Isaías llegó justo en el momento en que Kira estaba insultando a Sacha y a Zoe. Al escuchar las palabras de Kira, su rostro se oscureció de ira.—¿Cómo te atreves a hablar así? ¡No tienes derecho a decir esas cosas! — exclamó Isaías, acercándose a Kira con pasos firmes. «¿Por qué no lo sentí llegar?, ese maldito alfa siempre oculta su aroma para que nadie lo sienta», se lamentó Kira internamente cuando escuchó los reclamos de Isaías.—Zoe es importante para mí, y no permitiré que la trates de ese modo.Él observó a la empleada que estaba recogiendo los cristales rotos de las tazas que Kira había lanzado al suelo.Kira se encogió de hombros, fingiendo que su presencia no le asusta cuando la verdad es que está a punto de caer de rodillas. —Solo digo la verdad, Isaías. Zoe es tu amante, mientras que yo soy más que eso.Kira se mantenía firme porque no quería verse patética y sin autoridad frente a dos humanas. Isaías frunció el ceño y se acercó aún más a Kira, le agarró el brazo sin ta
Ronald suspiró aliviado y se quedó admirando la figura de Sacha por un momento antes de hablar para suavizar la incómoda situación que se instaló entre ambos.—¿Qué estás cocinando?Sacha le dedicó una sonrisa antes de responder:—Estoy haciendo tu plato favorito: pollo al horno con patatas.El recordó que cuando regresaron a la cabaña ella le preguntó cuál era la comida que más le gustaba.—Genial, no puedo esperar para probarlo. Por cierto, esa camiseta te queda muy bien—Oh, gracias. Me la puse para cocinar porque no quería ensuciar mi ropa—. Mintió, aunque no evito estar sonrojada.—Bueno, se te ve hermosa. — Aceptó al mismo tiempo que se rascaba la nuca y para romper el tensó momento agregó:»¿Necesitas ayuda con algo?— No, gracias. Ya casi termino. ¿Quieres sentarte y esperar a que esté lista la cena?Mientras cenaban Sacha se estremeció al escuchar un trueno retumbar en la distancia. Ronald se percató de su reacción y le preguntó si le tenía miedo a las tormentas. Sacha negó
Isaías ignoró a Eros y ladeo la cabeza volviendo a prestarle interés a su delta. —En parte sé que tienes razón, pero me siento impotente. Quisiera arreglar las cosas con ella, y no sé cómo hacerlo, porque me pide que la deje asistir a una universidad, investigué y está fuera del país.—Isaías, debes tener en cuenta que Zoe es joven. No debes retenerla arbitrariamente, mejor proponle una tregua, utiliza la inteligencia, le darás lo que quiere, pero a tu modo e igual la tendrá bajo tu dominio, déjala ir a una universidad local, aunque debas ponerle escoltas que la protejan— le sugirió Stuart, siempre buscando una solución.Isaías negó con la cabeza. —No, no puedo hacer eso. No puedo dejarla ir, sabes el riesgo que eso conlleva—respondió de forma tajante.Stuart suspiró, entendiendo la situación. —Lo sé. Aunque debes pensar en lo que es mejor para ella, no solo para ti, recuerda que debes ser más flexible, especialmente si quieres ganarte su corazón. Si accedes a dejarla ir a una univ
—¡Mataré a quien me haya interrumpido! — bramó Isaías con tono bestial a medida que observaba hacia la puerta, mientras soltaba resuellos aterradores y Zoe lo veía impactada, a la vez que se sentía agradecida con la persona que los interrumpió.—Alfa, discúlpeme por favor, es que necesito informarle que el río se desbordó y en la zona baja de la manada comenzó a arrastrar todos lo que se encontraba a su paso. Isaías se levantó de un salto.—¿Todos están bien? — preguntó sin dejar de avanzar hacia el guardarropa y Zoe se paró junto con él. Le preocupó mucho pensar en la tragedia que está ocurriendo y de inmediato pensó en los niños indefensos.—¿A dónde vas? — le cuestionó Isaías cuando le vio la intención de cambiar su vestuario.—Tal vez, podría ayudar… — musitó con genuina preocupación y él miró hacia afuera observando que aún seguía lloviendo fuerte.La agarró de la mano con sutileza y la instó a acostarse.—Espera aquí, vendré enseguida— pidió con tono dulce, pero a ella no le ag
Kira trató de hablar, pero su garganta estaba adolorida y no podía emitir ningún sonido. El alfa la soltó con desprecio, y Kira cayó al suelo nuevamente, sintiendo un gran dolor en su brazo.Isaías se alejó de ella, todavía enfurecido, y Kira se quedó allí, temblando y sintiendo como si todo su cuerpo hubiera sido sacudido por la fuerza del impacto. Sabía que había cometido un error al pretender que podría hacer que los lobos despreciaran a Zoe y que Isaías no iba a intervenir porque estaba lejos y ocupado, pero no sé arrepentía, aunque las consecuencias fueran tan terribles, nunca se iba a detener.Ross, la criada de Kira, estaba llena de furia y determinación. Había visto cómo el alfa, Isaías, había golpeado brutalmente a su princesa y estaba dispuesta a vengarla. Con sigilo, se acercó a Isaías, preparándose para atacarlo, pero en ese momento Kira le indicó que no lo hiciera con un movimiento de cabeza.A pesar de la orden de su princesa, Ross todavía estaba decidida a hacer algo pa
Horas después:Sacha estaba cumpliendo con el rol que Ronald le había encomendado como secretaria de tesorería en la manada, así que se encontraba llenando el listado de las personas refugiadas que necesitaban las construcciones de sus casas o los arreglos de las que el río arrastró por completo, y cuando se quedó sola con Ronald le dijo: —Ronald, necesitamos hacer algo para ayudar a Zoe. Isaías está siendo demasiado dominante con ella y no la trata bien. ¿No crees que deberíamos hacer algo al respecto?Sacha estaba preocupada por la actitud de Isaías hacia Zoe, aunque vio cómo la protege de todos, igual, no deja de ser demasiado brusco con ella. Sabía que su amiga no estaba feliz en la manada y que necesitaba hacer algo para cambiar eso. —No sé, Sacha. — Ronald dudó. — No quiero meterme en problemas con Isaías. Además, ¿qué podemos hacer?—Podemos llevar a Zoe a algún lugar para que pueda disfrutar un poco y olvidarse de los problemas. Quiero que Isaías se dé cuenta de que está si
«Qué más da, voy a ir a ese jodido club, pero para que ellos sepan que están bajo mi dominio, y que sin mi autorización no podrían haber ido si hubiera querido, aunque ellos salgan; aunque ellos hagan y deshagan, lo hacen porque yo lo permito»Después de tener este pensamiento autoritario Isaías se levantó de golpe y Alice vio a Isadora.—Hijo, pero tienes trabajo que hacer — le repitió lo mismo que anteriormente él había dicho.—Madre, conozco tu intención, me voy.En cambio, Ronald, Sacha y Zoe llegaron al club después de una larga caminata por el bosque. El lugar estaba situado en el corazón de la manada y tenía una reputación excelente. Al entrar, se dieron cuenta de que la decoración era elegante y sofisticada, con luces tenues y música suave.Ronald se acercó al encargado y solicitó un reservado VIP. Una vez allí, se acomodaron y pidieron los mejores tragos. Mientras estaban disfrutando de su tiempo en el club, una banda comenzó a tocar música en vivo. Las luces comenzaron a par
Mientras, Zoe sufría por los sentimientos que se mezclaban en su interior, sintiendo terror y emoción a la vez. Estaba aturdida, y tan sonrojada que las mejillas le ardían.—Eres tan mía— declaró Isaías con voz tan ronca que a ella le penetró en la mente y no era capaz de procesar esas palabras con cordura.Isaías quitó el broche que le tenía atado el cabello dejándolo caer como cascada, pasó los dedos con delicadeza por los lados de su pelo y lo alisó.Ella se enroscó sobre él y se sentó sobre sus muslos. Se le cortó la respiración cuando él le agarró las caderas. Se le subió la falda hasta la cintura mientras le metía la lengua en la boca para que él sacara la suya. Zoe se echó hacia delante y encontró lo que había estado buscando de su alfa; el falo duro y dilatado que estaba siendo aplastado contra su zona inflamada y sensible, solo separados por las capas de ropa que no lograban ocultar el calor que él exudaba. Sus gruñidos eran música para sus oídos mientras que ella enroscaba