La botella de whisky se había terminado, y ahora, caminaba a tomar otra de su colección de licores de lujo, aquellas imágenes aún no se desvanecían de su mente, ver a esa mujer que deseaba en compañía de su hijo, había sido de cierta manera shockeante, aunque pudo imaginar mil escenarios antes de saberlo, nunca imagino que la razón por la cual la inocente maestra de arte tenía un segundo trabajo en un bar, era por un hijo del que tenia que cuidar sola, y lo peor, es que no era solo eso, apresurando a su informante, este acababa de entregarle una carpeta con toda la información que había logrado reunir sobre ella, sobre Alice Wright.Acomodándose en su lujoso sofá de piel, Hades sostenía entre sus manos aquel informe, abriéndolo sin perder más tiempo, comenzó a leer deprisa lo que tenían para decirle, sin mirar nada mas que aquellas letras en papel, fotografías, informes de bancos, y un sinfín de información que hablaban sobre la precaria situación de Alice.Dando un gran trago de ese
La mañana había llegado después de una extraña noche, Alice se sentía muy reconfortada entre los poderosos brazos de Hades donde se había quedado dormida, despertando por inercia como cada mañana hacia, recordó los eventos que habían tenido lugar la noche anterior cuando el apuesto ojos de zafiro se había colado por su ventana, incorporándose un poco, se percato de que ambos se habían quedado dormidos sobre el suelo, agradecía infinitamente que Rebecca no entrara a la habitación sin avisarle primero, no tendría idea de como explicarle a ella y a su marido lo que hacia Hades Dogaru allí, sinceramente ni siquiera ella entendía el porqué, pero, por supuesto, se podría dar a todas las malas interpretaciones del mundo aun cuando no hicieron nada indecente, además, Becca no le iba a creer eso, mirando el hermoso rostro varonil de Hades, Alice se sentía bajo un hechizo al mirarle dormir tan apaciblemente, como si fuese un niño, repasando con sus yemas aquellos hermosos rasgos, Hades abría lo
El sol en lo alto alcanzaba los enormes ventanales en su lujoso departamento, la mañana recién comenzaba y el, Hades apenas si había dormido la noche anterior, tener a Alice Wright entre sus brazos sin nada más que sentirla durmiendo, había sido una nueva experiencia, no se habían desnudando, no habían tenido una noche de sexo, sin embargo, se sentía extrañamente complacido.Colocando aquella bonita pintura en su habitación, Hades observaba su propio rostro detallado por las talentosas manos de Alice, no era una simple pintura, era en realidad, una obra de arte que expresaba mucho de la confusión que su persona provocaba en la hermosa mujer, trazos fuertes, definidos, como si de alguna manera ella supiese como era el en realidad, su mirada lucia salvaje, apasionada, y no pudo evitar preguntarse si así la miraba a ella, y por eso, la profesora de arte, había plasmado aquello con la precisión única de un artista.Dejándose caer sobre la cama, sentía aun la adrenalina en su cuerpo impidi
La luz del sol se colaba por aquellas elegantes cortinas en sus enormes aposentos, había amanecido, era lunes, y todo empresario sabía que no había tiempo para tomar un descanso, levantándose de su lujosa cama, Zeus miraba el reloj, eran apenas las 7 am, hora adecuada para comenzar su día, bajando al gimnasio privado en su mansión, el apuesto filántropo comenzaba su pesada rutina de ejercicios para tonificar su cuerpo, mirándose en el espero del lugar, lucia muy diferente de sus trajes costosos de siempre, aquella ropa deportiva dejaba ver mucho de su musculatura, sus brazos eran fuertes, su torso era poderoso, algo que Alice Wright jamás había visto de él, la hermosa castaña no había vuelto a llamarlo desde aquel acalorado momento en que se excusó para marcharse, así era ella, tímida, siempre tímida, una mujer hermosa y recatada, inocente como ninguna, la deseaba para si mismo desde hacia mucho tiempo ya, sin embargo, Alice no era el tipo de mujer que dejaría a su esposo, sin importa
La tarde caía finalmente, las nubes en el cielo se habían coloreado de tonalidades rojizas haciendo que el paisaje luciera hermoso, era el momento de volver al bar de millonarios, quizás, allí estaría Hades, Alice sentía su corazón latir con fuerza conforme el auto se acercaba mas y mas al lugar, aun sentía las seductoras caricias de Hades Dogaru sobre ella tocando su parte mas intima con delicadeza, con deseo…aquellas sensaciones habían sido algo totalmente nuevo, aun cuando no era una principiante y ya tenía un hijo, nunca antes había sentido nada como eso, Henry y ella únicamente hacían lo que hacían sin mayor emoción, sin pasión, como si no hubiese química entre ellos, en su matrimonio, había llegado a un punto en que aquel deber marital se había vuelto tedioso, insoportable, incluso, rogaba a veces porque aquella faena solo durase unos cuantos minutos para poder dormir sin tener que despertar con reclamos al día siguiente, Henry nunca se empeñaba en hacerla disfrutar a ella, únic
Todos en el bar guardaron silencio, todos conocían bien a aquel hombre que recién regresaba de Alemania, el terrible líder de la mafia rival que dirigía Hades Dogaru, Fabrizio era un hombre terrible y un completo malnacido, uno que tenia mucha sangre en sus manos y con el que nadie se atrevía a meterse, nadie excepto Hades.Levantándose del suelo con dolor, Alice miro directamente a los ojos de aquel nefasto sujeto que la miraba con burla.– No iré contigo, no me importan tus amenazas, no tengo idea de quien seas, pero llamare a la policía ahora mismo – dijo la hermosa castaña sacando su móvil.El celular de la chica salió por los aires cuando Fabrizio la tomo con furia por los cabellos, Alice no bajo su mirada ni demostró temor alguno, no se permitió llorar a pesar de sentirse completamente aterrada, no le daría el placer a aquel asqueroso hombre, sus pensamientos únicamente estaban con Dante, su corazón se sentía dolorido al pensar en su hijo, pero si iba a morir, prefería hacerlo c
El viento fresco la golpeaba directamente en la cara con suavidad, Rebecca le había dado permiso para escaparse del bar por esa noche después de tan desafortunado incidente con aquel cliente asqueroso, Hades la había defendido de aquel sujeto que amenazo su integridad, dejándola con demasiado en mente, aquel apuesto hombre de tatuajes, estuvo dispuesto a exponer su propia vida por ella…así como dar fin a la de quien la amenazo.El delicioso viento de la noche era francamente algo que estaba necesitando en esos momentos, Hades la miraba fijamente, esperando una respuesta a lo que acababa de proponerle…la había invitado a conocer su departamento, mostrarle donde exactamente había colocado su pintura, y…aunque no lo dijera, había algo mas allí.– Avisare a Becca que me iré contigo, espérame aquí, vuelvo en un momento – dijo ella caminando hacia las oficinas del bar.No renunciaría a su empleo como Hades deseaba que hiciera, un hombre con demasiada boca y tan pequeño valor como el que la
Alice comenzó a repasar los hermosos tatuajes de Hades con los dedos, aquellos que no había visto antes, eran hermosos, Hades Dogaru era una obra de arte en si misma, hermoso, perfecto…y demasiado sexy.Mirándose a los ojos, zafiro y agua marina se encontraron, poniéndose de puntitas, Alice beso los labios de Hades Dogaru, para luego volver a mirar directamente a sus ojos de nuevo.– Te deseo Hades, te deseo como nunca antes había deseado a nadie – respondió Alice con sinceridad.Aquellas palabras habían sido suficiente, Hades se sentía feliz, completamente apasionado, estaban solos, en su departamento, al fin podría decírselo, exactamente todo lo que ella lo hacia sentir, su chica estaba en casa, y no quería dejarla marcharse nunca.Besando con pasión los pequeños labios de Alice, Hades la recostaba sobre su cama, besos apasionados, donde ambos dejaban toda inhibición de lado, donde querían sentir a plenitud al otro, comenzaban a elevarlos a los dos, caricias en un inicio tiernas, se