Los dos Reinos: el regreso de la bestia
Los dos Reinos: el regreso de la bestia
Por: Yisus
1. Los dos hermanos

Doménico, caía con fuerza en el agua, muy lejos de Fabrizzia; su cuerpo

se sumergía en la profundidad del mar. Todo se caía en pedazos, ya no

había luz; solo oscuridad y tinieblas. No podía respirar, el agua se

adentraba en su cuerpo como la oscuridad aquel día; no había cómo

respirar. Al parecer, ya no había vuelta atrás. Ya no tenía fuerzas, no tenía más opción

que resignarse y perder la batalla; todo era sombras y sequedad, no había luz ni

bondad… Estaba lejos de todo lo que amaba; lo había perdido todo. ¿Cómo recuperar

tanto? ¿Cómo regresar y ganar la batalla? ¿Qué hacer?...

***

Muchos años atrás…

Los dos hermanos, se sentaron en el suelo para que su padre, sentado en el sillón,

les leyera la historia. El hombre tomó el libro, lo abrió con parsimonia y leyó:

“Cuenta la leyenda que, existió un ángel de luz que fue enviado del cielo para salvar

a un pueblo de un terrible monstruo que se quería llevar a todos sus habitantes. Ese

monstruo era un ángel oscuro y malvado, y había nacido de las mismas manos que

había creado al ángel de luz, a quien le llamaban: ‘El Elegido’; y era un hermoso

guerrero con alas y con poderes para acabar con la maldad del monstruo que, con

apariencia de humano, tomaba fuerzas para resucitar a ‘La Gran Bestia’. El propósito

del ángel oscuro, era buscar aliados llamados: ‘Espectros’, a los que les infectaba el

alma; y luego tomar fuerzas para crear su reinado de tinieblas y oscuridad. El Elegido,

se encargaba de custodiar las almas para no ser infectadas y que pudiera reinar el

bien; su misión comenzaba con el proceso doloroso de cambio de alas: que significaba

pasar por una prueba dolorosa; y luego renacer con alas nuevas y con gran poder. La

Gran Bestia, era derrotada con la poderosa espada escondida que el ángel de luz le

tocaba encontrar; y regresaba, cada vez que alguien reunía los elementos necesarios

para su resurrección…”

¿Y cuáles eran esos elementos? Preguntaban los niños sorprendidos y

entusiasmados por la historia. Su padre siempre les contaba aquella historia, para que

pudieran sentir algo de miedo; y obtener de ellos un buen comportamiento. Siempre

les recordaba que “Si se portaban mal, vendría una temible bestia a comérselos”.

El hombre que les contaba la historia les responde:

Pues se dice que eran tres; pero no sabría decirles cuáles son…

¿Por qué? Insisten los niños cabizbajos

Pues, porque… la hoja que le falta al libro, fue arrancada tiempo atrás y no se sabe

nada al respecto… Explica el hombre. El libro del que hablaba era marrón oscuro con

las letras doradas, tenía el signo de una cruz de dos espadas: negra y blanca; y en la

punta: dos alas. Según su padre, aquella historia ya había transcurrido tiempo atrás.

Los niños se desanimaron un poco.

¿Y crees que eso sea cierto, Padre? Pregunta de pronto uno

No sé ¿Qué dices tú? Contesta

Yo… creo que no Reflexiona el niño con detenimiento

Pues entonces, será lo que tú pienses Añade el hombre sonriente

Los niños rieron también. Enseguida se levantaron y decidieron ir a jugar; de pronto

uno se detiene lentamente y pregunta reflexivo:

Padre… ¿Por qué crees que el ángel oscuro se volvió malo después de haber sido

bueno?

El hombre lo miró unos segundos y respondió:

Porque desobedeció a su padre, experimentó la maldad y se separó de la luz

creando la oscuridad. Así nació la muerte de la vida

Entonces… todo lo malo es ausencia de lo bueno Analizó el niño

¡Exactamente! Exclamó el hombre con orgullo Ahora, ve a jugar; anda

Y el niño se retiró dejando al hombre solo en la habitación llena de libros por

doquier.

¡Ven, vayamos al bosque! Invitó el otro hermano esperándolo afuera de la

habitación

No, ya sabes que a nuestro padre le molesta que vayamos a jugar allá Responde el

niño con responsabilidad

No importa lo que diga nuestro padre, él siempre tiene asuntos pendientes con el

castillo. Vamos, anda insistía el niño

El prudente hermano, también insistía en seguir las normas que su padre les decía;

pero el hermano desobediente, no resistió y se encaminó hacia el bosque sin importar

nada.

Por favor, regresa; padre se pondrá muy furioso

No importa, vamos Insistía el hermano desobediente

¿Por qué tanta obsesión en ir al bosque, no ves que es peligroso? Preguntaba el

hermano prudente

No sé, siempre me ha llamado la atención; es como si algo me llamara…

Contestaba corriendo hacia al bosque

El hermano prudente paró.

Te lo advertí, cuando regreses y padre te castigue, no me culpes

Pero el hermano desobediente, insistió en avanzar; y sin prestarle atención a las

sugerencias de su hermano, se adentró a lo profundo del bosque. Las horas y los días

pasaron; pero a aquél desobediente hermano, jamás pudieron hallarlo.

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