EMMATodo lo malo que me ha perseguido, se remueve cuando abrazo a mi hijo, mi bebé, él hace una ligera mueca de dolor cuando lo abrazo con fuerza, entonces me doy cuenta de que es porque León debió haberle quitado el chip con el que Andrew lo rastrea. —Creí que estabas muerta —susurra.Por un segundo pienso que me va a odiar, pero al ver como su barbilla tiembla y sus labios fruncen, sé que no es así, a más del brillo que se ancla en sus ojos. —No cariño, mamá, tuvo que estar lejos un tiempo, pero ahora estoy de vuelta y todo estará bien —le aseguro. Veo la duda y la contrariedad en sus ojos. —¿Lo prometes? ¿No volverás a dejarme solo? No me gusta estar con papá —cierra sus manos en dos perfectos puños. Aunque quisiera decirle que no volverá a verlo jamás, me trago las palabras, porque las suyas me ponen en alerta. —¿Te hace mal, tu papá? —inquiero con cautela. Él duda por un momento en hablar, sin embargo, le sonrío a modo tranquilizador, lo que le da el valor al devolverme
JULIANTermino de ducharme, cierro los ojos con fuerza, hace unos minutos que no me abandona este mal presentimiento, uno que se hace cada vez más fuerte, quisiera tratar de hacer entender a Emma que lo que hice fue porque pensé que era por su bien, por el nuestro, no pensaba matar a nuestro hijo, sino, escapar para mantenerlo a salvo de la orden. Las cosas no salieron como las planeaba y aquí están las consecuencias. Pero no me siento mal por eso, no cuando todo lo he hecho por amor. Salgo del cuarto de baño, necesito planear una estrategia para volver a recuperarla, cuando mi móvil suena, sonrío al ver qué se trata de mi sobrina, Luciana, la hija de Marian, la que hice que todo el mundo creyera muerta porque no quería que por los errores de su madre, y de que casi la mata, fueran por ella, la escondí en una isla segura, donde hay gente que la cuida, le ayuda a recobrar su seguridad y la adora. —Tío —habla alegre. —¿Cómo te encuentras? —pongo el altavoz mientras me visto. —Bien,
EMMAMinutos Antes… Tomo una larga bocanada de aire, los huesos me duelen más que los músculos, siento que algo se ha fracturado dentro de mí, pero no me doy por vencida, intento resistir porque no quiero que mi hijo me vea de este modo. No es como que me atreva a mirarlo a los ojos un día y decirle que fui débil, si es que sobrevivo a esto. El sabor metálico que llena mi boca, hace que tosa y escupa sangre, desde que Andrew me capturó, no ha dejado de golpearme, esta vez hay algo diferente en su mirada, es como si el infierno mismo habitara dentro de él. —Vamos, no seas niña —enreda los dedos de sus manos en mi cabello y tira de él con fuerza. El dolor se dispara en olas que mi cuerpo registra como letales, intento mantener la calma, estoy segura de que en cuanto León se dé cuenta de que Michael y yo no estamos en casa, vendrá a buscarnos, solo espero que no tarde demasiado. —Yo te amaba —brama en mi oído. Le miro a los ojos y le escupo la sangre acumulada al rostro. —Tú jamás
EMMA Solo una vez en la vida he sentido esta clase de miedo, y fue cuando di por perdido el hecho de no poder recuperar a mi hijo, mi corazón late frenético cuando me doy cuenta de que León me ayuda a sacar el cuerpo de Julian de la alberca, tiene una herida en el costado izquierdo, está perdiendo mucha sangre. Varios tipos se acercan, me pongo a la defensiva, pero León me asegura que trabajan para él, son infiltrados en la Yakuza, decido que más tarde le preguntaré por qué me ocultó eso. —Tenemos que llevarlo a un hospital, no podemos esperar —anuncia y asiento. Dos de sus hombres lo ayudan a cargar a Julian, mientras camino y observo el cuerpo inerte de Andrew, León le dio directo a la cabeza, comenzamos a salir cuando… —¡Mami! Volteo y observo a Michael corriendo hacia mi dirección, su pequeño cuerpo se impacta con el mío y lo cargo en brazos, evitando que vea a su padre muerto. —Vamos, cariño, ya todo estará bien —le susurro. Sus pequeños brazos se aferran a mi cuel
JULIAN Seis meses después… No me detengo, mucho menos ahora que siento que he estado perdiendo demasiado tiempo, hace seis meses que toda nuestra pesadilla terminó, seis malditos meses en los que me he encargado de vivir para hacer feliz a Emma. Embisto su coño una y otra vez hasta que se corre por milésima vez. —Julian —jadea mi nombre. La penetro un par de veces más hasta que me corro dentro de ella. Me desplomo sobre su cuerpo y me permito respirar mi olor impregnado en su piel. —Te amo —le susurro. —No es bueno que dejes a la novia esperando tanto tiempo —suelta la risa más sexy que haya escuchado. Mañana, o mejor dicho en un par de horas, Emma será mía, por ley, porque me voy a casar con ella, solo, no pude resistirme a follarla para que cuando camine hacia al altar, recuerde que dentro de ella lleva mi semilla, Emma me hace a un lado para que no lastime a nuestro bebé. Tiene cuatro meses de embarazo, luego de descubrir que Viktoria arregló todo para hacernos creer
MARINAEl cansancio me vence, la boda real de Emma me ha dejado agotada y ahora estoy en camino a la cama, me quito los zapatos y los lanzo al suelo, ni siquiera me tomo la molestia de encender las luces, solo deseo dejar caer mi cuerpo, estoy a nada de hacerlo, cuando alguien rodea mi cintura por detrás, el olor a loción masculina, llama mi atención, mi cuerpo se relaja y creo que mis piernas tiemblan. —¿Qué es lo que quieres? —inquiero.Mi voz suena firme, tanto, que sin duda hasta a mí me sorprende. —Lo que me prometieron tus padres antes de morir —la voz ronca y gélida a mis espaldas, me eriza la piel. Draman Stolkov, su verdadero nombre, un sicario de la mafia, no tiene bando, solo trabaja con el buen postor con aquellos que le llegan al precio, y actualmente lo hace con la mafia Rusa, hay muchas cosas que todos no tomaron en cuenta, cosas que yo descubrí y que ahora me están poniendo entre la espada y la pared. Porque mis verdaderos padres eran miembros de la mafia roja, y
PRESENTEANDREW CARSONEntre en la oficina lo mas deprisa que pude, lo primero que hago es encender el ordenador y entrar al sistema de la empresa, rápidamente me arroja la base de datos en entradas y salidas de los últimos meses, reviso mis archivos con las pruebas suficientes para hundir la empresa que nos está pisando el cuello cuando la alarma de mi móvil, el segundo, vibra, respondo con los nervios en punta. —¿Dónde estás? —pregunta la voz femenina al otro lado de la línea.Sin apartar la mirada de la pantalla, comienzo a pasar todos los archivos al drive, quedan cinco minutos, por lo que me pongo de pie y me asomo por la ventana. —¿Desde cuándo te importa? —Desde que eres mi sangre —responde con altivez.Su respuesta me hace soltar una ligera aunque sonora carcajada. No le creo nada, si por ella fuera, estaría muerto en este preciso momento.—Tengo que colgar —expreso al darme cuenta de que la carga ya está finalizada.—Espera… es importante…Corto la llamada y apago el móvi
UN DIA ATRAS EMMA —Me encantas —ronronea Andrew mientras sus manos se mueven con agilidad estudiada al quitarme el vestido. —Te amo —susurro. Me lleva a la cama, en cuanto la espalda toca el suave colchón, sus labios hacen magia sobre mi piel, hoy es un día especial, cumplimos seis meses de noviazgo, y no solo eso, tengo una sorpresa que estoy seguro le hará feliz. —Me vuelves loco, joder. Me quita las bragas, la tela se desliza por mis piernas haciendo que un escalofrío recorra mi espina dorsal. —Quiero probarte. —Siempre tan apretada —tensa el cuerpo—. Siempre lista para mi.Quiero gritarle que sí a todo lo que brote de su garganta, pero las peticiones mentales se ponen en blanco, el mundo se detiene, el alma se me cae a los pies y la felicidad comienza a brincar insana en mi sistema al sentir como coloca un anillo en mi dedo, luego descubre mis ojos. —Cásate conmigo, Emma —ladea una sonrisa de media luna. Su mirada es fresca, viva, siempre sonriente, siempre positivo, bro