damián estaba causando algunos problemas. La verdad que no quería abandonar el hospital, quería quedarme y ver a mi hija; sonaba tan irreal decir eso, nunca imaginé que en algún momento de mi vida tendría la oportunidad de llamarle a una persona como mi hija.Pero antes debía arreglar las cosas con Damián, las palabras de Cian antes de morir me tenían intranquilo, pero no importaba si no era mi hijo lo consideraba con un heredero Nolán, y aunque no iba a ocupar el puesto que tenía destinado para él, tendría gran influencia en mis negocios.Llegué a la casa y fui directo a mi oficina. Allí se encontraba Fede, dos de mis
Bell—¡Ah, hola Dominic! —pronunció con indiferencia Kim—Hola, Kim. —respondió Dominic.—Creo que es momento de dejar a los chicos solos —pronuncié, le hice gesto a Dominic para que saliera y Kim salió detrás de él.—¿En serio? ¡Un ramo de rosas y ya! —reclamó Kim a Dominic—Aun así fue detallista, escucha Kim nunca fuiste de mi interés —soltó Dominic —No quiero que te sigas haciendo falsas ilusiones, lo que tú y yo teníamos terminó aquí. —Me sentía tan mal por mi amiga, al parecer Dominic seguía siendo el desgraciado de siempre.
EvaLlevaba dos semanas viviendo en la casa de Dominic, ahora mi padre, aún no me acostumbraba a llamarlo así, toda mi vida para mi Javier Rodríguez había sido mi padre. Me sentía uy triste por él, ya que desde que pasó lo de mi secuestro no lo había vuelto a ver, mi madre me prometió que en estos días podría ir a verlo, quería al menos decirle que aún lo consideraba como mi padre.A quien tampoco había visto era a Damián, sabía que estaba en la casa, pero sentía vergüenza de verlo, nos besamos, ¡Había besado a mi medio hermano!, y lo peor de todo que me había encantado. Y por eso me consideraba con una pervertida, no podía tener esos deseos hacia quien era mi hermano.Baj&eacu
Bell—Creo que todo está listo —Bufé. Estuve toda la mañana preparando mis maletas, era momento de irme de Inglaterra y regresar a mi país.Dirigí mi mirada hacia la ventana, mi hija estaba con la mirada perdida, la había visto muchas veces así desde que murió Javier. La noticia no me sorprendió, ya que sus malos tratos con Diara lo habían llevado hasta ese momento.Como su esposa me encargué del sepelio, su cuerpo fue exhumado y llevaría sus cenizas a Estados Unidos, para enterrarlas.Seguía observando, sabía que algo más le pasaba, su mirada se notaba triste y decepcionada. Tampoco era porque me iba, ella ya se había resignado a que regresaría a mi c
—¡Dios Dominic! —sentía quedarme sin respiración.—¡Bell, te amo tanto! —susurró. Besó mi frente sudada y tomo mi mano.—¡Ya no podré más! ¡Por favor que sea rápido!—Eres demasiado exigente...—¡Dominic! —grité —¡Por Dios!—Ya todo terminará, unos minutos más y acabará. —Creí que no soportaría ni un minuto más, esto... esto era demasiado para mí. Llevaba años que no pasaba por un momento así, incluso ya había olvidado como es que se hacía.
DAMIÁN —¡Necesito salir de aquí! —grité. —No podemos dejarlo ir. —dijo uno de los tipos que se encontraba conmigo en la habitación.De pronto escuché disparos. —¿Qué sucede allá afuera? —cuestioné. Los dos hombres se miraron a la cara, al parecer ni ellos sabían lo que pasaba. Sus gestos eran un debate interno, no sabían si salir corriendo o continuar cuidándome. Me trajeron junto con Eva, estábamos en la cabaña de mi tío pero no tenía idea de por qué nos habían traído a este lugar. Me angustiaba no saber nada sobre ella. Otro par de disparos se escucharon. Aproveché su distracción y salí corriendo. Empezaron a seguirme, pero fui más ágil y me escondí detrás de una puerta. Escuché sus pasos pasar de largo. Me quedé por un par de minutos y salí de nuevo. No entendía lo que pasaba, pero lo único que me interesaba era saber sobre Eva, tenía un mal presentimiento de todo esto. Salí y caminé por los pasillos. —¡Eva! —musité —¡Eva! —no recibí respuesta. ¡Pam! ¡Pam! Dos disparos más
10 años despuésEVA—¡Te dije que esto no era una buena idea! —No pensé que fueran un cobarde Aidan. —No soy cobarde, pero venir solos fue un gran error, debimos traer refuerzos. —Eres peor que una niña llorona, a la cuenta de tres ambos salimos y disparamos. Me informaron que en una de las bodegas había movimientos extraños, pensé que sería algo fácil de solucionar así que le pedí a Aidan que me acompañara. Él era uno de los guardaespaldas que mi padre había contratado, pero se había convertido en mi compañero de combate. —Esto te va a salir muy caro Eva. —¡Cállate! es momento de divertirnos. Uno, dos, treees. —Ambos salimos disparando en contra de los atacantes. Empezamos a avanzar mientras que provocamos que retrocedieran. De pronto una de las balas golpeó en Aidan, provocando que este cayera al suelo. Saqué otra de las armas que llevaba en mi cintura y descargué mi furia contra ellos. No pudieron hacer más que salir corriendo como cobardes. Ví como subían a su auto y salían
—¿Sigues enojado conmigo? —inquirí al ver a Aidán otra vez.—Nunca estuve enojado.—¡Vamos!, te conozco demasiado, desde la mañana estás coqueteando con una de las chicas del servicio para darme celos.—No todo gira a tu alrededor, Eva.—Lo sé, pero tú no puedes vivir sin mi. —Lo tomé por el cuello y subí mis piernas a sus cintura.—Esto no funcionará.—Yo creo que sí. —Tomé su boca y aunque se resistió por unos segundos cayó como siempre.Último capítulo