Creo que en todo estos años no había dormido como esta noche, sobre todo porque había despertado como la novia del profesor sexy Javier Rodríguez, aún no podía creer que me lo pidiera. No obstante, me pareció que parte de su propuesta tuvo que ver con la presencia de Dominic o tal vez le estaba dando demasiada importancia, cuando vi que salió del restaurante herido, tuve el impulso de ir detrás de él, pero no me correspondía, era a su novia Diara. «No es momento de pensar en él, ahora lo importante en mi vida era mi novio Javier»Me levanté de la cama e hice lo acostumbrado todas las mañanas, antes de ir al trabajo. Mi novio quería llevarme, pero tenía una reunión temprano en su trabajo así que se disculpó, y prometió que iría por mí a la cafetería. Bajé hacia la carretera y dirigirme al metro, pero me llevé una gran sorpresa al ver un auto estacionado frente a mi edificio, se trataba de Diara —¡Hola Bell! —Saludó. La miré de manera detenida, sus ojos estaban hinchados como si el
Abrí mis ojos lentamente al escuchar una voz susurrando en mi oído — ¡Hey! ¡Pequeña mentirosa despierta! —entonces recordé lo sucedido, abrí mis ojos de un solo y me senté, ya que me encontraba recostada, me encontré con una habitación oscura, solo la luz de la luna se filtraba por una ventana, una silueta apareció delante de mí.—¡Maldito! ¡Me diste un gran susto! ¿Cómo se te ocurre secuestrarme? —Estaba furiosa. Dominic era un desgraciado. —Esto no es un secuestro —Se acercó y encendió una lámpara que se encontraba a mi lado —quería felicitarte por tu noviazgo —¿Y para eso tenías que secuestrarme? ¡casi me matas de un susto! —Reclamé a Dominic —Podías llamarme, escribir un mensaje o incluso buscarme en la cafetería —Se sentó a mi lado—. ¿Por qué terminaste con Diara? la pobre está desconsolada — me miró sorprendido —¿Cómo sabes que terminé con ella? —Fue a buscarme en la mañana a mi casa —¿Qué te dijo? ¿Te amenazó? ¿Te lastimó? —Dominic empezó a llenarme de preguntas, hasta pen
¡Muerto! Peter estaba muerto, ¿Cómo? ¿Cuándo? —¿Qué fue lo que pasó? —Dije, mientras me levantaba —¿Cómo que está muerto? —Pablo acaba de avisarme, puedes venir a la casa; quiero hablar contigo —¡Claro que sí! ¡Voy para allá! —Me levanté del sillón, lavé mi cara y busqué mis cosas, tomé un taxi para llegar lo más rápido posible a mi destino. No sin antes avisarle a Maggy que llegaría un poco tarde. En todo el camino no podía creer las palabras de Javier, ¡Peter estaba muerto! era un maldito pero no quería que terminara de esta manera, necesitaba explicaciones de manera urgente. Pero el peor terror fue cuando llegué a la casa de Javier, varias patrullas rodeaban el lugar. Tenía un mal presentimiento de esto —¡No por favor no se lo lleven! —Escuché gritos dentro de la casa —¡Él no lo hizo! —esa era Ana, la hermana de Javier —Corrí hacia la puerta y la abrí, un par de policías esposaba a Javier, mientras que Ana era detenida por otro par. —¿Qué es lo que sucede? —Pregun
Leía cada página que estaba en la carpeta y no era capaz de de reaccionar, Javier era acusado de la muerte de una jovencita, aunque en las últimas páginas se señalaba que por falta de pruebas había sido encarcelado —¡Él no es capaz de hacer esto! —Exclamé —De seguro todas son calumnias, nunca pudieron culpar. ¿Leíste todo lo que está aquí? —¡El fue liberado por falta de pruebas, no porque fuera inocente! ¡Él es peligroso para ti! —¡Por favor Dominic! él nunca haría algo así, no importa las pruebas que me muestres, yo creo en mi novio, ¡En su inocencia! —Vociferé. Javier, mi novio a quien yo conocía de años no era un asesino de eso estaba segura —¡No seas ingenua Bell! ¡tú podrías ser la siguiente! —¡Tú estás más loco! —Tiré la carpeta a su escritorio y me levanté de la silla para salir de ese lugar, pero el amigo de Dominic se puso en la puerta impidiendo mi salida —¡Déjame salir! —ordené a Dominic —¡No! no estás segura al lado de tu novio ¡Tú no
Esther— ¡Hola! ¿Cómo estás? — Dylan llegó a mi pórtico, me encontraba sentada, mientras cuidaba a mis hermanos. Mi madre tenía más de dos horas que se había ido en busca de mi padre.— ¡Eh! Bien… estoy bien Dylan— Pues no lo parece, tengo un buen rato que te veo y estas con tu mirada perdida.La verdad era que desde que me enteré de que mi madre había tenido un amorío con el padre de Damián, muchas preguntas habían surgido, no paraba de pensar en ello. Por ese motivo insistí con mi madre a que hiciera las pases con mi padre, no quería que mi familia se destruyera.No podía contarle a Dylan sobre el secreto de mi madre, ya que su tía Kim era novia del señor Dimitri.De pronto s
Era increíble como el tiempo pasaba tan rápido, sobre todo cuando te la pasabas viajando. Habían pasado dos semanas desde que partimos de Chicago con Dominic.Pero no me arrepentía, había sido la mejor decisión, durante estos días, el dolor causado por culpa de Javier casi quedaba en el olvido o tal vez trataba de engañarme a mí misma, era una mitómana y la mentira era mi mejor amiga.Mentir era la única manera en que podía olvidar el pasado y estos días había sido mi mejor aliada, decir que estaba bien; que nada me afectaba; que lo de Javier había quedado en el olvido, eso hacía sentirme mejor. Aunque en ocasiones en verdad era feliz al lado de Dominic, él me hacía sentir especial, tenía detalles conmigo, me llevó a lugares que nunca imaginé visitar.En estos momentos nos encontrábamos en un Hotel en Du
Estaba muy emocionada por estar de vuelta, a pesar de parar unos cuantos años en Chicago, le tenía más aprecio a este lugar en donde nací, mis padres estaban ausentes en mi vida, desde la muerte de mi hermano, nunca recibí una llamada de su parte, al parecer para ellos enterraron a sus dos hijos el día del sepelio de Martín, me esforcé por mucho tiempo a que ellos me prestaran atención, mas nunca lo logré.Vine a Chicago y me encontré con Maggy, Francisco y Riana, ellos se convirtieron en mi nueva familia.—¡Bell! ¡No puedo creer que estés aquí! —Maggy me recibió con un fuerte abrazo, había llegado a la cafetería en compañía de Dominic y en efecto muchas cosas ya estaban empacadas —¿Pero d
Estaba en la cocina de mi apartamento, preparaba el desayuno para Dominic, habíamos pasado la noche juntos no necesariamente durmiendo, él era un salvaje en la cama, me estaba acostumbrando a su manera feroz de hacer el amor.Cada caricia para mi era como un fuego arrasador que me quemaba cada vez que me tocaba, pero era me encantaba, estando en sus brazos olvidaba todo a mi alrededor, sobre todo mis problemas.Mientras cocinaba, mi móvil sonó; se trataba de una llamada entrante, se trataba de mi amiga. De seguro estaba preocupada —Aló —Contesté—Bell, gracias a Dios me respondes, dime que no tomaste un avión y te fuiste de la ciudad.—No Riana, estoy en mi apartamento.