Sin importar cuantos insultos Zoe les gritó a los guardias que estaban custodiando la salida de la manada, ellos no les permitieron el paso, puesto que Isaías les ordenó mediante el link mental: que ellas tenían derecho a pasear dentro de la manada; sin embargo, no se les tenía permitido abandonarla, e igualmente se lo hicieron saber a Zoe, pero ella estaba tan indignada que no entendía de razones.

Sacha que la veía con preocupación la agarró por el brazo y empezó a caminar, alejándola de ahí.

—Vamos Zoe, no lograrás nada gritándoles. No te has dado cuenta de que no van a dejarnos ir sin importar cuánto les insultes — le aconsejó antes de que Zoe parara abruptamente de caminar y con el rostro sumamente rojo la vio a los ojos.

—¡¿Sacha estás de acuerdo con que te tengan secuestrada?!— le preguntó con incredulidad, ya que le causó intriga verla tan calmada.

Sacha sintió cierta vacilación para dar una respuesta porque en realidad aún no podía procesar todo lo que le está ocurriendo.

—¿Zo