Bell
—¡Ah, hola Dominic! —pronunció con indiferencia Kim
—Hola, Kim. —respondió Dominic.
—Creo que es momento de dejar a los chicos solos —pronuncié, le hice gesto a Dominic para que saliera y Kim salió detrás de él.
—¿En serio? ¡Un ramo de rosas y ya! —reclamó Kim a Dominic
—Aun así fue detallista, escucha Kim nunca fuiste de mi interés —soltó Dominic —No quiero que te sigas haciendo falsas ilusiones, lo que tú y yo teníamos terminó aquí. —Me sentía tan mal por mi amiga, al parecer Dominic seguía siendo el desgraciado de siempre.
EvaLlevaba dos semanas viviendo en la casa de Dominic, ahora mi padre, aún no me acostumbraba a llamarlo así, toda mi vida para mi Javier Rodríguez había sido mi padre. Me sentía uy triste por él, ya que desde que pasó lo de mi secuestro no lo había vuelto a ver, mi madre me prometió que en estos días podría ir a verlo, quería al menos decirle que aún lo consideraba como mi padre.A quien tampoco había visto era a Damián, sabía que estaba en la casa, pero sentía vergüenza de verlo, nos besamos, ¡Había besado a mi medio hermano!, y lo peor de todo que me había encantado. Y por eso me consideraba con una pervertida, no podía tener esos deseos hacia quien era mi hermano.Baj&eacu
Bell—Creo que todo está listo —Bufé. Estuve toda la mañana preparando mis maletas, era momento de irme de Inglaterra y regresar a mi país.Dirigí mi mirada hacia la ventana, mi hija estaba con la mirada perdida, la había visto muchas veces así desde que murió Javier. La noticia no me sorprendió, ya que sus malos tratos con Diara lo habían llevado hasta ese momento.Como su esposa me encargué del sepelio, su cuerpo fue exhumado y llevaría sus cenizas a Estados Unidos, para enterrarlas.Seguía observando, sabía que algo más le pasaba, su mirada se notaba triste y decepcionada. Tampoco era porque me iba, ella ya se había resignado a que regresaría a mi c
—¡Dios Dominic! —sentía quedarme sin respiración.—¡Bell, te amo tanto! —susurró. Besó mi frente sudada y tomo mi mano.—¡Ya no podré más! ¡Por favor que sea rápido!—Eres demasiado exigente...—¡Dominic! —grité —¡Por Dios!—Ya todo terminará, unos minutos más y acabará. —Creí que no soportaría ni un minuto más, esto... esto era demasiado para mí. Llevaba años que no pasaba por un momento así, incluso ya había olvidado como es que se hacía.
Aún me parece increíble, como si hubiera pasado ayer, la primera vez que vi a Dominic Nolan. Yo tenía catorce años, una edad en la que mi experiencia amorosa se limitaba a suspirar por personajes ficticios. Y entonces, mi hermano Martín decidió traer a casa a su “nuevo mejor amigo”. ¿Su nombre? Dominic Nolan, un chico de diecinueve años que parecía salido de una novela de romance adolescente. Podría decir, con total vergüenza, que fue mi primer gran amor platónico. Ah, porque yo trataba de captar su atención con todas mis fuerzas… ¿Él? Él apenas notaba que existía.Mi adoración llegó a niveles tan extremos que, sí, me convertí en una escritora en ciernes por él. Me lancé al mundo de la Nube, publicando historias tan ridículas que si las leyera hoy, probablemente me pondría colorada de vergüenza. ¡Escribía desde el móvil! Historias en las que Dominic y yo éramos protagonistas de cuentos ingenuos: el príncipe y la princesa, el chico malo y la chica nerd, mi primer beso, mi primer novio…
—Buenos días Chicago, son las seis de la mañana, el clima es fresco, ideal para pasar por una dona y un café...—¡Maldito radio! —Bufé, mientras con mi mano lo apagaba —¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno... ! —Me senté en la cama y estiré mi cuerpo. —Buenos mi amor, ¿Qué tal pasaste la noche? —Acerqué mi mano y toqué su pelo, estaba suave como me gustaba, creo que el baño del día anterior había sido perfecto —No seas perezoso, voy a irme al trabajo y quiero que te quedes despierto —Al parecer mis caricias funcionaron y empezó a despertar ¡Miau! maulló —Eso es Sheldon, buenos días mi amado gatito —Me levanté de la cama de prisa, tenía todo mi tiempo programado, así que no podía darme la dicha de quedarme otro rato junto a mi gato. Vivía sola en un pequeño apartamento en Chicago, bueno tenía a Sheldon quien era mi fiel acompañante. Después de la muerte de mi hermano, todo cambió en mi casa, las peleas entre mis padres se volvieron más constantes y vivir en casa era insoportable. En la es
—Deberías acompañarnos —Suplicaba mi amiga —Ya te dije que no, veré una serie en Netflix con Sheldon. —¡Mentira! Me dijiste que te prepararías para tu cena de mañana, Bell por favor trata de controlar tus mentiras —Como dije era algo que no podía controlar.—No quiero ir, sabes muy bien que Javier me pone nerviosa y cuando estoy nerviosa suelo mentir mucho, no quiero causar una mala impresión, las terapias están funcionando y en pocos mese espero tener una conversación tranquila con él. —Como quieras amiga, pero insisto, no entiendo que es lo que te llama la atención, el hombre se relaciona muy poco con las personas, ni siquiera tiene sentido del humor.—Es guapo Riana, muy guapo y no puedes negarlo… —Es guapísimo, pero su carácter me estresa. No suelta ni una sola sonrisa Sonreí ante su comentario, ya que yo ya lo había visto sonreír, solo cuando estaba leyendo algún libro.—Mejor vete y que disfrutes de la fiesta con los chicos —Me despedí de mi amiga y terminé de ayuda a Maggy
—Mucho gusto señorita Bell —Dominic extendió su mano. Yo miraba su mano, su cara y aún no podía creer que estaba delante de mí —¿Señorita? —¡Eh! si… mucho gusto … — Extendí mi mano y tomé la suya. Su mano estaba fría, lo que causó escalofríos por todo mi cuerpo. Él solo apretó mi mano y después se sentó frente a mi, no mostró ni siquiera un gesto de sorpresa de su parte, significaba que… no me recordaba. Pero solo por el hecho de tenerlo frente a mí, cada fibra de mi cuerpo, cada nervio parecía reaccionar a su presencia. Estaba nerviosa, de eso no había duda y eso no era bueno para mí, ni para nadie. —¡Bell! ¿Qué te sucede? — Preguntó Diara—Nada… nada todo esta bien —Desde que mi novio llego no le has quitado la vista de encima —Me avergoncé y agaché mi cabeza —No te avergüences, sé que mi novio es el hombre más guapo que hayas visto, sus características son tan parecidas a los rasgos de algunos de tus personajes, es como si te hubieras inspirado en él —¡Dios mio! solo me imaginé
¡Maldita sea! Sentía que mi corazón saldría de mi pecho y no solo eso, sentía que mi alma ya había abandonado mi cuerpo y estaba escondida en el armario —¿Do… Dominic? —titubeé —¿Qué haces aquí? ¿Cómo… cómo es que entraste? —Dominic soltó a mi gato y se puso de pie. Su presencia erizaba mi piel y provocaba que mi corazón latiera con tal frenesí, que sentía que estaba en una gran carrera —Eres tan predecible Bell, dejar la llave bajo el tapete ya no es una buena técnica —Su mirada recorría toda la habitación, mientras tanto yo lo observaba detenidamente. Dominic seguía siendo guapo, al parecer el paso de los años le habían asentado muy bien —. Tu novio es demasiado peludo —Se burló —¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes en dónde vivo? —Volví a insistir, su mirada regresó a mí, sus ojos me recorrían de pies a cabeza.—Tenía curiosidad de ver en donde vives. Tenía años de no saber de ti, sí que eres escurridiza, le pregunté a tus padres sobre tu residencia, pero se negaron a decirme —Era lógi