A los pocos minutos llegaron Paul y Melissa, comenzamos a trabajar en el proyecto, estábamos en la recta final y el esfuerzo que teníamos que hacer para salir bien con esa docente, era grande.El resto de la tarde, traté de reivindicarme con Anabel. Aunque todo había pasado y había sido disculpado, no podía evitar querer compensarla por el mal rato. Durante toda la jornada estuve muy atento a sus necesidades, cuando pedía ayuda en algo, yo prácticamente saltaba para apoyarla. Cada vez le ofrecía alguna chuchería o jugo, lo que sea. Todos observaban la situación tratando de disimular, aunque les resultaba difícil evitar ver mi comportamiento.Parecía un súbdito ante su reina.— Sabía que Anabel te pondría de cabeza. — Paul interrumpió mis pensamientos, yo estaba muy concentrado, pensando en que otra forma podría ayudar a Anabel. “Sería buena idea llevarla a su casa”.— ¿Qué dices?. — Rezongue algo confundido.— ¡Anabel!. Mira como andas, tienes una cara de tonto riéndote por todo lo qu
Finalmente, había terminado mi segundo semestre, con excelentes calificaciones en todas mis materias. No crean que para mí, todo era diversión, chicas y fiestas; tenía un estilo de vida que mantener y para que mis padres me siguieran patrocinando, debía mantener un promedio bastante alto.Tampoco era tan difícil, de hecho, soy muy bueno para el análisis, lo que me permite comprender y memorizar diferentes temas en poco tiempo. No tenía la necesidad de pasar todo el semestre metido en los libros, puesto que, con sesiones cortas de estudio en el transcurso de la semana, me bastaba.Bueno, como les decía, terminó el semestre y era hora de celebrarlo. Por lo menos, para quienes salimos bien, así era.Los de nuestro grupo, del segundo semestre, planeó algo muy básico, ir a la disco. Pero esta vez, la intensión era rumbear hasta que el cuerpo no aguante más.Obviamente, Anabel estaba invitada, aunque ella en un principio desistió porque tenía planes con un grupo de compañeros del primer sem
Ya muy entrada la madrugada, Melissa invito a Anabel hacia el tocador, ambas se fueron prácticamente trastabillando, eso me preocupo un poco. Sin embargo, Paul me insistió en que las esperáramos en la mesa, sé que lo hizo para no incomodar al novio de Anabel. Y, por lo tanto, no incomodarla a ella.No obstante, ese momento me sirvió de mucho. Pude constatar el tipo de hombre que era el noviecito de Anabel. Pues apenas las chicas se perdieron de vista, él comenzó a hacerle gestos sugerentes a una sexi mujer, mientras que esta, no dejaba de observarlo y sonreírle. Claro, obviamente el idiota lo hizo disimuladamente. Aunque, evidentemente, Paul y yo, nos dimos cuenta de todo. Somos cazadores, estamos acostumbrados a notar ese tipo de cosas y con todos los detalles.Yo estaba bastante enojado. Traté de levantarme de mi lugar para reclamarle, pero Paul me detuvo en el acto, no le lo permitió.— ¿Qué te pasa?. — Refunfuñe en voz baja.— ¿Qué te pasa a ti? ¿Qué piensas hacer?. — Respondió
El tipo viene con la peor actitud, sin siquiera mediar palabra, toma a Anabel por un brazo con fuerza y la arrastra hacia la salida del club, mientras que ella no para de preguntarle “¿Qué es lo que pasa?”. Parecía asustada.Por un momento, yo me quedé en blanco, es decir, me sorprendió la reacción del sujeto, no el hecho de que se moleste, porque era obvio que se iba a molestar, sino la forma en como la tomo contra Anabel, como la agarro por un brazo, como si se tratara de una muñeca de trapo. Segundos después, reaccioné, si es que se puede llamar así. La rabia me encegueció, la mente se me puso en blanco, solo había un objetivo, buscarlo y golpearlo, así que salí tras ellos.Al salir del local y observar alrededor, veo a unos cuantos metros de distancia a una pareja que discute, me acerqué como un toro, dispuesto a darle una paliza al idiota de Christopher, no me importaba nada más, ese era mi objetivo, golpear al sujeto y traer de vuelta a Anabel, sana y salva.Estaba oscuro, er
Durante mi tercer semestre y el segundo de Anabel, pasamos mucho tiempo juntos. A pesar de que, de las dos materias que ella adelantó del tercer semestre, ninguna tocó conmigo. Fue triste, una decepción, pero no nos afectó.Cada vez que teníamos un receso o un tiempo libre, yo la buscaba a ella o ella me buscaba a mí. Realmente nos acercamos mucho, como amigos. No sé muy bien como pasó, pero surgió una grandiosa amistad. ¡Ojo! Por el momento, no pasó a más de allí.En una ocasión, a mitad del semestre, me extrañó que no estuviera en el pasillo donde siempre nos vemos. Me acerqué hasta su casillero y la vi de lejos, hablando con dos chicas, parecía algo molesta.Ella sintió mi mirada o eso creo, porque volteó desde lejos y me miró directo a los ojos, echándome una mirada asesina.Mucho rato después, las chicas se fueron y Anabel camino directo hacia mí.— ¿Sabes qué?, Leo. — Pregunto al tiempo que empezó a caminar lentamente y yo la seguí sin rechistar.— ¿Qué?. — Me agradas. — Yo me
Como les conté antes, pasaba mucho tiempo junto a Anabel.Dentro de su cronograma de clases, un día por semana, había dos horas completas, qué Anabel tenía libre y yo solamente libraba diez minutos. Creo que ese era el único momento en el día, en qué yo no sabía que hacía ella y eso me causaba mucha curiosidad.Una ocasión, en la que casi terminaba el semestre, precisamente en esa hora, mi profesor no asistió. Así que, por primera vez, yo también estaba libre en esas horas.Decidí buscarla para ver qué hacía.Pero todo esfuerzo fue infructuoso. Porque por más que recorrí toda la Universidad, no la encontré y nadie supo decirme, dónde podía encontrarla. Lo único que si me aseguraban sus compañeros, era que no se había retirado del campus porque luego tendrían otra clase.Yo seguí indagando. No era que necesitara saber que hacía a cada hora. Nuevamente, no me consideren un acosador. De verdad, nada más sentía mucha curiosidad. ¿Dónde pudo haberse escondido?. No la encontré.La siguiente
Si, fui un idiota. ¿Cómo es que había pasado casi un año de conocerla y no me había dado cuenta de que me había enamorado de ella?. ¡Por Dios! Si hasta Paul se había dado cuenta.O quizás no fue que no lo había notado. Quizás simplemente no lo aceptaba. Porque lo que si tuve claro desde un principio, era que la chica me gustaba, muchísimo. Tanto que ella, hasta me había cambiado, sin siquiera darse cuenta y sin que yo mismo me diera cuenta. Con ella, sentía que podía ser mejor. Sin importar si era nada más mi amiga. Llegaron las navidades, así que nos dieron unas merecidas vacaciones de invierno. Invite a unos amigos para pasar una semana en la casa de campo de mis padres. Le comenté a Anabel, ella de inmediato se negó, está vez, no insistí. Fue una decepción, pero ya me lo imaginaba. Igualmente la pasamos bien. Aunque no dejé de pensar en que con ella allí, hubiese sido perfecto. La extrañe, muchísimo, pero igual me divertí. Lo mejor, era que, está vez, mantuvimos mucho más con
Una mañana, por primera vez, Anabel llegó algo tarde. Este era un hecho increíble, ella nunca llegaba tarde y nunca faltaba. Anabel era muy estricta en este tema, por el asunto de la beca. No porque lo tuviera prohibido o porque se la vayan a quitar por llegar tarde un día, simplemente ella quería evitar cualquier amonestación, que en un futuro pudiera poner en riesgo su beca o su expediente.Bien, Anabel llegó algo tarde. Y no solo eso, se veía mal. Estaba algo pálida, con un aspecto un poco desaliñado, muy callada y apática. Parecía enferma, pero a todo el que le preguntaba, le respondía que estaba bien.A media mañana, entramos a clases, por suerte era una de las materias que compartíamos. Anabel estaba sentada a mi lado, en la fila del frente. ¡Si! En las clases que tomaba con ella, me sentaba al frente, junto a ella.Anabel no dejaba de removerse en su asiento. Parecía inquieta, agachaba la cabeza a cada tanto, observaba el reloj y suspiraba. Ella no le prestaba atención a la cla