Lia se dejó llevar por Oliver al centro de la pista, tenía los dedos entre los suyos y ella sintió la calidez que se le extendió por toda la mano y le llegó al estómago.Oliver se detuvo en la mitad de la pista y se volvió hacia ella que le sonrió cuando él levantó la mano y ella se acercó.Apoyó su mano en el hombro del hombre que le sonrió, estaban tan cerca que el corazón de Lia dio un vuelco cuando él le apoyó la mano en la cadera.— Cuando quieras — Lia comenzó a moverse al ritmo del merengue que sonaba por los altavoces y Oliver rápidamente se adaptó a ella, bailaba tan bien que le arrancó el aliento a la mujer que bajó la mirada para no verlo a la cara, pero Oliver la tomó por el mentón para que lo mirara y ella se concentró en sus ojos oscuros.— ¿Dónde aprendiste a bailar? — él ladeó la cabeza.— Mi familia siempre fue muy fiestera — murmuró, estaban tan cerca que Lia podía sentir el palpitar del corazón del hombre contra el suyo — le miró los labios, se veían carnosos y cáli
Lia respiró profundo, había tenido una montaña de emociones en menos de cinco minutos y no había logrado entender del todo a Felipe.— ¿Mi papá? — le preguntó, por si había escuchado algo mal, pero el rubio asintió con vehemencia.— Así se presentó, y recuerdo cuando me lo mostraste en fotos, es él — Lia miró a Oliver, el hombre le daba la espalda mientras miraba por la ventana y ella apretó los puños. Quiso decirle que luego terminarían de hablar, pero no dijo nada. Salió del salón.Afuera estaba Sam, el abogado estaba recostado en la entrada del salón y le sonrió, pero Lia tenía mucho malgenio como para corresponderle la sonrisa y cuando se alejó el hombre se metió dentro.— Sé que no es buen momento — le comentó Felipe — Pero ¿Quién es ese pelirrojo? Apenas me dijo que se llamaba Sam y que Oliver lo había enviado conmigo cuando apareció ese hombre.— Será el abogado que nos ayudará con el negocio, pero no te emociones mucho, asumo que se irá cuando todo termine, puede que sea pron
Lia observó al hombre frente a ella, tan alto y sonriente y luego ladeó la cabeza.— Yo… lo siento, olvidé quitar el anuncio, pero ya encontré inversionista — el hombre no disimuló en hacer una mueca de desagrado y dejó la maleta en la mesa más cercana.— De verdad que este negocio me conviene mucho — le contó — verás, soy el dueño del aeropuerto que está a unos minutos de aquí. Ayer un vuelo se canceló y no tenía a donde llevar a mis pasajeros, así que tuvieron que pasar la noche en el aeropuerto — le sonrió con una brillante dentadura blanca — ¿Podría reconsiderar su actual negocio? — pero Lia negó, eso sería imposible, Oliver ya estaba demasiado dentro como para decirle que no, además, ¿Quién era ese hombre como para dejar a Oliver por él?— Eso es imposible, mi socio actual es el que está invirtiendo en la remodelación y…— Entiendo, pero tengo una propuesta interesante para usted — sacó un folio de carpetas que dejó frente a Lia y ella lo miró, pero realmente no entendió mucho —
Lia abrió los ojos con sorpresa cuando la chaqueta del hombre se incendió. El fuego le llenó de repente el brazo, el cuero de la prenda ardió como encendido por gasolina y Lia jamás en su vida olvidaría la expresión de terror absoluta que se le pitó en la cara a Oliver, como si estuviera viendo la muerte cara a cara. Oliver comenzó a sacudirse con fuerza y desesperación el fuego, pero la chaqueta ya se había incendiado y Lia corrió para quitársela, pero el manoteo desesperado de él se lo impedía, así que trató de aparale el fuego con las palmas de las manos dándole unas palmadas, pero la mano de Oliver se enredó con la suya y el hombre le dio un codazo en las costillas que la lanzo sobre la estufa.Oliver comenzó a entrar en desesperación, Lia notó el terror con el que el hombre intentaba apagarse el fuego y eso la asustó tambien. Sam, el abogado, entró corriendo por la puerta escuchar el griterío y logró agarrar a Oliver por la cintura para detenerlo lo suficiente como para q
Oliver observó como el tal Eliver apoyaba la mano en la espalda de Lia y la llevaba por el pasillo del aeropuerto y lo invadió una mescla de rabia y celos.Lia no parecía para nada incómoda, todo lo contrario, aceleraba el paso cuando él lo hacía y se reía de sus chistes y eso lo enfureció más. ¿Acaso el día anterior en el hotel no se habían besado? ¿No habían hablado sobre darse una oportunidad?No quiso imaginar que la pelea que tuvieron después, o más bien la discusión, hubiera cambiado las cosas.— Es una muy buena idea, Lia — le comentaba Eliver, Oliver odió que sus nombres se parecieran, se sentía incomodo y sucio — dar un descuento en los pasajes si el motivo del viaje es ir a los termales — el hombre caminaba junto a Lia y Oliver un par de pasos tras ellos — pero hay dos cosas de por medio — comentó — si eso va a ser así, necesitaré más del tres por ciento del hotel, porque me costará, y también analizar si la idea de los tales termales sí es rentable, porque honestamente yo n
Lia sintió como el calor que tenía la controló, el cuerpo de Oliver contra el suyo se sentía cálido y cuando la erección presionó contra ella Lia no lo pudo resistir. Verlo enojado y un poco celoso le se le hizo atractivo y la lengua del hombre en su cuello la llevó a un punto de no retorno.Lo tomó de la mano ante la sorpresa del pelinegro y lo metió en el cubículo y luego le agarró el bulto que sobresalía del pantalón, dijo algo, pero de inmediato lo olvidó, como si la excitación fuera una droga que la confundiera.Lo besó y con las anchas manos Oliver le acarició la espalda por debajo de la blusa y ella metió las palmas por entre la camisa del hombre.Su piel era suabe y la fina capa de vellos que cubrían los firmes pectorales le hizo cosquillas en las sensibles heridas inflamadas que tenía en las palmas y cuando le apretó los pezones el hombre dio un salto.— No puedo creer que estemos haciendo esto — dijo él, pero Lia lo calló de un beso profundo que él recibió con placer abriend
Lia estiró las mano cuando Oliver se enredó en el escala pie de la moto y se cayó, pero se levantó tan rápido como pudo con una elegancia digna solo de él y se volvió hacia la mujer que estaba frente a ellos, Portia, su excuñada.Una oleada de malos recuerdos la acometió cuando vio a la muchacha, nunca había sido amable con Lia y el tenerla ahí la llenó de pavor, ¿Acaso se había enterado de Hada? Miró a Oliver ¿Cómo el hombre la conocía?— ¿Se conocen? — Portia miró a Oliver cruzada de brazos y abriendo los ojos y Oliver carraspeó la garganta, avanzó hacia la mujer y le dio un apretón de manos.— Claro — comenzó él — ¿Recuerdas que te dije que EnerTech pagará la electricidad a cambio de publicidad? La conocí allá — luego se dirigió a ella — ¿Helene? — pero la muchacha negó. Solo alguien que hubiera convivido lo suficiente con las muchachas, como Lia, podría diferenciarlas, eran dos gotas de agua, pero Portia tenía un aura más fuerte y oscura.— Soy Portia — le dijo la muchacha y Olive
Lia ayudó a Eliver a entrar al hotel, y después de sentarlo en una mesa y comprobar que le sangraba la nariz y parte del lado interno del labio de abajo, Felipe lo revisó y comprobó que los daños no parecían graves.— Deberías de hablar con el agresivo de tu amigo — le dijo Felipe a Sam que estaba al lado observando todo mientras se bebía su limonada y se encogió de hombros.— No es mi amigo, nos conocimos hace un par de días, además, primero vi que le decías algo, ¿Qué le dijiste? — todos miraron al dueño del aeropuerto que tenía una mueca de dolor que a Lia le parecía fingida.— Yo no le dije nada, es un hombre agresivo — pero Lia se alejó.— Algo le tuviste que… déjenme solo con él — Felipe le dio los últimos toques y se alejaron dejándolos solos a los dos — ¿Qué le dijiste a Oliver? Nadie golpea así a otra persona solo porque sí.— ¿Lo estas defendiendo? — Lia se rascó la cabeza.— No, y no trates de voltear el tema que la ingenua aquí no soy yo, sé que lo provocaste, llevas hacie