★Aquí está mi luna★, ronroneó Eros, e Isaías abrió los ojos de golpe y empujó a Kira, pero ya Zoe iba subiendo la escalera como alma que lleva el diablo.

—Mantente lejos de mí, o si no a lo que me vas a ayudar será a controlar mi ataque de ira— le sentenció furioso y cuando Kira iba a alejarse triunfante por haber logrado sin proponérselo que Zoe viera que está sobrando en ese lugar, Isaías le atrapó las muñecas con suficiente fuerza para hacer que la loba se sintiera doblegada.

—Sé que estuviste en el bosque siguiendo a mi humana.

» Si le lastimas, aunque sea una uña te voy a enterrar viva, contigo voy a probar si un lobo puede morir asfixiado— le advirtió macabro y Kira sintió como un escalofrío le recorría la espina dorsal.

—Yo no tengo interés en dañarla, solo corría y la vi en el río junto a los chicos —. Tuvo que inventar una excusa que le pareció ridícula. El tener que justificar sus movimientos ante Isaías la hacía sentir muy pisoteada por él y la llenaba de cólera.

—Más