Lia se contuvo durante varios días, casi que dos semanas, y después de que comenzó la construcción de los termales supo que ya tendría que enfrentarlo. Habían llegado una decena de retro excavadoras que comenzaron a formar el camino principal que iba desde la carretera hasta los pozos de agua termal al fondo del risco junto al rio.Las remodelaciones en el hotel marchaban de maravilla, todo el primer piso estaba brillante y perfecto, como en los recuerdos de su infancia y eso la hizo emocionar casi hasta las lágrimas, luego recordó que todo eso era gracias a Oliver y se le pasó la emoción. El segundo piso estaba casi terminado y Lia se preguntaba cuantos miles de millones costaría todo. Imaginó que no era un trato justo, todo lo que había hecho solo por ese porcentaje… él no pidió la mitad para que ella pudiera seguir siendo la dueña.Aquello, a pesar de la rabia, no pudo evitar notar que era un gran detalle por parte del hombre, y por más que quiso seguirlo odiando no pudo evitar que
Lia observo casi paralizada como la nariz roja que tenía Oliver rodó por el suelo y se detuvo junto a su zapato. Los niños que rodeaban al empresario se quedaron mudos al verla a ella. Lia se agachó ante la mirada de todos y agarró la pelota roja que estaba junto a ella.Observo a los niños que estaban en la sala, todos tenían vendajes en el cuerpo que cubrían en mayor o en menor medida sus heridas, un par incluso no tenían partes de sus extremidades. — ¿Quién es ella, Tintín? — le preguntó uno de los niños a Oliver que pareció reaccionar del estupor que le había invadido el cuerpo, parpadeo un par de veces. — ¿Tintín? — murmuró Lia muy bajito preguntándose a sí misma y Oliver aplaudió haciéndole dar un brinco a ella — Ella es mi ayudante — dijo Oliver con un fingido tono agudo y Lia vio como todos los niños abrieron los ojos con emoción. — ¿Ayudante? —preguntó esta vez en vos alta, pero Oliver caminó hacia ella y la agarró del brazo arrastrándola hasta el centro de la sala. Li
Cuando Lia encendió el motor del auto Oliver cerró la puerta tras él, pero los zapatos grandes de payaso no entraban en el estrecho espacio y tuvo que quitárselos y ponerlos en su regazo. dentro de la camioneta se cernía un ambiente tenso y demasiado incomodo, Oliver estaba muy acostado en la puerta, como si quisiera alejarse lo más posible de ella y Lia lo agradeció. Arrancó el motor en silencio y se sintió un poco avergonzada, Oliver estaba acostumbrado a conducir los autos más extravagantes del mercado y esa camioneta parecía una lata de sardinas con llantas. A su mente le llego el recuerdo de una conversación cuando el hombre le dijo que no le gustaban los autos, y ahora tenía una moto, cosa que Lia nunca imagino de su exesposo, ¿acaso era por la explosión que le dejaron de gustar los autos? por eso no le agradaba el agua caliente y también por eso el ataque de pánico en la cocina cuando se incendió su brazo, ahora lo entendía todo.— ¿Como es que se puede ganar tanto musculo e
Cuando Lia subió a la moto después de dejar guardada las llaves en el departamento de Oliver, notó que el hombre se portaba diferente.En las anteriores ocasiones la había agarrado de las muñecas y las había ajustado a su cintura, pero en esa ocasión apenas si esperó a que estuviera acomodada en el asiento para arrancar y Lia lo agarró con incomodidad. Tuvo el impulso de abrazarlo bien para estar más afianzada y segura, pero o lo hizo, él no se lo había pedido.«Porque me odia» se dijo «Porque yo lo inicie todo»El darse cuenta de aquello la paralizó, ¿En serio estaba aceptando que ella tambien tenía responsabilidad en lo que había pasado? Seguro que sí, dentro de su mente el orgullo podía dejar de sobreponerse por entre sus sentimientos y dejó fluir su culpa y su dolor.Ese día había aceptado dos grandes verdades: ella había empezado la mierda de relación que tuvieron antes y también que había estado bastante prendida del hombre el par de meses en que todo marchó bien, pero, ¿ahora?
Lia caminó muy cerca de Oliver, como si tuviera miedo que una fuerza extraña la atrapara desde atrás. Su celular ya estaba en dos por ciento y todo el rato la notificación de batería baja iluminaba la pantalla, pero ella se sintió incapaz de apagar el flash. Se preguntó porque Oliver hacia eso, de seguro era para vengarse de ella, por eso la estaba metiendo en esa situación, porque sabía que la aterraba. — ¿A dónde vamos? — le preguntó ella cuando vio que pasaron por el segundo piso. — Al último piso, obvio — Lia lo agarró por el antebrazo con fuerza. — ¿Cómo se te ocurre? es peor lugar al que ir — pero él se soltó. — El mejor si queremos hablar con un espíritu — siguió caminado y Lia se acercó mucho, aterrada — te dije que si te daba miedo te quedaras abajo — pero ella bufó. — Sabes que no me quedaré… esto es muy poco caballeroso y amable — Oliver frenó y Lia chocó contra su ancha espalda, luego se volvió. — ¿Y por qué debería ser amable contigo? — Lia se quedó muda — ¿No dijis
Cuando Lia despertó, lo primero que sintió fue y fresco aroma a perfume que la hizo sentir extrañamente cómoda. Tenía todo el cuerpo calentito, aunque sentía que en el ambiente hacía demasiado frío.No quiso moverse hasta que alguien respiró debajo de ella y abrió los ojos. Estaba abrazada al torso de Oliver mientras él la abrazaba con fuerza, su mejilla reposaba en su pecho y a la camisa se le habían soltado un par de botones, así que parte de la mejilla tocaba la piel del pecho del hombre y Lia sonrió como una tonta, hasta que de golpe recordó qué la tenía durmiendo abrazada al empresario en medio de una habitación empolvada y abandonada.Levantó la cabeza, la luz del sol comenzaba a colarse por la ventana abierta e iluminaba toda la habitación. Era un cuarto de los normales, casi todos eran iguales, pero este estaba con las telarañas hasta el tope y el polvo volando en motas por todas partes.El miedo la invadió al recordar los pasos fuertes que caminaron hasta la puerta y las mano
Lia caminó al lado de su padre por el comedor del hotel y luego al exterior, donde el tumulto de trabajadores estaba rodeando la fuente mientras preparaban el inicio del día.— Todo está quedando muy lindo, cariño — le dijo el hombre «¿Cariño? » ¿Alguna vez le había hablado así?— Si, mi inversionista es… bueno, tiene dinero.— El hotel está hermoso, me recuerda a cuando yo era niño, mi lugar favorito era el ático del octavo piso, siempre estaba lleno de muchas cosas por explorar — Lia lo miró.— ¿Hay un ático en el último piso? — el hombre asintió.— Parecía que ni papá sabía que estaba ahí, aunque lo cierto era que tu abuelo era más bien despistado — se volvió y antes de que cruzaran por la puerta le señaló el edificio. En el último piso, al final, había una cúpula pequeña con una ventana redonda — es esa, se entra por la habitación H-65 — Lia sintió un escalofrío, esa estaba justo al lado de la habitación del doctor Coleman.Cuando cruzaron por la puerta una camioneta grande y lujo
Felipe sentía presión sobre los hombros, tanta, que le había costado dormir durante la noche y eso lo tenía medio muerto en la mañana.Su prima llegaría en unas horas y lo único que quería era desaparecer por el resto del mes antes de que la muchacha llegara a arruinarle la vida.Estaba seguro que se la pasaría metida en el hotel, su papá era guía turístico y llevaba a decenas de exploradores por los senderos ecológicos mostrando ruinas de los indígenas de las zona, y estaba seguro que su prima iría un par de veces con él, pero se aburriría, y después de aburrirse en su casa, no le quedaría más alternativa que ir con él al hotel y eso lo tenía mal.Ya la veía coqueteando con Oliver, con algún trabajador o con el mismísimo Sam… eso no podía permitirlo.El tema de Oliver y Lia era algo que lo tenía al límite, un día estaban como dos tontos enamorados, luego peleaban y pasaban semanas sin verse y ahora pasaron la noche en el hotel, juntos y empolvados.No le pareció que fuera una pelea d