—Está bien cariño, te esperaré en la heladería—. Zulema iba a cerrar la puerta cuando de repente pensó en algo y retrocedió los dos pasos que había dado.—Si quieres puedes utilizar mi auto, tu padre me dejará de camino—. Le sugirió mientras le pasaba las llaves y Zoe la vio indecisa.—No mamá, te lo agradezco, pero iré en taxi porque hoy no me siento de ánimos para manejar.Unos minutos más tarde Zoe iba de camino a ver a Isaías, mientras el coche avanzaba más ansiedad sentía y las ganas de pedirle al taxista que se detuviera incrementaron, pero en vez de eso se mordía el labio inferior que ya tenía lastimado. Sus manos sudaban a pesar de sentir mucho frío, no tanto porque el aire acondicionado del coche sino por el descontrol nervioso que tenía en ese momento.Instintivamente, miró hacia atrás y se quedó ojiplática cuando visualizó a Luisana.—¿Me está siguiendo?— habló sola, sin poder asimilar que su amiga no respeta su privacidad.—Disculpe señorita, me ha dicho algo—indagó el
Isaías sintió enfado por un instante y la soltó de golpe, total, Zoe es una humana muy torpe que a pesar de que le gusta demasiado, para él no deja de ser insignificante.Sin prestarle atención al hombre que se mantenía de brazos cruzados. Observando la silueta de su cuerpo como bestia hambrienta, preparada para atacar en cualquier momento; los instintos de supervivencia de ella, así se lo hacía ver, por tal razón, apuraba sus pasos para salir de allí lo más rápido posible.Ella avanzó hacia la salida observando el camino libre; sin embargo, inexplicablemente para ella, él apareció delante y colisionó contra su torso ancho y musculoso, y estuvo a punto de caerse de trasero contra el piso antes de que él la sostuviera. —Por favor déjeme ir… — Zoe cerró la boca al levantar la mirada y ver de nuevo aquellos ojos azules que la estaban estudiando con detenimiento. Él le sonrió y por un momento le distrajeron sus dientes blancos y sus labios carnosos. Y cuando ladeó la cabeza, pudo observa
Mientras que en la manada Kira estaba hastiada de las dos mujeres que le querían hacer sentir como en casa tratándola con dulzura, pero a ella eso le fastidiaba y para lograr evadirlas le dijo que estaba cansada y que necesitaba tomar un baño para reponerse.—¿Será que tu loba no se acostumbra al cambio de manada? — le preguntó Isadora mostrando inquietud, ya que inocente creyó en la evasiva de Kira.—Sí, creo que es posible, en realidad no me he comunicado con ella desde que llegué a esta manada—. Fingió malestar a medida que se ponía de pie para irse.—Es que está en territorio desconocido, debes dejarla salir a explorar el bosque, te aseguro que le va a encantar. Por aquí no hay cazadores, Isaías ha protegido bien esta manada— propuso Alice sintiéndose muy orgullosa de lo que ha logrado su alfa. Aunque es una madre paranoica no puede negar que a pesar de que siempre está inquieta y no quiere que su hijo esté teniendo enfrentamiento, él hace un trabajo grandioso al demostrarle a to
—Ni eso se me da bien, apenas me han dado mi primer beso— largó sin ponerle frenos a sus palabras y cuando fue consciente de que había confesado se soltó de su madre, quién tenía la boca abierta de puro asombro.—Necesitó detalles del príncipe que le ha dado ese beso a mi hija—. Zulema evitaba reír a carcajadas para no hacer que Zoe se sintiera más abochornada de lo que ya se ve y Zoe se fue a cambiarse mientras ella la seguía.Zoe se metió al vestidor y Zulema se recostó de la puerta del mismo y mientras se miraba las uñas le dijo:—¿Querida y ese chico lo conozco?, me imagino que fue Harold el dueño de ese primer y mágico beso, porque no has querido a nadie más, ni siquiera a tu enamorado silencioso. Zulema hacía un gran esfuerzo para que las carcajadas no la delataran y aplastaba sus labios creando una línea recta mientras que Zoe giraba los ojos porque su madre le estaba recordando a su amor imposible y al hombre misterioso que salía de la nada y siempre visitaba la heladería.—M
«Me fascina su inocencia»Harold veía a Zoe con una pizca diversión al notar como ella no encontraba la manera de interactuar con él ahora que tenía la oportunidad, y sutilmente se reía de sus movimientos torpes, pero cuando recordó que no debía acercarse mucho a ella, se aclaró la garganta para disimular y volvió a poner el semblante frío. —¿Estás buscando a Joshua?— le preguntó ella sin saber qué más decir.«Mira lo tonta que eres Zoe», se regañó a sí misma al suponer que debió al menos saludarlo.—No, sé que Joshua está ocupado— Harold respondió con tono cortante, aunque fingido ella no lo podía notar.«Pequeña te trato de este modo porque no tengo otra salida», se lamentó Harold sin dejar de verla y con ganas de expresarle que aborrece comportarse de esa forma, pero que a pesar de todo debe tragarse sus sentimientos porque está obligado a mantener la distancia, razón por la que debe continuar siendo tan indiferente.»Dame dos helados de pistacho —. Solicitó sin una pizca de amabi
Luisana estaba furiosa por tres razones: la primera era porque Zoe se negó a llevarla a la fiesta cuando ella se lo pidió como un ruego desesperado. Segundo porque tuvo que pedirle al padre de Zoe casi con llantos fingidos que quería ir, inventando la excusa de que estaría muy sola sin Zoe y el hombre que solo tenía permitido llevar a su familia utilizó el cupo de su hijo Joshua, y, por último, la razón que la hacía enfurecer más era que Zoe no le permitió ponerse el vestido que ella eligió para lucirlo.—Tío ¿por qué no lo ubicaron junto a las mesas de los ejecutivos?, ni mi padre que es un empleado mediocre es tratado de esta manera— escupió Luisana cuando se acomodaron en la mesa que le prepararon a la familia Morell. Nadie respondió a ese comentario irritante, en silencio observaron todo y Luisana no podía negar que la fiesta estaba a la altura, era la primera vez que entraba a un club tan lujoso, veía hacia el suculento buffet lleno de comida internacionales y acomodado de forma
Entonces, Ronald rió gracioso suponiendo que a pesar de todo Isaías también estaba haciendo todo esto para estar con la humana y aunque está en peligro porque un cazador lo puede herir, sabe bien que no podrían asesinarlo porque los cazadores lo han intentado durante mucho tiempo y no han podido llegar a más que a debilitarlos, sin embargo, no conoce su propósito y debe asegurarse de que nada afecte a la manada.—Ya veo, venga, vamos a la fiesta— insistió con mucho entusiasmo, e Isaías negó a medida que movía ligeramente el trago de whisky, arrugó la nariz y luego expuso:—Esos humanos aduladores huelen a miseria.—Además, ahí no hay nada de mi interés— refutó quejumbroso.—Isaías debe mantener tu reputación entre los humanos. No lo olvide empresario Sharman, sólo vamos unos minutos y luego regresamos a la manada—. Le animó esperando que su terco alfa no le pusiera las cosas difíciles.—No, y de paso te hago saber que no pienso regresar esta noche a la manada, me quedaré en mi departa
Isaías solicitó a un camarero para que llevará a la mesa en la que está Zoe una botella de la mejor champaña y con sorna observó como se la entregaban.— Disculpe señor, pero no hemos solicitado nada— le dijo Zoe al camarero tomando la botella para devolverla porque Luisana estaba algo pasada de copas y pretendía seguir tomando, por lo que una champaña en esa mesa no ayudaba mucho.El camarero se aclaró la garganta antes de explicar:—Señorita, esta champaña se la envía un caballero— respondió sin aceptarla de vuelta.—¿A mí y por qué?— lo interrogó algo incómoda, ya que es nueva esa situación no la ha experimentado con lo poco que suele salir a divertirse.El camarero, en vez de responder con palabras a su pregunta, solo la hizo mirar en dirección a donde está Isaías ubicado.—Deja de ser tan ridícula Zoe y acepta, mira nada más que botella y se nota costosa—, se quejó Luisana con voz ronca antes de que Zoe pudiera ver hacia donde le indicaba el hombre que está a su lado y sus padre