Tanto el lobo como el humano estaban impactados cuando analizaron el motivo por el cual habían sido atraídos a esa casa, y no daban crédito a que Zoe siendo una humana tan simple la que los guiará mediante un sueño porque era todo lo contrario, los alfas u otros seres sobrenaturales son los únicos que cuentan con la magia suficiente para eso.★Es imposible, a nosotros nunca nos había pasado algo parecido★, afirmó Isaías aún negado porque le cuesta aceptar que sea tan vulnerable.★Supongo que nuestra fijación por esa chiquilla nos hizo usar nuestro poder de rastreo★ afirmó Eros, aunque ni él mismo podía asegurar que fuera esa la realidad, pero aun así decidió creer que tenía razón. ★ Esa es la única razón por la que estamos aquí, siento su aroma y puedo reconocer que a pesar de que huele delicioso no es nuestra luna★, volvió a decir a medida que rodeaba la casa buscando una manera de entrar entonces las primeras palabras que le dijo Zoe en la llamada se repitieron dentro de su cabe
Zoe bajó la mano y relajó la boca percatándose en ese momento de la mordida que se hizo a sí misma y levantó la mirada al espejo, se tocó el labio inferior con las yemas de los dedos y sin apartar la mirada volvió a refunfuñar. —No puedo seguir de este modo, debo ponerle un alto a ese hombre, ¡¿quién se piensa para amenazarme?!— murmuró muy enfadada, ya que cada vez que recuerda la manera en la que Isaías la amenazaba la llena de cólera, es ingenua, no tonta y aunque Luisana le aseguro que ese club es un lugar confiable, ella siente que hay algo más detrás de todo eso porque de ser ese hombre un supuesto maestro de la sexualidad no debe chantajear a las estudiantes. —¿Zoe por qué estás murmurando a solas? — le preguntó Luisana quien venía saliendo del cuarto de baño con una bata cubriendo su cuerpo y secando su pelo de color amarillo con una toalla. —No estoy haciendo tal cosa, solo estaba cantando— le mintió y la muchacha que bien la conoce supo enseguida debido a que Zoe no es cap
—Está bien cariño, te esperaré en la heladería—. Zulema iba a cerrar la puerta cuando de repente pensó en algo y retrocedió los dos pasos que había dado.—Si quieres puedes utilizar mi auto, tu padre me dejará de camino—. Le sugirió mientras le pasaba las llaves y Zoe la vio indecisa.—No mamá, te lo agradezco, pero iré en taxi porque hoy no me siento de ánimos para manejar.Unos minutos más tarde Zoe iba de camino a ver a Isaías, mientras el coche avanzaba más ansiedad sentía y las ganas de pedirle al taxista que se detuviera incrementaron, pero en vez de eso se mordía el labio inferior que ya tenía lastimado. Sus manos sudaban a pesar de sentir mucho frío, no tanto porque el aire acondicionado del coche sino por el descontrol nervioso que tenía en ese momento.Instintivamente, miró hacia atrás y se quedó ojiplática cuando visualizó a Luisana.—¿Me está siguiendo?— habló sola, sin poder asimilar que su amiga no respeta su privacidad.—Disculpe señorita, me ha dicho algo—indagó el
Isaías sintió enfado por un instante y la soltó de golpe, total, Zoe es una humana muy torpe que a pesar de que le gusta demasiado, para él no deja de ser insignificante.Sin prestarle atención al hombre que se mantenía de brazos cruzados. Observando la silueta de su cuerpo como bestia hambrienta, preparada para atacar en cualquier momento; los instintos de supervivencia de ella, así se lo hacía ver, por tal razón, apuraba sus pasos para salir de allí lo más rápido posible.Ella avanzó hacia la salida observando el camino libre; sin embargo, inexplicablemente para ella, él apareció delante y colisionó contra su torso ancho y musculoso, y estuvo a punto de caerse de trasero contra el piso antes de que él la sostuviera. —Por favor déjeme ir… — Zoe cerró la boca al levantar la mirada y ver de nuevo aquellos ojos azules que la estaban estudiando con detenimiento. Él le sonrió y por un momento le distrajeron sus dientes blancos y sus labios carnosos. Y cuando ladeó la cabeza, pudo observa
Mientras que en la manada Kira estaba hastiada de las dos mujeres que le querían hacer sentir como en casa tratándola con dulzura, pero a ella eso le fastidiaba y para lograr evadirlas le dijo que estaba cansada y que necesitaba tomar un baño para reponerse.—¿Será que tu loba no se acostumbra al cambio de manada? — le preguntó Isadora mostrando inquietud, ya que inocente creyó en la evasiva de Kira.—Sí, creo que es posible, en realidad no me he comunicado con ella desde que llegué a esta manada—. Fingió malestar a medida que se ponía de pie para irse.—Es que está en territorio desconocido, debes dejarla salir a explorar el bosque, te aseguro que le va a encantar. Por aquí no hay cazadores, Isaías ha protegido bien esta manada— propuso Alice sintiéndose muy orgullosa de lo que ha logrado su alfa. Aunque es una madre paranoica no puede negar que a pesar de que siempre está inquieta y no quiere que su hijo esté teniendo enfrentamiento, él hace un trabajo grandioso al demostrarle a to
—Ni eso se me da bien, apenas me han dado mi primer beso— largó sin ponerle frenos a sus palabras y cuando fue consciente de que había confesado se soltó de su madre, quién tenía la boca abierta de puro asombro.—Necesitó detalles del príncipe que le ha dado ese beso a mi hija—. Zulema evitaba reír a carcajadas para no hacer que Zoe se sintiera más abochornada de lo que ya se ve y Zoe se fue a cambiarse mientras ella la seguía.Zoe se metió al vestidor y Zulema se recostó de la puerta del mismo y mientras se miraba las uñas le dijo:—¿Querida y ese chico lo conozco?, me imagino que fue Harold el dueño de ese primer y mágico beso, porque no has querido a nadie más, ni siquiera a tu enamorado silencioso. Zulema hacía un gran esfuerzo para que las carcajadas no la delataran y aplastaba sus labios creando una línea recta mientras que Zoe giraba los ojos porque su madre le estaba recordando a su amor imposible y al hombre misterioso que salía de la nada y siempre visitaba la heladería.—M
«Me fascina su inocencia»Harold veía a Zoe con una pizca diversión al notar como ella no encontraba la manera de interactuar con él ahora que tenía la oportunidad, y sutilmente se reía de sus movimientos torpes, pero cuando recordó que no debía acercarse mucho a ella, se aclaró la garganta para disimular y volvió a poner el semblante frío. —¿Estás buscando a Joshua?— le preguntó ella sin saber qué más decir.«Mira lo tonta que eres Zoe», se regañó a sí misma al suponer que debió al menos saludarlo.—No, sé que Joshua está ocupado— Harold respondió con tono cortante, aunque fingido ella no lo podía notar.«Pequeña te trato de este modo porque no tengo otra salida», se lamentó Harold sin dejar de verla y con ganas de expresarle que aborrece comportarse de esa forma, pero que a pesar de todo debe tragarse sus sentimientos porque está obligado a mantener la distancia, razón por la que debe continuar siendo tan indiferente.»Dame dos helados de pistacho —. Solicitó sin una pizca de amabi
Luisana estaba furiosa por tres razones: la primera era porque Zoe se negó a llevarla a la fiesta cuando ella se lo pidió como un ruego desesperado. Segundo porque tuvo que pedirle al padre de Zoe casi con llantos fingidos que quería ir, inventando la excusa de que estaría muy sola sin Zoe y el hombre que solo tenía permitido llevar a su familia utilizó el cupo de su hijo Joshua, y, por último, la razón que la hacía enfurecer más era que Zoe no le permitió ponerse el vestido que ella eligió para lucirlo.—Tío ¿por qué no lo ubicaron junto a las mesas de los ejecutivos?, ni mi padre que es un empleado mediocre es tratado de esta manera— escupió Luisana cuando se acomodaron en la mesa que le prepararon a la familia Morell. Nadie respondió a ese comentario irritante, en silencio observaron todo y Luisana no podía negar que la fiesta estaba a la altura, era la primera vez que entraba a un club tan lujoso, veía hacia el suculento buffet lleno de comida internacionales y acomodado de forma