Leah Deje sobre el escritorio de mi antiguo despacho una caja con mis cosas. Nada parecía haber cambiado, mi papá había ordenado que cerraran la oficina por si en algún momento decidía volver a la empresa, esa era la esperanza que mantenía viva desde que había partido. Quién iba a saber que su deseo se cumpliría en circunstancias tan complejas. Como parte del trato con el padre de los niños consistía en llevar a cabo una articulación entre ambas compañías, lo mejor era trabajar desde allí. De esa forma podría aprovechar la guardería para los trabajadores, estar cerca de los trillizos y en contacto con su padre. Debíamos encargarnos de encontrar un colegio. Me gustaba la educación pública, pero temía que a Collins lo quisiesen pasar al nivel superior. No quería separarlos, aunque ahora era decisión de los dos y debía respetar eso, por mucho que me costase. Los niños entraron detrás de mí, arrastrando los pies. —¿Por qué debemos venir aquí? —Se quejó Eloise. — ¿Por qué no podemos
Leah La directora de Marketing y de diseño murmuraron entre risas cuando Frederick entro en la sala de juntas en donde Dani en representación de mi papá anunciaría la reciente articulación con Futura y hablaríamos de los proyectos que llevaríamos a cabo a partir de ese momento. Su presentación era muy detallada. Ambas se separaron dejando disponible una silla entre ellas y Ailina, la directora de Marketing, una morena de piernas largas y labios carnosos, se mordió el labio hinchado y ronroneo:—Sr. Sheffield, le guardamos un sitio… —Ambas rieron cómplices, pero Frederick me vio al otro extremo de la mesa de caoba y me dedico una gran sonrisa levantando la mano. —Muchas gracias señoritas, pero creo que será mejor intercambiar ideas con Leah. —Yo rodé los ojos y me mordí la lengua para no mostrar ninguna reacción a las miradas penetrantes de sus admiradoras. La morena hizo un puchero y tuve que resistir los deseos de vomitar. —Pero dinos que iras al after luego de la oficina… —Él s
Frederick Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y es encontrado por otro. Creo que la frase que solía repetir mi padre de vez en cuando nunca había tenido tanto sentido como en el momento en que vi a Leah bailando con Dani en el after después de la oficina. ¿Qué era lo peor del caso? Que yo mismo la había convencido de ir con la excusa de que debía integrarse con el resto del personal para pasar un poco de tiempo juntos sin los niños, creí que sería una buena oportunidad para mover mis fichas y llegar a la reina. Yo mismo había llamado a Parker para decirle que les preparase la cena porque llegaríamos después de las diez de la noche. ¿Y todo para qué? Para que ese patético de Daniel Travis disfrutara de mis esfuerzos. La tomó de la cintura para ajustarla más a su cuerpo y me removí en la silla cuando Ailin pasó sus dedos por mi hombro. —Está muy estresado señor Sheffield, debería relajarse un poco. —Se mordía el labio hinchado y acerco su rostro al mío, pero me separé evit
Leah No podía dejarla ir hecha una furia del bar. Necesitábamos hablar, desde que había llegado nos evitábamos todo lo que era posible. Nos esforzábamos por guardar cada cosa que pensábamos bajo un tapete, pero claramente era momento de decir lo que sentíamos. Yo necesitaba decirle lo que sentía: Que era un idiota, eso no había ni que ponerlo en duda. Me había dejado manipular mucho tiempo por mi familia, puede que tuviese mucho que ver con que mi padre me había encargado su cuidado y me sentía responsables por ellos. En cierto modo justificaba sus acciones por su poco contacto con la realidad. Aún así era consciente de lo mierd@s que podían ser y me arrepentía de no haberlas puesto en su lugar antes. Pero, ¿como podría solucionarlo? Ya era bastante tarde. Solo podía prometerle a Leah que a partir de ese momento, si estaba dispuesta a darme una oportunidad, seriamos nosotros cinco y nadie más a partir de ese momento. Me moví entre la gente buscándola con la mirada, todavía no podí
Frederick Doble por la calle 58 pisando el acelerador después de haberme topado con dos semáforos, cada uno de ellos atestados de personas que esperaban cruzar y turistas que a pesar de que había comenzado a llover continuaban caminando lentamente y tomando fotos de cada cosa que veían con asombro. Las gotas de lluvia repiquetearon sobre la carrocería cuando crucé Madison y derrapé al llegar a Park Avenue. Entre un festival de cláxones que sonaban en mi honor.Cuando estuve cerca de la torre donde había comprado un piso un par de años atrás y vivía con Parker, aminoré la velocidad, buscando con rabia el Porsche de Dani, aunque no lo encontré por lo que busqué espacio, maniobrando para estacionar entre un Honda y un Audi aparcados frente a mi edificio. Dejé caer la cabeza agotado contra el volante, mientras intentaba respirar para mantenerme en calma, escuchando el relajante sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre el metal. Entonces escuche el sonido de un motor sonando con má
FrederickEl lugar donde me encontraba estaba oscuro a pesar de que el sol se encontraba alto o eso parecía a través de la pequeña ventana que estaba en la parte más alta de la pared, además de que apestaba a humedad y Whisky. No era el mejor sitio del mundo, pero definitivamente era uno de esos sitios a donde a nadie le importa cuánto tomes o lo que sea que hagas con tu vida.Ninguno de los prospectos que me rodeaban podían mirarme sobre el hombro.Miré con dureza el contenido ámbar del vaso y me pregunté de que me había valido todo el esfuerzo realizado para intentar cambiar, si todos creían siempre lo peor de mí. Al ojos del mundo yo seguía siendo el mismo.Nadie me permitiría olvidar mis errores y lo merecía, aunque eso no calmaba el fuego que me consumía.Un hombre que estaba a mi lado bebiendo me observo durante unos segundos fugases y casi pude verme reflejado bajo esos parpados caídos que eran aterradoramente similares a los míos. Por lo que sacudí la cabeza intentando alejar
Leah —Me estás diciendo que Frederick Sheffield, el Frederick que todos conocemos, ¿firmó el divorcio? ¿Así sin más? —Catriona parpadeo varias veces confundida, aunque no tan confundida como estaba yo. «Dolida». Aclaró la voz interior desde lo más profundo de mi mente. —No me mal intérpretes, —dijo inclinándose un poco. —No es que no me parezca lo mejor, es solo que no me lo esperaba. Creí que nunca firmaría. Se veía tan convencido de que no dejaría de luchar por ti, que pensé que nunca se daría por vencido. —Me quité las gafas y me restregué los ojos cansados. — ¿Y qué dicen los niños sobre esto? ¿Cómo queda ahora ese asunto? Debes tener mucho cuidado al decírselos, sobre todo a Collins, me sorprende la conexión que tiene con su padre a pesar de que lo conoció hace tan poco tiempo. La miré sin saber muy bien que decir, eran demasiadas preguntas. Cuando mi abogado me había llamado el día anterior para decirme que mi ex esposo estaba dispuesto a firmar me sentí aturdida, además de se
Leah ASUNTO: INVITACIÓN ESPECIALIng. Daniel TravisProject Manager y Responsable de Planta. Se invita cordialmente a todo el personal de la planta a la cena que se celebrará en el Hotel Ritz el día viernes a las 7: 00 P.M, con motivo de celebrar mi reciente noviazgo con la señorita Leah Koch. Las áreas administrativas no tendrán labores. A los departamentos que deseen laborar, se les informa que trabajaran de 8:00 a 15:00 Horas. Atentamente. Daniel Travis, Project Manager y Responsable de Planta. ♡≪═══════≫♡≪════════≫♡No quería comportarme como una borde, insoportable. Sin embargo, lo que acabada de hacer Daniel me parecía que rayaba lo perverso. Puede que a él no le importasen los sentimientos de Frederick, pero a mí sí. Sé que al pensarlo fríamente, consideraría la gran cantidad de veces que él me había lastimado sin importarle un pepino si rompía o no mi corazón, por lo que quizás debería pagarle con la misma moneda, pero yo no era así. Tampoco deseaba convertirme en esa p