Cuando Lia llegó al hotel en la mañana se encontró directamente con Oliver, el hombre estaba sentado en una mesa del restaurante con la bata de dormir y tenía las ojeras más grandes que Lia hubiera visto en su vida.Se acercó a él y se paró en frente dejando caer el bolso sobre la mesa y se cruzó de brazos frente al hombre que tenía un café frío en la mano y que no la miró a la cara.— Lo siento — murmuro él sin mirarla — pero él me provocó — Lia se rascó la cabeza.— Lo sé, pero fuiste un ingenuo — Oliver la miró y Lia vio en su expresión que la estaba pasando mal, pero no lo demostró.— Si hubieras escuchado las cosas que dijo de ti…— No quiero ni que me lo digas, ya deshice el trato — una sonrisa se pintó en la cara de Oliver, pero Lia se encargó de borrarla.— No, esto no ha terminado, tenemos cosas de qué hablar — miró la mano de él sobre la mesa, los nudillos estaban amoratados y ella le tomó la mano e ignoró la negativa de él. Por debajo de los nudillos, en la pálida piel, se
Lo primero que Lia sintió fue el olor a alcohol que la llenó, antes incluso de que el dolor en la mejilla la invadiera.Comenzó a abrir los ojos y la luz era demasiado resplandeciente, un brillo fuerte que le hizo cerrarlos nuevamente y quiso quedarse en esa oscuridad.Sabía que algo estaba mal, pero no podía recordarlo y no quiso hacer el intento, sabía que le dolería, pero alguien la abofeteó en la mejilla y Lia abrió los ojos.— Portia, no la golpees — le dijo Helene a su hermana y Lia trató de entender todo alrededor. Estaba acostada en el suelo y las gemelas la veían desde arriba arrodilladas a su lado, pero los objetos se movían como si estuviera en un huracán.— Veo doble — murmuró y no reconoció su propia voz.— Si nos dieran un dólar por cada vez que escuchamos ese chiste seríamos más ricas que mi hermano — ese tono agresivo era de Portia, y cuando Lia trató de recordar por qué estaba ahí, todo regresó de golpe. El rostro desfigurado de Oliver y su nueva cara y se puso de pi
Oliver abrió la puerta de su casa, el pecho le dolía como si le hubieran clavado una puñalada y el cuchillo estuviera ahí aún.Estaba harto de tener que asumir la responsabilidad de lo que había pasado con Lia anteriormente, sabía que había hecho mal, que humillarla, meter mujeres en su cama y en su casa y hacerla quedar como una tonta varias veces estaba mal, pero, ¿Por qué ella no era capaz de enfrentar su responsabilidad?El día que se casaron ante el juez ella llegó con unos pantalones oscuros y una camisa sin mangas mientras Oliver tenía un bonito traje con corbata. Le había enviado a Lia un vestido sencillo pero costoso y la mujer le contó que lo había lanzado a la chimenea.La noche de bodas, en la que Oliver pretendía solo charlar, la mujer había tomado la botella de vino y se la había vaciado en la cabeza mientras le decía que no tenía por qué cruzar palabra con él, que el trato era únicamente casarse y que no tenían ni que ser amigos.Oliver aun guardaba la camisa manchada d
Felipe estaba ansioso y preocupado, Oliver había salido del hotel hecho una furia con su maleta al hombro y corrió en toda velocidad en su motocicleta y él se quedó esperando a que Lia saliera y le diera una explicación, pero la mujer no lo hizo así que salió a buscarla, pero no la encontró en todo el hotel.Solo le quedó el último piso por revisar, pero él no iba a ahí, y lo último que imaginó era que Lia se escondería en el lugar más tenebroso del hotel.— Tal vez se escondió ahí porque sabe que no la buscarán — le dijo Sam, el pelirrojo estaba concentrado en los documentos que tenía frente a él y Felipe ya estaba comenzando a exasperarse.— Has revisado eso como diez veces — Sam levantó la mirada y los ojos claros se pusieron sobre los suyos y Felipe le apartó la mirada.— Los contratos deben quedar perfectos, y además no tengo nada que hacer. Mientras aparece Lia a decirme que debo hacer a continuación no me queda mucho por hacer.— No creo que haya trato ahora, ¿No viste como se
Lia se contuvo durante varios días, casi que dos semanas, y después de que comenzó la construcción de los termales supo que ya tendría que enfrentarlo. Habían llegado una decena de retro excavadoras que comenzaron a formar el camino principal que iba desde la carretera hasta los pozos de agua termal al fondo del risco junto al rio.Las remodelaciones en el hotel marchaban de maravilla, todo el primer piso estaba brillante y perfecto, como en los recuerdos de su infancia y eso la hizo emocionar casi hasta las lágrimas, luego recordó que todo eso era gracias a Oliver y se le pasó la emoción. El segundo piso estaba casi terminado y Lia se preguntaba cuantos miles de millones costaría todo. Imaginó que no era un trato justo, todo lo que había hecho solo por ese porcentaje… él no pidió la mitad para que ella pudiera seguir siendo la dueña.Aquello, a pesar de la rabia, no pudo evitar notar que era un gran detalle por parte del hombre, y por más que quiso seguirlo odiando no pudo evitar que
Lia observo casi paralizada como la nariz roja que tenía Oliver rodó por el suelo y se detuvo junto a su zapato. Los niños que rodeaban al empresario se quedaron mudos al verla a ella. Lia se agachó ante la mirada de todos y agarró la pelota roja que estaba junto a ella.Observo a los niños que estaban en la sala, todos tenían vendajes en el cuerpo que cubrían en mayor o en menor medida sus heridas, un par incluso no tenían partes de sus extremidades. — ¿Quién es ella, Tintín? — le preguntó uno de los niños a Oliver que pareció reaccionar del estupor que le había invadido el cuerpo, parpadeo un par de veces. — ¿Tintín? — murmuró Lia muy bajito preguntándose a sí misma y Oliver aplaudió haciéndole dar un brinco a ella — Ella es mi ayudante — dijo Oliver con un fingido tono agudo y Lia vio como todos los niños abrieron los ojos con emoción. — ¿Ayudante? —preguntó esta vez en vos alta, pero Oliver caminó hacia ella y la agarró del brazo arrastrándola hasta el centro de la sala. Li
Cuando Lia encendió el motor del auto Oliver cerró la puerta tras él, pero los zapatos grandes de payaso no entraban en el estrecho espacio y tuvo que quitárselos y ponerlos en su regazo. dentro de la camioneta se cernía un ambiente tenso y demasiado incomodo, Oliver estaba muy acostado en la puerta, como si quisiera alejarse lo más posible de ella y Lia lo agradeció. Arrancó el motor en silencio y se sintió un poco avergonzada, Oliver estaba acostumbrado a conducir los autos más extravagantes del mercado y esa camioneta parecía una lata de sardinas con llantas. A su mente le llego el recuerdo de una conversación cuando el hombre le dijo que no le gustaban los autos, y ahora tenía una moto, cosa que Lia nunca imagino de su exesposo, ¿acaso era por la explosión que le dejaron de gustar los autos? por eso no le agradaba el agua caliente y también por eso el ataque de pánico en la cocina cuando se incendió su brazo, ahora lo entendía todo.— ¿Como es que se puede ganar tanto musculo e
Cuando Lia subió a la moto después de dejar guardada las llaves en el departamento de Oliver, notó que el hombre se portaba diferente.En las anteriores ocasiones la había agarrado de las muñecas y las había ajustado a su cintura, pero en esa ocasión apenas si esperó a que estuviera acomodada en el asiento para arrancar y Lia lo agarró con incomodidad. Tuvo el impulso de abrazarlo bien para estar más afianzada y segura, pero o lo hizo, él no se lo había pedido.«Porque me odia» se dijo «Porque yo lo inicie todo»El darse cuenta de aquello la paralizó, ¿En serio estaba aceptando que ella tambien tenía responsabilidad en lo que había pasado? Seguro que sí, dentro de su mente el orgullo podía dejar de sobreponerse por entre sus sentimientos y dejó fluir su culpa y su dolor.Ese día había aceptado dos grandes verdades: ella había empezado la mierda de relación que tuvieron antes y también que había estado bastante prendida del hombre el par de meses en que todo marchó bien, pero, ¿ahora?