Frederick Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y es encontrado por otro. Creo que la frase que solía repetir mi padre de vez en cuando nunca había tenido tanto sentido como en el momento en que vi a Leah bailando con Dani en el after después de la oficina. ¿Qué era lo peor del caso? Que yo mismo la había convencido de ir con la excusa de que debía integrarse con el resto del personal para pasar un poco de tiempo juntos sin los niños, creí que sería una buena oportunidad para mover mis fichas y llegar a la reina. Yo mismo había llamado a Parker para decirle que les preparase la cena porque llegaríamos después de las diez de la noche. ¿Y todo para qué? Para que ese patético de Daniel Travis disfrutara de mis esfuerzos. La tomó de la cintura para ajustarla más a su cuerpo y me removí en la silla cuando Ailin pasó sus dedos por mi hombro. —Está muy estresado señor Sheffield, debería relajarse un poco. —Se mordía el labio hinchado y acerco su rostro al mío, pero me separé evit
Leah No podía dejarla ir hecha una furia del bar. Necesitábamos hablar, desde que había llegado nos evitábamos todo lo que era posible. Nos esforzábamos por guardar cada cosa que pensábamos bajo un tapete, pero claramente era momento de decir lo que sentíamos. Yo necesitaba decirle lo que sentía: Que era un idiota, eso no había ni que ponerlo en duda. Me había dejado manipular mucho tiempo por mi familia, puede que tuviese mucho que ver con que mi padre me había encargado su cuidado y me sentía responsables por ellos. En cierto modo justificaba sus acciones por su poco contacto con la realidad. Aún así era consciente de lo mierd@s que podían ser y me arrepentía de no haberlas puesto en su lugar antes. Pero, ¿como podría solucionarlo? Ya era bastante tarde. Solo podía prometerle a Leah que a partir de ese momento, si estaba dispuesta a darme una oportunidad, seriamos nosotros cinco y nadie más a partir de ese momento. Me moví entre la gente buscándola con la mirada, todavía no podí
Frederick Doble por la calle 58 pisando el acelerador después de haberme topado con dos semáforos, cada uno de ellos atestados de personas que esperaban cruzar y turistas que a pesar de que había comenzado a llover continuaban caminando lentamente y tomando fotos de cada cosa que veían con asombro. Las gotas de lluvia repiquetearon sobre la carrocería cuando crucé Madison y derrapé al llegar a Park Avenue. Entre un festival de cláxones que sonaban en mi honor.Cuando estuve cerca de la torre donde había comprado un piso un par de años atrás y vivía con Parker, aminoré la velocidad, buscando con rabia el Porsche de Dani, aunque no lo encontré por lo que busqué espacio, maniobrando para estacionar entre un Honda y un Audi aparcados frente a mi edificio. Dejé caer la cabeza agotado contra el volante, mientras intentaba respirar para mantenerme en calma, escuchando el relajante sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre el metal. Entonces escuche el sonido de un motor sonando con má
FrederickEl lugar donde me encontraba estaba oscuro a pesar de que el sol se encontraba alto o eso parecía a través de la pequeña ventana que estaba en la parte más alta de la pared, además de que apestaba a humedad y Whisky. No era el mejor sitio del mundo, pero definitivamente era uno de esos sitios a donde a nadie le importa cuánto tomes o lo que sea que hagas con tu vida.Ninguno de los prospectos que me rodeaban podían mirarme sobre el hombro.Miré con dureza el contenido ámbar del vaso y me pregunté de que me había valido todo el esfuerzo realizado para intentar cambiar, si todos creían siempre lo peor de mí. Al ojos del mundo yo seguía siendo el mismo.Nadie me permitiría olvidar mis errores y lo merecía, aunque eso no calmaba el fuego que me consumía.Un hombre que estaba a mi lado bebiendo me observo durante unos segundos fugases y casi pude verme reflejado bajo esos parpados caídos que eran aterradoramente similares a los míos. Por lo que sacudí la cabeza intentando alejar
Leah —Me estás diciendo que Frederick Sheffield, el Frederick que todos conocemos, ¿firmó el divorcio? ¿Así sin más? —Catriona parpadeo varias veces confundida, aunque no tan confundida como estaba yo. «Dolida». Aclaró la voz interior desde lo más profundo de mi mente. —No me mal intérpretes, —dijo inclinándose un poco. —No es que no me parezca lo mejor, es solo que no me lo esperaba. Creí que nunca firmaría. Se veía tan convencido de que no dejaría de luchar por ti, que pensé que nunca se daría por vencido. —Me quité las gafas y me restregué los ojos cansados. — ¿Y qué dicen los niños sobre esto? ¿Cómo queda ahora ese asunto? Debes tener mucho cuidado al decírselos, sobre todo a Collins, me sorprende la conexión que tiene con su padre a pesar de que lo conoció hace tan poco tiempo. La miré sin saber muy bien que decir, eran demasiadas preguntas. Cuando mi abogado me había llamado el día anterior para decirme que mi ex esposo estaba dispuesto a firmar me sentí aturdida, además de se
Leah ASUNTO: INVITACIÓN ESPECIALIng. Daniel TravisProject Manager y Responsable de Planta. Se invita cordialmente a todo el personal de la planta a la cena que se celebrará en el Hotel Ritz el día viernes a las 7: 00 P.M, con motivo de celebrar mi reciente noviazgo con la señorita Leah Koch. Las áreas administrativas no tendrán labores. A los departamentos que deseen laborar, se les informa que trabajaran de 8:00 a 15:00 Horas. Atentamente. Daniel Travis, Project Manager y Responsable de Planta. ♡≪═══════≫♡≪════════≫♡No quería comportarme como una borde, insoportable. Sin embargo, lo que acabada de hacer Daniel me parecía que rayaba lo perverso. Puede que a él no le importasen los sentimientos de Frederick, pero a mí sí. Sé que al pensarlo fríamente, consideraría la gran cantidad de veces que él me había lastimado sin importarle un pepino si rompía o no mi corazón, por lo que quizás debería pagarle con la misma moneda, pero yo no era así. Tampoco deseaba convertirme en esa p
Leah —Gracias por acompañarme. —Le dije a Catriona, dándole un apretón en la mano. —Está bien cariño, creo que si vas a decirles a los niños que están juntos, lo mejor es que tengas todo el apoyo que puedas tener. —Respondió acercando sus labios a mi oído para que ellos no escuchasen. Lo que probablemente iba a ser difícil, ya que Daniel, había pedido que equiparan el coche con todo los que tres niños como ellos pudiesen desear. Estaban tan ocupados viendo los juegos que se reproducían en las pantallas frente a ellos, decidiendo que bocadillo probar, por lo que difícilmente se detendrían en cualquier cosa que yo o Catriona estuviésemos diciendo. —Solo les diremos que pasaremos más tiempo juntos. —Sí, como tú digas. Aunque pensándolo bien, Travis sabe bien como jugar. Creo que los niños ya lo aman —. Afirmó viendo como reían mientras disparaban en el Plantas vs Zombi que se veía en las pantallas. Yo asentí con la cabeza. —Es completamente increíble, los trata como si fuesen re
FrederickParker me miró nuevamente con una de esas expresiones en el rostro que lo decían todo, decían cosas como:«Debería hacer algo, o dejar de perder su tiempo en sentirse miserable». Puede que tuviese razón, pero tampoco tenía demasiadas opciones. Me sentía realmente miserable después de firmar el divorcio. Lo único que me animaba era ver ese Monet que Leah me había obsequiado en penumbras. No tenía deseos de comer, salir o siquiera respirar. Me había convertido en un maldito guiñapo. Había llamado a Leah, pero ella rechazó cada llamada, tampoco sirvió de mucho enviarle un par de mensajes diciéndole lo que sentía, aunque no volví a decirle que la amaba después de sufrir la decepción de haber corroborado que ella no sentía nada por mí. Ya que había leído el mensaje que le escribí cuando esperaba a entrar al despacho de su abogado y decidí que era mejor exponerle lo que sentía. Pero ella ni siquiera se molestó en responder, literalmente me había clavado el visto de forma cruel