Cuando entro, el sonido de la campanilla hace que llame la atención de los comensales y de los meseros, uno de ellos, un chico pelirrojo con ojos azules, y sonrisa de guasón, se me acerca con una carta de menú en la mano. —Buenos días, señorita, ¿gusta una mesa o la barra? —me dice con amabilidad. Niego con la cabeza mostrando la carpeta que traigo. —Ah, vienes por lo del empleo —me guiña un ojo—. Espera aquí, enseguida le llamo al gerente. —Muchas gracias. El chico desaparece y las meseras comienzan a cuchichearse, sus miradas son curiosas, una de ellas me sonríe, mientras que las otras tres solo me miran de pies a cabeza, como si quisieran leer mi mente. Me dirijo a la barra y luego de cinco minutos, el mismo chico vuelve, esta vez con el ceño fruncido. —El gerente te recibirá ahora —espeta—. Sigue el pasillo, la puerta del final a la derecha. —Te lo agradezco mucho. Paso a su lado y tira de mi brazo. —Pareces buena persona, así que te daré un consejo, no tengo idea de qué
Cuelga, no dice nada más y mi hermano mayor me mira con ojos amenazantes. —Mi padre no sabe nada de Emma y mi hijo, espero que sepas cerrar la boca con eso. —¿Y si no lo hago, qué? —levanto el mentón con la poca dignidad que me han dejado. —Entonces no recibirás el dinero que tengo planeado darte cada mes, sabes que ahora te has convertido en una pobre mujer sin nada, si me tocas los cojones, juro que te quito el apoyo, ¿crees que Julian te dará el apoyo? Luego de tus malditas mentiras, no, así que desde donde yo lo veo, no te queda de otra. Cierro los puños con fuerza, pero en eso tiene razón. —Eres un maldito, hermanito, puedes engañar a todos, menos a mí. En menos de un segundo rodea mi cuello con una mano, su mirada se oscurece y parece ser otro hombre y no al que mantenía encerrado. —No me provoques, Marian, que lo que hago es solo en nombre de tu hija, ella no tiene la culpa de tener una madre tan perra como lo eres tú —espeta con brusquedad. Me suelta y tomo una larga
Trago grueso.—Mi hermano Julian ya debe estar follando a Viktoria todo este tiempo —confiesa con lentitud.Tiene razón, no obstante, me incomoda que diga eso solo para hacerme sentir mal. Imaginar a Julian follando a esa arpía, hace que algo en mi pecho se vuelva a fracturar, él eligió ese camino cuando pudo estar conmigo y luchar contra todos. Me sabe amarga la desazón.—Solo esto —insiste.No sé que decir, y por ello, dejo que meta su mano hasta mo coño y que introduzca dos dedos, gimo ante la intrusión y me sostengo de sus hombros, detiene el elevador con la mano libre y comienza a penetrarme con los dedos.—Eres hermosa, Emma —me susurra al oído—. La mujer más hermosa que haya visto en la vida.No quiero ser una perra, pero no me siento excitada, por ello, me aferro a sus hombros, aumenta un dedo más, ahora con tres, entra y sale al tiempo en que me aferro al recuerdo que tengo de Julian, sus caricias, él cómo me follaba y comienzo a excitarme.—Eso es —Andrew comienza a besar mi
EMMA Andrew se la pasa jugando con Michael, ambos se llevan bien y eso me quita un peso de encima, también me remuerde la conciencia, ya que de no haber estado vivo, siento que a Michael le hubiera faltado esa figura paterna que ahora disfruta, puede que Julian fuese diferente pero… pensar en él no me ayuda mucho. Respiro hondo, ahora que he aceptado estar trabajando para él en la empresa, y que se ha negado en que le quiera devolver el dinero que le pertenece, siento que por más intentos que haga, mi corazón me empuja hacia el lado de su hermano, es como si lo que hubiera vivido con Andrew, fuese una ilusión. Respiro hondo, dejo de lado la revista que me ha obligado a ver para que escoja un vestido, ya que sigue empecinado en que vaya al cumpleaños de su tía. Asegurándome que Julian no estará. Tampoco su padre o su hermana. &mdas
EMMA No me siento cómoda estando en medio de mentiras, Andrew estaba haciendo puntos, mismos que ha perdido con esto, me parece que es demasiado bajo que intente traerme a base de engaños, no se lo perdono, y es por eso que no he probado alimento, la mirada del padre de mi hijo se ancla sobre mí, lástima que mis pensamientos estén en otro lugar. Estoy embarazada, no pretendo arruinar algo que Julian quiso y que decidió solo, ya es mayorcito como para saber lo que hace y lo que quiere, pero sí creo justo que sepa la verdad, no pienso vivir con culpas, mucho menos con la angustia. —¿Me estás escuchando? La voz de Andrew me regresa a la realidad, coloca su mano encima de la mía, y al sentir el tacto me aparto de él, acomodándome sobre mi asiento. —Lo siento, no, estaba… —¿Pensando en mi hermano? —enarca ambas cejas con incredulidad. Dejo el tenedor sobre el plato, no entiendo cuál es la manía que tiene de que pruebe alimento antes de la fiesta de compromiso de Julian, así como tam
EMMA Las palabras se quedan atoradas en mi garganta, es imposible que algo pueda hacerme mover, los ojos de Julian permanecen fijos en mí, es como si su magnetismo animal me envolviera dentro de una vorágine. Bebe su trago y sin quitarme la mirada de encima, chasquea los dedos. Uno de los tipos que me trajo, empuja a una de las chicas y esta sin titubear, se va quitando el vestido hasta quedarse desnuda, lo que me hace romper todo contacto visual sobre él. —Mi señor —ronronea la zorra y siento celos de ello—. Quisiera que después de la fiesta me tomara como una ofrenda. —Hazlo —demanda. La chica, sonriendo, se acuesta en el suelo y comienza a meterse los dedos en el coño, volteo a verlo con desaprobación, pero él no la mira a ella, sino, a mí. —Tengo que hablar contigo, es importante —espeto con firmeza. Julian se queda callado, su enfoque soy solo yo, la chica jadea pero sus ojos recorren mi cuerpo. —Siguiente —ordena. La chica de al lado hace lo mismo, el tiempo pasa y term
EMMA —¿Puedo saber qué has hablado con Julian? No he dicho ni una sola palabra desde que Andrew y yo nos subimos al auto que va directo a la casa de Julian, donde nos estábamos quedando, tengo que hacer las maletas para irnos lo más pronto posible. —¿Cómo? Volteo a verlo. —La gente habla —encoge los hombros dándole poca importancia a lo sucedido. No quiero hablar de nada, pero sé que tarde o temprano se va a enterar de que estoy embarazada, no es algo que se pueda ocultar. —Andrew —suelto un suspiro lleno de cansancio—. Hay algo que tienes que saber. Sus ojos me detallan el rostro, de prono el silencio que nos rodea me parece sofocante. —Estoy… El auto frena de golpe y si no me sostengo me voy hacia el frente golpeando a Andrew. —¿Qué pasa? —le pregunta al conductor. —Lo siento señor, estamos rodeados —le dice el hombre que va al volante. Andrew frunce el ceño, abre la boca para decir algo pero justo en ese momento abre la puerta y dos hombres armados me sacan a la fuerza
JULIAN La cabeza está a punto de estallarme, se suponía que las cosas serían fáciles, es decir, sería el Capo, estaría alejado de la perra de mi hermana, manejaría a Sicilia, tranquilo desde mi asiento, pero Emma tenía que aparecer con la noticia de que está embarazada, un hijo, estoy teniendo un hijo con ella. Quisiera estar con ella en estos momentos, pero tengo que pensar en una manera para mantenerla a salvo, no soy ciego, en cuanto mi padre la vio, la marcó, resulta ser una amenaza para él y para lo que el considera el trono de Italia, ahora, si se entera que está embarazada de mí, como Capo, la mandará matar. Ya suficiente tiene con saber que tiene un hijo con Andrew, eso no le importa porque mi hermano no está en mi situación. —Señor —me dice el conductor—. Hemos llegado. De cualquier manera, lo importante es sacarla de Italia lo más pronto posible. Bajo del auto, el solo ver la enorme construcción colonial que se me presenta, hace que la quiera incendiar. No tengo ánimos