Pequeños Traidores

Frederick 

No recordaba la última vez que me había sentido tan nervioso. Las piernas me temblaban mientras subía al ascensor y sentía las palmas sudadas. Los trillizos me habían dejado un mensaje diciendo que me esperaban a las cuatro de la tarde . Por lo que sin pensarlo dos veces. Deje todo y corrí a verlos. De camino había pasado por una juguetería a comprarles un obsequio, nunca antes entré a una juguetería para ser franco, y me fue más difícil de lo que esperaba decidirme. Decirle al vendedor que ellos eran niños de cuatro años, parecía bastante superficial e inexacto. Porque sí, tenían cuatro años, aunque dudaba que fuesen niños convencionales. 

Finalmente me decidí por una muñeca Barbie para Eloise, unos legos para Sheldon y Salí de allí en busca de un microscopio pa

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