Zoe llegó al taller de manualidades de Isadora con una sonrisa en el rostro. Había aceptado la invitación de Isadora para ayudar con los niños de la manada mientras sus padres estaban ocupados. Zoe siempre disfrutaba del tiempo que pasaba con los niños, y al estar rodeada de ellos dejó de sentirse como alguien que no encaja, así que estaba emocionada de poder ayudar.Isadora le presentó a los niños que estaban ansiosos por empezar a hacer manualidades. Zoe se puso manos a la obra y ayudó a los niños a cortar, pegar y pintar sus proyectos. Se divirtió mucho viendo la creatividad de los pequeños y la alegría en sus rostros.Cuando llegó la hora del refrigerio, Alice llevó a los niños al área verde cercana para que pudieran jugar y correr un poco. Zoe se unió a ellos y se divirtió jugando a la pelota y corriendo por el césped. Era maravilloso ver la energía y la felicidad que ellos irradiaban.Sin embargo, mientras jugaba, Zoe no podía evitar sentir una inquietud en su corazón. Quería sa
—Tienes que aprender a confiar en mí. Todo lo que hago es por ti, nunca había hecho nada por nadie hasta que apareciste en mi vida—. Le había dicho Isaías.—¡¿Y piensa que me creeré esa ridiculez?!— soltó Zoe en un bufido mientras ponía los ojos en blanco y se carcajeó sin gracia. Se sintió frustrada al escuchar esto, ya que también quería que él confiara en ella, que le dijera la verdad de cuál es el propósito que ella cumple estando en la manada, porque sin importar lo ruda que suene su respuesta, al menos valoraría tener idea de que es lo que busca en ella.—¿Confiar?, en el hombre que me obliga a vivir cada día en un lugar que no es mi hogar, el que me engañó y no mencionó que tenía una mujer; el que se hizo pasar por humano, el que me está apagando la vida aquí, Isaías no puedo confiar en ti, perderé todo por lo que luché allí afuera, mis estudios, el calor de mi hogar, incluso que con el tiempo mis padres consideren que estoy muerta.—Zoe ya te dije por qué no puedo dejarte ir.
Isaías se sintió profundamente decepcionado cuando se dio cuenta de que Zoe había decidido pasar la noche en la habitación de su madre en vez de dormir a su lado. Había esperado con ansias dormir con ella entre sus brazos, puesto que en esos días que pasó en el calabozo no hacía más que pensarla, pero al parecer Zoe no estaba interesada en cumplir con su petición. A pesar de que Isaías intentó acercarse a ella varias veces, Zoe se negaba rotundamente a dormir junto a él.A pesar de su decepción, Isaías decidió no rendirse.—Zoe, no me hagas enfadar— le amenazó estando al otro lado de la puerta y Alice observó a Zoe, quien suspiró profundo, se notaba muy enfadada con Isaías pero más con ella misma por no haber detenido lo que ocurrió entre ellos en el calabozo; pues se lamentaba porque había cometido el mismo error dos veces y esta vez era más dura consigo porque al menos ahora se dice que sí conoce bien a Isaías, y lo engañoso que puede ser, debió ser más fuerte y no sucumbir ante el
Alice observó a todos los lados y derrotada le confesó.—Aunque le va a parecer extraño esto que le diré, nosotros somos seres sobrenaturales.«Con razón presentía que Isaías Sharman no era alguien común», analizó Zulema, al fin aclarando su duda.Alice se quedó esperando la reacción de Zulema, quién se mostró serena y la vio a los ojos.—A ver déjeme ver sus ojos de loba—. La que quedó pasmada fue Alice.—¿Cómo…?— preguntó aturdida.—Si no me está mintiendo podría dejarme ver que en realidad es mujer lobo— le insistió y Alice dejó ver sus ojos de alfa convenciendo a Zulema, quién relajó su expresión y le dedicó una sonrisa, antes de incitar a Alice a contarle todo con lujos y detalles.—Pero, mi Zoe, ella, ¿cómo es posible? — Zulema comenzó a caminar hacia los lados.» Zoe es humana, lo juro, tal vez se han equivocado. Mire, yo tuve un novio que era un lobo, pero decidí que un humano no puede estar con alguien que nunca envejecerá, me aterró saber que al pasar el tiempo me pondría vi
Isaías llegó justo en el momento en que Kira estaba insultando a Sacha y a Zoe. Al escuchar las palabras de Kira, su rostro se oscureció de ira.—¿Cómo te atreves a hablar así? ¡No tienes derecho a decir esas cosas! — exclamó Isaías, acercándose a Kira con pasos firmes. «¿Por qué no lo sentí llegar?, ese maldito alfa siempre oculta su aroma para que nadie lo sienta», se lamentó Kira internamente cuando escuchó los reclamos de Isaías.—Zoe es importante para mí, y no permitiré que la trates de ese modo.Él observó a la empleada que estaba recogiendo los cristales rotos de las tazas que Kira había lanzado al suelo.Kira se encogió de hombros, fingiendo que su presencia no le asusta cuando la verdad es que está a punto de caer de rodillas. —Solo digo la verdad, Isaías. Zoe es tu amante, mientras que yo soy más que eso.Kira se mantenía firme porque no quería verse patética y sin autoridad frente a dos humanas. Isaías frunció el ceño y se acercó aún más a Kira, le agarró el brazo sin ta
Ronald suspiró aliviado y se quedó admirando la figura de Sacha por un momento antes de hablar para suavizar la incómoda situación que se instaló entre ambos.—¿Qué estás cocinando?Sacha le dedicó una sonrisa antes de responder:—Estoy haciendo tu plato favorito: pollo al horno con patatas.El recordó que cuando regresaron a la cabaña ella le preguntó cuál era la comida que más le gustaba.—Genial, no puedo esperar para probarlo. Por cierto, esa camiseta te queda muy bien—Oh, gracias. Me la puse para cocinar porque no quería ensuciar mi ropa—. Mintió, aunque no evito estar sonrojada.—Bueno, se te ve hermosa. — Aceptó al mismo tiempo que se rascaba la nuca y para romper el tensó momento agregó:»¿Necesitas ayuda con algo?— No, gracias. Ya casi termino. ¿Quieres sentarte y esperar a que esté lista la cena?Mientras cenaban Sacha se estremeció al escuchar un trueno retumbar en la distancia. Ronald se percató de su reacción y le preguntó si le tenía miedo a las tormentas. Sacha negó
Isaías ignoró a Eros y ladeo la cabeza volviendo a prestarle interés a su delta. —En parte sé que tienes razón, pero me siento impotente. Quisiera arreglar las cosas con ella, y no sé cómo hacerlo, porque me pide que la deje asistir a una universidad, investigué y está fuera del país.—Isaías, debes tener en cuenta que Zoe es joven. No debes retenerla arbitrariamente, mejor proponle una tregua, utiliza la inteligencia, le darás lo que quiere, pero a tu modo e igual la tendrá bajo tu dominio, déjala ir a una universidad local, aunque debas ponerle escoltas que la protejan— le sugirió Stuart, siempre buscando una solución.Isaías negó con la cabeza. —No, no puedo hacer eso. No puedo dejarla ir, sabes el riesgo que eso conlleva—respondió de forma tajante.Stuart suspiró, entendiendo la situación. —Lo sé. Aunque debes pensar en lo que es mejor para ella, no solo para ti, recuerda que debes ser más flexible, especialmente si quieres ganarte su corazón. Si accedes a dejarla ir a una univ
—¡Mataré a quien me haya interrumpido! — bramó Isaías con tono bestial a medida que observaba hacia la puerta, mientras soltaba resuellos aterradores y Zoe lo veía impactada, a la vez que se sentía agradecida con la persona que los interrumpió.—Alfa, discúlpeme por favor, es que necesito informarle que el río se desbordó y en la zona baja de la manada comenzó a arrastrar todos lo que se encontraba a su paso. Isaías se levantó de un salto.—¿Todos están bien? — preguntó sin dejar de avanzar hacia el guardarropa y Zoe se paró junto con él. Le preocupó mucho pensar en la tragedia que está ocurriendo y de inmediato pensó en los niños indefensos.—¿A dónde vas? — le cuestionó Isaías cuando le vio la intención de cambiar su vestuario.—Tal vez, podría ayudar… — musitó con genuina preocupación y él miró hacia afuera observando que aún seguía lloviendo fuerte.La agarró de la mano con sutileza y la instó a acostarse.—Espera aquí, vendré enseguida— pidió con tono dulce, pero a ella no le ag