Emily Jeane.Y ahora que le digo, papá entra a la habitación y empieza a mirar cómo si presintiera que alguien estuviera aquí, muerdo mis labios de los nervios.Miro a mi cama pero no hay nadie. —¡Papá! —Mi corazón palpita desenfrenado.—Descansa mi amor hablamos mañana—. Asiento.Se acerca a mi y deposita un beso en mi frente, papá sale de mi habitación y yo me quedo parada, siento que me he quedado pegada al piso, si doy un paso me caeré.—Mi amor ven a descansar—. Esa voz hace que mi piel se erice. —Emily amor—. Se para a mi lado y me observa. —Tu ritmo cardíaco esta muy elevado—. Toma mi mentón. —Estas pálida amor—.—Yo-yo...Cierro mis ojos respiro pausada, soy suspendida del piso y luego depositada en mi cama.—Descuida amor no iba dejarme ver por tu padre, respira profundo—.—Por poco me da un soponcio, creo que papá presintió algo—.—No amor, tal vez fue por verte de esa manera—. Lo abrazo.—Te quedarás a dormir conmigo—.—Si tu quieres si amor—. Le doy un beso y me acurrucó e
—Si así lo quieres asesinar, no quiero saber cómo sería si lo quisieras ver—.—Es que no pude, lo extrañe mucho y me gano la emoción—.—Okey, hola Gabriel—.—Hola Emily, ¿como estas?—Bien gracias, la cuidas mucho, nos vemos—.—Cuídate mucho—. Asiento.Voy a una esquina, aun no se a donde iremos Daimon y yo, pero no me importa si es con él no importa el lugar.Me siento a esperarlo se que aparecerá en algún momento...Narra Daimon.No se como fue que no me di cuenta, no sentí la presencia del padre de Emily, estuve que camuflarme en la oscuridad de la habitación.Era como si él sintiera mi presencia, creo que él es de esas personas con dones especiales que pueden sentir el mal ya que eso es lo que hay en mi.En fin en cuanto salió aparecí detrás de ella, se veía tan asustada la pobre que la estuve que llevar a la cama, al día siguiente fue lo mismo, pero esta vez sí sentí la presencia de mi suegro, aunque él no lo sepa aún.No me gustó que dijera que era una rata, pero comprendo a la
Narra Daimon.—A quien no le gustaría si estamos en París, amor es ¡París! —Exclama.—Te gustaría salir y ver todo desde fuera la vista es mucho más hermosa—. Extiendo mi mano, ella la toma y la presiona.—No puedo creer que este frente a la torre Eiffel, amor—. Sus facciones son de asombro.—Y pienso llevarte hasta el Taj Mahal si quieres—. Rodeo su cintura y hundo mi rostro en su cuello.—¿De verdad?—Si quieres podemos ir ya, podemos recorrer el mundo entero si quieres, solo dime dónde y te llevo en un abrir y cerrar de ojos—.—Primero disfrutemos de la ciudad del amor, y otro día vamos a todos esos lugares que me gustaría recorrer—.—Como tú quieras mi amor—. Salimos del edificio y vamos a la torre Eiffel.Subimos al último piso y nos sentamos a disfrutar de la vista...No me importaba ver esta torre en sí, solo quería disfrutar y estar con ella, era increíble cómo sus expresiones cambiaban de momento lo sorprendida que se veía por todo.Al caer la noche en París todo se veía mejo
Fuimos al hotel mientras su hermana se fue con el humano, el único que me caí bien además de la hermana de mi mujer.—Emily amor no crees que ya es hora de hablar con tus padres de lo nuestro—. Me mira con esos ojitos de súplica. —No podemos escondernos por mucho tiempo, ya dentro de poco cumples veinte, ya eres una mujer no sé por qué debemos escondernos si tus padres te echan te vienes a vivir conmigo, a mí no me importaría cumplir tus caprichos y todos tus deseos—.—Te prometo que empezaré a preparar a mis padres, dame un mes para ello si—. Besa mis labios.—Está bien mi amor un mes, ya no soporto este encierro, deseo salir contigo sin escondernos—.—Lo sé yo también estoy igual no me gusta estar aquí encerrada excepto sí..Me mira coqueta, su lujuria se intensifica, sube ahorcajadas sobre mí.—Emily amor no tientes al demonio—.—Porque no me llevas a tu infierno mi hermoso demonio—. No la hice esperar y la besé, reclamé su cuerpo como mío.Ya en la tarde comimos algo leve, la llev
Narra Emily Jane.—Sube al auto de inmediato—. Asentí con el rostro inclinado.—Si padre—. Dije con el corazón galopando desenfrenado del miedo que tenía.—No lo quiero cerca de mi hija me entendió—.—No digas nada Daimon—. Le suplique internamente.—De acuerdo amor te prometo ir contigo en la noche—. Me contesto de vuelta.Mi cuerpo temblaba del miedo nunca había visto a mi padre decepcionado de mi o de Esther, pero eso era lo que refleja su rostro en este momento.Se quedó fuera del auto supongo que esperando que Esther llegará, si Esther llegaba con Gabriel estábamos en serios problemas. El auto de Esther estaciono y antes que ella saliera papá le hizo un gesto para que continuara conduciendo.Gire hacia donde estaba Daimon, él aún seguía en el mismo lugar dónde estábamos, tenía las manos metidas en los bolsillos del pantalón, nuestras miradas se cruzaron me dio esa hermosa sonrisa coqueta que lo caracteriza.Papá subió al auto y lo puso en marcha, estaba avergonzada por hacer las
—Tu padre solo quiere el bien para ustedes niñas, ya no le den más dolores de cabeza—.—Es que no es justo mamá, yo amo a Daimon y quiero estar con él—.—Si él te ama en verdad te esperará como lo hizo tu padre conmigo—.—¿A que edad se mudaron juntos? —Pregunta Esther.—A los veintitrés solo me faltaba dos meses para terminar mi carrera, pero los tiempos no son iguales Esther y Emily, antes una promesa de amor duraba, pero ahora no cariño debes entenderlo—.—Lo entiendo mamá y se que Daimon me ama como yo a él—. Me levantó y recojo todo.—Yo tengo que ir a preparar—.—Tienes que ir—.—Si será un vuelo privado ya sabes cómo son los riquillos—. Sonrió.Lavo todo lo ensuciado y voy a mi habitación.Miro al techo como esperando que alguien me ilumine. —Le encontraremos una solución Em, pero por ahora esta belleza se tiene que ir, nos vemos el lunes—.—Vay cuídate, y no te enamores del piloto si esta guapo—.—Este bombón ya tiene alguien quien le nueva el piso, no caeré tan fácilmente—. S
Narra Emily. —Buenas tarde señores Govea es un gusto conocerlos, soy Daimon, novio de Emily—. El corazón se me quiere salir del pecho. —Te me largas de aquí inmediatamente no eres bienvenido en mi hogar—. Sentí el deseo de decir algo, pero las palabras quedaron atoradas en mi garganta. —No me voy a ir hasta que me escuché señor Govea—. Le habla con una gran determinación y con tono neutral, mi corazón late desbocado de solo ver cómo se miran fijamente. —Se que hicimos todo mal y no hay justificación para ello, pero quisiera que me dé la oportunidad de poder estar con ella—. Papá parece un toro furioso. —Se que ustedes no dejan tener novio a sus hijas, pero amo a Emily y por ello decidí venir hablar con ustedes—. —¿Hablar que o sobre que? —Sobre Emily y mi persona, quiero tener una relación seria con ella y si es posible llegar al matrimonio, pero quiero su consentimiento y el de su esposa—. —Es una niña que no ve, además está estudiando y con un novio o lo que usted piense ella n
Daimon.Estar sin Emily me está pasando factura, ahora sé lo que se siente sufrir por amor, y ella también la está pasando mal lo sé, la he visto por medio de Ganzúa triste.Ya es una semana que tenemos de no vernos y aunque he deseado aparecerme en su habitación no lo he hecho respetando su decisión.—Se ve muy mal su majestad—.—No molestes Astaroth—.—¿Es por esa humana verdad?, que fue lo que le hicieron su majestad, es un demonio no debería verse afligido por una humana ni por nadie—.—No lo entenderías Astaroth es complicado—.—Complicado es no poder regresar a lo alto—.—Esto también lo es, esa humana como le llamas fue destinada a mí por un pacto, pero no supe a qué magnitud llegaría este pacto y ahora estoy enamorado de ella—. Astaroth me mira.—¿Los demonios también nos enamoramos?—Creo que si Astaroth, los demonios también se enamoran—. Digo con una sonrisa, esa mujercita está metida hasta en mis poros. —Iré por ella ya me cansé de todo esto—.—Espero no pasar por lo mismo